Único Capitulo
El reloj marcaba un poco mas de las 11 de la noche, los pequeños se encontraban todos en una misma habitación, habían abandonado sus camas desde hacia ya tiempo y se habían reunido en medio formando un círculo, se encontraban lo mas juntos que podían, uno de ellos había tomado una linterna que mantenía encendida y apuntando a su pequeño rostro.
El pequeño Aioria se encontraba muy animado entreteniendo a sus amigos de la mejor forma que podía, el relato que salía de sus labios era ya conocido para muchos, pero parecía que no estaba causando el efecto deseado en los demás.
-Y cuenta la leyenda, que el fantasma de la mujer vaga por el Santuario en busca de sus hijos- hizo una pausa larga mirando a todos los presentes -fin- con tan solo 6 años, el pequeño ya quería ser el centro de atención de los demás
-Aioria- le llamo el pequeño Milo claramente molesto -los fantasmas no dan miedo- le reclamo mientras cruzaba sus brazos en su pequeño pecho -recuerda que todos nosotros crecimos junto a Mascara de Muerte y con Shaka, donde el Inframundo es casi como su segunda casa
El resto de los pequeños solo se dedicaba a observar el reclamo que el futuro santo de Escorpión le realizaba al futuro Leo. Aioria solo se dedicaba a escuchar todo lo que el pequeño le había dicho, quería responder pero tenia que pensar muy bien lo que le iba a decir.
-Entonces- le respondió -¿Qué es lo que sugieres? Yo no se me ninguna más, se acabó mi repertorio- observo que Milo solo sonrió
-¿De verdad?- dijo con una sonrisa en su rostro -dame eso- le pidió la linterna
-¿Qué vas a hacer?- pregunto dudoso
-Observa y aprende- el pequeño le entrego la linterna a su compañero, este hizo la cara más tenebrosa que pudo y la ilumino con ayuda de la herramienta que tenía en sus manos -Existe un dios llamado Anker- comenzó y de inmediato llamo la atención de sus compañeros presentes -quien es el custodio de las almas de los caballeros dorados caídos…- centro su mirada en Mü quien se mantenía muy pegado a Shaka mientras que Camus y Aldebarán le miraban seriamente con un deje de expectación de lo que podría decir -pero es un dios castigador, que odia las batallas y guerras- observo que la mirada de Aioria ya estaba comenzando a tomar un poco temor -por eso… cuando un dorado muere, el se encarga de hacerlo sufrir por toda la eternidad… negando tajadamente su descanso eterno…- hizo una pausa -y torturándolos sin fin… sus suplicas se pueden escuchar en el templo de Cáncer y…
El fuerte sonido de la puerta abriéndose y azotándose sonoramente en contra de la pared hizo que el relato se detuviera, los pequeños futuros dorados soltaron un grito de terror y como pudieron se levantaron para comenzar a correr, Milo se había quedado estático en su lugar, aun con la linterna alumbrando su rostro, miro por sobre su hombro y noto que una sombra se encontraba detrás de él.
-¡¿Qué rayos hacen despiertos a estas horas?!- escucharon que les reclamo aquella sombra que se había hecho presente en aquella habitación.
-¡Corran!- se escuchó gritar a Shaka
-¡Es Anker!- se unió Camus casi resbalando en el suelo
-¡Huyan!- continuo Aldebarán
Entre tanto alboroto, y para su peor suerte Mü resbalo en el suelo y solo Camus se detuvo a ayudarlo, se giro con toda la determinación que un pequeño de 6 años tenia y apunto con su mano izquierda a donde se encontraba aquella sombra.
