03. Atrapados.

Si había algo que Shun sabía era de que nunca, pero nunca, debían de decirle un cumplido a Seiya, que a este ni siquiera se le podía bajar el ego con facilidad.

Eso era uno.

Lo otro era seguirle la corriente en sus malos chistes o bromas, que algunas llegaban a ser demasiados peligrosas, o también en sus raras tácticas de obtener lo que quiere.

Fue por eso mismo que Shun ya no sabía donde meterse para no acompañar a Seiya, aunque se escondiera o dijera alguna excusa, el Pegaso siempre lograba encontrarle solución y que lo acompañara si o si.

La gente se les quedaba viendo raro por la forma en que se movían, y Shun ya le había repetido a Seiya que él no era un Ninja como para estar haciendo aquellos movimientos que le hacen verse "invisible" al ojo humano común. Pero lo único que había conseguido es verse ridículo, según Shun, para su desgracia él debía de hacer lo mismo.

Ambos se escabullian en varios rincones de los locales del Centro y de entre las personas que pasaban cerca de la rubia. Shun escondía su rostro, lleno de vergüenza, gracias a la boina y le tes que Seiya había sugerido utilizar; un disfraz en pocas palabras. Algo que también Shun veía innecesario.

Estuvieron observando a Eri, la chica entraba a diferentes locales del Centro junto a aquel misterioso chico. No sabían del todo su platica, pero sea lo que sea, habían notado que Eri se mostraba algo inquieta y ansiosa en algunas ocasiones.

—— ¿Qué creés que estén hablando? —— ambos chicos se cuestionaban, pues de lejos la pareja se notaba la tensión que había nacido en ellos.

Fue entonces que observaron la despedida de dicha pareja, con el chico yendo a otra dirección y con Eri suspirando con cansancio, para confusión de los Caballeros.

Sin embargo, alejando sus confusiones, continuaron con seguir a la chica. Eri entró a una tienda, y con tal de seguirla, Seiya y Shun no se habían percatado de qué clase de tienda era. Sólo entraron sin notar el nombre. Aunque no era de gran importancia el local, lo que valía era recuperar el dinero del Pato, estúpido y Ciego.

Dentro se toparon con varias vitrinas brillando de lo cuidadas que estaban, el lugar era un gran lujo con sus delicados adornos, pero no era momento de apreciar el lugar a detalle.

Shun fue jalado con rapidez por Seiya, escondiéndose detrás de una vitrina al ver que Eri hablaba con una de las vendedoras. —— okey. —— suspiró un momento para motivarse. —— éste es el plan, Shun: la estaremos vigilando desde aquí, a la mínima distracción tú vas, tomas su bolso y nos echamos a correr como Aldebaran al ver que DeathMasck le roba su pastel de carne.

—— ¡¿y por qué yo?! —— Shun no evitó susurrar en lo alto por el disque plan de Seiya. Era demasiado tonto. —— ¿no se supone que eras tú el que lo iba a recuperar?... Además yo no corro tan rápido. —— recalcó lo último con un ligero puchero.

—— ¡vamos, Shun! —— Seiya trató de convencerlo, él no quería ser quien haga el trabajo sucio. —— tú eres más bajito que yo, seria más fácil.

Shun negó y bufó en respuesta. ——por si no lo haz notado, soy más alto que tú, idiota. Y como esto fue TU idea, entonces TU recupera el dinero.

Con cada palabra que Shun le señalaba, Seiya estuvo encogiendose en su lugar, con una expresión de ofensa por haber sido llamado enano indirectamente. Pegaso suspiró al ver que Shun terminó su regaño. ——... Está bien.

Con los nervios en punta, Seiya esperó con paciencia su punto de "ataque". Al momento en que la rubia logró distraerse con algo, Seiya no perdió oportunidad y fue camino a tomar el bolso.

Y haciendo caso omiso a las advertencias de Shun, Seiya se estuvo "camufleando" en maniquíes, vitrinas o botes de basura. Andromeda no evitó tronar su palma contra su rostro, teniendo un legero susto al ver que Seiya se había tropezado con algún adorno de la recepción, llamando la atención de una que otra persona.

—— que idiota. —— Shun no evitó encorvarse al ver lo muy evidente que estaba siendo su amigo. Suspirando con cansancio, pero apenas a media al sentir el abrupto cuerpo de Seiya chocar con el suyo. —— ¡¿por qué no avisas?!

—— ¡Si! Lo logré^^—— Seiya ignoró la molestia que había causado en su amigo, feliz sosteniendo dicho objeto en sus manos.

—— aver — Shun asomó una sonrisa por la hazaña de su amigo, mas dicho gesto desapareció al momento de verlo más a detalle. —— ¡Encerio que no puedo contigo!

—— ¡ay! ¡¿Ahora qué pasa?!

Seiya tembló por un momento al ver el aura que rodeaba el cuerpo de Shun, confundido por su reacción.

—— Qué pasa, será. —— repitió las mismas palabras con molestia. —— Esta es la bolsa de la recepcionista, ¿es que acaso eres ciego, Seiya? ¡Tomaste la bolsa incorrecta!

Seiya frotó su nuca con nervios, pero aún sonriente. —— ya se me hacia raro que haya cambiado de diseño, de un momento a otro.

Shun volvió tronarse la cara con su palma abierta. —— ahora regresa ese bolso y toma la correcta, esta vez.

Pegaso brinco del susto en su lugar, escuchar la orden y la voz de ultratumba, lo había espantado, casi jurando que Hades había tomado posesión del cuerpo de Shun nuevamente.

—— ¡Aayy! ¡Como ordene!

