JUNTO A TI PARA SIEMPRE

¡Hola a todos!

Aquí les traigo el capítulo más esperado de toda esta larga travesía. Cada capítulo trato de encontrar una canción que me inspire a escribir y desde hace bastante tiempo atrás decidí que la canción Nakama (companions) sería ideal para este capítulo. Guardé la canción pero luego de un tiempo resulta que la versión extendida (usualmente busco una versión larga para que puedan leer con tranquilidad) ya no está disponible por motivos de derecho de autor u.u Todas las versiones de Nakama tienen como máximo 2 minutos, así que ni modo, coloqué otra de mis favoritas: Kikyou (homecoming).

Recuerden que si están en una PC o laptop pueden hacer click derecho en el video y ponerlo "en bucle" (o "loop" si lo tienen en inglés) para que se repita una y otra vez hasta que terminen su lectura. Si usan un celular, mantengan presionado el video y hagan lo mismo.

Ahora sí, ¡disfruten de este hermoso capítulo!

Ino

Abrió sus ojos cuando el sol aún no había empezado a brillar en lo alto. Era uno de esos paisajes donde el astro rey parecía asomarse tímido en el firmamento azul, cuyas nubes espesas impedían el despliegue magistral de sus destellos. Se quedó observando cómo el nocturno cielo infinito iba esclareciéndose poco a poco, tomando un tono amoratado hasta que los reflejos naranjas se hicieron presentes, pronosticando un día soleado y alegre.

Con el pasar de los minutos se dio cuenta de que el día más importante en su vida había dado inicio. El sentimiento de paz que había sentido hace unos instantes se había desvanecido. Sus manos empezaron a sudar frío y su corazón parecía querer escapar de su pecho.

¿Cómo era posible sentir tanta felicidad y desesperación a la vez?

¿Por qué no podía disfrutar la dicha de casarse con el hombre de sus sueños sin tener que estar al borde de un ataque de nervios?

Siempre pensó que el día en que encontrara al hombre ideal su corazón se llenaría de amor y mucha calma. Pensó que flotaría entre las nubes hasta descansar en sus brazos, regocijándose en su cariño y ternura. Ahora que su mayor anhelo se había hecho realidad tenía mil sentimientos encontrados y ninguno de ellos incluía tan solo un poco de paz. Se sentía nerviosa con solo imaginar que todo el mundo estaría observándola, temerosa por si su día perfecto no salía como lo esperaba, ansiosa por la reacción que Shikamaru pudiera tener al verla y aterrada por su noche de bodas. ¿Acaso eso sería normal? Hinata seguro sabría comprenderla. Se arrepintió de no haberle preguntado esos pequeños detalles.

Al sentarse vio su vestido de novia colgado de un perchero, esperando por ella. Desde que lo vio le gustó tanto que sentía que era el vestido más hermoso que jamás pudo haber imaginado.

Flashback

--¡Hay tanto vestidos que creo que no podré escoger uno!-- decía desbordada de la emoción al ingresar a la tienda.

--Para eso me tienes a mí, puerquita. Tenemos que encontrar un vestido que te entre sin que se vea lo gordita que estás-- se burló.

--Já. Mira qué graciosa-- respondió --Preferiría tener unos kilos de más que acentúen mis curvas a tener esa frente gigantesca imposible de ocultar.

--¡¿QUÉ DIJISTE, INO CERDA?!-- se pusieron las dos en guardia --Ya verás, SHANN...

--¡¿SE PUEDEN CALLAR LAS DOS?!-- dijo la mujer --No hemos venido para que nos saquen a patadas, así que compórtense.

--Sí, señora-- respondieron al unísono con la cabeza gacha.

Había elegido a Sakura y a Yoshino como sus acompañantes para escoger su vestido de novia. Como mejor amiga de la novia y madrina, Sakura no podía perderse algo tan importante como eso; por otra parte Ino no tenía una madre que la acompañara en este proceso tan importante, así que la mamá de Shikamaru representaba mucho más que una suegra, de ahora en adelante serían familia y Yoshino se convertiría en su segunda madre.

Mientras iban paseando por los pasillos de dicho establecimiento, más y más vestidos parecían. Filas enteras de vestidos de todos los modelos, tallas y precios abarrotaban el lugar.

--¿Y qué modelo tienes en mente, hija? Así sería más fácil poder buscar.

--Eh... la verdad no lo tengo muy claro, Yoshino-san-- contestó algo nerviosa e indecisa.

--¡Mira este! Es bastante lindo. Muestra tus curvas y tiene un escote muy bonito-- dijo Sakura mostrándole un vestido sirena con escote de corazón.

--No lo sé... ¿no será muy incómodo? Se ve lindo pero es tan ceñido que me da la impresión de que no podré moverme con él puesto.

--¿Qué tal este? Las mangas largas son preciosas-- dijo animada la madre de Shikamaru. --Ah... recuerdo que usé unas mangas como estas cuando me casé con Shikaku...

