¿QUIÉN ERES TÚ?
--Gaara-sama, necesito que firme estos documentos-- dijo Shikamaru en la oficina de su cuñado. Gaara los leyó en silencio y los firmó.
--A propósito, ¿Temari ya le comentó que planea participar en misiones nuevamente?-- agregó Nara.
--Lo hizo. Es más, en este momento está en una misión de escolta que le tomará aproximadamente una semana-- dijo sin tomarle importancia.
Eso tomó por sorpresa a Shikamaru. No pensaba que se iría tan rápido y además sin decirle nada.
Al ver lo sorprendido que estuvo Shikamaru, Gaara le dijo:
--No sé cuáles sean los motivos por los que mi hermana haya querido salir de la aldea de improviso-- tenía la mirada fija en los documentos --solo espero que no sea nada grave. Sé que los matrimonios tienes altas y bajas, pero no quiero que mi hermana sufra. ¿Entendido?-- levantó la cabeza y lo miró fijamente a los ojos al decir esto último.
--No tienes que preocuparte. Son cosas entre Temari y yo; además ya están solucionadas-- respondió sin inmutarse.
Con esto el pelirrojo confirmó que realmente su hermana había estado teniendo problemas con Shikamaru.
.
.
El camino hacia el país al que viajaban no era tan largo. Dos días de camino no era mucho para shinobis experimentados que están acostumbrados a enfrentarse a situaciones diversas.
Afortunadamente, el territorio era boscoso, por lo que resultaba fácil acampar y a la vez esconderse de posibles enemigos.
--Detengámonos aquí-- dijo Temari. Ya es tarde. Descansemos un poco.
Todos se detuvieron. La comitiva que acompañaba al señor feudal empezó a acomodar los alrededores para que su señor no pasara molestias ni incomodidades. Los vasayos extendieron alfombras costosas y almohadones de plumas alrededor de la pequeña cabina donde este se transportaba para brindale mayor espacio y pudiera descansar. Al lado de este también se encontraba una pequeña fogata, que mantenía caliente a la importante autoridad.
Por otro lado, los tres ninjas se encontraban en los alrededores, en las ramas de los árboles, supervisando desde lo alto para poder visualizar cualquier amenaza que pudiera presentarse.
--Se ve cansada, Temari-sama. Ha sido una noche tranquila, así que descansar un poco no le haría mal. Yo puedo patrullar la zona sin problemas-- dijo uno de los shinobis. Todos los problemas que había tenido con Shikamaru le estaban jugando una mala pasada. No había estado durmiendo bien cuando tuvo la oportunidad, y ahora se estaba quedando dormida en medio de una misión.
--No es necesario. Yo puedo hacerlo-- habló su orgullo. Pero la verdad es que sus ojos se cerraban cada vez más. ¿Qué pasaba con ella? Al parecer, dedicarse a la tranquilidad de la academia la habían puesto fuera de forma. Una shinobi de élite, hermana del Kazekage no podía fallar en algo tan simple.
--Acabo de detectar bandidos por la zona este-- habló por radio el tercer shinobi. --Se están acercando; repito, se están acercando.
--Yo voy, Kiyoshi-- respondió Temari por radio a su compañero --Es la oportunidad perfecta para despertarme, ¿no crees, Itzuki?-- sonrió amistosamente y le guiñó el ojo divertida mientras despegaba a toda velocidad en dirección a los maleantes. El ninja se ruborizó ante la actitud de la kunoichi y la vio desaparecer antes de que pudiera responderle algo coherente.
Los delicuentes trataron de hacerle frente a Temari, pero no eran rivales para ella. Pese a que poseían armamento y a algunos ninjas entre sus miembros, claramente eran de bajo rango y lo único que hacían era estorbar el camino de tranquilidad que planeaban tener Temari y su equipo al transportar al señor feudal.
Temari volvió alegre y completamente despierta. El sueño era cosa del pasado y estaba más alerta que nunca.
--La veo más alegre, Temari-sama.
--Lo estoy. Aunque un poco decepcionada porque ni siquiera tuve que usar mis puños-- dijo con fingida tristeza.
El shinobi le sonrió como quien se divierte escuchando los caprichos de una niña.
--Estoy confundido. No sé si esperamos un viaje tranquilo y sin problemas o uno con muchos bandidos y ninjas renegados para que usted pueda entretenerse-- sonrió tímidamente.
--Jajajajaja pues no lo sé. La verdad es que cuidar a este viejito gordinflón es un poco aburrido; algo de acción nunca viene mal-- susurró en complicidad.
Ambos se miraron. Risas por parte de ambos debieron ser ahogadas para no despertar al señor feudal ni alertar a los presentes.
--Es usted muy graciosa, Temari-sama-- dijo secándose una lágrima.
--No estamos en la torre, Itzuki, déjate el -sama para cuando estemos en un momento serio-- le sonrió dándole más confianza.
