Parte 1 Orígenes
Cuando el tiempo apenas comenzaban existir y las estrellas brillaban por primera vez, existis la nada, el silencio, sin ningún rastro o señal de existencia de alguien, así fue durante años, los años se convirtieron en décadas, y las décadas se convertían en siglos y así continuo hasta pasar un tiempo de mil años y sin haber ninguna señal de vida.
Un día la calma del mar de estrellas se interrumpió cuando un sonido rompió el basto silencio, una estrella fugaz que viajaba sin ningún rumbo, hasta que terminó llegando con un mundo pálido, aquella estrella al llegar a la superficie dio a presenciar que se trataba de una joven de gran belleza, cabellos oscuros y brillosos, piel blanca, ojos azules, portando un vestido fino como si vistiera la mismita luz de las estrellas, una joven de gran belleza que respondía al nombre de Gaia.
Había viajado durante un largo de tiempo, buscando de alguna forma el poder cubrir la falta de alguna existencia que no fuera la suya, pero no sabía como encontrarla, tomando en cuenta de que no sabía el origen que había tenido, cuando estaba por marcharse miro la superficie de la que estaba parada, ella había notado una belleza diferente en aquel mundo deshabitado, con el potencial de poder portar vida, pero para que pudiera tener vida necesitaría de una gran fuerza para lograrlo, por lo que tomó la desicion de ser ella la que fuera la portadora de dar vida y proteger aquel mundo.
De su interior reunió todo el poder que necesitaría y así es como se creo, la esfera de la vida, encargada de crear un mundo digno de su poder, para lograrlo cada aspecto de aquel mundo sería tomado de la esencia de la joven de los cielos, la fuerza de voluntad de la doncella sería el núcleo para la creación de la tierra y las montañas, su amor por los seres vivos daría lugar al bosque y la flora del mundo, la tranquilidad y serenidad de la joven crearía el agua, los ríos y los océanos, el espíritu de libertad que poseia se funcionaria con la esfera de la vida dando lugar a los cielos, y finalmente el sentido de justicia tomaría la forma del fuego y los volcanes.
La creación que la joven había hecho era una maravilla, un mundo perfecto, pero sentía que le faltaba algo y eran seres que pudieran contemplar, admirar y disfrutar tal creación, tomado en cuenta de los paisajes que había tomado creo seres que fácilmente pudieran vivir en ellos, pero el último ser debía ser diferente, este ser tenía que ser el más astuto de todos, para eso Gaia lo creo a su semejanza, con los donde de poder aprender, y vivir, un ser que tomaría el nombre de humano.
Los humanos agradecían a Gaia de tal forma que la habían convertido en su diosa, para responder a los votos que habían hecho hacía ella, juro que protegería y llenaría de paz y armonía a su creación, un mundo que tomaría el nombre de Gaia.
Y así fue que la joven diosa se funcionó con El Centro de Gaia para poder cuidarlo desde su interior,no sin antes escuchar los deseos e historias de la creación de aquel mundo, las palabras de la diosa llego a cada corazón de cada habitante, por lo que juraron proteger cada una de las creaciones y vivir para honrar a la diosa, algunos viajaron a las cercanías del volcán para cuidar las propiedades del fuego y a la vez crear la cuidad de Fakkel, capital de los guardiánes del fuego, otros optaron por introducirse al interior de las montañas, e inaugurar a Stein pueblo de los guardianes de la tierra, las cordilleras serían tomadas por los fundadores de Vind guardianes del aire y los cielos, las playas y costas serían el inicio de la gente que se convertirían en los guardianes de los mares con el nombre de Havet y el pueblo del bosque sería tomado por sus guardianes y así crear la ciudad de Sausen.
Estos magníficos pueblos y ciudades crecerían tropezarían con el fin de poder existir y prosperar, con el pasar de los años cada pueblo avanza a tal grado que terminaron convirtiendo se en reinos todo al servicio de la diosa Gaia,. Para responder a si lealtad la diosa Gaia extraía de cada ser cualquier signo de maldad, desde la más pequeña como lanzarle una piedrecita a un niño hasta los más grandes como el hurto, todo para lograr la convivencia de cada persona, cada pueblo y cada reino, pero la diosa no podía destruir esa energía negativa que recolectaba, por lo que lo expulsaba a los confines de una estrella cercana a Gea, y así fue durante siglos y la vida era magnífica, pero ingenua ya que ignoraban de un peligro que ni siquiera ellos sabían que habían contribuido, en esa solitaria estrella donde se almacenaba todo el mal recolectado, tomaba forma a tal grado que creó su propia conciencia.
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