--Sí, Yoshino-san, son muy lindas pero no estamos en invierno-- agregó Sakura quien tenía en mente que su amiga vistiera algo más revelador --Sudaría mucho usando un vestido de mangas en una boda al aire libre.

--Es cierto. Me gustaría usar algo más amplio, pero también sin mangas-- se disculpó.

--Bueno, bueno, entonces sigamos buscando.

Pasaron mucho tiempo revisando vestidos. Algunos tenían un lindo modelo, pero la tela no les convencía, a veces la caída del vestido era hermosa, pero el escote demasiado profundo. En cierto punto les pareció encontrar el indicado, pero no tenía el color que ella deseaba.

Después de casi cuatro horas al fin parecía que la búsqueda había terminado.

--Es este. Este es el indicado-- decía una voz entrecortada al otro lado del vestidor mientras las dos mujeres que aguardaban se deshacían de nervios.

--¿Estás segura, Ino?

--Sí... e-este es...

--¡Entonces sal de una vez para que podamos verlo!

Ino apareció frente a ellas usando un vestido largo sin mangas, hecho de tul con encaje y pedrería en la parte superior y la base, además de un velo sencillo con bordado en las orillas.

Sakura y Yoshino tuvieron la misma sensación que tuvo Ino al probarse ese vestido: sabían que ese era el indicado.

--¡Perfecto, hija! ¡Es perfecto!-- gritaba y aplaudía la mujer --¡Mi hijo se desmayará por lo hermosa que te verás ese día, Ino!-- lloró de emoción.

--Sakura solo lloraba mientras observaba con detalle el vestido de su mejor amiga. --Pareces una princesa, Ino...-- la abrazó.

Fin del flashback

Parecía tan irreal. Como si estuviera viviendo uno de sus mejores sueños. Tantos días y noches había llorado por su partida. Tantas veces que se culpó a sí misma por negarse a olvidarlo y continuar con su vida. Ahora sabía que el destino le tenía guardado este regalo. Un regalo a su perseverancia y esperanza inquebrantable.

Un amor tan puro no podía desvanecerse de la noche a la mañana. Un amor que estaba destinado a florecer no podía quedarse siendo capullo, claro que no. Un amor tan sincero y fuerte sería capaz de resistir la tempestad y mantenerse de pie a pesar de las circunstancias.

Su amor resistió seis años de dolor, pero el destino le recompensaría con una vida entera de felicidad.

En el comedor, su padre la esperaba con un suculento desayuno. Esa sería la última vez que tendría a su hija solo para él, pues ese día entregaría a su princesa al hombre que sería su compañero por el resto de su vida. Conversaron bastante y disfrutaron de ese momento padre e hija que tanto les haría falta luego. No había hermanos ni madre. Inoichi era su padre y el único familiar cercano que poseía, así que ella nunca lo dejaría solo. Definitivamente vendría a visitarlo seguido y le haría compañía cada vez que pudiera. Por su parte, el líder Yamanaka extrañaría a su princesa, a su niña. Sabía que casarse era parte de la vida de un ser humano, pero de igual forma le costaba mucho dejarla partir. Solo esperaba que fuera feliz con el hombre que ella escogió y por el que tanto luchó.

Luego de un par de horas, la casa Yamanaka se vio abarrotada de mujeres corriendo y haciendo ruido por todos lados. Sakura y Ten Ten habían llegado trayendo consigo a un séquito de maquilladoras, peinadoras, manicuristas y estilistas que arreglarían a la novia y a sus amigas.

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Shikamaru

Aquel sábado por la mañana parecía ser el día perfecto. Al revolverse entre las sábanas pudo escuchar el trinar de las aves y el ruido del gentío a lo lejos, probablemente niños jugando y personas caminando de un lado a otro por las calles de la aldea. Al parecer había dormido bastante, más que cualquier otro día. A diferencia de Ino, era evidente el estado de paz mental que él poseía. Esa sensación de descanso en la que los músculos se relajan y la mente deja de pensar en todo tipo de preocupaciones, liberándose así del estrés cotidiano.

Abriendo ligeramente los ojos, se acomodó en su propia cama adoptando una típica pose suya: colocando sus manos en la cabeza y cruzando las piernas, un pie sobre la rodilla de la otra. Frente a sí se encontraba su closet. A decir verdad, nunca fue un hombre nada vanidoso, por lo que, además de su ya conocido traje de shinobi, no poseía una gran variedad de indumentaria. No obstante, esta vez no pudo evitar mirar la puerta cerrada de aquel mueble, pues sabía que tras esa puerta se encontraba el smoking que usaría horas después para sellar su compromiso con Ino.

Una vez más la calma inundó su corazón.

