12. Parte 1
Mónaco. Febrero
—Lamento mucho no haberlos ayudado en la mudanza.
—No te preocupes Charles, tienes que estar listo para la pretemporada, además entre Caro y yo lo tenemos controlado.
— ¡Hola Charles!
—Hola Caro, espero y no esten muy fatigados con la mudanza.
Ambos mexicanos se miraron y sonrieron cómplices.
—Ehh... sí es algo cansado.
La realidad es que ambos estaban sentados en la sala viendo cómo los empleados qué Lance había mandado acomodaban todo.
—Tengo que irme, lo siento, espero verlos pronto.
— ¡Adiós! ¡Sigue manteniendote precioso! —Carola escuchó las risas de ambos mientras colgaban la videollamada— Amo mi trabajo ¿Por qué todos son tan pinches guapos? ¿Es requisito?
Checo comenzó a reír de las ocurrencias de su compañera, contratar a Carola había sido una de las mejores decisiones.
—Entonces... —Sergio frunció el ceño al ver la chispa en sus enormes ojos verdes— ¿Ya nos comimos a ese bombón?
— ¿Ya nos comimosh a ese bonono? ¿Api que esh bonono?
— ¡Carola!
— ¡Ay no bebé! No digas eso.
Sergio, Carola y Patricio pasaron la primera noche en Mónaco comiendo pizza para deleite del más pequeño.
— ¡Papi, Papi, Papi, Papi! —Checo sonrió al escuchar a su pequeño terremoto llegar corriendo con su celular— ¡Tío! ¡Tío Cangulo!
— ¿Quieres que llame a Oscar?
—Sí, por favol
—Bueno veamos sí no esta dormido.
Checo tomó a su pequeño hijo y lo sentó en sus piernas mientras enlazaba la llamada con el australiano.
La pequeña cabecita de Pato olía al suave shampoo frutal que le habia comprado.
Bastaron tres tonos para que el más joven contestara, se encontraba en Alemania ya que Mark no podría viajar.
— ¿Cómo están mis dos personas favoritas?
— ¡TIO CANGULO!
— ¡Hola mi precioso Patito! ¿Te gusta Mónaco?
— ¡Siiiiiii! Hay mar y una abeca, estaño a Kimi.
—Oh, estoy seguro de que Kimi también te extraña.
— ¡Mila! ¡Mila! —su pequeño hijo tomó el celular y se retorció hasta bajarse de su padre y correr a su habitación con Checo siguiéndolo— ¡Mi cama es de rasho!
— ¡Oh por Dios! ¡Es genial Patito! ¿Me dejaras dormir ahí cuando te visite?
—Ajap, mi Papi, mío, me la compo.
Patito literalmente aventó el teléfono y se subió a su cama para tomar su juguete de Rayo. Sergio tomó su teléfono.
—Bueno, parece que solo quería presumirte su nueva cama —ambos adultos rieron.
—Dios, cada que veo ese auto me siento un pordiosero —soltó Oscar cuando el teléfono enfoco por un momento el Aston Martín.
—Lo sé, hasta miedo me da tocarlo.
—Aja, lo dice quien tiene un Jet privado.
Sergio se sonrojo un poco.
•°•°•°•°•°•
Estaban a unos días de viajar a Bahrain, ya habían hablado con Patito sobre lo que significaba y el pequeño parecía emocionado de ver los grandes autos.
— ¿Lo repetimos?
— ¡Chi!
— ¿Entonces cuando un güero muy feo y desabrido te agarre sin tu permiso que vamos a hacer?
— Voy a gritar ¡Iugh un güero! ¡Suetame!
—Eso bebé —Carola sonrió orgullosa del pequeño.
Lo que no contaba es que se encontrarían a varios rubios y Patito se había dedicado a gritarles ¡Iugh un güero!
—Patito, ya te dije que no debes decirles así, es grosero —repitió cansado Sergio, estaba comprando sus playeras de Ferrari para asistir a la primera carrera cómo lo había prometido, casi no salía del departamento pues no se quería arriesgar a que lo reconocieran— Caro ¿Sabes por que se la pasa diciendo eso?
—Ahhh hora verás... el otro día en el parque un niño rubio le mordió un dedo, sí, fue triste, entonces ahora los odia.
Sergio se quitó los lentes para la computadora y la miró, pero estaba tranquila leyendo un libro por lo que no sospecho nada.
El sonido del celular interrumpió la tranquilidad de la sala.
—Hola Lew —la mexicana volteó de inmediato para verlo con una enorme sonrisa— ¿Cómo estás? No, viajaré el martes... sí, sí, podríamos vernos el viernes, iré a darme una vuelta primero... ¿Cenar? Claro, te aviso cuando esté allá. Un beso.
Al cortar la llamada se topó con esos enormes ojos verdes, a veces pensaba que Carola tenía más ojos que cara.
