Capítulo Uno🐞

Ladybug y Chat Noir eran el perfecto dúo de superhéroes. En unas semanas habían acogido el cariño y orgullo de la ciudad. Los dos estaban felices por el esfuerzo que habían dedicado en proteger a su ciudad. Aunque habían pasado algunos años, aún no localizaban a Hawkmoth, pero si derrotaban a todos los akumatizados.

Sin embargo, lo que en verdad ocurría era que ellos dos estaban enamorados. Chat Noir siempre le coqueteaba a su lady, y ella rodaba divertidamente los ojos o se sonrojaba. Desde que el héroe gatuno vió a la moteada, sintió que el mundo no importaba si ella no estaba presente. Se enamoró de su coraje, valor, generosidad, y de su hermosa sonrisa.

Mientras que Ladybug sentía que su corazón palpitaba más rápido de lo normal al verlo. Su coqueta actitud era única, y siempre encontraba una manera de hacerla reir. No tenía valor para decirle lo que sentía por él, aunque las palabras no importaban, ya que ella no rechazaba ningún signo amoroso de parte del rubio.

- Bien hecho- dijeron al unísono cuando chocaron los puños y compartían una sonrisa. De nuevo, el sonido de sus miraculous los trajo a la realidad y se separaron.

- Supongo que ya me voy- dijo Chat Noir.

- Igual yo- dijo Ladybug. Chat tomó su mano y la besó.

- Nos vemos esta noche para el patrullaje mi lady- el héroe le guiñó un ojo y se fue.

La moteada entró por su balcón y se tiró en su cama al momento que su transformación se desvanecía. Lanzó un suspiro al recordar el rostro de su amado.

- ¿Te gusta no es cierto?- le cuestionó la kwami carmesí.

- ¿Eh, qué?- preguntó devuelta la azabache al no escuchar la interrogante.

- Te gusta Chat Noir- afirmó Tikki. Marinette se sentó.

- No es cierto- negó.

- No niegues lo obvio Marinette, se nota-

- ¿Cómo puedes estar tan segura?- la criatura se sentó en la rodilla de la joven.

- Se nota cuando te toca patrullaje, o cuando te destransformas-

- Solo pienso que es un buen compañero- Tikki rodó los ojos.

- Si tu lo dices- murmuró.

Un poco lejos de ahí, Adrien tenía la misma actitud.

- ¿Cuándo vas a admitir que estas enamorado por Ladybug? Es más, ni necesito que lo admitas, no podría estar más confirmado- reía el kwami de la destrucción.

- ¿Qué dices Plagg? Solo es...- se calló un momento y Plagg interfirió.

- La chica de la que estas enamorado, pero en serio, ¿No hay por casualidad otra que te guste?- Adrien negó.

- Ella es y será la única-

- Bueno, me acabas de afirmar que estas loco por ella- rió Plagg y el rubio rodó los ojos.

Al oscurecer, ambos héroes se encontraban en la Torre Eiffel. Se dedicaron una sonrisa y recorrieron la ciudad. Al acabar, se sentaron con las piernas al aire. Andaban en silencio, y lo único que se escuchaba era el sonido del viento.

- Chat- habló Ladybug. Su voz sonó muy baja, y cuando Chat Noir la miró, se preguntó si fue su imaginación.

- Yo quiero saber, ¿Qué soy para ti?- interrogó la peliazul mirando a los ojos de su compañero. El rubio se quedó callado por varios segundos.

- ¿A qué te refieres?-

- ¿Solo soy una heroína, o una amiga, qué soy para ti?- volvió a cuestionar.

- Eres mi mejor amiga- respondió. Antes de que la azabache sintiera decepción, de que su amor no fuera correspondido, Chat Noir añadió. - Eres muy importante para mi. Eres fuerte, valiente, generosa y haces feliz a todos- el sonrió - me haces feliz a mi. Y también me gustas, estoy enamorado de ti, mi lady- confesó.

