La emperatriz roja
No paró de llover, aun así, eso no interrumpió los preparativos y la fiesta en el palacio Melodiano.
Como temática permitida por Su majestad el emperador Bennett, la fiesta tuvo un ligero título "criaturas celestiales" donde cada aristócrata debía vestirse como un animal, uno bello que representará grandeza.
Como única limitación, el león.
Bennett e Eileen solo llevarían una característica con su animal, una capa de piel de león blanco.
Un animal escaso, el cual estaba en vida de extinción; sin embargo, bajo el berrinche de una joven emperatriz que no sabe del mundo.
Es imposible negarse a una petición tan complicada, y con un emperador cegado de amor por un hechizo, la única esperanza del imperio es esperar que la futura emperatriz tome su papel en serio.
ATT: Aniclak
El periodista que veía la fiesta como un infiltrado, no dejaba de escribir a escondidas cada minúsculo detalle.
Podría ser un sirviente o incluso un invitado más de la corte, un aristócrata clasista que solo ríe por chistes malos llevando su mano a su boca.
Burlándose del infortunio de otros.
Charlotte, la mujer quien más llamó la atención por su vestido dejó boquiabiertos a todos, estaba usando un vestido pegado al cuerpo con tonalidades oscuras brillantes, cuando la luz de la araña tocaba su vestido, este se apoderaba de colores verdosos.
En la espalda cargaba con una cola grande que resaltaba por encima de sus hombros, en sus manos llevaba un anillo de zafiro, con pulseras doradas y unos aretes de diamantes que se encargó de robar antes de irse del imperio.
La máscara tenía ligeras plumas de pavo real, y así, con ese traje llamó la atención.
Incluida la de Bennett.
Los nobles al ver a los emperadores bajar de sus tronos y caminar por la alfombra roja abrieron el salón.
Los músicos atentos a la maravilla de sus emperadores esperaron que ellos tocaran el último escalón cuando tocaron un clásico.
Juntos bailaron por la pista con cuidado por el embarazo de Eileen, todos apreciaban a su emperatriz de cabellos rojos.
Felices de que ahora tenían a una mujer de su lado y con buenas ideas como Alysa.
¿Cómo se gana la aprobación?
Prometiéndoles cosas que no podía cumplir, hablando sin pensar, y agradando a todos con belleza.
Entre los grandes invitados, había uno que nunca apartó la mirada de Eileen.
La conocía desde antes, en su época de esclavitud.
Ahora como emperatriz, su belleza aumentaba.
Luego del baile todos aplaudieron, entre esa cantidad abrumadora de aplausos, Eileen se sonrojo por debajo del antifaz.
La aprobación llegó con muchos cumplidos.
—Te dije que te iban a amar tanto como Alysa —Bennett le susurró en el oído
—Tú lo sabes todo, mi amor
Con una nueva pieza que tocas todos los nobles entraron en la pista rodeando con esplendor a los emperadores para bailar con elegancia.
La belleza del acto entre refinamientos y ligeros pétalos de rosas cayendo en la pista dando la bienvenida a la nueva emperatriz.
Deja ver en el salón un aspecto mágico.
El periodista estaría escribiendo el acto a la sustancia, por último, haciendo una comparación en sus escritos.
—Está boda es la más cara del imperio, Alysa fue sencilla con su vestido, pero su boda fue la más hermosa del imperio, y entre la belleza y el dinero hay una línea muy delicada recordemos que es más atractivo un hombre viejo con dinero que uno bello y esclavo. Tal como la emperatriz roja. No aguanto el momento para ver la boda de "La emperatriz falsa"
***
Pasaron las horas, el agua pareció parar, el ambiente se mantenía cálido en el matrimonio y la emperatriz tuvo que quedarse sentada por el estado de su embarazo.
Recibió bendiciones, infinitas bendiciones que atrajeron la alegría del emperador.
Aunque la gracia no podía durar, entre los presentes, los altos mandos y demás, una joven destacó por su vestuario.
El escote en corazón, acolchado de sus mangas a la altura del pecho, con plumas de cisne.
Su falda resaltaba más qué nada la apariencia del animal, su máscara tenía tres plumas plateadas al lado izquierdo de su ojo, sus ojos resaltan entre ese matiz puro.
El rostro de un cisne en esa máscara, más el cabello oscuro, negro, trago estragos, recuerdos e intriga entre los presentes.
Eileen apretó el apoyador de oro al ver a esa mujer que le quitaba toda la atención.
Bennett acercó su rostro a su emperatriz sin quitarle los ojos de encima a esa mujer.
—¿Tú la invitaste? —inquirió
—No —su voz seca atrajo su atención
si ninguno de los dos la invito, eso significaba que aquella dama misteriosa se había colado entre los invitados.
