──Son grandes.──Céline miro con asombro a la habitación de Harika.

──¿La vas a compartir con alguien?──Pregunto Defne arreglando un cojín.

──Hasta que haya otra favorita no, no la voy a compartir por el momento.──Explico Harika tocando el espejo que tenía frente suyo.

──Asi si dan ganas de estar con esa hombre.──María obtuvo la mirada de las demás.──Pero no, no por una habitación voy a entrar a sus aposentos, ni que fuera una mujer de mal vivir.

──Eso es cierto.──Céline comenzo a ordenar algunas de las joyas de Harika.──No vale la pena estar con el por una habitación.

Defne no dijo nada, simplemente comenzó a ordenar la ropa en los cajones, realmente a ella le parecía tentadora la idea de ir a los aposentos del Sultán, total no era amiga de ninguna de las otras tres.

Bueno de María si, por que iban juntas al colegio y tenían gustos en común, pero fuera de eso, no tenía ningún interés en hacer amistad con Harika o Céline.

Defne no entendía a que jugaba María, primero que nada ella era la persona más asocial del mundo que solo se dedicaba a escribir y solo hablaba cuando alguien le hablaba primero.

¿Por que de la noche a la mañana se había vuelto el ser más sociable del mundo?

──¿Ya conociste a la primera consorte?──La voz de María la saco de sus pensamientos.

──¿Había otra consorte?──Pregunto Harika confundida.

──¿No viste "Él Sultán"? Siempre hay una primera consorte que quiere matar a las demás.

──No, no la he visto.

──Debe ser bonita.──Céline miró a las otras dos.──No hay manera de estar en este haren si no eres bonita.

Una criada entro en la habitación, callando a las jovenes, la mirada de la mujer era de odio.

──¿Quien de ustedes es Harika?

Harika avanzó hasta ella y la miro, sin avisar la mujer la tomo del brazo y comenzo a arrastrarla por el harén, obviamente Harika grito que la soltara, pero la mujer ni caso hizo.

La llevo a una habitación y una vez dentro, la tiro al suelo, más específicamente a los pies de la Sultana Emira.

──¿Por esta cosa me cambio?──Preguntó mirando con odio a Harika.

──No soy una cosa.──Se levantó del suelo.

Emira odiaba que alguien le contradiciera por lo que una abofetada cayo en la mejilla de Harika, dejándole la mejilla roja e hinchada.

Harika la miro con odio e iba a devolverle la cachetada, pero una idea cruzó por su cabeza.

Sin decir nada, salió de los aposentos de Emira y comenzó a correr hasta donde los del Sultán, en el camino comenzo a ensayar su papel lastimero y una vez los Aghas le dieron el paso a la habitación.

Comenzo a sollozar sorprendiendo a Yavuz.

──Harika, querida mía, ¿Quién se atrevió a golpearte?──Pregunto Yavuz acariciendole la cara.

──No me creera.──Sollozo.

──Claro que lo haré.

──La Sultana Emira me abofeteo.──Las lagrimas cayeron por sus mejillas ablandando el corazón de Yavuz.──Y también me llamo: "cosa."

Yavuz beso la frente de Harika y salió de sus aposentos hecho una fiera, dejando a Harika sola.

La hatun sonrió, si Emira queria una guerra, ella se la daría, pero no a golpees, ella usaría su inteligencia.

Estaba decidido, le arrebataria a Emira todo, desde él amor del Sultán hasta su poder en el harén.

Y cuando eso sucediese, veremos quién se atreve a desafiarla.

──Mi Sultán.──Emira sonrió mientras hacia la reverencia.

──¿¡Quién te crees que eres?!──Preguntó Yavuz tomandola de los brazos y sacudiendola.──¿¡Quién eres tú para golpear a una de mis favoritas?!

La criada de Emira miro la escena con miedo, ni siquiera podía defender a su Sultana y nunca había visto a Yavuz tan enojado.

──Ella...──Intento justificarse Emira.

──¡Ella no tiene nada que ver en tus celos enfermizos!──Yavuz tiro al suelo a Emira.──¡Agradece que eres la madre de mis príncipes!──hizo una pausa.──Si yo me vuelvo a enterar de que hiciste algo como eso de nuevo, te juro que hare que te encierren en el calabozo por unos días.

Salió de la habitación dejando a Emira llorando desconsoladamente, si antes odiaba a Harika, ahora la odiaba el triple.

──¡MALDITA MUJER!