Escena.

Min empezó a dejar besos húmedos por el cuello de Jimin, dejando un recorrido hasta llegar a su clavícula, luego bajó por su pecho dejando suaves lamidas en sus pezones, siguió bajando hasta llegar a su abdomen donde se quedó por algunos segundos. Jimin estaba ansioso por lo siguiente que iba a pasar, pero el emperador seguía dando besos, mordidas y lamidas al rededor de su pene, haciendo que los segundos fueran horas para él.

—Hazlo ya. —suplicó con su voz inyectada de lujuria.

Min sonrió ante el rostro suplicante de Jimin, quién estaba ansioso por ser poseído. El emperador empezó a dar pequeñas lamidas en el la cabeza del miembro de Jimin, quién respondió con suaves jadeos mientras cerraba sus ojos disfrutando de cada movimiento de Min, éste continuó con su trabajo, chupando y lamiendo el pene de Jimin, quién en ese momento estaba gimiendo locamente sintiendo que en cualquier momento iba a estallar de placer.

—¿Te gusta así? —preguntó parando sus movimientos.

—Ah sí, pero no pares, por favor. —suplicó por milésima vez.

Min siguió con lo suyo por algunos minutos más, el cuerpo de Jimin empezó a tener espasmos anunciando que en cualquier momento se iba a venir, pero el emperador rápidamente paro sus movimientos, causando que Jimin lo mirara desconsiderado sintiendo aún la necesidad en su interior. Min tomó las piernas de Jimin y las puso por encima de su antebrazo dejando la entrada del castaño a su disposición, con una mano condujo su pene a la entrada de Jimin y sin aviso alguno, el emperador se introdujo en él causándole un grito de dolor y placer.

El emperador empezó a moverse rápidamente metiéndose hasta lo más profundo mientras observaba el rostro indescifrable de Jimin, quién tenía sus ojos cerrados y su boca semi abierta soltado fuertes gemidos mientras respiraba con dificultad. Min probó nuevamente los labios de Jimin impidiendo que sus gemidos se escucharan por todo el reino.

—Demuéstrame qué sabes hacer, pequeño. —susurró Min cambiando de posición con Jimin.

Jimin se sentó en el regazo de Min introduciendo su miembro en su entrada rápidamente y comenzó a moverse con rapidez y agilidad. El emperador estaba fascinado por los movimientos tan exquisitos que le otorgaba el castaño, sentía que lo subía al cielo y la vez lo hacía quemarse en el infierno. Jimin siguió moviéndose encima de Min por algunos minutos, hasta que él tomó las caderas de Jimin para ahora ser él el que se moviera, causando que el castaño jadeara fuertemente mientras se masturba con intensidad, sintiendo como el pene de Min escarbaba en su interior con necesidad.

Ambos terminaron al mismo tiempo cayendo exhaustos por el momento que habían pasado juntos. Jimin no tardó mucho en caer profundamente dormido, mientras que Min se quedó sentado en un mueble, observando a Jimin mientras bebía un delicioso vino.

—¡Emperador Min Yoongi! —gritó uno de los guardias entrando en la habitación.

Min rápidamente gruñó mirando con desagradó al guardia —¡¿No te enseñaron a tocar?!

—Lo siento mucho señor, pero es urgente lo que vengo a decirle. —dijo el guardia con su rostro agachado.

—¿Qué es tan importante como para que vengas a interrumpir? —preguntó sin quitar su mirada de Jimin.

—Uno de los presos escapó. —informó el guardia.

—¿Qué? ¡Son unos incompetentes! —exclamó el emperador tomando sus pertenencias.

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