La mujer solo sonrió acercándose a los emperadores, con cada paso un noble retrocedía.
Pronto al estar en el altar, en la mira de la alta sociedad, resaltando por encima de la emperatriz y sobre todo llevando un vestido blanco, ella se inclinó ante ellos.
—Larga vida al sol quien gobierna esta tierra con fervor, con su grandeza traerá gloria a la tierra del León. Larga vida al fuego del imperio, que su gracia y bondad perduren por la eternidad —ella extensión su mano a Bennett, él la entrego recibiendo un gran beso en su anillo más extravagante
Eileen observó de reojo, luego fue ella quien recibo el beso en los nudillos.
—Gloria, gracia y grandeza para el futuro príncipe —ella extendió sus manos en el aire y hablo en voz alta sin dejar su sonrisa
Al bajar lo hizo con una reverencia, y nuevamente los nobles no dejaron de apreciar su belleza.
Por el vestido que usaba estaban seguros qué pertenecía a un alto rango de la nobleza, pero ¿cuál? Quienes eran los parientes de tal belleza.
Pronto los murmullos llegaron a ella.
—Qué falta de respeto usar un vestido blanco en la boda de su majestad
—Es bella, ¿a quién pertenece?
—Es obvio, a una casa que no le enseña valores, parece una celestina
—No hay que ser groseros, mi Lady, los emperadores no pusieron excepciones con color u animal. O dígame, ¿dónde ha visto un cisne negro? ¿Eso no sería peor que usar blanco?
—Ninguno de los dos colores está permitido en una boda señor, además, si existen solo que no se ven en este imperio –La mujer ajito su abanico
—¿Enserio? Ustedes las mujeres se preocupan mucho por la vestimenta
—Somos vanidosas, nos preocupa nuestra apariencia
—La apariencia o la soltería
Basto con ese comentario para callar a esa noble soltera.
La misteriosa mujer no se apartó sólo para escuchar el comentario y luego reír en voz baja.
Charlotte intrigada por la mujer se acercó a ella tomándola con brusquedad del brazo y atrayéndola.
—¿Quién eres?
—Buenas tardes madame, siempre es bueno saludar, ¿no lo cree? Es educación básica
—No saludo a la servidumbre
—¿Servidumbre?
—Por supuesto, debe ser de un extracto bajo con sueldo de rica para poder costear tal vestuario —Charlotte cruzó los brazos
Las miradas de todos prontos se posaron en ellas dos.
—Madame, si fuera de la servidumbre ¿cómo explica que entre? O siquiera ¿cómo pagué este vestido? —ella hizo una ligera pausa esperando respuesta sin obtenerla —Madame, no se quede callada, ¿no lo sabe todo? O trata de ofenderme porque sabe que su vestido costó menos que el mío
Un sonido mudo salió de la boca de todos.
—Yo tengo más poder que usted.
—Ser una ex reina no la hace más poderosa, solo demuestra que su reinado fracasó y por eso nadie la recuerda, nadie sabía quién era usted hasta el divorcio, es más, creo que es la aristócrata menos interesante de toda la sala.
Ella calló de inmediato, sin embargo, aún tenía algo que sacar.
—Tuve el poder una vez y lo puedo obtener por segunda vez, en cambio usted solo se hace notar por irrespetar a su majestad la emperatriz con su vestido, solo hablan de usted por eso, su educación se demuestra con su vestimenta —Charlotte sonrió llevando una de sus manos a su mentón
—Y la suya con sus acciones, y antes de que se sienta alagada, en mi mente usted es adulta con poca capacidad crítica para no ver la frase de otra manera —Ella se acercó hasta su oído —bien dicho Charlotte, tuviste el poder una vez, pero me temo que no la volverás a tener, porque eres igual que una ramera y casarse con una dama fácil no es bien visto por la sociedad. Con su permiso, Madame
La dama desaparece entre la multitud, todos murmuran sorprendidos, Charlotte busca en esa sintonía algo que le pruebe que escucharon las últimas palabras de la misteriosa, pero nadie comentó sobre eso.
Solo de como el cisne de la fiesta se había defendido.
Aniclak escribió escondido, luego se volvió a incorporar en la fiesta.
—Qué fiesta tan maravillosa, ¿no les parece?
—La mejor de todas —contestó una mujer
Todos levantaron sus copas luego de escuchar a una ser golpeada con una cuchara, entre los presentes resaltó un hombre.
—¡Larga vida al sol y al fuego del imperio, que su gloria nos gobierne siempre! —el hombre alzó la voz tanto como su copa.
Los demás los siguieron con un enorme coro:
—¡Larga vida a los emperadores!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top