-¡Muere estúpido Anker!- sentencio y dejo libre un débil rayo congelante, su rostro perdió el color al igual que el de sus amigos
Frente a ellos se encontraba aquella sombra que solo pudo encender las luces antes de quedar congelado unos segundos, en la mirada de este intruso se podía observar una furia que estallaría en cualquier momento, a paso muy lento Aldebarán termino de esconderse debajo de la cama, Mü y Aioria se encontraban estáticos, observando aquella figura congelada
-¿Qué… hiciste?- susurro Mü
-Creo… no…- hablo Aioria pálido -estamos en grandes problemas
-¡Camus!- le grito Milo a su compañero, después de esa escena pudo mover sus piernas e ir a donde estaban los demás -¡Eres un tonto! ¡¿Qué fue lo que hiciste?! Mira que congelar…- pero el pequeño estaba tan asustado que no podía terminar de decir lo que su mente le dictaba
-¡Todo es tu maldita culpa Milo!- se defendió, al igual que sus compañeros se encontraba asustado y temiendo por su vida
-No es por nada, pero… tenemos 20 segundos antes de que el hielo se rompa- aviso Shaka, tal vez se mantenía con los ojos cerrados, pero sentía el peligro que se estaba aproximando a ellos
-¡Rápido! ¡Se esta quebrando!- anuncio Aldebarán desde debajo de la cama, donde se mantenía a salvo -¡Piensen en algo!- rogo temeroso
Todos los niños corrieron a esconderse en donde se encontraba el futuro santo de Tauro, uno a uno se fue escondiendo, pero cuando llego el momento de que el ultimo se metiera debajo de la cama, fue detenido. La mirada de confunción del pequeño se reflejó de inmediato.
-Tu te encargaras de explicar Mü- le ordeno Milo -dile que fue un accidente
-¡¿Qué?! ¡¿Yo por qué?!- pregunto muy nervioso el pequeño
-¿Cómo que por qué?- respondió Milo -porque es tu papá y no te hará nada
-¡Claro que no lo es idiota!- respondió molesto casi con lágrimas en los ojos por la furia que estaba a punto de desatarse -¡además a mi me castigan mucho más de lo que los castigan a ustedes! ¡idiotas!
En ese momento se escuchó como aquel hielo se había roto en cientos de pedazos, algunos de ellos cayeron donde se encontraban escondidos los pequeños, Mü giro lentamente para encontrarse con la mirada furiosa y fría del Patriarca del Santuario.
-Se rompió- susurro Milo y miro a su amigo -Camus, tu técnica es muy débil
-¡Cállate!- le respondió molesto y temblando de miedo
El pequeño lemuriano trato de explicar tal y como le había dicho Milo que lo hiciera, pero sencillamente las palabras se negaban a salir de sus labios, sus ojos se cristalizaron, la mirada que poseía el Patriarca era demasiado penetrante y con mucho poder, uno que no aceptaría excusas de 6 pequeños que habían desobedecido el horario de dormir.
A la mañana siguiente, los 6 futuros guardianes de la diosa Athena se encontraban en alguna parte del santuario. Lo que ellos necesitaban era disciplina y constancia, así que el mejor castigo que se le ocurrió a Shion, fue el que despejaran una gran roca que impedía el paso de ese camino que era muy usado por todos los que vivían ahí.
Así que sin más, amarraron a esa gran roca una cuerda, la afianzaron muy bien para que no se fuera a desamarrar el nudo y el resto de la cuerda la amarraron a su cintura para poder comenzar a subir aquella roca y despejar el camino.
-Gracias por nada Mü- le reclamo Milo mientras terminaba de anudar la cuerda a su pequeña cintura
-Les dije que el Maestro no hacía excepciones- respondió
-¡Milo!- le llamo molesto Camus -¡No seas descarado! ¡Todo fue por culpa tuya y tu maldito relato!
-Y pensar que aun me falta el castigo de Aioros- susurro derrotado Aioria
-¡Shaka!- le grito Aldebarán al futuro santo de Virgo, el cual se encontraba sentado encima de la gran roca -¡Deja de meditar y ayúdanos!