—Así que ¿Sir Lewis Hamilton? ¿Qué deseaba tan amable caballero?
—Quería preguntar sí me gustaría viajar con él.
— ¿A ese delicioso pedazo de chocolate amargo precioso, suculento, maravilloso, delicioso, que seguramente huele a gloria, ya nos lo comimos?
Checo se tardó un poco procesado todo lo dicho por su amiga, antes de soltarse a reír.
—Qué te puedo decir... el chocolate inglés es delicioso.
Después de un grito qué casi lo dejó sordo, volvieron a concentrarse en lo suyo.
•°•°•°•°•
— ¿Papi, arone vamosh?
Patricio se tallaba sus pequeños ojos con sueño mientras su padre lo cargaba y él se aferraba a su Rayo.
—Vamos a viajar ¿Recuerdas? tenemos que ir a esas increíbles carreras.
— ¡Oh sí! ¡Cómo Rasho!
—Sí, ahora duerme mi pequeño bebé.
Sería un vuelo larguísimo por lo que Caro y él tenían varias estrategias para entretener al pequeño, empezando por evitarle el jetlag.
Fue terriblemente cansado para los tres, pero Patito era el más entero. Aterrizaron cerca de las 6 de la tardes, por lo que se sentía fresco, la ventaja de viajar en avión privado es que el paso por la aduana era mucho más rápido.
Se hospedarian en un lugar diferente al de los pilotos, aun no quería que lo vieran.
No tardaron mucho en instalarse en la habitación.
— ¿A donde vas?
—Tengo algo que hacer, no tardare —Carola lo miró con el ceño fruncido— No es nada malo, pero necesito saber algo.
Con eso salió a buscar el auto que Toto había rentado para ellos, se sorprendió al ver que no era un deportivo y tenía instalada una silla para niños, perfecta para patito.
Antes de bajar se colocó una gorra negra, sus lentes y un cubrebocas. Camino de manera rápida para evitar ser reconocido.
Era una suerte que al ser día de medios algunos pilotos aún no regresaran del circuito y los que ya se encontrarán descansando.
Justo cómo a quien iba a buscar.
Una vez llego a la habitación se quitó el cubrebocas y lentes y tocó. Escucho murmullos dentro y unos mínimos después la puerta fue abierta.
— ¡CHECO! ¿Cómo?
—Hola Pierre yo...
— ¿Checo? ¿Dijiste Checo? ¡Pierre ábrete a la verga! ¡Checooooooooo!
— ¡Mon poussin! —Sergio se vio casi tacleado por el pequeño japones.
— ¡ESTÁS AQUÍ! —lo estaba abrazando con mucha fuerza, quería reír de la cara de dolor de Pierre, se había golpeado el codo— ¡ESTÁS AQUÍ!
El mexicano lo abrazó cuando sintió que empezaba a sollozar.
—Creo que deberíamos entrar a la habitación.
Prácticamente tuvo que cargar al pequeño japonés adentro.
—Oye, pero tranquilo, no llores así —Sergio le acarició la espalda hasta que se calmó— ya, ya, ya...
—Es que —los sollozos no lo dejaban hablar correctamente— te fuiste, te fuiste y me abandonaste.
Sergio sintió el peso de la culpa, sí bien se había escudado con el embarazo y no tener emociones fuertes, después simplemente lo ignoro porque se sentía traicionado, pero ahora teniendo a Yuki llorando desconsolado, se dio cuenta de que tal vez se había equivocado, sí bien estaba en todo su derecho de sentirse ofendido, tal vez no era la forma de alejarse de sus seres queridos, ellos no tenían la culpa de lo sucedió.
—Lo sé, lo siento mucho.
Tardaron aproximadamente 10 minutos antes de que el japonés logrará controlarse. Gasly se sentó a observarlos en silencio, Checo estaba sentado en el sillón con el cuerpo de Yuki sobre él, cómo un niño pequeño.
—Pero vamos, tú no eres tan sensible...
—Lo siento son las hormonas —murmuró mientras se separaba y limpiaba sus ojos.
— ¿Hormonas que tienen que ver con las hormonas?
1 hora después...
— ¡EMBARAZASTE A MI POLLITO! ¡Maldito francés mañoso!
Yuki estaba sentado en la sala con sus pequeños pies balanceándose mientras comía una paleta de hielo, Sergio tenía media hora gritándole a su prometido.
—...¡MI POLLITO! ¡No ves que está chiquito! ¡Ni siquiera pediste permiso!
—B-Bueno, p-pero tampoco lo hice solo ¡Él ayudo! ¿Dónde querías que te avisara Checo?
—Cierto —Eso pareció calmarlo, después volvió a sentarse junto a Yuki— ¿Cómo te sientes? ¿Cuántos meses tienes? ¿Por eso dejaste el equipo? ¿Ya fuiste al médico?
