Capítulo 3: ¿Dónde estas?
Llevaba una semana sin verla, sin saber nada de ella, la buscó por todo el pueblo pero no la encontró. No había rastro de Katryn por ningún lado.
Las autoridades habían encontrado un sobre en las afueras del bosque para Patrick que venía de la capital, era los papeles que le había pedido al padre Cristóbal para su matrimonio. Estaba seguro que ese sobre lo había tenido Katryn en su poder pero no entendía como había llegado a las afueras del bosque.
Se encontraba trabajando en la herrería, no comía más que una simple sopa con un pedazo de pan que su anciana vecina le llevaba para cenar, pues había perdido el apetito desde que Katryn no había aparecido. Solo pensaba en trabajar por las mañana y en las tardes seguir buscando a su amada novia. No había vuelto, su casa no había vuelto a tener una vela encendida durante las noches, ni el médico del pueblo había tenido ayuda para atender a sus pacientes.
La noticia reciente era que uno de los leñadores del pueblo también se había extraviado la noche anterior, así que iban dos personas que desaparecían esa semana. Tenía miedo de no volver a verla, de que no la encontraran pese a todo lo que se esforzaban las autoridades y él en buscarla, incluso la tarde anterior se habían adentrado un poco al bosque pero no habían encontrado nada.
- Joven Ashton- uno de los encargados de buscar a Katryn había llegado hasta su trabajo - necesito que me acompañe.
Patrick solo asintió con la cabeza y dejó las cosas a un lado para seguirlo, le temblaron las manos en un momento pero se obligó a mantener la calma y seguir los pasos del hombre.
Llegaron hasta lo que era la comisaría del pueblo y entró con pasos vacilantes. El oficial del lugar lo estaba esperando con el rostro serio, había una caja en sus manos donde se podía leer la palabra evidencia. El oficial lo invitó a tomar asiento mientras le explicaba que en la búsqueda de Katryn en la mañana habían decidido ingresar un poco más en profundidad al bosque encontrando una bufanda que prosiguió a sacar de la caja.
-Es... Es de ella- habló Patrick con voz temblorosa - se la obsequie hace unas semanas ¿Porqué tiene sangre?
- Quería asegurarme de que no estuviéramos equivocados, al parecer, puede, que la hayan atacado una manada de lobos al interior del bosque. Solo nos quedaría saber porque ella se encontraba allí hace una semana.
Patrick tembló de terror, la bufanda gris estaba manchada de sangre. ¿Porqué Katryn había ido al bosque aquella noche? Él la había dejado en la seguridad de su hogar procurando que nada le pasará en el camino ¿Porqué la mañana siguiente no estaba allí?¿Alguien la habría atacado?¿Qué había sido tan importante como para que saliera tan tarde y encontrará la muerte, si es que eso había pasado? No, no, él no quería pensar en esa posibilidad y no lo haría mientras no se encontrará su cuerpo. Aún había esperanza, se quiso animar así mismo.
- Desistiremos la búsqueda pues lo más seguro es el ataque de la jauría, no podemos ingresar más en el bosque porque estaría poniendo en peligro la vida de mis compañeros. Entrará en investigación el hecho de que la señorita Boss se encontrarse en el bosque a esas horas, por lo tanto tengo unas preguntas que hacerle.
-Respondere todo lo que sea necesario.
-Al ser usted la última persona que la vio será tratado como sospechoso- prosiguió el oficial -¿Porqué la señorita Boss fue a su hogar el viernes de la semana pasada?
- Oficial, nosotros somos novios desde hace tres años. Conozco a Katryn hace ocho. Dos años después ella perdió a su madre y hermana por una enfermedad en temporada de invierno. Su padre, el falleció después de que su hermana pequeña naciera, ella estaba sola. Yo me enamore desde la primera vez que la vi, tenía quince en ese tiempo, ella trece, éramos pequeños- dice con una sonrisa melancólica - esperé hasta que tuvo edad para pedirle que fuera mi novia, hace una semana le pedí matrimonio junto a una cena que le había preparado y ella dijo que sí. Al terminar la acompañe a su hogar para que llegara segura, eran alrededor de las nueve de la noche. Después de eso me dirigí a la capilla del padre Nicolás y salí de allí casi una hora más tarde. Esa fue la última vez que la vi, usted puede preguntarle al padre si sospecha que estoy mintiendo ¿porqué yo habría de ser sospechoso si soy el único que la está buscando tan desesperadamente?