Como ya es sabido, no era la primera vez que se encontraba en una situación como esa. Seis años atrás tuvo que casarse con una mujer que no conocía del todo, y con la que le esperaba con un futuro incierto. A pesar de sus sentimientos, nunca pensó en lastimar a aquella mujer. Los valores y principios de la nueva pareja hicieron que la relación fuera más llevadera, cordial y amistosa, hasta que él cometió un desliz del que se arrepintió y ella cometiera el peor error que puede existir en una pareja. A veces se sentía culpable por no poderle ofrecer lo que ella hubiera esperado de él. Quizás buscó en otra persona ese cariño afectuoso y lleno de amor que él no pudo darle.

Quién sabe.

A decir verdad, Temari ya no representaba nada en su vida. La buena imagen que tuvo de ella se rompió el momento en que descubrió su infidelidad. Ahora no le deseaba ningún mal pero tampoco tenía el más mínimo interés de saber sobre su paradero.

Todas las experiencias que vivió en el pasado le ayudaron a sentirse en calma. Ahora que se casaba por segunda vez, ya sabía qué esperar y cómo hacer las cosas. Era evidente que la situación no era la misma porque esta vez lo haría con la mujer que realmente escogió, pero aún así, imaginaba que Ino debía estar muy nerviosa, y sería él quien le daría la seguridad que necesitaba.

--Mi hijo se casa hoy, Shikaku!-- escuchó la voz emocionada de su madre proveniente de la planta baja. --¡Shikamaru! ¡Levántate ya, muchacho haragán! ¡Baja a desayunar!-- gritó seguidamente, cambiando radicalmente de una madre alegre y emocionada a la misma mujer autoritaria que lo regañaba siempre.

--Qué complicadas son las mujeres...-- pensó.

Al bajar, un desayuno apetitoso aguardaba por él. Su padre ya se encontraba en la mesa disfrutando de los manjares preparados por su esposa, quien por cierto parecía moverse de un lado a otro con cierta desesperación. Shikamaru tomó asiento y empezó a desayunar mientras su madre tomaba su cartera, recorría la casa con ella y la llenaba de cosas.

--Para ya, mujer. ¿Qué tanto haces de aquí para allá? Hasta parece que eres tú la que se va a casar-- rió.

--Tú no entiendes, Shikaku-- regañó al hombre --Claro. Hombres. Nunca entienden nada-- murmuró para sí misma sin detenerse.

--Pero si yo no dije nada...

--Da lo mismo. Todos ustedes son iguales. La pobre de Ino debe estar con los pelos de punta mientras ustedes aquí, atragantándose de comida como cualquier otro día.

--Pero si ya está todo listo, Yoshino-- repuso Shikaku mientras bebía su té y observaba los ires y venires de su mujer.

--Ahh no. ¡Eso sí que no!-- vociferó --¿Cómo sabré que las cosas serán como lo pedimos? ¿Quién supervisará eso? El lugar debe quedar hermoso. ¡Y las flores! ¡Las flores deben ser perfectas!-- alzaba las manos haciendo una imagen mental de cómo acomodaría los arreglos florales --Recuerden que los Yamanaka son expertos en el lenguaje de las flores. ¡No podemos decepcionarlos!

--Pero hay gente que se encargará de organizarlo todo, mamá...

--Como madre tengo el derecho de organizar el matrimonio de MI HIJO. Ya una vez te casaste con la niña esta... la de la arena, la tal Kemari ¡Y SIN MI CONSENTIMIENTO!

--Temari, mamá, se llama Temari.

--Lo que sea, fue sin mi consentimiento.

--De hecho también fue sin el mío, mamá...

--¡NO ME DISCUTAS!-- amenazó --Ahora que te vas a casar con Ino, una muchacha linda y tan allegada a la familia es mi deber hacer que la ceremonia y recepción sean inolvidables. Todas las señoras Nara y Yamanaka estaremos ahí para asegurarnos que todo salga perfecto. Quizás con Kemari no tuviste una boda de ensueño, ¡pero esta vez sí que la tendrás!-- chilló de emoción.

--Es Temari, mamá, se llama Temari...-- frotaba su rostro con una mano, cansado de tanto disparate.

--¡Deja de nombrar a esa muchacha! Te vas a casar con Ino.

--Pero si yo no la estoy mencionando, mamá, eres tú la que... no importa-- negó con la cabeza gacha.

--Dejemos a tu madre encargarse de lo que ella quiera-- lo tomó por los hombros --Ve, mujer. Haz que esta celebración sea ¡INOLVIDABLE!-- dijo Shikaku remarcando la última palabra, haciendo un remedo de la emoción de su esposa.

--Lo será, ya van a ver.

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El lugar escogido para llevar a cabo la celebración fue un amplio jardín ubicado en territorio Akimichi. La primera opción fue escoger uno de los tantos jardines florales que poseía el clan Yamanaka; sin embargo, desecharon la idea rápidamente para evitar más roces entre sus miembros. El clan Nara estaba dispuesto a ofrecer sus amplios terrenos, pero una cortesía del líder Akimichi los dejó convencidos luego de que este no aceptara una negativa como respuesta.