--Oh...mmm...e-está bien, T-Temari-san.-- respondió algo cohibido.
--¡Ánimo! No muerdo, Itzuki, ¡no me tengas miedo!-- le dio unas palmadas toscas en la espalda.
--N-no es eso, Temari-sam...¡san!-- se corrigió. --Es solo que siempre la vi tan seria, además de que es la hermana del Kazekage y está casada con Shikamaru-sama, el mejor estratega de Suna y miembro del consejo. Nunca pensé que en algún momento tendría la confianza de poder hablarle a usted de igual a igual.
--Tampoco soy una deidad, Itzuki. Soy como cualquier otra chica, incluso hasta creo ser más joven que tú-- respondió amistosa. --Estaré casada, pero sigo siendo una mujer joven que aún no ha perdido el sentido del humor-- se sentó sobre la rama en la que estaban parados y observó el cielo como una niña, balanceando sus piernas como si estuviera sobre un columpio.
--Shikamaru-sama debe ser un hombre muy afortunado de tenerla a su lado-- dijo en un susurro más para sí mismo que para ella.
--Debería serlo-- Itzuki se sonrojó al saber que ella lo había escuchado. --Pero a veces las cosas no son como uno quiere que sean-- se paró de un salto --Estaré patrullando desde el otro lado-- se fue saltando de rama en rama.
.
.
La siguiente noche fue tranquila. No se presentó ningún contratiempo y pudieron llegar a su destino.
Una vez allá, el señor feudal fue recibido con todos los lujos a los que los grandes señores están acostumbrados. Por su parte, Temari, Kiyoshi e Itzuki se encontraban a las afueras, turnándose uno por uno para descansar.
--Disfrute del lugar, Temari-sama. Nosotros nos quedaremos aquí.-- Dijo Kiyoshi.
--Haremos relevos. Volveré al atardecer y así también podrán descansar ustedes-- sentenció la rubia mientras iba caminando, alejándose de ellos.
El lugar era hermoso. Tiendas por todos lados, gente caminando de un lugar a otro, el olor de diferentes platillos que llegaban a su nariz; pero no sabía qué hacer ahí sola. Era un poco aburrido caminar por ahí sin conocer a nadie.
--Todo sería diferente si estuviera Shik-- detuvo sus pensamientos.
No. Ella seguía molesta con él y con justa razón. Era cierto que él se había disculpado, pero las cosas ya no se sentían igual. Ahora Temari era conciente de que su esposo había estado guardando sentimientos por alguien más. Quizás por eso, a pesar de su amabilidad, ella nunca pudo sentir amor verdadero por parte de él.
Tenía ganas de golpearlo. Gritarle en la cara que ella sí lo amaba y que le dolía que él no le correspondiera de la misma manera. Pero en el fondo sabía que no podía hacerlo. No debía. Al fin y al cabo fue un matrimonio arreglado. Ella tuvo la oportunidad de escoger casarse con él. Él no.
Él tenía razón: ella era su esposa, pero no porque él lo escogiera.
Ni siquiera sabía si él la apreciaba, si gustaba de ella o tenía intenciones de casarse tan joven. Por último, jamás tomaron en cuenta si él tenía una relación antes del acuerdo. Nadie le preguntó, nadie le dijo nada.
Ahora ella se sentía culpable. ¿Tan egoísta había sido? ¿Y si él tenía una relación con la Yamanaka antes de tener que casarse con ella? ¿Acaso se le ocurrió siquiera preguntarle si era soltero?
No...no lo hizo. No se le ocurrió. Ella estaba tan cegada y feliz que solo pensó en sí misma.
Al final regresó con sus compañeros. El día había pasado pero Temari había estado tan ensimismada que solo se detuvo a comer. El resto del día se lo pasó caminando, mirando las curiosidades que le ofrecía el pueblo.
--Vayan a relajarse ustedes, yo me quedaré aquí.
--Pero si aún es temprano, Temari-sama. Pensé que volvería al atardecer-- dijo Kiyoshi.
--¿Cuestionas mis desiciones, Kiyoshi?-- le dijo con un aura maligna.
--N-no, claro que no, Te-Temari- sa-sama-- respondió tiritando.
--Bien. ¡Entonces vayan!
Kiyoshi desapareció, aunque a decir verdad, huyó. Sin embargo, Itzuki no se movió de su puesto.
Antes de que Temari lo mirara con una mirada asesina él habló.
--Si me disculpa, Temari-sssan-- dadas las circustancias y el aparente humor de la rubia, dudaba si debía usar el -san o mantener el -sama --Creo que no es adecuado que dos shinobis vayan a pasear por la aldea mientras solo uno se queda a vigilar.
Temari no respondió. No le dijo que se fuera, pero tampoco aceptó de buena gana su propuesta. Simplemente bufó y volteó el rostro ignorando al ninja.
