Parte III


Como en la vida de todo padre, algún día sus hijos debían terminar la secundaria e irse a vivir de forma independiente. Cuando sus hijos la terminaron, les hicieron mención de forma muy orgullosa, «George y LeFleur, ambos trabajaron muy duro para quitarnos lo Cabeza dura, y llegamos hasta aquí, después de todas las enfermedades que pasamos, todas las frustraciones, siempre nos incentivaron en seguir adelante. Gracias.», Todo el mundo aplaudía, y tanto a George como a Michelle, y la familia de Michelle, una lágrima se les había salido de sus ojos. LeFleur los había traído al mundo, y ahora estaban en la adultez, preparándose para afrontar la dura vida que les quedaba por delante. La puerta del teatro donde se realizó la ceremonia, era una simbología de salir al mundo real, un mundo cruel, y esperar que no se estanque ninguno en una burbuja de optimismo, ya que el trabajo duro llevaría a qué la vida no les haga una mala jugada.

Al salir del teatro, Ernest LeFleur abrazó a Michelle, y la felicitó con muchos ánimos, mientras ella señalaba a George porque también había ayudado, eran un matrimonio estable, ambos se ayudaban mutuamente, entonces, intentando guardarse los celos y el orgullo, Ernest tomó del hombro a George.

—Señor George, te felicito mucho, has hecho un buen trabajo como padre — dijo Ernest mirando hacia un lado y al final relajándose, dejando su sinceridad fluir, al reconocer lo equivocado que estaba. —. Bien, no eres el mismo vago que conocí en un inicio, debo reconocerlo.

George intentaba resistir las lágrimas, las cuales empujaban su ojo para salir, ya que no les gustaba estar tan juntas en un espacio tan cerrado.

La familia de mudó nuevamente, está vez a un pueblo, mientras sus hijos se miraban a otras partes, New York, Francia, Alemania, Japón, Etc. Buscándose la vida.

(...)

Los años 90's pasaron como el viento, muchos hechos importantes, como el suicidio de Kurt Cobain, el inicio de la moda del CGI en las animaciones, o el simple hecho del nacimiento del Rock Alternativo había estado presente ahí.

George estaba envejeciendo mucho, ya había comenzado a ser abuelo; cuando su primer nieto estaba en el hospital, recién nacido, ambos asistieron, y así hasta llenarse. Tan pronto como nacían sus nietos, los hermanos tanto de George como de LeFleur iban cayendo. George sabía que pronto les tocaría cuando comenzó a tener dolores de espalda debido a una artritis en su columna vertebral, que igualmente llevaba siendo tratada hace buen tiempo.

Su hogar ahora era en una pequeña cabaña cerca del pueblo de Rawberry en el estado de Descartes en un país recientemente independiente. Era lindo para vivir ahí, y lo necesitaban, ya que comenzaron a envejecer, y al parecer todos los años se les fue por encima. Tenían crías de ganado, un establo lleno de caballos y todo perfecto para poder vivir lo poco que les quedaría.

A fines de los años 90's la gente rumoreaba de un "Fin del mundo" el cual llegaría a la tierra, cosa que no ocurrió, y lo pospusieron para el 6/6/2006 porque, sorpresa "666", la marca de la bestia.

George cada vez que se levantaba solía aplanar la tierra y sembrar semillas junto a su esposa, y parecía perfecto. Un día hubo una discusión por dinero, George sin embargo quiso reconciliarse con LeFleur, y lo hizo, sin embargo, días después ocurrió lo inevitable, su esposa olvidaba muy seguido dónde había dejado las llaves, luego comenzó a preguntarle demasiado seguido las fechas, horarios y el lugar donde vivían a George. El doctor, el cual un día llegó debido a un dolor que LeFleur sentía, dijo que estaba pasando por una enfermedad degenerativa, Alzheimer. Si tan solo la vida tuviese piedad, pero aquello era inevitable.

Tiempo después LeFleur comenzó a necesitar ayuda, y terminó internada en un hospital por su enfermedad.

Era ya la segunda década del nuevo milenio, prácticamente 2020, cuando a sus 82 años, George se encontraba visitando el hospital, junto a sus hijos y nietos, viendo a su esposa, ya no ser la misma. Iban obviamente uno tras otro, ya que en las clinicas existen protocólos dónde sólo pueden ingresar persona por persona, y pues, en ese estado el Covid aún no había llegado, pues estaba casi cerrado al exterior.

—¿Me recuerdas, querida? —dijo George intentando tranquilizar a LeFleur, quién se ponía a gritar a los cuatro vientos que le dolía la cabeza. No había Aspirina que valga para tal dolor.

—D-Duele... — se quejaba LeFleur, hasta que la Aspirina la calmó.

—Lo sé, pero ya calma —dijo George—. Estoy aquí, estoy contigo. El paciente a su lado, quienes tenía unos cincuentitantos de años encendió la televisión.

«Cuando los años nos pesen, y las piernas no caminen» se oía una canción de Maluma, un artista bastante actual, mientras George le tomaba la mano a LeFleur. «Cuando lo único que pese, sea lo que hicimos en vida, aunque todo esto pase... eres el amor de mi vida».

George recordó el momento en que fue defendido por LeFleur en sus 15 diminutos años, ¿Cuándo se aceleró el tiempo?, en un parpadeo, ya su esposa se estaba yendo. Otro día regresó y le dejó en el escritorio una caja musical, la cual tocaba la melodía de Chopin, y lo que LeFleur dijo hizo a George estallar en lágrimas. «George, amor» y luego comenzó a llorar junto a él.

—Michelle, no llores. —dijo entre sollozos George, y le tomó la mano. —. No llores por favor.

Michelle soltó un «Gracias por todo», muy seco, tan seco como la sonrisa de un moribundo, mientras sus ojos se cerraban, y mientras su vida se apagaba. George se arrodilló a la moribunda LeFleur.

—Gracias por todo, amor. —dijo George. —Nos veremos en la otra vida. —y se echó al lado del cadáver de su amada, llorando ríos, mientras el cardiograma dejo de registrar latidos. «Piip», Los médicos intentaron reanimarla, pero no pudieron.



Después de todo, todo nace en la nada, y todo vuelve a ella...



(...) —¡Feliz cumpleaños a tí, feliz cumpleaños a tí!— Los nietos de George se acercaban a él junto a un pastel de cumpleaños, el número 90 estaba sobre este. 

—¿Noventa? —dijo George. —. ¿cuando me he vuelto tan viejo?

Sentía que LeFleur le había defendido de aquel matón una semana atrás, mientras que se casaron y tuvieron nietos al día anterior. Si bien, después de ciertas edades, el tiempo parece fluir más rápido, y de un día para el otro, o al parecer que pasó sólo un día, pasaron ya años.

Esperar la muerte de forma intranquila, un humano haría eso, nace a sabiendas —Y sin saber, primero—que el tiempo pasa, y tarde o temprano, algo así ocurriría.

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