09|♡Nacimientos♡

El tiempo paso en un abrir y cerrar de ojos.

Las tres mujeres que estaban embarazadas, ahora estaban a un paso de dar a luz.

A Emira y a Azra realmente no les hacía feliz la idea de que esas tres tuviesen poder alguno, y desde que hicieron la fiesta en el harén por el embarazo de las tres chicas, el odio se había incrementado.

De hecho en esa fiesta habían pasado varias cosas que intentare resumir lo más posible.

Para empezar la reacción de Emira y Azra, ambas palidecieron al enterarse de eso, pues aquello era un golpe para su orgullo.

Emira temió por la vida de su hijo al saber que esas tres pudiesen tener un varón.

Luego de esas reacciones, estuvieron toda la fiesta con cara se acuchillar a alguien.

Gulden, Harika y Günay prácticamente ignoraron las caras de las otras dos, era una fiesta en honor a los nuevos miembros de la dinastía, nadie podría arruinar su pequeño momento de paz.

Mükerrem les dio un pequeño presente a cada una, por primera vez en su vida veían como la Valide sonreía.

Quizás ella como suegra no era la mejor, pero como abuela sí, era bien sabido que amaba a sus nietos por igual.

Luego de eso no pasa nada, salvo que Azra le estuvo tirando indirectas muy directas a Günay, y esta le respondía del mismo modo.

Emira fingió inocencia tras verte un liquido del vaso al vestido de Harika, ganando que la última le gritara de cosas en español.

Gülden observaba todo con una sonrisa, aunque si le llego a dar una mirada a Azra por su comportamiento hacia Günay.

Ahora volviendo a la actualidad, Harika estaba en la habitación de la médica, pues ya habían empezado las contracciones y la situación era evidente.

Gülden, Günay, Azra, Emira y Mükerrem se encontraban fuera de la habitación, esperando la noticia del nuevo miembro de la dinastía.

Emira rezaba que sea una niña, quería que no hubiera competencia para su cachorro, olvidando el hecho de que a Gülden le faltaban dos semanas para dar a luz, y a Günay 3.

De todas maneras saldría un príncipe, si o sí.

──Allah ha bendecido a nuestro Sultán, La Sultana Harika a dado a luz a un hermoso Sehzade.

Mükerrem sonrió al igual que Gülden y Günay, una vez entro la Valide a la habitación ingresaron Günay y Gülden con unos anmulentos y regalitos para el pequeño príncipe.

Azra entro de mala y miro al bultito con odio, mientras que Emira miraba al suelo con miedo de todo, "Sultana Harika."

Si antes el Sultán ni caso le hacia, ahora seria peor, pues ahora ella era una Sultana...No, todavía no, Harika no se había convertido al Islam.

Y hasta donde tenía entendió, la única de esas tres que estaba convertida al Islam era Gülden, pues la madre Sultana se lo había pedido encarecidamente.

Después Günay y Harika ni cerca de ser Musulmanas.

Con eso en mente, entro con una sonrisa a la habitación donde se encontraba la mujer, Harika no era Sultana y nunca lo sería.

Pudo visualizar la espalda de Yavuz, y guardo silencio, aún con su sonrisa triunfante.

──Tú nombre es Onur, tu nombre es Onur.──Nombre Yavuz con una sonrisa mientras cargaba a su hijo.

Harika sonreía, realmente estaba feliz de haber dado a luz a un niño, ese niño era sangre de su sangre, carne de su carne, una parte de ella que nadie podría arrancar nunca.

Pudo ver la sonrisa de Emira, eso borro la suya, supo inmediatamente que era el por que aún no era Musulmana.

¿¡Como había podido olvidar eso?! Si no se convertía al islam no podría proteger a su hijo de todos en el palacio.

Guardo silencio y se mantuvo sería hasta que todo el mundo salió de la habitación, dejándola sola con Yavuz.

