Capítulo 1

Naruto veía el techo de su habitación fijamente, era de noche, todo estaba oscuro, algo sucedía con él, no se sentía feliz a pesar de tener todo para serlo, giró el filo de su mirada hacia su esposa, una hermosa y amable mujer, sumisa y entregada, la cual, lo amaba con todo su corazón, tenía dos hermosos hijos, a pesar de tener mala relación con Boruto lo amaba, era su pequeño caprichoso, su Himawari hermosa, cerró sus ojos tratando de encontrar un poco de los residuos del chakra de Kurama en su cuerpo, lo extrañaba demasiado, a él, a su Ero-sennin, añoraba a sus padres, a alguien que pudiera aconsejarlo. El zorro había sido brutalmente sincero en el pasado "tu no amas a la Hyuga, no deberías casarte" ahora comprendía cual era su miedo, esta sensación de asfixia, su puesto demandaba mucho de él, pero lo hacía feliz, a pesar de que su hijo no comprendía eso, su esposa e hija eran pacientes con él.

Ahora recordaba su infancia y la necesidad de una familia, ahora la tenía, por eso se había casado, anhelaba llegar y que alguien lo recibiera con amor, lo había logrado y al final se sentía nuevamente vacío, tal vez eran sus complejos del pasado los que manchaban su vida en su presente, pero, ¿por qué no pudo encontrar a alguien a quién amar?, por muchos años creyó que había amado a Sakura, pero eso había sido una idiotez, ella tuvo razón, le dijo que era un capricho, una competencia con su amigo Sasuke, al inicio se sintió ofendido, dolido, él en verdad creía amarla, en esa misión vio el amor que Hinata le ofrecía, recordó como arriesgo su vida por él en dos ocasiones, dando por muerte a Neji en una de ellas, se sintió tan mal con su muerte que vio la oportunidad en esa misión para cumplir con su palabra de cuidarla, dando inicio a su relación, le había dicho te amo después de ser desechado por Sakura, se sintió idiota y un hipócrita, pero si la hacía feliz, estaba bien, ahora mismo no sabía si había hecho bien, no había sido un buen marido para la Hyuga, cada oportunidad que tenía se escapaba a su trabajo y se refugiaba en el papeleo, suspiro lentamente con cansancio.

Cumplirle cada vez era más difícil, al inicio era algo nuevo y delicioso, la Hyuga tenía un cuerpo de infarto, ¿cómo demonios no cumplir?, pero ahora ya no había deseo, no había atracción, había cariño y amistad, pero nada más, ese era el camino que había elegido, no había más, tenía que resignarse y tratar de ser mejor esposo con Hinata y mejor padre para Boruto y Himawari, un líder honorable y respetable como ningún otro, sonrió al recordar el día de su ascenso, la aldea gritaba, alababa su poder, sus hazañas, sus logros, era extraño, el mundo entero lo vanagloria, pero muchos lo trataban como idiota, tal vez lo era, si hubiera sido inteligente tal vez ahora mismo estuviera soltero, dedicándose de lleno a su amada aldea, sentirse solo se escuchaba mejor a sentirse solo con tu familia a un lado, era estúpido su pensamiento y lo sabía, negó con fastidio, aún tenía tiempo para dormir un poco, sacudió su mente, comenzó a dormir con más calma.

….

Naruto firmaba documentos mientras los leía y trataba de desifrarlos, estaban encriptados, su ceño estaba marcado, su rostro se veía cansado. La puerta se abrió dejando ver a su asesor y mejor amigo, Shikamaru lo veía con cuidado -tiene días que te veo más dedicado y metido en tus labores ¿sucedió algo? -el rubio negó -simplemente, es una manera de distraerme -el Nara lo vio con cuidado -extrañas a kurama ¿no es así? -Naruto asintió levemente sin levantar el rostro -toda mi vida estuvo a mi lado, dejó un enorme vacío en mi -el rubio mientras escribía pensaba que también él debió morir en ese momento, sino hubiera sido por su amigo, ahora lo estaría, su muerte había sido culpa de su debilidad, al igual que en algún momento sucedió con su Ero-sennin -que fastidio, sé lo que estás pensando, fue su decisión y no deberías culparte -caló su cigarro absorbiendo una gran cantidad de humo, lo dejó salir lentamente mientras observaba a su kage, la oficina estaba rodeada de un gran silencio, el tic tac del reloj y el movimiento de las hojas de su escritorio era lo único que podía oírse por algunos momentos.

El rubio veía su trabajo con total atención tratando de ignorar las palabras de su amigo, hasta que no aguantó más su mirada, levantó el rostro con tranquilidad -no puedes decir que no soy culpable, mi debilidad lo llevó a su muerte, la imprudencia de mi hijo y ese sujeto otsutsuki, todos los involucrados fuimos culpables, Kurama era un ser noble, con un gran corazón, lo amaba como a un hermano, lo extraño demasiado y eso no va a cambiar, su ausencia me hizo darme cuenta de cuantas idioteces he hecho en mi vida.

El rubio dejó la pluma que traía en mano, cubrió su rostro con ambas manos tratando de calmarse -a veces quisiera regresar el tiempo y modificar muchas de mis acciones, pero sé que eso es imposible, sé que tengo todo lo que siempre quise, pero esta maldita situación me asfixia, sólo Kurama lograba calmarme -Shikamaru lo observó por un momento analizando a qué se refería, apretó el ceño con duda -¿a qué te refieres?, a qué situación? -el Uzumaki negó con más calma, sonrió forzado -olvídalo, no te preocupes, trataré de relajarme, debe ser el estrés, desde su muerte no he podido estar en paz -el Nara lo vio con cuidado, le preocupaba el rubio, se acercó a su lado, apretó su hombro con cariño -sabes que estoy para ti rubio, somos amigos, que cursilerías me haces decir, que fastidio -el Uzumaki lo vio, sonrió asintiendo -te agradezco-

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