11.




Noviembre. Alemania.

—Anda, pásame ese frasco de pepinillos.

Sergio suspiró, era el segundo frasco de pepinillos qué pasaba y sinceramente ya estaba asqueado.

—De verdad, no sé cómo puedes comer esto.

— ¡Eres una mala persona! —el castaño parpadeo pues ahora estaba llorando mientras comía— ¡Yo te conseguía tu estúpida sopa de tomate a las 3 de mañana! ¡Maaark!

— ¿Qué sucede, mi vida?

—Tú hijo está siendo malo conmigo.

Checo quería reír, pero sí lo hacía probablemente conseguiría más llanto.

—Sergio —Mark salió de la cocina cargando a su pequeño Pato, mientras comía un mango con todas las mejillas manchadas. Adorable— ¿Qué le estas haciendo a tu madre?

No pudo evitar sonreír, desde el nacimiento de Patito, los Vettel-Webber se habían autonombrado sus padres y más cuando Patito comenzó a llamarlos abuelos. Ya estaba acostumbrado a que lo llamaran hijo.

—Solo estoy preocupado por mi hermanito, va a salir con cara de pepinillo

Una exclamación ofendida se escuchó a su lado mientras reía, pero solo necesito un beso y un abrazo para que Seb lo perdonará.

—Entonces… ¿Regresamos a Mónaco?

—Ustedes no tienen que…

—Sí crees que nos vas alejar de nuestro bebé estas mal, nosotros vamos a donde ustedes vayan, claro que tendrán que esperarnos un poco en lo que este pequeñito nace.

El castaño sonrió, estaba tan feliz por Seb, les había costado tanto y aunque al principio había estado delicado, su bebé había logrado resistir y ahora entrando a sus 8 meses, Sebastián estaba más radiante qué nunca.

—Ya muero por conocer a este bebé —comentó acariciando el vientre del rubio— Seguramente será precioso. Por cierto, este fin de semana iré a Mónaco.

—Mónaco… —murmuró Mark— Mónaco ¿Cómo, el país Mónaco? ¿Ese Mónaco? ¿El Mónaco de donde es Charles Leclerc?

Checo frunció el ceño un poco confundido, la geografía nunca había sido su fuerte, pero estaba seguro de que solo existía un Mónaco en el mundo, tal vez en Las Vegas hubiera algo…

— ¿Sí? —contestó dudoso, ¿Por qué siempre le hacían ese tipo de preguntas? siempre fallaba, era Max el que se aprendía esos datos, ahora, sí preguntabas por perritos ahí so cambiaba la cosa.

— ¿Checo?

—Ah… —incluso su bebé lo miraba curioso mientras chupaba su hueso de mango— Sí, sí, ire a ese Mónaco, de hecho Charles me ayudará, me ha estado mandando fotos de un complejo de departamentos recién construidos, están cerca de la costa así que Patito y yo podríamos ir a la playa, dice que el barrio es muy tranquilo y hay muy buenas escuelas alrededor.

—Y seguramente esta a 5 minutos de su casa.

—Eso no le pregunte verdaderamente.

Sebastian ya no se contuvo más y se carcajeo, para frustración de su marido, su pequeño mexicano era tan despistado y lento para algunas cosas.

— ¡No rías! Sabes que estoy perdido en geografía. Bueno el caso es que regresando tendremos que entrevistar a la niñera de Patito, Nico me dijo que necesitamos a alguien que sea discreto y un acuerdo de confidencialidad, así que me hice ayudado a buscar candidatas, pero quiero que ustedes me ayuden.

Mónaco. Noviembre

—Insisto en que podías haberte quedado en mi casa.

—Gracias Char, pero no quiero ser una molestia, solo será una noche.

—Tú nunca serás una molestia Sergio —el mexicano no pudo evitar sonrojarse, Charles se había ofrecido a recogerlo en el aeropuerto y había sacrificado su hermoso Ferrari para recogerlo en un auto más modesto para que no lo reconocieran— Me alegra que escogieras Mónaco. ¿Te gustaría ir a cenar?

—Claro, ¿Crees que podamos ir al último departamento? estoy seguro de que ese será el edificio elegido.

Justo cómo Charles había imaginado, el departamento le había encantado, al ser el ático contaba con un precioso roof garden, con una piscina y desde donde se podían ver las playas de Mónaco.

—Este es perfecto, Pato amará pasar las tardes aquí, además la vista es maravillosa.

