La futura reina

Sus damas atienden sus últimos detalles, a sus labios les da color, sobre sus mejillas el rubor.

Su vestido era más revelador de lo que pensaba, la tela blanca seleccionada por varias capas cubría sus senos e intimidad lo suficiente, aunque las aberturas en ambas piernas la asustaban.

Su abdomen era sujetado por un corset claro, su cuello fue sujetado con una gargantilla roja, sus pies con unas sandalias de tacón alto plateadas.

Su cabello suelto con una ligera moña.

El tatuaje de su espalda había sido cubierto por la tela.

Una lástima.

En su antebrazo había una pulsera dorada.

Las damas se apartaron de ella permitiendo que se viera al espejo.

El vestido era liviano, la hacía lucir sexy, le gustaba y lo disfrutaría para una noche de bodas, pero, ¿para una presentación como futura reina?

El inconformismo en su rostro hizo dudar a sus damas.


—¿Alteza, no le gusta?

—Respóndeme una inquietud —se señaló en el espejo —¿Esto usa la futura esposa del rey para presentarse ante la sociedad?

—Sí alteza, en nuestro imperio es una tradición que la mujer use vestiduras livianas y reveladoras, de esa manera demuestra su belleza, el blanco la pureza, el rojo el compromiso, el plateado su fuerza. ¿Desea que cambiemos algo de su atuendo? —inquirió la chica

Ella negó con la cabeza

—En ese caso estamos listas alteza, debemos irnos ahora —recalcó la joven

Alysa asintió con la cabeza, el que sus dos piernas tuvieran más movimiento, el que una ligera tela cubriera su intimidad no le agrado; sin embargo, como nueva reina estaba dispuesta a seguir con sus tradiciones.

Si al menos hubiera terminado de leer el libro sobre la cultura de las Bestias Divinas habría reconsiderado la opción del vestido.

los pasillos estaban vacíos, el personal no se hizo notar en la fiesta; al seguir avanzando se encontró con Adrián en otro pasillo caminando a su paso.

Sonrió nerviosa al verlo relajado, con prendas livianas.

Una camisa cuello tortuga negra sin mangas, un pantalón del mismo color ligeramente elegante, sandalias doradas, el broche por el que siempre sintió interés, un brazalete similar al suyo, un arete largo dorado y una sonrisa envidiable.

Al salir a la luz, en medio de una escalera ambos sujetaron sus manos.

El nerviosismo de Alysa fue demostrado en su mirada, Adrián giró el rostro a su pueblo, ella hizo lo mismo segundos después.

—Les presento a la nueva estrella del imperio —dijo el rey orgulloso

Con sus palabras miles de aplausos gobernaron el salón, la sonrisa de los nobles tras la aceptación le impresionaron.

El salón estaba lleno del alto rango dentro de la dinastía noble del imperio, personas con las que debía tratar si quería llegar a una aceptación más segura.

los labios de Adrián se pegaron en su oído.

—Te dije que la aceptación sería lo de menos —su voz fue un acto de confianza

Al sujetar su mano una sonrisa se dibujó en sus labios, bajaron las escaleras mostrando grandeza en su mirada.

Fueron alabados con aplausos, felicitaciones e incesantes halagos hacia la emperatriz.

—Debo admitir que conquistó un sol, su majestad —un duque cercano al rey halago a la mujer

—Veo que las buenas noticias hacen milagros duque Clanist —comentó Adrián

—No solo las buenas, los chismes más que nada

Adrián rio con discreción.

—Cariño, te presento al duque Clanist, amigo cercano a la familia y primo de Marcus

—Es un placer —Alysa extendió su mano con educación

El duque la tomó sonriendo pícaro, besó sus nudillos guiñando el ojo.

—El placer es mío, alteza —él no soltó su mano —sabía que después de un trago amargo viene algo dulce, pero no esperaba que fuera tan dulce

La mirada coqueta del duque causó un revuelo en Adrián, su mano estaba muy cerca, un saludo largo a su parecer.

Quitó la mano con discreción de su prometida, sonrió con amabilidad cambiando el tema.

—¿Su viaje le permitió recorrer todos los lugares que deseaba conocer?

Clanist entendió a donde fue el asunto.

—Sí señor, pero ninguno de esos lugares tiene la belleza de su prometida —él le dirigió la mirada a la futura reina con interés

Ella la desvió con discreción.

Adrián estaba conteniendo mil comentarios imprudentes ante la realeza, sus halagos eran buenos, lo suficientes como para repetir más de una vez.

Sabía que Clanist era coqueto al dirigirse a las mujeres, pero hacerlo delante de él era una falta de respeto.

—Le agradezco los halagos hacia mi prometida, pero le agradecería más si se queda callado —respondió

Él se sorprendió por su comentario, había visto esa parte de él en el pasado, pero no tan fuerte como ahora.