Ladybug sintió que el corazón se le iba a salir del pecho. Sus mejillas se tornaron rojas y sus ojos se cristalizaron.

- ¿Tú... me amas?- trató de no tartamudear. El rubio tomó su mano.

- Si, te amo- afirmó con una sonrisa. Ladybug formuló una sonrisa que le derritió el corazón a Chat Noir.

Ella se acercó a su rostro y le dió un cálido beso en los labios. Sintió miedo de que el héroe gatuno se alejara, en cambio, le siguió el beso.

Cerraron los ojos al instante y Chat subió su mano hacia la mejilla de la moteada, para acariciarla suavemente. Después de varios segundos, se separaron. Sus respiraciones chocaban con sus rostros, y sus mejillas estaban ligeramente coloradas.

Chat sonrió. Tanto tiempo de haber querido probar los labios de su lady. Eran suaves y delicados, como se los imaginó, y muy adictivos.

- T- te veré mañana- dijo Ladybug parándose.

- No puedo esperar bichito- dijo Chat Noir y besó la mano de la peliazul antes de que ellos dos tomaran los caminos hacia sus respectivos hogares.

Cuando el rubio entró por la ventana de su habitación y se destransformó, Plagg voló directamente hacia la sala con la pintura de la madre de Adrien.

Entró en la caja fuerte y sacó el broche de pavo real. Se dirigió hacia el lugar donde estaba el guardián y se lo entregó. Voló devuelta al hogar de Adrien y se acostó en el sofá que este tenía en su cuarto. Pero aún con la duda de qué hacía un miraculous en la caja fuerte.

Tikki suspiró con tristeza y observó a su portadora dormir. Lamentaba tener que decirle, se hubiera tenido que enterar tarde o temprano. Sin embargo, sabría la reacción. Pero no podía decirle aún. Sabía que podía causarle más daño si no era temprano, pero no tenía las fuerzas.

A la mañana siguiente la peliazul aprovechó para crear algo que tenía en mente. Después del patrullaje, ambos estaban arrimados contra las vigas de la torre, observando la hermosa ciudad en la que vivían. Chat Noir no pudo evitar darle un beso en la mejilla a la moteada que se sonrojó por el acto. Cuando sonó el primer pitido, Ladybug lo frenó a Chat Noir.

- Espera, quiero mostrarte lo que hice, pero debes cerrar los ojos cuando nuestra transformación acabe- dijo la heroína con sus ojos fijos en los de su compañero.

El de traje negro, a pesar de querer saber quién es la chica debajo de la máscara, sabía que ella confiaba en el y que si la observaba sin el traje, jamás volvería a hablarle.

- Pero tu también cerrarás tus ojos, ¿o no mi lady?-preguntó coqueto.

- Claro, bueno, agacharé la mirada, mejor has eso- dijo y los minutos para ambos terminaron.

Los dos superhéroes posaron la vista en el suelo. Solo veían los zapatos de ellos dos. Marinette sacó de su bolsita dos máscaras, extraordinariamente parecidas a las de su alter ego. Se colocó la suya sin levantar la cabeza y le dió la otra a su compañero.

Adrien la contempló por varios segundos y se la puso, pero también se cambió el peinado, para parecerse al de traje negro. Ambos alzaron la mirada y sonrieron. La peliazul observó lo que vestía el chico; una chaqueta negra abierta, debajo una camiseta blanca y jeans con los tipícos zapatos naranjas. Ella vestía jeans, una blusa de tirantes rosada, una chaqueta negra y botas del mismo color.

- Bien pensado bichito- dijo el rubio con la sonrisa de coqueto.

- Entonces Chat, ¿Ahora qué?-

- ¿Tus padres no se darán cuenta que no estás en casa?- ella negó sonriente.

- Están fuera de la ciudad por una con- ehh, por el trabajo- explicó, no quería revelar parte importante de su vida.