Leclerc sonrió, por supuesto que la vista era maravillosa, el sol comenzaba a ponerse y los rayos dorados hacían brillar los mechones castaños de su acompañante, no podía ver sus preciosos ojos pues estaban cubiertos por sus ya característicos lentes oscuros.

Y es que… era hermoso, el embarazo había echo maravillas con él, aunque se veía más delgado, su rostro lucia perfecto y su cabello un poco más largo se ondulada de manera preciosa.

— ¿Puedo preguntarte algo? ¿Por qué regresaras a Mónaco?

Sergio sonrió.

—Me han ofrecido un trabajo y Mónaco es el mejor lugar para establecerme, Alemania no me funciona logísticamente, mucho menos México. Seb y Mark vendrán después de que nazca el bebé.

Charles sintió alivio, pues no sabía que era lo que realmente esperaba, Max ya no vivía en Mónaco, pero eso era algo que Sergio desconocía así que no entendía porque de pronto aquello le había preocupado.

El mexicano seguía absorto mirando el paisaje, pensando en lo mucho que llenaría este lugar de plantas y lo feliz que sería Patito nadando en esa piscina.

Tan concentrado estaba que no noto cuando Charles se acercó a él hasta que fue muy tarde, no supo cómo reaccionar cuando el monegasco poso sus labios sobre los suyos, podía sentir su mano acariciar su mejilla, sus labios eran suaves y delicados.

No sabía qué hacer, pero tampoco lo apartó pues mentiría sí no dijera que fue placentero.

Después de unos segundos que para él fueron eternos se separó.

—Yo… realmente deseaba hacerlo. Checo yo… quiero que sepas que no pienso alejarme, no esta vez, no estando tu aquí en Mónaco. Te adoro a ti y adoro a Patito.

Sintió sus mejillas sonrojarse los preciosos ojos de Charles lo miraban, el monegasco realmente había sido encantador desde que se habían reencontrado, pero el miedo de ser abandonado y lastimado seguía latente.

—Charles yo…

—Lo sé cariño, no debes responder nada ahora, solo quiero que me des la oportunidad de conquistarte.

Sergio no puedo evitar sonreír, dándole la respuesta a Charles, sería interesante ver cómo se tomaría su presencia en el paddock durante la temporada.

—Vamos, te llevaré a tu hotel para que descanses antes de nuestra cena.

•°•°•°•°•°•

El timbre sonó de manera insistente, frunció el ceño pues no esperaba visitas de nadie.

Acababa de ducharse y aún tenía húmedo el pelo. Cuando logró abrir se sorprendió de ver a la persona frente a él.

— ¿Q-Qué haces aq-quí?

— ¿Ya no puedo venir a visitarte? —sin pedir permiso se adentro al departamento— ¿Ibas a salir?

—No, estaba en el gimnasio.

Pudo sentir sus oscuros ojos recorrerlo.

—Sí… —se acercó a él, lo suficiente para invadir su espacio personal, la diferencia de altura no era tanta, un para de centímetros por lo que fácilmente podían mirarse a los ojos— ¿Por qué lo dejamos?

— ¿En serio me estas preguntando esto? ¿Ahora? Ha pasado una eternidad ¿Qué quieres?

—Ufff pero qué humor te botas ¿Qué ocultas? Sé que lo haces y quiero saber que es.

No pudo evitar soltar una risa sarcástica no le estaba gustando nada al tono de su visitante.

—No se de que merde hablas, pero creo que esta conversación se acaba aquí, ahora sí no te molesta te pediré que te vayas.

El castaño se acercó a él.

—Se que sigues molesto muñequito, pero ya deberías perdonarme y hacernos dejar de perder el tiempo, pero sí así quieres jugar, esta bien, salúdamelo.


Alemania.

Mientras el avión aterrizaba no podía dejar de pensar en Charles, la cena había sido maravillosa, desde que se habían conocido se habían llevado bien.

Aunque Sergio era un par de años más grande siempre había tenido facilidad para llevarse bien con todos.

Pero Charles… jamás se había considerado fácil, pero también había disfrutado mucho antes de enamorarse de Max, su relación más seria había sido con Lewis, en algún momento llegó a pensar que estaban enamorados, pero ninguno estaba listo para algo tan formal, por lo que solo se divertían juntos.

Después llegaron esos nuevos talentos, primero Max, con esa actitud arisca y siendo una bestia al volante, en ese momento para Checo solo había sido un joven niño que siempre había sido encantador con él.