Aquel jardín estaba ubicado en medio del bosque Akimichi, por lo que para llegar debían recorrer un camino que fue hermosamente decorado con flores de color rosa, lila y blanco. A cada lado del sendero habían grandes ramilletes de rosas, hortensias y peonías colgados desde lo alto, mientras que el suelo estaba ligeramente cubierto por pétalos. Con dirección a la parte central, los pétalos cuidadosamente colocados se iban haciendo más abundantes hasta llegar al altar, donde bajo un árbol frondoso descansaba un arco hecho de ramas y una enredadera de flores. Frente al bello altar se podían observar los asientos de madera donde descansarían los invitados. Cada hilera iniciaba con un arreglo floral que adornaba el camino central, además del tul que se extendía desde la parte alta hasta el suelo de cada lado.

--¡Hey, muchacho! ¿Dónde están las luces y faroles que pedí? ¡Esto quedará sumido en tinieblas cuando oscurezca!-- dijo Yoshino.

--Es estos momentos están trayendo las cajas con la iluminación, señora.

--Eso espero-- agregó y prosiguió con su recorrido. --¿Cómo va todo con las flores, señoras?-- preguntó al grupo de mujeres Yamanaka.

--Todo va quedando de maravilla, Yoshino-san.

--Bien, bien.

La esposa del líder Nara se había alistado y presentado al lugar del evento con cuatro horas de anticipación para supervisar que todo salga perfecto. Así como ella, otras esposas Nara y Yamanaka se encargaron de planificar y organizar la decoración del lugar mientras que las mujeres Akimichi ayudaron con el buffet y la distribución de la mesa central. Evidentemente los dos clanes poseían el dinero suficiente para contratar personal que organizaría todo, y de hecho, así fue, sin embargo las mujeres insistieron en involucrarse en todo el proceso y dirigir al personal contratado.

A un lado del lugar donde se llevaría acabo la ceremonia se extendían varias mesas circulares cubiertas por manteles blancos y un arreglo de flores en el centro, además de vajillas, servilletas y copas finas. Finalmente había una mesa para dos debidamente ornamentada que compartirían los novios.

El sol se iba poniendo en lo alto y el lugar se veía cada vez más hermoso, además el canto de los pájaros hacía el ambiente más alegre y encantador. Parecía que el universo conspiraba a su favor, brindándoles un día maravilloso que no olvidarían jamás.

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2:00pm

Los invitados iban llegando poco a poco y admiraban la belleza del lugar. Algunos tomaban sus respectivos asientos, otros aguardaban en la entrada a la espera de alguien más, y otros pocos formaban grupos conversando acerca de temas banales. Diez minutos después llegó Shikamaru acompañado por su padre, quien orgulloso portaba una sonrisa en el rostro. Yoshino se acercó corriendo hacia su hijo y lo observó de pies a cabeza en busca de alguna imperfección que ella pudiera arreglar.

--Qué guapo te ves, hijo-- elogiaba la mujer mientras le acomodaba la solapa.

--¿Ino ya llegó?-- preguntó nervioso.

--No seas tonto, Shikamaru. La novia debe hacerse esperar.

--Vamos, hijo. Vayamos a saludar a los invitados-- Shikaku palmeó la espalda de su primogénito.

Ambos hombres fueron saludando a los presentes. Miembros Nara y Yamanaka se encontraban dispersos aún por lo que Shikaku se acercaba para expresarle su gratitud y apoyo. Shikamaru por su parte se quedó donde estaba, pues vio a uno sus camaradas acercarse.

--¿Nervioso, Shikamaru?

--No creo que más que tú el día de tu matrimonio, Naruto.

--¡Eso es seguro!-- sonrió colocando sus manos tras la cabeza como de costumbre. El rubio miró en todas direcciones y cuando se aseguró que nadie estaría cerca para oír agregó --Eh, Shikamaru-- lo empujó con el codo suavemente --¿Nervioso por tu noche de bodas?-- preguntó con una sonrisa pícara y unos ojos cómplices.

--Eso no te incumbe, Naruto.

--¡Oh claro!-- dijo como si acabara de hacer memoria ignorando completamente lo dicho por Shikamaru --Tú... Temari... tú ya... ya sabes...-- seguía mirándolo con esos ojos libidinosos.

--Ya te dijeron que eso no te incumbe, idiota. Por qué mejor no vas a ver cómo está tu esposa-- dijo Sasuke haciendo que Naruto agachara la cabeza y se resignara a dejar morir el tema.

--¿Y dónde dejaste a Sakura-chan? Pensé que vendría contigo-- preguntó esta vez al Uchiha.

--Debe estar con Ino-- respondió Shikamaru haciendo que Sasuke afirmara con la cabeza.

--Claro, claro-- dijo dándose cuenta de la respuesta tan obvia.

--Bueno, yo... los dejo. Iré a saludar al resto de la gente-- se despidió y caminó un poco más entre el gentío.

Los invitados seguían llegando. Familiares y amigos ingresaban con alegría y mucho interés por presenciar la unión de dos clanes tan importantes. Sakura y Ten Ten ya habían llegado y habían ido a buscar a sus respectivas parejas, así como Naruto corrió al lado de su mujer quien parecía estar un poco mareada.