──Me has regalado el mundo con este niño.──Susurró Yavuz al oído de Harika.──Puedes pedirme lo que quieras.

──De ser ese el caso.──Harika le dio una tierna sonrisa.──Deseo ver el mundo a través de sus ojos y respirar el mismo aire que usted, adorar a su Dios y acompañarlo en su camino religioso.

Le había robado literalmente el monólogo a Hürrem, solo que lo había adornado más para que pareciera suyo.

Claramente a Yavuz le hizo feliz la idea de que su querida quisiera convertirse al Islam, por lo que la ayudo a hacerlo.

──A partir de ahora eres una Sultana.──Yavuz beso la mejilla de Harika.









─¿Como dices?──Pregunto Emira alarmada.

──Es así, ahora Harika es Sultana.

Emira tiro la mesa que tenía enfrente, ahora esa mujer si era un peligro para todos sus hijos, no podía permitir que eso pasará.

No quería ni imaginar que ocurriría si Onur le arrebatase el puesto de príncipe heredero a Aslan.

──Necesito aliarme con alguien.──Susurro para sí.






──No puede ser.──Murmuró Gülden al ver el liquido manchar su vestido.──Todavía queda una semana.

Había pasado una semana desde que nació el pequeño Sehzade, hijo de Harika, todavía faltaba una semana para el nacimiento del suyo, esto no debería ocurrir.

Un gritito de dolor se escapo de sus labios, alertando a las criadas, las cuales rápidamente la ayudaron a llegar hasta donde la partera.

Efectivamente Gülden estaba próxima a dar a luz, comenzó a pujar mientras la partera la indicaba como hacerlo.

Harika y Günay, al escuchar la noticia corrieron hasta la habitación por si a su amiga le pasaba algo.

Estuvieron esperando unas cinco horas para que Gülden terminase de parir.

Con el transcurso del tiempo fueron llegando los demás, incluso Yavuz miraba con desesperación la puerta de la partera.

──Felicidades mi Sultán.──Sonrió la mujer.──La Sultana Gülden nos ha bendecido con un nuevo Sehzade.

Yavuz río y entro en la habitación para abrazar y besar la frente de su hijo, Mükerrem le dio una pulsera a Gülden y la felicito por haber dado a luz a un niño.

Azra y Emira se querían morir ahora, más que cuando Harika había dado a luz.

Günay, se mantuvo al lado de Harika y observo la escena con una sonrisa, le alegraba ver a sus dos amigas felices con sus hijos.

──Tu nombre es Ahmed.──Susurro Yavuz.──Tu nombre es Ahmed.

──Mi Ahmed.──Sonrió Gülden al tener al niño en sus brazos.

──Pídeme lo que quieras.

──Me gustaría donar dos cofres de oro a un orfanato, si me lo permite.

──Claro, pondré el dinero a tu disposición.

──Se lo agradezco.



──Iré al palacio de caza con mi familia un tiempo.──Informo Yavuz a su gran visir.

──Supongo que no irán sus favoritas con usted.

──Azra vendrá.──Dijo Yavuz.──Ella tiene que venir, no puedo dejarla sola en este palacio.

──¿Günay Hatun?

──¿Günay? ¿Quién es esa?──El Sultán guardo silencio.──La esclava negra, no ella no, que se quede, no la quiero cerca mío.

──Como ordene, me ocupare del estado.

──Claro, lo dejo en tus manos.──El Sultán miro a su alrededor.──Cuando ella de a luz, no me llames, estaré ocupado en otras cosas, no necesito problemas, el nombramiento puede esperar.

──Como desee.──El gran visir guardo silencio al oír eso, eran sus hijos los que venían, no podía tomarlo como algo sin importancia, aunque igualmente no dijo nada.



Las cuatro semanas que faltaban para que Günay diese a luz, se cumplieron, aunque claramente a nadie del palacio le importaba.

Pues, todo sabían que Günay era un cero a la izquierda en ese palacio, era bonita si, pero su color de piel era el problema, su color canela era algo que nadie podía perdonar.