Cuando Max tenía 22 ya no eres ese pequeño niño delgaducho de mejillas sonrojadas, había crecido y Sergio había sido consciente de ello y no tanto por el mismo sino que Verstappen se había empeñado en que Sergio lo notará y desterrara esa imagen de niño que tenia.

Por otro lado recordaba cuando Charles había llegado al paddock, había causado cierto revuelo con esos delicados rasgos, preciosos ojos y expresión asustada.

Pero no sabía en qué momento el monegasco lo había visto de manera diferente. Todo en él era un revoltijo de sentimientos.

Tenía que centrarse, tenía que comenzar a pensar en su próximo trabajo, en cómo afectaría a Patito, Toto casi se había desmayado cuando le había revelado su existencia y aunque podía ver la curiosidad brillar en sus ojos acepto conocerlo cuando Checo lo decidiera, lo que más lo había sorprendido fue su aceptación a no decirle nada a su marido.

Sergio quería ser quien le revelará al británico la existencia de su, para todos los fines, nieto, esperaba no provocarle un infarto al pobre viejito.

Ahora tenía que concentrarse en encontrar a la niñera perfecta para su precioso Patito, necesitaría una especie de Mary Poppins, Seb y Mark lo habían ayudado en su búsqueda y abusando un poco del señor Stroll habían ocupado a su sicario personal para investigar los antecedentes de cada uno de los candidatos.

Al día siguiente comenzaría con las entrevistas. 

•°•°•°•°•°•

—Esto es una pérdida de tiempo —Sebastian aventó otro currículum— ¿Para qué sí quiera se postularon? o son unos inútiles o son unos imbéciles qué se les fríen las neuronas nada más al verlos.

Checo quería reír pero sabía que eso solo molestaría más a Vettel, pues el último candidato ni siquiera había sido capaz de responder con coherencia pues no dejaba de tragarse con la mirada a Mark, incluso cuando el rubio entrelazo la mano con su marido dejando a la vista ambas sortijas.

—Hola, Hola, Hola —los 3 miraron a la chica que acaba de entrar, era bajita con un largo cabello castaño y enormes ojos verdes— lo siento pero cómo nadie salió a llamarme decidí entrar ¡Soy la última!

Observaron en silencio cómo se acercó y saludo extendiendo
su mano, primero a Mark, después a Seb y por último a Sergio.

¡No mames, eres Checo Pérez! ¡Ay perdón se me salió! —el sonrojo se apoderó de su rostro, se sentía totalmente avergonzada— Lo siento muchísimo realmente no quería reaccionar de esta manera, pero es que ¡Es el novio de México! ¡Ay no otra vez! Disculpen de verdad que no soy una loca fanática psicótica.

—Así que… ¿Novio de México? —Preguntó el rubio bastante divertido por la expresión de la chica y el enorme sonrojo de su pequeño mexicano.

— ¡Siiiii! Su cara está en todos lados, una muy bonita cara sí me preguntan, que bueno que dejaste a ese estúpido perro desgraciado, malagradecido, reencarnación de Sid, bebé.

Estaba vez Sebastian rompió a reír, le encantaba, cualquiera que odiara a Verstappen tenía su corazón.

—Asumo que usted es ¿Carola Martinez?

Para servirle.

—Bueno te recuerdo que firmaste un acuerdo de confidencialidad —a ningún aspirante le habían revelado la totalidad de la tarea.

Antes de que pudieran preguntarle algo más, Carola comenzó a parlotear sobre todo su curriculum pero de una manera dinámica y realmente importante.

—Habló español, inglés y alemán…

Sergio se había mantenido al margen, pero al ver el rostro de sus acompañantes sabía que los tres habían tomado una decisión, los idiomas eran un plus, pero eran sumamente necesarios para Patito.

—Eres consciente de que estaremos viajando durante gran parte del año, no será un cambio fácil para un niño, por eso necesitamos estabilidad.

—Por supuesto que sí señor Pérez, sinceramente este es un trabajo soñado.

—Muy bien, entonces te esperaremos en esta dirección —Mark le extendió una tarjeta con la dirección de su apartamento— mañana a las 10.

Bélgica. Enero.

Suspiró.

Realmente no sabía que estaba haciendo, Mark y Seb no habían estado muy convencidos de aquello, pero él sentía que lo necesitaba.

Por que ella lo merecía.

