VOLVIENDO A SONREÍR

Al día siguiente

Era una mañana de primavera.

La luz del sol brillaba tenue alumbrando la aldea que recién comenzaba a despertar.
El trajín del día a día de los aldeanos daba inicio, mientras que una joven de cabellos rubios y largos se daba una ducha para salir, por primera vez en mucho tiempo, al mundo real.

Ino se encontraba nerviosa. Saldría de casa después de 6 largos meses de llanto y dolor.

¿Sería capaz de recuperar su vida?

¿Podría llegar a ser la misma Ino Yamanaka segura de sí misma, alegre y amigable?

Quién sabe.

Tal vez sí, tal vez no.

Lo único que sabía es que daría lo mejor de sí. Gracias a Sakura había entendido que estando sumida en sus recuerdos no iba a llegar a nada.

Por fin dejó las pijamas a un lado, poniéndose su clásico traje morado que tan bien le sentaba. Su rostro estaba algo pálido, por lo que optó por usar un poco de rubor y brillo labial. Ya era suficiente el hecho de que todos supieran que estuvo encerrada debido a la depresión; no quería que además de ello la invadieran con preguntas debido a su aspecto. Su expuesta cintura también estaba más angosta debido a la pérdida de peso, sin embargo eso era más un punto a favor que en contra.

--No sé si esta sea una buena idea, pero intentémoslo-- se dijo a sí misma para darse ánimos mientras terminada de arreglarse.

De pronto tocaron su puerta.

--Hija, ¿puedo pasar?-- dijo tímidamente su padre.

--Pasa.

--Oh mi preciosa niña, ¡me alegra tanto verte así!-- exclamó Inoichi al verla.

--Ya, papá. No creías que iba a salir en pijama, ¿o sí?-- dijo con una sonrisa algo forzada.

--No es solo eso, cariño. Te ves radiante. Parece que todo volviera a ser como antes-- la abrazó fuertemente.

--Prometo poner de mi parte, papá-- dijo -- de verdad, quiero estar bien.

--Me alegra oír eso, Ino. Espero que así sea. Sé que así será. Le agradezco tanto a Sakura por esto-- dijo emocionado --¡Cierto! Yo subía para avisarte que ella te está esperando abajo.

Ambos bajaron y una vez que se acercaron a la puerta, Inoichi la abrazó.

--que tengas un buen día, princesa-- le dio un beso en la frente.

--Gracias, papá. Lo tendré.-- sonrió.

.

.

.

En el despacho del Hokage se encontraban las tres mujeres; la mayor, escuchando la nueva propuesta que le traía su alumna.

--Así que prefieres entrenar con Sakura-- dijo Tsunade sentada en su escritorio, entrelazando sus dedos.

--Con todo respeto Lady Tsunade, creo estar capacitada para poder tomar a Ino como mi nueva ayudante y aprendiz. Además de ello, usted tiene muchas responsabilidades como Hokage, por lo que podría delegarme esta en lugar de sobrecargarse.

--Yo sé lo que puedo hacer o no, Sakura. No me subestimes-- dijo Tsunade con autoridad. --Si dije que podría entrenarla es porque realmente puedo hacerlo.

Ino empezaba a preocuparse. Conocía el carácter de la Hokage, y si no decía algo, probablemente los planes que tenía con su amiga se irían por la borda.

--Lady Tsunade, agradezco su apoyo, pero sinceramente preferiría que Sakura me ayudara. Aparte de ser mi amiga es una excelente ninja médico. No digo que usted no lo sea, es solo que debido a las circunstancias me sentiría más cómoda trabajando con ella-- le dijo mirándola a los ojos. Se podía sentir el temor y nerviosismo que la mayor le causaba; sin embargo, estaba decidida a que Tsunade aceptara su petición.


Por su parte, Tsunade pensó que era lógico que Ino sintiera rencor hacia ella.
No lo decía, pero podía sentirlo. Sabía que la decisión que tomaron los altos mandos fue acertada en términos políticos, pero jamás imaginó que le arruinaría la vida de una jovencita.

¿Cómo iba a saberlo?

Era humano equivocarse. Pensó que aceptando la idea de Sakura, de compartir maestra permitiendo que la entrenara a ella y a su amiga, aliviaría en algo su culpa, pero se dio cuenta que era mejor dejar las cosas en manos de su alumna. No quería que una gran chica, además de excelente ninja se pierda así como así.

Conocía la depresión de cerca y sabía que era un tema muy delicado. Debido al estilo de vida que llevaban, muchos shinobis podrían pensar que se trataba solamente de personas egoístas que se encerraban en su mundo sin querer la ayuda de nadie, pero en realidad no era así. Como médico y como mujer adulta había experimentado el dolor, sufrimiento, las ganas de querer desaparecer. Aún recordaba la sensación de desespero que sintió al perder a Dan y a su hermano Nawaki. En ese momento sintió que su mundo se derrumbaba.

Tenía conciencia de que las cosas no eran exactamente iguales, pero estaba segura de que el dolor que Ino sentía era inmenso. Ellos jamás se volverán a ver, así que era como si lo hubiera perdido para siempre.

Decidió al fin dejar las cosas en manos de Sakura. Tal vez el estar con su mejor amiga le ayudaría a superar su dolor.

--Está bien. Sakura será la que se encargará de tu entrenamiento y tu desempeño en el hospital de Konoha-- dijo poniéndose de pie --Espero que des lo mejor de ti, ya que la responsabilidad recaerá sobre ella, ya sea un cumplido o una queja.

--Prometo esforzarme y ser de ayuda, Hokage-sama. Muchas gracias-- dijo Ino mirando a su amiga con una sonrisa en el rostro.

--Eso espero. Ahora vayan de una vez, los enfermos no deben esperar.

Ambas salieron tomadas de las manos. Una vez que estuvieron fuera de la oficina, se abrazaron fuertemente derramando un par de silenciosas lágrimas de alegría.



18/03/19


¡Hola! ¡Esta historia ha pasado las 100 vistas! Quería agradecer a todas aquellas personas que se toman el tiempo de leer. Sé que en realidad no es mucho, pero para mí lo es.😊😊 Pensar que las cosas que se me ocurren les agrada y la siguen capítulo a capítulo es genial.
¡Gracias!

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