Espía Divino
—Sus majestades —un hombre detrás de ellos cubría con su cuerpo a dos nobles
La mirada de los dos lo obligó a hacerse a un lado, luego se retiro.
Una pareja cercana a la familia Real le borró la sonrisa a Adrián, la madre se distingue por tener el cabello rosa.
—Duquesa, que gusto verla
—Majestad —ambos hicieron una reverencia
—Felicidades por su compromiso —el duque, padre de Charlotte analizó a la futura reina —Majestad, lamento interrumpirlo, pero ¿me permite hablar a solas con usted?
La duquesa se adelantó, sujetó su hombro hablando a su oído.
Adrián sonrió.
—Lamento informarles que su hija huyó al imperio de Melione, por tal motivo no puedo hacer nada hasta su regreso —contestó
Alysa abrió ligeramente los ojos, desvió su mirada hacia él buscándola, lo único que recibió fue un apretón de mano de parte de su prometido.
—P- pero es la madre de Támara —refutó el duque
—Lo lamento, pero ella tomó la decisión de abandonar a la princesa, por lo tanto, la duquesa Charlotte no volverá a ser bienvenida en este palacio, ni en ninguno que sea de mi propiedad; soy baste misericordioso con ustedes por ser los abuelos de la princesa —explicó
—Majestad, pero... es la ex reina
—Bien dicho, la Ex, pero ninguno de los dos podemos hacer que su hija reconsidere, abandono a la princesa, al imperio, a su familia solo por ir a Melione y residir allí. De hecho, les dejo una carta. Los espero mañana a primera hora para entregarla, ahora por favor, retírense
Los duques se vieron a los ojos, hicieron una reverencia para luego retirarse.
Alysa detalló la preocupación de los dos duques al retirarse y comentar a la distancia.
Adrián se llevó las manos a los ojos, un gran suspiro se escapó de sus labios, seguido de eso la mirada de la mujer del lado lo mataba.
—¿Pasa algo?
—¿Por qué no me dijiste que Charlotte estaba en Melione?
—No lo vi redundante, sea cual sea la razón de su abandono no importa, no tocará el palacio Saladino —expresó
—Eso no interesa, lo que importa es que está en Melione y puede llegar a manipular bastante bien a Eileen
—Ja' Charlotte es inteligente, pero... la veo más en un papel de amante; se lo que te digo —cruzó los brazos —no te preocupes, tendrás todo lo que quieras, y como lo prometí tu venganza y el poder que obtendrás será máximo, harás historia cariño —su voz calmada no logró convencerla
Temía, conocía a una mujer resentida, ella era una, con razones para destruir el palacio, el gobierno.
Aunque Charlotte, no se quedaba atrás, si lograba acercarse a Eileen lo suficiente podría llegar a ser de ayuda para su ascenso al trono, aunque también a su destrucción.
—¿Fue buena reina? —inquirió
Adrián suspiró
—Te estas preocupando mucho, deja de sobre pensar y escucha. Ella no tiene ninguna oportunidad de llegar a Bennett como esposa, ni a la corte como consejera. A ninguno de ellos les gustaría tener a una mujer de dinastía Divina en su corte; pueden llegar a ser bastante celosos con este tema —expresó sujetando su hombro
Aunque no lo demostrará, estaba cansado de la conversación, lo menos que quería en ese momento era que su prometida sobre pensará la situación, que siguiera con la preocupación.
Cuando la tuviera dentro de la dinastía, con su apellido se aseguraría de servirle hasta deshacer todas sus preocupaciones.
—Dejemos el tema, ¿bien?
Ella asintió con la cabeza, tragó en seco pensando en aquel que estaba en el trono, imaginando que podía pasarle al lado de dos mujeres. Pero tal vez, Adrián tenía la razón, conocía a Charlotte tanto como ella conocía a Bennett.
Ambos necesitan de una ayuda superior para poder lograr algo en la vida.
—Támara... ¿podrá obtener su bestia sin ayuda?
—No lo creo, ninguno de los herederos o descendientes Fernsby ha logrado despertar su bestia sin ayuda
—Ella es un caso especial, ustedes obtienen su bestia en el vientre y viven con ella desde que son pequeños, Támara ya cumplió edad para haber tenido su bestia —Alysa fue sujetada de la cintura por Adrián
—Alguien estuvo leyendo sobre niños Divinos
—Lo hago desde que descubrí el embarazo, y la madre tiene mucho que ver —explicó
Adrián relajó el ceño, acarició el cabello azulado de Alysa.
—Contigo como su madre su bestia despertara, no te preocupes —besó su frente
Adrián sujetó la mano de Alysa con fuerza, al entrar al salón sus ojos no dejaron de ver a Támara comiendo chocolates con Marcus.
Alysa desvió a su pareja, sabía que si los veía tendrían problemas.
A la distancia se acercaron Ross y Dayan, su pareja, y protectora de la futura reina.
Ambas hicieron una reverencia, Dayan tomó la mano de Alysa besándola, lo mismo hizo Ross.