--¡Shikamaru!-- gritó Chouji corriendo hacia él --¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?

--Mejor que nunca, amigo, aunque esta espera me está matando-- respondió con sinceridad --Esta mañana estaba muy bien, relajado, pero ya empiezo a sentirme inquieto.

--No te preocupes, Shikamaru. Ella llegará pronto.

Al parecer las palabras de Chouji llegaron a los oídos de la novia, quien en ese momento estaba llegando en una carrosa tirada por dos corceles.

--¡Ya viene la novia!-- gritaron algunas mujeres emocionadas. Todos tomaron asiento dispuestos a ser partícipes de tan magnífico evento. Shikamaru avanzó junto a su padre hasta el altar y aguardó por la llegada de su futura esposa. La música empezó a sonar dando inicio a la ceremonia con el ingreso de Ino, quien lentamente pero a paso firme iba caminando tomada del brazo por su padre. Inoichi sintió un escozor en los ojos que prefirió ignorar. Llevar del brazo a su única hija hasta el altar era el sueño que cualquier padre pudiera tener. Saber que en pocos minutos su princesa se convertiría en la esposa de Shikamaru Nara, hijo de su mejor amigo y hombre de bien, le hacía sentirse orgulloso y feliz, aunque con una pequeña nostalgia en su corazón por dejar ir a la niña de sus ojos.

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Ino

Sus piernas temblaban pero sus pasos eran firmes. Agradeció infinitamente no haber escogido un vestido pegado porque estaba segura que de ser así habría caído de bruces frente a toda esa gente. Todavía se encontraba recorriendo el sendero de flores, pero podía escuchar la suave música que indicaba que ella estaba ingresando, ocultando el silencio total por parte de los invitados.

--Siento que me voy a desmayar, papá...

--No lo harás, princesa. Yo estoy aquí-- la reconfortó al sentir que ella apretaba su brazo con fuerza.

Eran las tres de la tarde y podía sentir el calor del sol en sus mejillas. El clima era soleado pero sin llegar a ser sofocante. Era dulce, agradable. Acumuló toda la valentía que le daba su espíritu y el apoyo de su padre para seguir andando hasta que por fin pudo observar a toda la multitud expectante ubicada frente al altar. Justo en ese momento tuvo una visión maravillosa. Alguien que era capaz de devolverle el alma al cuerpo con solo una sonrisa. Alguien que podía darle sentido a cada latido de su corazón: El hombre de sus sueños aguardaba por ella.

Flashback

--¿Por qué lloras, Ino?-- preguntó un pequeño niño de seis años al ver a su amiga sentada en el jardín de su casa arrancando un poco de césped con una mano.

--¡No estoy llorando, Shikamaru! S-solo me cayó un poco de tierra en los ojos.

--Bueno... entonces ¿qué haces aquí sola?

--Eh... mmm... Sa-sasuke no quiso jugar conmigo...

--¿Sasuke? ¿Querías jugar con Sasuke?

--S-sí, ¡¿po-por qué?!-- chilló.

--No, por nada...-- dijo resignado. --¿Qué es esto?-- preguntó curioso al ver lo que parecía ser un trozo de tela color blanco hecho ovillo.

--¡NO ES N-NADA!-- se lo arrancó de las manos y se echó a llorar.

--Está bien, perdona...-- Shikamaru sintió que estaba incomodándola. No le gustaba verla triste, así que dio un paso atrás y decidió retirarse.

Ino pensó que lo había herido con su actitud. --Shikamaru no te vayas...-- le rogó.

--¿Me dirás qué es eso?-- preguntó señalando el ovillo de tela.

Ino meditó un momento y se sintió avergonzada al pensar contarle a su amigo.

--No importa...-- se respondió a sí mismo el niño mientras se alejaba con las manos en los bolsillos, pateando una piedrita.

--¡Es un velo de novia!-- chilló con los ojos cerrados y las mejillas rojas.

Shikamaru volteó sorprendido y vio a Ino con los brazos caídos, formando un par de puños apretados, mientras sus ojos seguían cerrados y su rostro parecía un pequeño tomate. El niño tomó el ovillo y observó que aquel velo de novia era en realidad un pedazo de tul que seguramente la niña usaba para jugar.

--Una novia no debe llorar así-- le dijo mientras colocaba el velo en la cabeza de la niña. Ella aflojó el ajuste de sus puños y abrió los ojos lentamente.

--Si quieres, yo podría jugar contigo...-- ofreció el niño --¿Quieres?

--S-sí, juguemos-- respondió sonriente.

El pequeño Shikamaru arrancó una flor del jardín y se la entregó --Todas las novias tienen uno de estos-- le dijo.

Ino recibió la flor con sorpresa, pero un poco más animada. Seguro Shikamaru pensaría que todo ese juego de niñas era aburrido, pero le agradaba la idea de que lo hiciera por ella.