Por lo que las mismas criadas que la atendía nunca la atendía como era debido, en resumen, Günay tuvo que hacer todo en su embarazo, ya que las dos sirvientas se la pasaban cuchicheando entre sí y haciéndola menos.

Y el trato había empeorado cuando la familia del Sultán se marcho para el palacio de caza, las sirvientas dejaron de atenderla y se la pasaron en el harén todo el día, ignorando por completo el dolor y el estado físico que sentía Günay.

Las contracciones habían empezado, y no había nadie cerca para ayudarla, se sostuvo como pudo de la pared.

Los gritos empezaron a ser escuchados por el harén, pero a nadie pareció importarle, y la partera que andaba por ahí, hizo oídos sordos, pues no quería ayudar a una mujer que no se convertiría en sultana y mucho menos a una mujer morena, quién sabe como saldrían los hijos del Sultán.

──Recuéstate en la cama Hatun.──Un Agha entro en la habitación tras escuchar los gritos de la mujer y ver que nadie venía.

Günay hizo lo indicado, siendo guiada por el Agha, comenzó con su labor de parto.

Estuvo siete horas luchando para no morir en el proceso y dar a luz al ser vivo.

──Felicidades Sultana.──Sonrió el Agha.──Son dos hermosos niños, bueno, un niño y una niña.

Günay se limpio las lágrimas de los ojos y extendió los brazos para cargar a los suyos.

──Que hermosos, los dos.──La morena beso la cabeza de los niños.

──Le avisare al gran visir que llame a la familia.──Sonrió el Agha.

Dejando sola a Günay salió corriendo emocionado en busca del gran visir, su emoción desapareció al escuchar las palabras del visir.

Volvió a la habitación cabizbajo, preguntándose como el sultán no quería conocer a sus dos pequeños, si eran preciosos.

──Sultana.──Llamo el Agha.

──No vendrá, ¿Cierto?

──Lo lamento Sultana.

Gunay le dio una sonrisa al eunuco y le tendió una bolsa de oro.

──Es para ti, fuiste el único que me ayudó, ¿Cuál es tu nombre?

──Es muy generosa, solo hice mi trabajo, Mi nombre es Mirhca, mi Sultana.──Sonrió Mirhca.

Günay asintió y miro de nuevo a sus hijos, odiaba a Yavuz, y su odio solo incrementaba al ver que estaba apartando a sus hijos.

──No soy Musulmana no soy una sultana, tampoco voy a cambiar mi amada religión por ese maldito, tráeme agua.

Mirhca miro con curiosidad a la mujer, pero aún así hizo lo indico, vio como ella decía algunas palabras en un idioma desconocido para él, al mismo tiempo que hablaba vaciaba un poco de agua encima de las cabezas de los niños.

──Su mamá es escritora.──Volvió a hablar en turco.──Tu nombre, querido hijo es "Akeem", significa: "sabio", se que serás un hombre sabio.

Mirhca tomo al Sehzade en brazos para ayudar a la mujer.

──Y el tuyo, alma de mi alma.──Hablo Günay mirando a su hija.──Sera Nahid, significa: "Elevada", tendrás una grandeza que todo el mundo te respetara.

──¡Larga vida al Sehzade Akeem y a la Sultana Nahid!──Grito Mirhca con una sonrisa, contagiando a Günay.

Bueno, tendremos que entender que para esa época el color de piel moreno y negro era despreciado por todo el mundo, por lo que inevitablemente iban a mirar mal a Günay.

Afortunadamente encontró a una persona que le será más leal que nadie en este mundo.

Realmente me apena escribir las partes de Günay, pues son las que serán mas crudas.

Por otro lado ya empezamos con lo bueno, tenemos a cuatro Sultanas y a una favorita hambrienta de poder.

Con el proximo capitulo damos inicio a la tragedia del siglo.

Los quiero <3

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