De verdad estaba enloquecido por ella.

Abrió sus labios para hablar; sin embargo, su primo interrumpió la conversación antes de que él dañara la relación familiar.

—Alteza, su majestad, me alegra mucho verlos

—Marcus qué gusto —Alysa sonrió extendiendo su mano

Él la besó con respeto

—Veo que ya conoce a mi familiar —él lo pegó a su cuerpo con su hombro

—Sí, debo admitir que si su majestad no me hubiera dicho pensaría que solo es un allegado

El asistente del rey rio con nerviosismo.

—Lamento mucho interrumpir su conversación, pero me permiten un momento al duque —Marcus lo tomó de la muñeca

Ellos asintieron con la cabeza, Clanist se negó a caminar con él; sin embargo, la fuerza del menor era superior por lo que se lo llevó a rastras hasta alejarse lo suficiente

Otros nobles conversaron con la pareja, por instantes que fueron del interés de Alysa.

Támara solo observaba a la que sería su madre con interés, se veía hermosa con ese vestido.

Hablaba bien de los presentes, sonreía, reía con moderación y su padre seguía el comportamiento.

Se consideraba afortunada de tenerla, aun así, las dudas siempre nacen, hasta el momento ella fue buena, amable, le enseñaba y junto su padre estaban intentando despertar su bestia, pero su madre también era así, cuando Adrián las veía ella era lo más amable posible, la trataba con cariño, la besaba, la abrazaba, le hablaba con amor.

Cosas inusuales en ella, pero que se sentía bien recibir amor.

Así fuera falso.

Alysa intrigada por la mirada de la pequeña, desvió sus ojos por un momento a la niña, le guiño el ojo con una sonrisa en sus labios.

El corazón de Támara latió con fuerza, una sonrisa temblorosa se dibujó en sus labios.

—¿En qué piensas princesa? —la voz a su lado la sacó de sus pensamientos —¿no te agrada?

—No es eso tío Marcus

—¿Entonces?

—Es muy amable conmigo, pero algunas veces siento que lo hace solo por mi papá, no creo que me quiera

—No creas, ella es amable con todos, ama tu padre y de la misma te ama a ti —Marcus acarició su cabeza

—¿Cómo estás tan seguro? —Támara levantó la cabeza

—Ella iba de vez en cuando al orfanato de la capital, jugaba con los niños, les contaba cuentos, les llevaba dinero para su sostén, se quitaba los guantes para sentir su calor y en ocasiones olvidaba sus ramas nobles para comportarse como una niña pequeña —explicó el moreno

—¿No le molesta la piel ni el título?

—Ella no es tu madre Támara, es mejor, no necesita jugar contigo por agarrar al rey, lo hace de corazón

Támara bajo la cabeza volviendo a ver a la mujer.

—¿Te agarra?

—Su sencillez y su humanidad son puros, se gana el cariño de todos por su carisma. Al igual que tú —la pareja comprometida se veía feliz, cambió el tema con la princesa sin previo aviso —¿quieres un chocolate?

—Sí —afirmó con brillos en los ojos

—De acuerdo, pero no le digas a tu padre

—Okey

Alysa y el rey se apartaron de los nobles por un rato, salieron al balcón del salón apreciando al reino.

Adrián sujetó su cadera pegándola a él, besó su sien con cariño.

—¿Por qué hablas así con el duque Clanist? —inquirió Alysa

—¿Por qué te importa?

—Me pareció grosero tu tono de voz, ¿no son allegados a la familia?

—Lo son, pero Clanist no me cae bien, además de que intentó seducirte —frunció el ceño, sus ojos mostraron aburrimiento inmediato

—¿Cómo lo intento? —cuestionó

—Te besó los nudillos, sostuvo tu mano mucho tiempo, te miro con deseo y no me gustaron sus halagos —respondió

—Fue grosero —Alysa lo fulmino

—Estoy de acuerdo, él fue muy grosero

—Eres un caso perdido —recalcó

—El caso perdido que amas

Alysa sonrió, le dirigió la mirada al rey con interés dejando un suave beso sobre la comisura de sus labios.

—¿Debo usar algo así para la boda?

—No estás obligada, puedes diseñarlo a tu manera —Adrián le dirigió la mirada

—¿Cómo te gustaría que fuera? He leído que el vestido debe ser delicado, que detalle el cuerpo de la novia y sobre todo que tenga brillos para mostrar su poder

—Como quieras, todo lo que uses se ve hermoso

Alysa sonrió, en su mente el vestido de su matrimonio con Adrián ya estaba más que diseñado, solo quería que fuera inepto para agregar algo más a su vestuario.

Nota de autor:

Actualización doble como agradecimiento por su paciencia con esta historia, muchas gracias por su apoyo, esperarme y seguirme en cada actualización 🫶🫶.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top