-La cerradura del hogar de la señorita Boss estaba forzada ¿Sabe usted de eso?
-Si oficial, yo la forcé la mañana siguiente porque no había respuesta de ella. Habíamos quedado en desayunar juntos y me preocupó que no respondiera. ¿Puedo seguir buscando por mi cuenta?
-Si puede, pero como está en proceso de investigación no puede abandonar el pueblo.
Luego de terminar de hablar con el oficial del pueblo se dirigió a paso lento a su trabajo, la herrería siempre fue algo que le había gustado, desde pequeño había visto a su padre trabajar en ello con dedicación y veía como su madre llegaba con comida caliente para él pues se le pasaba la hora en su trabajo dando todo de sí. Patrick quería algo como eso en su vida, una mujer que lo amara como su madre amo a su padre, que lo acompañará con una sonrisa bondadosa y llena de amor. Y lo había encontrado, había encontrado a la mujer más maravillosa del mundo pero la había perdido, y le dolía tanto no tenerla a su lado. Su corazón no resistía el solo imaginar una vida sin ella, ya se había proyectado a futuro y en todos lo que había pensado estaba ella acompañándolo.
Empuñó sus manos con furia, las autoridades ya no la buscarían ¿y si estaba en algún lugar desconocido y necesitaba ayuda? ¿Y si estaba malherida y necesitaba atención médica? ¿Cómo podría ayudarla si estába allí sin hacer nada? Se sentía inútil.
Caminó hasta el establo a buscar su caballo, Rayo era el caballo que le había obsequiado su padre cuando él cumplió diesiocho años, uno de los pocos recuerdos que le quedaban de sus padres junto a su casa y las cosas que habían en ella. Lo ensillo y se arregló para ir a buscar a Katryn dentro del bosque, quizá tenía suerte y ella estaba ahí todavía. Quizá estuviera esperando por ayuda.
Era tarde, lo sabía por la posición del sol. Pero si se daba prisa podría encontrarla antes que la luz desapareciera. Se adentró en el bosque con Rayo a paso seguro, la luz del sol se colaba por medio de las hojas y árboles que estaba más separados.
Su corazón le gritaba que hacía lo correcto, que podría encontrar a su adorada pelinegra si la buscaba con más devoción. A medida que se internaba más en el bosque la luz se iba perdiendo así como la densidad se hacía más grande, pasó el límite donde habían quedado la tarde anterior, había ingresado por donde encontraron el sobre del padre Cristóbal, su espada descansaba en su cintura lista para ser usada en caso de peligro. Rayo aminoró la marcha por el silencio que reinaba en las profundidades del bosque, con cautela siguieron avanzando al interior.
-¿Dónde está?- susurraba Patrick para si mismo, agudizando el oído y la vista -¿Dónde estas Katryn?
Prontamente se hizo oír el crugir de unas ramas a sus espaldas, Rayo se alteró y se levantó en sus dos patas traseras lanzando a Patrick a unos metros de distancia. Éste actuó con rapidez y desenvainó su espada mientras se ponía de pie, buscando la causa de aquel sonido. Una liebre, había sido una pequeña liebre que andaba en los alrededores. La miró por un momento y suspiró derrotado, caminó nuevamente hasta su caballo que estaba a unos metros de él y oyó el aullar de los lobos, Rayo se alteró nuevamente y le pedía entre relinchos abandonar el lugar. Cada vez se oían más cerca.
-Vamos compañero, seguiremos mañana temprano.
Subió a su caballo y tomaron el camino de regreso, en todo el trayecto Patrick sentía que era observado pero cada vez que miró hacia atrás no logro ver más que árboles y oscuridad. Quizá su mente ya le estaba haciendo malas jugadas. Quizá era la oscuridad de la noche que estaba cayendo mientras salía de allí y los búhos lo hacían sentir incómodo.
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