.
.
Un par de horas habían pasado y ambos se encontraban cansados. La reunión se estaba prolongando y no parecía que fuera a terminar pronto. Por otro lado, Kiyoshi se encontraba aún deambulando por la aldea, pues momentos antes había avisado por radio que le pareció ver forasteros sospechosos que circulaban por el lugar.
--Sé que somos de la misma aldea pero no me parece haberte visto muy seguido, y eso que yo suelo apoyar a mi hermano en la torre-- empezó Temari.
--Emm sí, es que solía pertenecer a Anbu. Probablemente por ello no me recuerde.
--Sí, debe ser. Probablemente haya escuchado tu voz pero entre tantos ninjas es difícil recordarlo-- dijo Temari. --¿Cuál era tu nombre de raíz?
--Mmm no creo que sea conveniente, es clasificado, además...
--¿Desconfías de mí? Vamos, soy la hermana del Kazekage.
--N-no es eso...pero es...clasificado.
--Bueno, bueno. Entonces cuéntame algo de ti. ¿Tienes familia? ¿Creciste en la aldea? ¿Estás casado ya?
El ninja se puso colorado al escuchar la última pregunta. Temari se dio cuenta de su atrevimiento inconsciente y respondió.
--Ehh, disculpa-- se puso roja ella también --n-noo quise ser entrometida. N-no pienses m-mal, solo quería hacer tiempo mientras estábamos aquí-- dijo todo rápidamente y agitando las manos en señal de negación.
--N-no no, Temari- samm..ssan. No es que haya pensado algo malo de usted. ¡Jamás!-- dijo desesperado y agachado el rostro.
Ambos se quedaron en silencio por un momento.
--Bueno en realidad no hay mucho que contar-- dijo más calmado el ninja mientras pateaba una pequeña rama. -- Pertenezco al clan Kamamura. Es una clan pequeño que vive casi a las afueras de Suna. Nuestro clan se dedica a las actividades agrícolas para abastecer la ciudad. Pero yo no quería dedicarme a ello y desde que era muy pequeño me escapaba para ir a la academia y ver entrenar a los niños de mi edad. ¡Me parecía tan emocinante! Yo soñaba con ser un gran shinobi. Entrenaba en secreto para mejorar mis habilidades porque temía que mi familia no aceptara mi decisión de seguir con el legado familiar.
Un día Baki-sama me descubrió espiándolos a usted y Kankuro-sama...-- Se puso colorado mientras explicaba --Cuando terminó con ustedes me reprendió por espiar, pero le dije que solamente quería aprender.
--¿¿Y qué sucedió??-- dijo Temari sorprendida y ansiosa.
--Pues sin siquiera advertírmelo me tumbó al suelo-- dijo sonriendo --Al principio pensé que era porque estaba molesto por mi actitud, pero pronto me di cuenta que solo estaba probando mis habilidades; así que puse todo de mí para poder hacerle frente. Claro que no estaba a su altura, ya que ni siquiera iba a la academia, todo lo que sabía era lo que había observado por meses y mi entrenamiento secreto.
Temari era carcomida por las ansias cada vez que el ninja detenía su relato.
--Y bueno, luego de un par de horas en que yo ya no pude más, caí rendido al suelo. Me sentía humillado, pensé que lo había decepcionado. ¡Pero fue todo lo contrario! Baki-sama me tendió la mano y me dijo que tenía mucho talento y que él personalmente iría a hablar con mis padres.
--Wow, jamás lo habría imaginado. Pero si eso pasó, ¿por qué nunca te vi en la academia?
--Lo que sucede es que Baki-sama hizo eso por mí, y a cambio me pidió que me uniera a raíz. Allí sería formado y viviría como uno más de los Anbu hasta que tuviera los conocimientos y habilidad necesaria para empezar con las misiones.
--Entonces creciste con ellos...
--Así es. Y aunque todo el tiempo que estuve ahí el entrenamiento fue riguroso, puedo decir ahora que raíz me formó y me permitió ser lo que soy ahora. Cuando cumplí los 18 años me independicé y renté un pequeño departamento, pero aún no me sentía listo para dejar Anbu.
--¿Y qué te hizo renunciar y convertirte en un shinobi como nosotros?
--E-emm b-bueno...yo..
--Ya me encargué de todo. Resulta que solo eran traficantes que querían pasar productos de contrabando; ellos vieron ninjas rondando por aquí y echaron un vistazo. Nada que ver con la reunión de los señores feudales. Ya la policía local se encargó de ellos.-- interrumpió Kiyoshi.
Itzuki levantó la vista aliviado.
Sin querer, su compañero le había quitado un gran peso de encima.
26/12/19
Hola a todos! Me atreví a subir este capítulo que es un poquito más largo, espero que lo disfruten! ✌
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top