-Debo saludar al sol- respondió -primero hare mi meditación de la mañana y después ayudare
-¡Ni creas que vamos a jalar la piedra contigo arriba!- le reclamo Milo
En el momento en que Shaka iba a responderle a Milo sintió un escalofrió, bajo lentamente de la piedra y rápida pero torpemente ajusto la cuerda a su cintura, desde las alturas, el Patriarca del Santuario observaba a aquellos niños, ya se le había hecho muy extraño que aun no comenzaran con su castigo.
-¡Hey!- escucho que le llamaron -¡Hola!- le saludo y este solo lo ignoro, de inmediato se colocó a su lado -¿volviste a castigar a esos 6?- pregunto divertido al ver el esfuerzo de los pequeños
-Se lo buscan- respondió
-Creo que estas olvidando algo Shion- le dijo de manera seria -y eso es muy importante- el Patriarca le presto atención, su invitado solo sonrió -Son niños
-Dhoko…
-Además, tú y yo sabemos el futuro que les espera- le interrumpió -déjalos ser niños, al menos por ahora… mientras puedan
-Son la futura guardia de Athena- le recordó -deben ser hombres serios y de integridad intachable
-No puedes negar que te sentiste feliz al ver a Mü y a los demás divertirse- comento -ya me imagino que debió de ser divertido
-Entonces…- se coloco frente a su amigo -¿Por qué mejor no te quedas con ellos y yo me voy a China? ¿Por qué no los instruyes tu? ¿Por qué no llevas tu las riendas del Santuario?
-Yo…- los colores del rostro de Dhoko se fueron y comenzó a retroceder lentamente -¡Pero mira que tarde es!- dijo simulando ver un reloj en una de sus muñecas -¡Debo regresar a mi encargo Shion! ¡Adiós! ¡Nos vemos!
-Lo sabía- susurro para sí mismo mientras fulminaba a su amigo de batallas con la mirada -¡Es más fácil decirlo que hacerlo! ¡Irresponsable!
Shion solo observo como a lo lejos Dhoko agitaba su mano para despedirse de él, desvió la mirada hacia el abismo donde estaban aquellos niños jalando aquella roca.
-¡Dorados, unidos, jamás serán vencidos!- escucho la voz del escandaloso Milo
-¡Ya cállate Milo!- le grito Camus
-¡Si se puede! ¡Si se puede!- se unió Aioros
Shion solo sonrío ante la actitud de los pequeños, tal vez después los compensaría cuando terminaran su labor, junto al resto de los futuros Dorados adolescentes que precisamente llegaban de sus misiones esa tarde. Si… si el destino les hacia una mala jugada les esperaría un trágico futuro, si este era mas noble con ellos, al menos una vida no tan larga, pero sin muchas complicaciones.
Unos cuantos años más y Athena estaría velando por la paz de la humanidad.
-Si- susurro -una Armada noble, respetuosa, intachable, ordenada- comenzó a imaginar -una diosa tranquila y amorosa
Dejo a los pequeños que continuaran con su labor mientras que él se dirigió a su Despacho a continuar con sus labores administrativas.
18 años después….
-¡Déjame!- escucho que le grito Milo a Aioria -¡Es mi turno de sentarme con Athena/ ______ !
-¡Tu te sentaste ayer con ella!- le respondió
-¡Es mi turno!- continuo
-¡Oye!- le reclamaron al joven que les había ganado el asiento
-Como no se decidían, me quedo hoy con ella- susurro y miro a la diosa -¿verdad?
-Me da lo mismo- respondió ella fastidiada -en serio…como joden cuando es hora de comer
-¡Pero Athena/ ____ !- se quejaron ambos
-Quítate de ahí Shaka- le ordeno Escorpión -tú te sentaste ahí en la mañana
-Eso fue el desayuno, ahora es la cena
-¡Tramposo!- le respondió
Shion solo dejo salir un suspiro… así no era como se imaginaba que sería aquella orden con la que soñó mucho tiempo atrás.
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