- Mi padre no se dará cuenta tampoco. Sabes, tengo un departamento al que voy cuando quiero estar solo y... alejarme de toda presión- recordó al referirse a su trabajo como modelo.
- ¿Quieres que te lo enseñe?- ofreció acercándose a la azabache que asintió.

- Me encantaría gatito- respondió.

Se volvieron a transformar y Ladybug seguía a Chat Noir, que conocía el camino al departamento. Ese lugar era de su madre, que murió hace pocos años.

Ella lo había comprado cuando quería pasar tiempo con su hijo a solas. Nunca le había contado a su esposo porque ese era un "secreto" que mantenía con Adrien, como un juego de niños. Quedaba en el ultimo piso y al llegar, se destransformaron y Adrien, con la máscara, lo abrió con la llave que siempre cargaba consigo. Al entrar, Marinette se maravilló por lo espacioso que era.

- Wow, ¿Vives aquí?- preguntó.

- A veces- respondió dejando las llaves en la encimera de la cocina.

- ¿Qué edad tienes?- le cuestionó la peliazul caminando hacia una puerta de vidrio que conducía al balcón. El rubio deslizó la puerta y se arrimaron en el barandal.

- 17, ¿Y tu?-

- Igual- contestó la azabache. - Tienes una hermosa vista- comentó.

- Uno de sus lujos- presumió Adrien sonriendo.

Sus kwamis se quedaron en la cocina para recargar sus energías. Entraron a la sala y el le dió a conocer su segundo hogar. Pasaron por el baño de la sala, el cuarto de visitas con su propio baño y al fondo del pasillo, la habitación principal.

- Aquí es donde yo duermo, el cuarto con el baño más grande- rió.

- Tienes un hermoso departamento- mencionó Marinette.

- Y cuando no tengas a donde ir, puedes venir acá mi lady, mi casa es tu casa, aunque puedes entrar por el balcón- sonrió Chat.

- Muchas gracias- sonrió devuelta y se sentó en su cama.

El joven se sentó a su lado y le dió un suave beso al cual ella no se opusó. Subió sus manos por sus pecho hasta llegar a los cabellos dorados de el chico. El rubio tenía ambos brazos alrededor de su cintura. El beso era lento y suave. Tomaron aire y volvieron a lo mismo. Marinette entonces se separó.

- Chat- llamó la peliazul poniendo ambas manos en el pecho del joven para separarlo.

- ¿Ocurre algo mi lady?-

- ¿Cuál es nuestra relación?- Chat Noir sonrió y le susurró

- ¿Quieres ser mi novia, bichito?- ella asintió sin poder decir nada.

El rubio la volvió a besar, no sin antes quitarse su chaqueta tirándola al piso. El beso se volvió más salvaje y deseoso. Como si no hubieran comido en días pero que trataban de saborear cada bocado. La peliazul también se quitó su chaqueta negra sin romper el beso.

Las manos del joven bajaron lentamente por el torso de la chica, memorizando cada curva de su cuerpo. Sus manos se detuvieron en el dobladillo de la blusa de la azabache. Se separaron y ella, tomando un respiro, guió las manos del joven por debajo de su blusa. Sus manos desnudas encendían un fuego en la piel de ella con cada toque.

La boca del rubio dejó la de la peliazul mientras arrastraba besos a lo largo de su mandíbula y hacia abajo de su cuello. La joven no pudo evitar soltar el pequeño gemido que escapó de sus labios. Sintió al rubio sonreir en su piel al tiempo que los bajaba a ambos en la cama, él sobre ella.

Volvieron a besarse. Sus besos se tornaron ásperos. La ojiazul se separó al sentir las manos de su compañero debajo de su busto. El la miró con los ojos entrecerrados.

- Si tú no quieres esto...-

- No, si quiero- asintió Ladybug.