—Sí, aunque solamente sera por esta temporada, ya veremos la otra y apenas voy a cumplir 3 meses.
— ¡Oh Yuki! estoy muy feliz por ustedes. Después de la carrera debemos cenar para platicar, invitaré a los demás, tengo que presentarles a alguien.
•°•°•°•°•°•
No quería levantarse, el jetlag estaba acabando con él, solo Patito y Carola podían quedarse disfrutando del hotel, mientras él tenía que trabajar.
De inicio tendría una pequeña junta con los Team Principal para coordinar todo.
Toto Wolff, Christian Horner, James Vowles, Oliver Oakes, Mike Krack y Jonathan Wheatley estaban sentados a su alrededor.
—Siempre es un placer verte Sergio, pero debo decir que los años te han sentado de maravilla.
Christian fulmino con la mirada a Vowles ¿Qué demonios? ¿Acaso le estaba coqueteando a su yerno?
—Gracias para mi también es un placer regresar.
Después de casi una hora terminando de afinar los detalles de cómo iría tratando a cada unos de los pilotos.
Al terminar Christian corrió a abrazarlo.
—Estoy tan contento de que estés aquí, cuando Toto me dijo que habías aceptado estuve tan feliz ¿Entonces empezarás en Redbull? Ya quiero tenerte de vuelta ¿Por cierto, esa chica de Instagram...
—Cielito...
—No hables Torger, entonces... ¿Vamos a Redbull?
—Lo siento, pero iré al circuito a observar, tal vez mañana pase.
Se despidió con un abrazo de ambos hombres y se dirigió al circuito.
—Chrisitan Edward Johnston Horner, no eres nada sutil, además vida mía ¿Qué te hace pensar que utu muchacho tiene una oportunidad?
— ¿Crees que él tuyo sí? Por favor...
—Mi muchacho es un Sir y... se de muy buena fuente que alguien tiene una cena esta noche.
Esa simple frase se ganó dormir en el sillón de la habitación.
•°•°•°•°•°•
Su disfraz parecía estar funcionando, se había estado moviendo por todo el paddock observador había tratado de evitar a los pilotos principales pues la prioridad eran los pilotos bebés.
Solamente Nico había sido capaz de reconocerlo por lo que después de eso decidió retirarse a su hotel, tenía que preparase para su cena con Lewis.
—Estás segura de que puedes quedarte con Patito...
—Sergio Michel Perez Mendoza, para eso me contrataste asi que termina de arreglarte para que no hagas esperar a ese bombón de chocolate.
Así es cómo una hora después estaba llegando al restaurante donde se había citado con Lewis.
—Te ves precioso —fue lo primero que Hamilton le dijo al verlo llegar, haciéndolo sonrojar.
La cena había sido increíble, Sergio había olvidado lo bien que sentía llevaba con el moreno.
—El domingo después de la carrera cenaré con Yuki y Gasly, deberías venir.
—Me encantaría precioso.
Cómo buen caballero que era, Lewis había insistido llevarlo hasta su habitación.
Estaba a punto de despedirse cuando Lewis lo tomo de la mano y acarició sus nudillos.
—Sergio yo... te extrañe y de verdad estoy muy feliz de tenerte aquí.
—Yo estoy feliz... —sus labios habían sido cubiertos por los del moreno.
Por principio se quedó quieto antes de dejarse llevar. Los besos de Lewis habían sido maravillosos y ahora se daba cuenta de que seguían siendo maravillosos.
Al ver que no era rechazado, Lewis profundiza el beso, sus brazos rodearon la pequeña cintura del mexicano, deleitandose de su estreches, mientras Sergio enterraba sus deseos en los rizos apretados del moreno.
Su cerebro había hecho corto circuito hasta que el moreno lo empujó contra la pared y comenzó a besar su cuello. Eso le regreso un poco de cordura y regreso a la realidad recordando que estaban en el pasillo de un hotel.
—Lew...yo... debo... debo irme.
—Claro, solo... —y volvió a besar, un beso tan posesivo que lo dejo sin aliento
Antes de que su cerebro se hiciera chicharrón, corrió a su habitación.
Lo primero que se encontró fue a Carola.
—Soy una zorra, Palmer.
Dios pensé que si llegaba, pero no llegué... solo 10 minutos tarde... ¿Qué pensaron que ya tendríamos drama?
Nanaiz, este capítulo está chiquito porque falta la parte dos donde si habrá de todo, solo que tendremos que esperar al domingo.
soy terrible, lo se, pero el trabajo está acabado conmigo.
Por cierto... Miren... mi mente a veces trabaja duro y ya tengo esas nuevas en mi cabeza
Aguanten las carnitas que el próximo capitulo viene juelte.
Los quiero amistades.
Bais ❤️
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