Podía sentir sus manos apretar él volante, Carola entretenía a Patito en la parte de atrás, pero sentía su mirada sobre él.

Sorpresivamente su paisana se había integrado a la dinámica familiar con éxito y Patito la adoraba.

Y Seb… después de que la castaña le dijera que estaba lista para partirle su madre al cara de pez lo tenia en su bolsillo.

¿Te encuentras bien Chequito?

Creo que sí, pero es necesario —respiro hondo y bajo del auto.

— ¿Papi? ¿Arone vash?

—Vuelvo enseguida mi amor, espérame aquí con Caro y Rayo ¿Vale?

—Chiii.

Salió del cálido interior del auto, después de los 3 años viviendo en Alemania se había acostumbrado al frío, pero definitivamente seguía sin ser su favorito, ya empezaba a sentir su nariz fría.

Camino hasta la pintoresca casa y toco el timbre.

— ¿Sergio? —escucho esa pronunciación tan característica de los extranjeros— ¡Dios mío Sergio! ¿Qué haces aquí? ¡No puedo creerlo!

—Hola Victoria, también me da gusto verte —fue atrapado en un enorme abrazo por parte de la rubia, sinceramente no había esperado este recibimiento de parte de su excuñada.

— Pero… ¿Cómo? ¿Después de todo este tiempo? ¿Dónde has estado? ¿Qué haces aquí?

—Yo venía… voy a regresar Vic.

— ¿Regresar?

—Voy a regresar a la fórmula 1, aún nadie lo sabe por lo que por favor no quiero que Max lo sepa, sí estoy aquí —tomó las manos de su excuñada— Es porque quería que te enteraras por mi, no por lo medios, porque al fin y al cabo tú también eres parte de esto, yo se que es tu familia, que es tu hermano y que lo amas, pero necesito que me prometas qué no dirás nada le dirás nada, al menos no por el momento. ¿Puedes prometerlo?

—Yo… sí claro.

Sergio le dedicó una enorme sonrisa,  antes de jalarla hacía el auto en el que había llegado, toco suavemente la ventana e instantes después Victoria vio bajar a una joven mujer, realmente no quiso hacerlo, pero su ceño se frunció de manera inconsciente ¿Quién era ella?

Pero, todo pensamiento desapareció al ver al pequeño niño que la mujer traía en brazos. El pequeño sonrió en cuanto los vio, la respiración se le entre corto ¿Era posible? ¿De verdad?

—Vic, te presento a mi bebé Patricio.

—Holiiiiiiii —dijo el pequeño sacudiendo su juguete de Cars.

—H-Hola —le sonrió, era precioso, pero se sentía mareada, miró a Sergio, pero este solo miraba a su hijo— Sergio… acaso… pero Sergio, porque no… él es…

—Sí —una mueca triste apareció en su rostro— es tu sobrino, y yo de verdad lo siento, de verdad me arrepiento de no habertelo dicho no, no lo merecías. tienes derecho a estar molesta, no espero que entiendas…

—Pero lo hago, estoy en shock, pero no te juzgo.

—Lamento hacerlo de esta manera, pero después de este tiempo y conmigo regresando, se que no puedo tapar el sol con un dedo y aunque a mi Patito no le falta amor, también lo estoy privando de su familia, osea tú, yo regreso a Mónaco, de echo solo estamos de pasada, te dejaré mi dirección Tom y tu son libres de venir cuando quieran y prometo que te contaré todo.

—Claro, claro entiendo, Dios es todo tan repentino, ¿Puedo? ¿Puedo abrazarlo?

—Patito, te presento a tía Vic

— ¿Tía?

—Sí bebé, tía. 

Victoria se acercó a cargar a Patito y escuchó atentamente al pequeño castaño, él cual se dedicó a explicarle todo sobre su Rayo McQueen y otro auto que tenía en su casa.

Definitivamente los genes de Sergio habían predominado pero ver y escuchar al pequeño castaño explicarle era cómo ver a su hermano mayor, no puedo evitar que las lágrimas llenaran sus ojo.

¡Oh! Max había perdido tanto.

— ¡Oh pero no llores! Rasho a veces choca pelo siempe ta bien ¿Veda Pa? ¿Veda Caro?

—Sí mi vida.

Mónaco. Enero.


Bajo la tablet qué había estado utilizando, ni siquiera sabía que pensar.

¿Debía importarle? En realidad no, pero esto de verdad no se lo esperaba.