Shikamaru corrió unos metros más adelante, deteniéndose justo bajo la sombra de un gran árbol.

--Ven...-- le dijo desde ahí, extendiendo su mano hacia ella, sonriente.

Fin del flashback

Aquel hombre que la miraba fijamente en el altar era el mismo que durante toda su vida siempre estuvo a su lado. Ahora que lo pensaba, no recordaba un solo momento en que él la dejara sola. Desde que tuvo uso de razón, Shikamaru siempre intentaba mantenerse cerca; siendo unos pequeños niños cuidaba de ella, jugaba con ella y cuando peleaban, él se disculpaba e intentaba calmarla. Con el pasar del tiempo compartieron muchos momentos juntos; en diversas misiones le confió su vida y ella a él. Discutían mucho por la personalidad relajada de él en contraste con su altanería y autoritarismo, pero finalmente ella lograba convencerlo de lo que fuere. Ese hombre tuvo que soportar años de amor en silencio mientras ella se deshacía por el Uchiha, aún así, nunca cuestionó sus decisiones y reservó sus sentimientos.

El camino al altar se hacía largo pero ligero. Las miradas de todos los presentes ya no importaban más, pues tenía sus ojos fijos en el hombre que amaba. Él le sonreía y el mundo se derretía a sus pies. Sus miradas conectaron y la atracción fue tan poderosa que sentía una fuerza magnética atrayéndola hacia él. Percibía el olor de las flores al andar y la música ligera que acompañaba sus pasos y así, poco a poco, Shikamaru ya se encontraba frente a ella abrazando a su padre Inoichi, quien segundos después ofreció la mano de la joven y este la tomó con delicadeza.

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Shikamaru

La mujer más hermosa del universo caminaba hacia él, apretando el bouquet con una mano y sujetando a su padre con la otra mientras una sonrisa tímida enmarcaba su rostro. Toda esa visión en conjunto era muy bella, artística. Pensó que los cuentos de hadas y las criaturas angelicales eran producto de la imaginación femenina, pero la vida le estaba demostrando que hasta un hombre adulto como él era capaz de soñar y hacer sus sueños realidad.

Ella se acercaba cada vez más y él iba descubriendo más detalles de aquella preciosa visión. Su sedosa cabellera rubia iba atada en un suave recogido con pequeños bucles que resaltaban en su rostro, además de diminutas flores blancas adornaban su cabello, haciéndola aún más angelical y adorable. El vestido blanco y amplio la hacía lucir como una verdadera princesa, y ese velo ondeante a causa del viento le recordaba aquel juego de infancia donde tuvo que secar las lágrimas de una niña de seis años que solo intentaba hacer realidad sus fantasías. En sus manos cargaba un delicado ramo de flores blancas, lilas y hojas verdes que le recordaron a la pequeña peonía que le regaló en su niñez. Al observar con detenimiento se dio cuenta que una bella y gran peonía adornaba el bouquet que cargaba la mujer en sus manos, lo cual hizo que se le estrujara el corazón. Ella había recordado aquel día.

--Cuida bien a mi princesa, Shikamaru-- Inoichi le entregó la mano de su hija.

--Será un honor.

Así, tomados de la mano y frente al ministro que los casaría, empezó la ceremonia tan esperada por todos los presentes. Ino y Shikamaru decían sus votos mientras Inoichi derramaba algunas lágrimas. Shikaku abrazaba a su esposa fuertemente, quien con pañuelo en mano no dejaba de limpiarse los ojos y contener un llanto estruendoso. Al lado de la novia se encontraba Sakura, la madrina, quien con ojos aguados sonreía ampliamente. Su mirada viajó desde la pareja hasta Sasuke, que se encontraba entre los invitados observando el momento con la misma actitud serena de siempre. Al sentir la mirada de Sakura sonrió ligeramente y asintió con la cabeza, haciendo que la kunoichi se ruborizara. Al lado de Shikamaru estaba Chouji, quien embelezado veía a sus amigos en el altar mientras una morena kunoichi lo veía desde su asiento, pensando si él se atrevería a proponerle matrimonio alguna vez. Naruto y Hinata estaban en la segunda fila, ambos tomados de la mano mientras la joven apoyaba su cabeza en el hombro de su rubio marido. Lee y Ten Ten, tomados de la mano, lloraban a lágrima viva pero de manera cómica, mientras que Neji al lado de su novia se debatía entre patear a Lee y mantenerlo muy lejos de ella o alejarse de ambos y evitar el vergonzoso momento que estaba pasando por culpa de ellos. Kiba aprovechó las circunstancias abrazando y hablándole al oído a una jovencita que se encontraba muy conmovida por la ceremonia. Shino observaba a su compañero de equipo en silencio y Sai, casi en la última fila, recordaba con nostalgia los momentos en que Ino sufrió y él estuvo ahí para protegerla. En algún momento su frío corazón sintió el calor del amor y trató de cultivarlo lo más que pudo, pero un amor no correspondido no tenía futuro. Intentó cautivar el corazón de Ino y mantener así una pequeña esperanza, una pequeña luz que le dijera que sus sentimientos podían ser aceptados, mas nunca se dio. No sabía cuánta tristeza podría albergar su corazón ni por cuánto tiempo, pero su dicha por verla feliz era mucho mayor. Una vez más tuvo sus más sinceros parabienes para ella, deseando que su alegría fuera esta vez duradera.