- Yo también-

Su piel se hizo cálida al quitarse su camiseta. Ella rastreó su abdomen con sus dedos. Tenía un muy buen cuerpo, formado por los ejercicios de haber perseguido akumas. El rubio le soltó el cabello oscuro, que caía por los hombros de la chica.

La besó nuevamente, un beso duro y áspero, sensual y sexy, era amoroso y egoísta. El joven héroe podía sentir el corazón de su amada latir debajo de él. Ella rompió el beso para ayudarle a remover su blusa, su piel quedando expuesta ante él. No se sintió avergonzada, o con la necesidad de cubrirse. Quería que el la viera, la admirara, la besara, y muchas otras cosas más. Chat paró un minuto para apreciar su cuerpo, para atesorar cada parte de ella.

Sus manos viajaban a nuevos lugares, al principio, su tacto era delicado, como si tuviera miedo de hacerle daño, pero luego sus manos se volvieron audaces, y su toque un poco más áspero.

El cuerpo de la azabache temblaba con lujuria mientras sus manos bajaban por el torso del chico. Los dedos de sus manos buscaban la hebilla del cinturón al momento que el rubio plantaba besos en su pecho.

Eso era nuevo para los dos. Pero emocionante y agradable. Sus gemidos se meclaban creando una perfecta melodía, una canción solo para los dos mientras sus cuerpos se fundían juntos.

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A la mañana siguiente, ambos celulares sonaron y los despertaron. La peliazul tenía su cabeza en el pecho del rubio. Sus ropas estaban en el suelo y lo único que traían puesto eran las máscaras que la chica había hecho. Apagaron sus alarmas y la joven se sentó.

- Ah, hoy es mi primer día de clases, no puedo llegar tarde- dijo al recordar. Adrien se levantó de la cama.

- Hoy también es mi primer día- dijo. Marinette se empezó a reir al ver a su compañero, que se volteó con una sonrisa.

- ¿Te estás riendo de mi?- ella negó.

- No, pero aún no puedo creer que en serio haya pasado- suspiró restregando una mano por su cabello. Chat caminó de nuevo a la cama y se acercó al rostro de la joven.

- Pues pasó, y hay que admitir que fue fantástico- susurró y se tiró encima para besarla. Ladybug lo siguió al rato que reía.

- Nooo- dijo entre risas - Debo ir- suspiró. Adrien miró la hora en su celular.

- Aún tenemos media hora más- dijo y Marinette lo empujó para besarlo.

****************

Sonó el timbre de la primera hora de clases, y Marinette y Alya caminaban juntas a su salón.

- Algo tienes, ¿Pasó algo malo?- preguntó la morena.

- No, al contrario, fue uno de los mejores días de mi existencia- contestó sonriendo.

- A veces no te entiendo amiga, hace meses, un año creo, estabas deprimida al enterarte que Adrien gustaba de una chica, y de la nada parece que- Alya hizo una pausa y colocó una mano en su boca.

- ¿Qué ocu-

- ¡Te gusta alguien!- gritó en susurro la castaña.

- ¿Qué? No- bufó la peliazul.

- Claro- rió Alya y entraron al salón.

- Lo planeaste- acusó Plagg cruzado de brazos.

- No, no lo hice- renegó Adrien.

- Tenías condones- dijo escondiéndose en la camisa de su portador al momento que este bajaba del auto.

- Solo era una precaución- dijo - En caso de que algo pasara-

- Sigue diciéndote eso- bufó el kwami. Adrien corrió hasta su clase y entró cuando la profesora ya había llegado.

Sonrió avergonzado y se sentó en su puesto.

- No es una buena impresión llegar tarde el primer día- le susurró Nino.

- Me quedé dormido-

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Ok, no sé si fue el mejor inicio pero era necesario introducirlo todo. Y perdónenme si estan decepcionados por no hacer un lemmon tan explícito, pero no se escribir uno y no soy fan d eso. Pero mejor, asi no se trauman😂😂 sorry. Entonces, ¿q opinan? Estoy emocionada por este fanfic!!!

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