Daniel regresaba a Redbull para correr con ellos este año, Max y Daniel juntos. ¿Qué había sucedido con Yuki?

Habían llegado a Mónaco hace una semana y aún se encontraban acomodando el departamento. Había sido muy difícil dejar a Sebastian y a Mark en Alemania, sobre todo por el bebé. 

Habían tenido un perfecto y precioso bebé, al cual nombraron Kimi, Patito estaba fascinado con él y había sido difícil separarlos.

Pero antes de la primera carrera ya estarían con ellos.

A Charles lo habían visto un par de veces ya qué con la pretemporada a nada de iniciar estaba concentrado entrenando al igual que Lance.

Así que ahora estaba ahí solo, mientras escuchaba a su hijo y a Carola jugar viendo la publicación de la cuenta oficial de la F1.

Había tenido qué revisar muchas cosas, en tres años, el mundo había cambiado, diferentes regulaciones, diferentes dinámicas, más carreras.

Tenía mucho que trabajar para poder ayudar a los pobres pilotos bebé.

Tenía una pequeña lista.

Mick Schumaher
Logan Sargent
Liam Lawson
Jack Doohan
Felipe Drugovich
Theo Pourchaire

Empezaría trabajando con ellos y dependiendo de cómo se vayan manejando verían sí agregar a más.

Estaba coordinando todo con Toto, se había negado a hablar con Chrisitian, necesitaba prepararse mentalmente.

Bahrain. Febrero.

Estaba sentado en las gradas tratando de pasar desapercibido, llevaba un uniforme parecido al de los voluntarios, una gorra negra, lentes oscuros y cubrebocas.

—Vaya, vaya, que guardadito te lo tenías —miró sorprendido al rubio.

—¿Cómo es que siempre me reconoces?

—Soy muy observador, entonces… ¿Sí te reuniste con Toto? ¿Correrás para Mercedes?

Sergio soltó una ligera carcajada.

—Tranquilo señor reportero, sí hable con Toto, sí voy a regresar, pero no cómo corredor, voy a ser un asesor para las escuderías.

—Interesante ¿Me darás una entrevista? —el mexicano asintió— ¿Quién más sabe que estás aquí?

—Todos los directivos de F1, ellos me contrataron, Toto, Christian y Lewis, aunque por lo que vi en redes muchos están especulando.

—Ay Chequito, mi amor, vas a hacer arder este lugar.

•°•°•°•°•°•

Caminaba por el paddock intentando relajarse, se sentía abrumado.

Hace una semana Sergio había vuelto a usar sus redes sociales, pero lo que había publicado le había destrozado los nervios, era una foto con una mujer y ambos se veían muy felices.

Eso lo había tenido distraído, era una suerte que hace mucho se había alejado de su padre, de otro modo lo estaría destrozando.

¿Quién era ella? ¿Qué hacía con él? ¿Dónde la había conocido? ¿Era familia? No, Sergio no más tenía familia.

¡Maldita sea! Necesitaba concentrarse para la maldita clasificación y tener que soportar a Daniel.

No pudo evitarlo pero terminó golpeando una pila de llantas cercanas, definitivamente iba a regresar a terapia.

Se giró para regresar a su motorhome, tal vez hablar con Christian lo relajaría.

— ¡Ouchi! —algo golpeó sus espinillas y al bajar la mirada encontrándose con una pequeña cabellera castaña.

— ¿Te encuentras bien?

Por instinto se agacho y levanto al pequeño para asegurarse de que estaba bien.

El pequeño levantó la mirada y sus ojos se encontraron, algo se detuvo dentro de Max, no sabía que sucedía.

Entonces…

— ¡Iugh! ¡Papi! ¡Un güero! ¡Suetame! ¡Suetame!

—Patito ya te dije que no se les dice así…






Yo sé....

Que perdón de Dios no tengo y los hice sufrir, peeeeero me dio un BLOQUEO, lo peor es que sabía exactamente que quería en este capítulo pero no cómo escribirlo 🥺🥺🥺

Por eso les hice unas excelentes imagines jajajaja.

Esta historia fue creada a partir de la última escena entonces ¿Qué tal?

Ahora tenemos pequeños fragmentos de otras relaciones, en el anterior especularon que era Stroll-Alonso, quiero ver que dicen de esta.

Yo se que no es un Pato, pero así me imagino a Patito cada que alguien se acerca a su papi.

¡NOS VEMOS EL JUEVES, LO PROMETO!

Bais ❤️

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