La relación del joven George hubiese sido la perfecta, lo hubiese sido si hubiese sido aprobado por su suegro, Sir Ernest LaFleur, un francés de unos cuarenta años el cual era muy celoso respecto a su hija. Por lo tanto, ambos debían verse en secreto, ya que según Ernest, George era «Un vago bueno para nada, el cual la pasa creando pleitos en las cantinas y los bares. » siendo que le buscaban conflicto a él. El rechazó de la familia de LeFleur le bajaba la autoestima a George, el cual, simplemente debía conformarse en ver en secreto a su amada. Su objetivo principal para ser aprobado, debería ser el dejar el wiski y el alcohol, pero en vez de poder hacerlo, ahora se emborrachaba junto a su amada, y a su vez fumaban marihuana. Los años 60 eran unos años bastante locos, sobretodo, porque es la época de la música psicodélica y las drogas recreativas. Un George de 22 años buscando nuevas experiencias junto a una LeFleur, de 20 años. La época de las drogas se había visto terminada cuando Charles Miles Manson mandó a su secta a matar a Sharon Tate junto a otros famosos de por ahí, y George estaba preparado para madurar, cuando embarazó a su, en ese entonces esposa.

—Amor, creo que ahora que tendremos niños, lo mejor sería madurar— le había dicho LeFleur en ese entonces, cuando George aceptó que el tiempo pasa, y él ya no podía seguir siendo un niño. Buscó un oficio en una oficina postal y ese fue su primer trabajo, con el que sus primeros sueldos usó para comprarse un Fiat de esos que en las épocas actuales podrían considerarse antiguos y baratos.

El ámbito económico había cambiado bastante, al igual que las guerras que en ese entonces se producían. Soldados que morían ahí, y que morían allá, todo por la valentía de sus políticos, quienes obviamente querían enfrentarse entre ellos cara a cara, y no mandar a otros a morir por ellos, claro qué sí.

LaFleur tuvo 4 hijos, 2 hombres y 2 mujeres: Samanta, Anna, Roberto y Johnny. Los cuales alimentaron durante esas épocas. En los años 70, la familia se mudó, y fue cuando los retoños comenzaron uno por uno a ir al Kinder/Jardín de infantes, donde salían con mucha emoción luego de aprender los colores, animales o el típico abecedario. También les había tocado vecinos muy amistosos, Jonas, un vecino con un rostro bastante similar al de Mr.Bean, el cual siempre les regalaba flores de su jardín, George normalmente despertaba con un ramo de rosas y tulipanes en la puerta, con una nota que decía: «Por hacerme la gauchada de arreglar mi aspirador», La segunda elección del hombre era el barrer, pero era algo perezoso en eso. También solía contar muy buenos chistes: «Había una vez, tres hermanos que vivían en una linda casa. El primero busca a su madre y le pregunta "¿Por qué me llamo Copito de nieve?", bueno hijo, cuando eras un bebé se te posó un copo de nieve en la frente, por eso te llamamos copito de nieve. El hermano se marchó conmovido.

El segundo hermano, "¿Por qué me llamo Granito de arena", a lo que se le fue contestado: Cuando eras un recién nacido, se te posó un granito de arena en la frente, por eso te llamamos granito de arena. El segundo hermano se marchó conmovido.

El tercero se llamaba ladrillito, y le preguntó "MaaaMAAaAAaAa".»

Años después, George dejó la oficina postal junto a uno de sus compañeros, y decidió abrir una tienda de aparatos eléctricos, los cuales eran bastante novedosos, computadoras de IBM que llegaban en los barcos de carga a la aduana del país, llegaban a montones, y eso se podía notar. Entonces la empresa que creó George con su amigo, Stanley, fue todo un éxito.

Su primera experiencia cercana a la muerte ocurrió cuando su madre murió. Todos los hermanos la velaron, aunque no como se acostumbraba antes, cuando ponían el cajón del cadáver, abierto en la mesa de la sala durante un par de días, para algo así como "evitar" que ocurriese que el muerto en realidad sólo tenga un caso de catalepsia desafortunada, aunque sólo solía pasar en gente con antecedentes de Esquizofrenia o enfermedades tanto psiquiátricas como neurológicas. A los tres días enterraron a la mujer, ya estaba comenzando a pudrirse, así que los hermanos la llevaron al cementerio más cercano, uno pago para evitar que el cadáver sea llevado a una fosa común. A pesar de que extrañaba mucho a su madre, él recibía el apoyo de LeFleur, y de su familia, quienes aunque lo aceptaron, aún lo miraban con algo de desconfianza en algunos momentos.

La segunda muerte que vivió fue la de su vecino, años después, el señor sufrió un ataque cardíaco fulminante, cuando ya George tenía más o menos 40 años, haciéndole pensar que en algún momento le tocaría a él. Entonces decidió actualizarse, su coche fue cambiado por uno de la nueva época, los años 80's, la preocupación de que EE.UU lance una gran cantidad de bombas nucleares a Rusia, o viceversa, era bastante común en ese entonces. Muchos en algunos países solían tener bunkeres para evitar morir, sin embargo, muchos creían que había un fin del mundo inminente, el cual no pasó. Michael Jackson se había vuelto muy popular en aquel entonces, y todo el mundo en los medios, en la televisión e incluso el cine, querían imitar su coreografía en Thriller. Los Bee Gees se habían vuelto muy populares también, y su nombre quedaba perfecto con su música, el Bee (Abeja en inglés), parecía hacer referencia a su forma de cantar en falsete, y entre sus obras más famosas se encontraban Staying Alive.

—Papi, ¿por qué murió la abuela?

George no sabía que responderle a la pregunta de Anna, pero prefirió ser sincero.

—Bueno, hija. —dijo, luego de suspirar y mirar al techo.—. Todo el mundo morirá algún día, es aquello misterioso que hay después de la vida, y algo con lo que luchamos hace mucho.

—¿Yo moriré?, ¿Tú morirás?— Preguntaba su hija, la cual sufrió la muerte de su abuela poco tiempo atrás.

—Sí, pero no pronto. —dijo, obviamente mintiendo, ya que nadie sabe la fecha real de su muerte. —Quizás falte mucho tiempo, es lo más probable. — la palabra "Probable", era algo que George se había visto obligado a decir, para no sentirse culpable de mentirle a la niña, ya que si algo le ocurría en algún momento, entonces se daría cuenta que no fue tanto tiempo como le dijo.

Cuando las rosas se van, se acerca la oscuridad...