—Nos alegra mucho disfrutar de su belleza y presencia, Reina —Ross masajeo los nudillos de Alysa
—Gracias, por invitarnos, sus majestades —Dayan sujetó el brazo de su pareja, ella dejó la mano de Alysa
—Ross tienes un momento
Ella asintió con la cabeza, luego se dirigió a su pareja y a la reina.
—Lamento dejarlas ahora, pero debo resolver un tema con la comandante —Adrián dejó a las dos mujeres conversando mientras se alejaban con Ross
Alysa en su mano tenía una copa de champaña al igual que Dayan.
—¿Le dijo que Charlotte estaba en Melione? —inquirió la mujer de cabello blanco
—Sí, ¿dónde escuchaste la información?
—De las sirvientas
—Entiendo... hace una semana estás aquí y me doy cuenta que ya estás al día de todo —bebió un poco de champaña
—No crea alteza, aun me falta aprender mucho, pero como ciudadana, mujer, y ahora su protectora, puedo asegurarle que Charlotte no es una buena persona —explicó la mujer
—¿Me serás leal? —inquirió con un tono de voz serio
—Sí mi señora. Mi vida y alma estarán ligadas a servirle, mi bestia la protegerá a usted y su dependencia
Alysa sonrió bajo la copa, la mirada de la reina hacia Dayan causó tensión.
La mujer tembló, se mantuvo serena, aunque Alysa la estuviera matando con la mirada.
—Dayan, ¿verdad?
—Sí señora
—Sí de verdad me eres leal debes hacer algo por mí —hizo una señal con la mano, Dayan se acercó a ella como se lo pidió —quiero que vayas a Melione y te infiltres como sirvienta
Dayan le dirigió la mirada sorprendida, su petición era mucho para lo esperaba.
—Pero soy su protegida no puedo alejarme de usted —recalcó
—No me han nombrado reina, por lo tanto, tú no eres mi protegida —contestó —¿Cuánto quieres para ser más que mi protegida?
La pregunta inquietó su mente, abrió ligeramente la boca prensado en la cantidad que deseaba, aun así, también tenía lealtad sobre Adrián, sobre Ross.
—Lo lamento, pero me niego a seguir su orden —Dayan se paró derecha
—Entonces usted no es digna de ser mi protegida —la firmeza en su voz quebranto el honor de Dayan
La mujer frunció el ceño, trago en seco apretando sus labios, miró a Ross y al rey conversando con seriedad, conocía la expresión de su pareja cuando las cosas andaban mal.
—Alteza, le han dicho que suele tener mente para estrategias pero que no piensa en los perjudicados
—No necesito que me lo digan, porque lo sé. Dayan eres una mujer muy inteligente, pero a la vez muy desconfiada, eso... creo que es lo que me agrada de ti. Aun así, no es suficiente para que estés a mi lado siempre, por lo tanto, agradezco tu interés al ser mi protegida, pero como te dije antes no eres digna de serlo. Con permiso —Alysa se dio media vuelta
Dayan se quedó quieta en el lugar donde estaba, con inquietud por las palabras de Alysa, curiosidad al mismo tiempo.
Al verla alejarse no soporto que volviera a hablar con otros nobles, volviendo a incluirse con otros.
Atendiendo su situación como futura reina.
Observó su reflejo a través de la copa.
«Buscará la forma de espiar a Charlotte a través de mí, pero ¿por qué la quiere a ella? No es suficiente tener a Adrián, o ¿solo quiere seguir espiando a su ex esposo? ¿Sigue teniendo sentimientos por su ex marido?»
—Quiero que me consigas un espía —la voz de Adrián resonó en su oído
Dayan giró su rostro con discreción al rey quien le indicaba a Ross.
—Buscaré a mi mejor hombre, señor, pero ¿piensa seguir con el plan inicial?
—Eres lista Ross, espero tu espía en la mañana —contestó Adrián sujetando su hombro
Dayan detalló el compromiso en la mirada de Ross, para luego cambiar su expresión a una más relajada cuando amigos del rey se acercaron a ellos.
Saludo con amabilidad, aquellos nobles también eran sus conocidos, por lo que la naturalidad al hablar siempre era su fuerte.
Sus ojos de nuevo se posaron en la reina, ella habló complacida con las mujeres de la corte que no dejaban de admirar su belleza.
Pasaron varios minutos para que la dejaran sola, antes de que otro noble se acercara; Dayan la tomó del hombro abrazándola, la llevó al balcón soltándola de inmediato.
—Quiero que me diga la verdad, si acepto este trabajo, su majestad el rey debe estar enterado
—Lo estará en efecto, solo necesito su confirmación —la sonrisa en sus labios empezó a formarse
—Pero hablaré con el rey, se lo diré yo misma
la sonrisa desapareció.
—Sí eso es lo que deseas, mañana te espero en la oficina del rey. Una última cosa Dayan —se acercó a su oído —Ross debe estar fuera de esto, ¿entendió?
—Sí señora
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