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Ino

El beso de la pareja luego de haber sido declarados marido y mujer selló el compromiso y todos se pusieron de pie para aplaudir. Los invitados felicitaron a la pareja y festejaron juntos. Ino recibió el abrazo afectuoso de su padre, luego de Shikaku y Yoshino, así también con Shikamaru. Todos era alegría y felicidad. Las chicas corrieron al lado de Ino y gritaron de emoción mientras que los chicos abrazaban con afecto a Shikamaru.

--Yo... nosotros debemos irnos ya, Ino...-- dijo con tristeza Sakura, quien separó a su amiga de la multitud para hablar en privado. --Sasuke está esperándome en la entrada, y yo... yo solo vine a despedirme.

Ino tomó de las manos a su mejor amiga y derramó unas cuantas lágrimas que amenazaron con arruinar su delicado maquillaje. --Prométeme que te cuidaras, Sakura. Prométeme que serás feliz.

--Lo haré, amiga, y claro que seré feliz. Ahora que sé que Sasuke me quiere junto a él, no hay nada más importante para mí que estar a su lado.

--Lo sé, Sakura. Lo sé-- acarició el cabello rosa de su amiga.

--Prometo escribirte cada que pueda.

--Eso espero, frentona. Quiero novedades cada tanto-- dijo Ino sonriente.

--¡Digo lo mismo, cerdita!-- rió Sakura –Ya me contarás cómo te fue en tu noche de bodas-- agregó con una mirada pícara.

--Así como tú me contarás cómo será la tuya-- remató la rubia, generando un rubor creciente en todo el rostro de la joven de cabellos rosas.

Ambas muchachas rieron.

--Gracias una vez más por nunca abandonarme, Sakura... y por ayudarme a mantenerme en pie durante tanto tiempo. Este día te lo debo en parte a ti, pues si no fuera por tu amistad y compañía, probablemente Shikamaru no habría encontrado a nadie cuando volviera...-- secó el extremo de sus ojos que ya derramaban lágrimas gruesas.

--No digas eso, Ino. Yo jamás te habría dejado sola.

Sakura e Ino se abrazaron fraternalmente y así se despidieron la una de la otra. La segunda volvió al lado de su ahora marido mientras que la primera siguió el camino de flores de la entrada para encontrarse con el Uchiha, que ya aguardaba por ella llevando dos bolsas de viaje consigo. De esa manera, ambos salieron de la mano tomando un rumbo desconocido.

Poco después, Tsunade, Kakashi, Guy, Iruka, Yamato y todos los jounin se acercaron a darle sus mejores deseos a la pareja. Kurenai, cargando a Mirai en brazos, se acercó y felicitó a los alumnos de Asuma.

--Gracias, Kurenai-sensei. Es un honor para nosotros contar con su presencia-- dijo Ino.

--¡Tikamaru!-- gritó la pequeña.

--También estamos felices de tenerte aquí, Mirai-chan-- saludó Shikamaru.

--Gracias por sus palabras, chicos-- dijo la mujer --Pero creo que ustedes esperaban una presencia aún más importante-- señaló tras ellos.

Ino y Shikamaru voltearon y vieron a su antiguo maestro, haciéndose camino entre la gente para poder llegar a ellos. La pareja se miró a los ojos con incredulidad y corrieron a alcanzar a Asuma, quien los recibió con los brazos abiertos. La felicidad era completa ahora que él estaba ahí. Aunque no lo dijeran en voz alta, el miedo siempre estuvo presente en sus corazones. La sola idea de pensar que Asuma no volvería les hacía sentir un vacío en su pecho y un dolor incalculable.

--Perdón por la tardanza. No pude llegar a tiempo para recibirlos pero al menos no me perdí la ceremonia-- rió rascando su cabeza.

Asuma se había puesto en contacto con Kurenai pocos días antes avisando que dentro de poco estaría de vuelta en Konoha. Ella aprovechó en darle la noticia del matrimonio y planear una sorpresa para los estudiantes de su marido. La kunoichi le dio la fecha y hora exacta del evento para que él pueda llegar a tiempo, pero al parecer demoró un poco más de lo debido pues había aparecido con la misma ropa de jounin con la que dejó la aldea.

--No quería llegar tarde a la ceremonia así que no tuve tiempo de cambiarme-- se disculpó con sus estudiantes. A ellos parecía no importarles el hecho de que llevara su uniforme de trabajo y que vestiduras estuvieran algo roídas y empolvadas, ya que seguían sin soltar a su maestro sin importar que se estropearan sus elegantes prendas.


