Calor y un adiós cubierto de sangre

Alicia se posicionó abajo de varias mantas, sentía el peso de estas, tenía calor y el aire que exhalaba la asfixiaba; ese día estaba sola en su casa, respiraba profundamente, tenía ganas de abrazar a una de sus gatas que se encontraban afuera del cuarto cerrado, sin ningún conocimiento de lo que pasaba adentro del cuarto de su ama.

Alicia lloraba a chorros, toda su cara estaba roja y los pequeños gemidos y jadeos provocaban a tomar conciencia de un horrible dolor. Tenía ganas de matar a alguien, de llamar a su madre o a algún amigo, pero simplemente no podía moverse, quería gritar "¡No quiero esto! ¡Ayuda! ¡Sálvenme!" pero, ¿cómo alguien la salvaría de ella misma?, el pensamiento qué corría en su cabeza era como un río furioso, ella esperaba que esto fuera como todas las otras veces, que después de ese río de emociones tanto estas al igual que los pensamientos que tenía en su cabeza simplemente desaparecieran y volver a su vida normal.

Se preguntó si está vez sería su fin, empuño el cuchillo que tenía en su mano derecha, seguía el pensamiento en su mente.

"Sí, esto es lo que debo de hacer" se dijo "Esto, esto es lo que hay que hacer" extendió su brazo, y tomó el cuchillo con las dos manos, su mente la alentaba y ella no podía hacer más que obedecer, con todas sus fuerzas encajó el cuchillo en su estómago, ni siquiera pudo gritar, seguía respirando, eso no era como en su imaginación, dolía, era horrible ¿por qué lo había hecho? No podía con el dolor ¡Iba a morir! ¿Y quién cuidaría a sus gatas? ¿Qué cara pondría su madre al verla muerta ahí? Se inclinó para quitar las sábanas, y sintió, como al moverse el cuchillo cortaba más y más, alcanzó a tomar su celular, y llamó a su madre, se acostó y ella contestó ¿qué pasa Ali? dijo con el tono calmado de siempre mientras Alicia agonizaba en sus últimos momentos de vida, te quiero mamá... suspiró pesadamente, se detuvo por el dolor y empezó a vomitar sangre. Nada de esto es tu cuo culpa afirmó Alicia medio interrumpida por el vómito que salía de su boca, retiró el cuchillo de su estómago lloro aún más fuerte y está vez sí que pudo gritar, un grito desgarrador que horrorizo a su madre.

¿¡Qué pasa Alicia?! ¿¡Estas bien?! ¡¡Voy para allá!! Gritaba y gritaba su madre, Alicia cayó al piso, y mientras se desangraba lentamente vio su vida de poco en poco, recordando solo momentos felices, sonrió y no sintió nada más.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top