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El País de las Flores había sido el lugar escogido por la pareja para pasar un tiempo alejados de todo lo cotidiano y así poder disfrutar de su luna de miel. Shikamaru pensó que sería el lugar ideal para que Ino pudiera relajarse y sentir el aroma embriagador de las flores más bellas del mundo. Tenían planeado partir al alba, así que pasarían su primera noche de bodas en un hospedaje ubicado en una zona turística del País del Fuego, a las afueras de Konoha.

Shikamaru cerró la puerta tras de él y bajó a Ino de sus brazos. La kunoichi se sentó al borde de la cama y apoyó sus manos en ella. Sintiendo sus manos sudorosas, sus piernas empezaron a temblar. Sabía lo que seguía, sabía lo que le esperaba y no podía evitar sentir vergüenza y temor. De pronto, un deje de tristeza cruzó su rostro, el cual no pasó desapercibido por su marido.

--¿Qué pasó, hermosa?-- le dijo tomando su mentón, forzándola a mirarlo a los ojos.

--Na-nada... es solo q-que... tú...-- tartamudeaba la mujer. Todo atisbo de temor había sido opacado por el sentimiento de tristeza que le generaba el pasado de Shikamaru. Le costaba admitir que se sentía triste al saber que él había estado casado y que había pasado por ese momento una y quizás muchas veces más con Temari. Según recordaba, Shikamaru le confesó que en un momento de su vida pensó en formar una familia con ella. No lo culpaba, pero aún así eso demostraba su teoría de que era feliz con la kunoichi de la arena. ¿Podría darle ella lo que Temari le dio? ¿Sería capaz de borrar esa huella? ¿Decepcionaría a su marido?

--¿Qué te preocupa?-- preguntó tiernamente --Dime, soy tu esposo ahora; puedes decirme lo que sea. Confía en mí.

Ino dudó. No es que no confiara en él, sino que temía no poder explicarse adecuadamente. Finalmente preguntó --¿Temari fue importante para ti?

--Yo ya te expliqué cómo fueron las cosas, Ino. Ella...

--No me refiero a eso, Shikamaru. Sé lo que hizo, sé que nunca la amaste, pero yo hablo de...-- empezó a tartamudear nuevamente --s-si ella significó algo para ti, fí-físicamente hablando...q-quiero decir...s-si ella quizás d-dejó algún re-recuerdo en ti que sea importante...

Sin decir más palabras, Shikamaru pareció entenderlo todo. Ino se sentía triste, decepcionada, incómoda o quizás dolida por el hecho de que él tenía un pasado bastante pesado.

--No puedo hacer nada para cambiar lo que ya pasó, pero te puedo asegurar que ninguna mujer ha podido jamás dejar una huella en mí ni en mi corazón-- le dijo arrodillado frente a ella mientras tomaba las manos de Ino entre las suyas --Fuiste tú la única capaz de atraparme con tus bellos ojos y tu hermosa sonrisa. Un solo beso tuyo me hizo un hombre nuevo, uno que nunca perdió la fe en volver a tu lado-- tomó el rostro de su esposa con una mano, acariciando su mejilla --No temas, hermosa. Que no te quepa duda que eres y será siempre la única en mi vida. No hay recuerdos, no hay pasado, no hay nada más importante que tú-- secó las lágrimas de Ino con su pulgar --Esta noche... esta noche quiero que sea muy especial para los dos. Quiero que confíes en mí y en mi amor, pues desde esta noche una huella quedará marcada en mi alma, una que jamás se borrará, y ¿sabes por qué?-- la kunoichi negó con la cabeza --Porque tendré el honor de convertir a la niña que tanto quise en mi niñez, a la compañera de equipo que tan pacientemente aguanté, a la chica de mis sueños de la que me enamoré y a la joven con la que me casé, en mi mujer. Te amo, Ino.

Y de esa manera, Shikamaru se puso de pie frente a Ino, observando sus ojos cristalinos y su sonrisa sincera. Se acercó a ella y la tomó en sus brazos acariciando su piel como la más preciosa y delicada flor.

--Te prometí que regresaría. Ahora estaré junto a ti, para siempre.


18/03/21




¡Hola a todos!

¡Rayos! Sentí un nudo en la garganta al escribir el final. :')

Así como cuando uno se queda enganchado con una saga de libros, películas, novelas o lo que sea y cuando termina uno siente un vacío en el pecho, exactamente así me siento en estos momentos 💔. Han sido dos años en que esta historia me acompañó y era parte de mí, pero ya era hora de que Shikamaru e Ino fueran felices. Se lo merecían.

Solo me queda agradecerles por el apoyo deseando que les haya gustado este capítulo.

Para que no se pongan tan tristes, les tengo ¡UNA PEQUEÑA SORPRESITA!

Dentro de poco subiré un epílogo (hahaha tómenlo como mi intento desesperado por no desligarme de esta historia 😂😂). Así que no me saquen de sus listas de lectura aún. 😂😂😂😅

Cuidense mucho y los quiero un montón 💌.

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