El castaño dejó de estar en cuclillas, para levantarse con entusiasmo y reanudar su misión. —— ¡cuidado y miro que haces tus estupideces de ser un Ninja, ¿esta claro? —— advirtió Shun al ver a su amigo saltando de una pared a otra.

Seiya bajó la cabeza, y si tuviera orejitas apostaria a que estas también se bajaron como cachorro regañado; el moreno continuó su camino y esta vez dio con el bolso correcto.

Al ver que esta vez si pudo hacerlo, Shun salió de su escondite y se aproximó hacia él, ambos trataron de rebuscar en el interior, para su desgracia, el cierre se había atorado con la tela del interior.

—— mira lo que hiciste.

—— no es mi culpa, tú que andas de desesperado por abrirlo. —— refunfuñó el castaño por el reclamo de su amigo.

—— Esta fue tu idea, así que te aguantas. —— seiya chasqueo la lengua con fastidio, ya al punto de querer intentarlo abrir con los dientes.

—— ¿Seiya? ¿Shun?

Sus cuerpos respingaron al escuchar sus nombres provenir de la que menos querían escuchar, volteandose a ver, en busca de un plan B para sacarse de eso.

Eri se había percatado de la presencia de los menores en la tienda, sonriendo con gentileza al confirmar que se trataba de ellos. —— Hola, chicos. Ese milagro que me los encuentro, ¿qué hacen por estos rumbos?

Ambos jóvenes tituberon, volteandose con rapidez, pero escondiendo el bolso en sus espaldas, correspondieron el saludo de la chica. —— Hola, Eri... —— Seiya era que más sudaba, nunca pensó en las posibilidades de que Eri pudiera captarlos, habían sido discretos. —— nada en particular, sólo un pequeño paseo... Ya sabes, para distraernos en eso de las batallas contra dioses y esas cosas.

—— eso es muy bueno. No puedo imaginarme lo que han de haber sufrido. —— respondió la chica con pesar, reposando su mano en el hombro de Andromeda. —— Hyoga me contó lo que sufriste, Shun. Debió ser muy difícil ser manipulado por un Dios malvado... Y más por lo que pasate después de eso. —— Su mano fue directamente a su brazo, en donde la tenía cubierta por vendas y una muñequera.

Y aunque sus palabras fueron dichas por inocencia, aquello le había dolido a Shun, no por lo que ella dijo, sino porque Hyoga había prometido no contarle a nadie sobre lo que había echo. Le dolió su traición.

No pudo evitarlo, se soltó del agarre de Eri con brusquedad, dejando confundida a la chica, la cual trató de aligerar el ambiente.

—— perdoname. No quería incomodarte.

—— no importa. —— respondió de forma seca el peliverde.

Seiya carraspeó, llamando la atención de ambos. —— bueno, fue un gusto verte, Eris. Nosotros debemos de irnos ya.

—— ¡oh! Esperen, dejenme acompañarlos.

—— ¡no! No te preocupes, chica.

—— no, es lo menos que puedo hacer, les invitaré una bebida. Sólo iré por mi bolso, un momento, ¿si?

Y como si sus palabras les hicieran reaccionar, Seiya y Shun se voltearon a ver, alzando por puro reflejo el crimen en sus manos.

Eri estaba de espaldas, así que era ajena a la escena que ocurría. Shun lanzó el bolso a la cara de Seiya, como diciendole que él debía de esconderlo. Seiya hizo lo mismo, lanzó el bolso a manos de Shun.

La chica volteó a verlos, sintiéndo una rara sensación, mas no le puso mayor atención y continuó buscando su bolsa al verlos "tranquilos". Y nuevamente la pelea en Seiya y Shun se repetía. Pero para ese momento, Eri ya sentía que algo no cuadraba.

Al voltear por tercera vez, observó más a detalle a ambos hermanos. Dándose cuenta de su raro accionar, la expresión fría y calculadora de Shun no le dio a entender nada, pero la cara roja, sudorosa y fruncida de Seiya la hizo sospechar.

—— ¿Qué es lo que les pasa a ustedes dos?

La pregunta hizo sudar más a Pegaso. —— ¿Qué de qué...? Amm... No sé de que hablas, Eri.

—— eso. ——volvió a señalar la chica terminando de analizar bien a los hombres. —— ¿Qué están escondiendo?

El cerebro de Seiya trabaja a mil, tratando de encontrar una buena solución al problema, había una, pero no estaba seguro del todo. En cambio, Shun no tenía que dar explicaciones de sus acciones, él sabía que fue incorrecto lo que hizo, pero la chica había sido la que empezó con ese "juego"

Por lo contrario, Shun veía indiferente la situación. ¿Para qué temerle a esa mujer? Si ella ya había sido peor que ellos dos.

La tensión en los tres estaba creciendo, de no ser, por una chica curiosa que se acercó a ellos, más específico, al chico peliverde.

—— disculpa... De casualidad, ¿eres tú el caballero de Andromeda que participó en el Torneo Galáctico?

Los ojos del mencionado se abrieron ligeramente, volteando a ver a Seiya que en respuesta se encogió de hombros igual de confundido.

—— ahhh... Si. Soy yo.

La chica sonrió a lo grande. —— ¡Si es él!

Su grito dejó confundido a los tres, para luego abrirlos más a lo grande. De la puerta ingresó un buen grupo de jovensitas, clamando el nombre del peliverde.

—— ¡Ayy! ¡Andromeda!

—— ¡Andromeda! ¡Es un verdadero gusto!

De un momento a otro, Shun se fue rodeado de todas las chicas, echando por un lado a Seiya y Eri.

—— ¡eres el mejor, Andromeda!

—— ¡dinos quién ganó el torneo! ¡Verdad que fuiste tú!

—— ¡Ahhhh! ¡Eres más guapo en persona!

El peliverde sonreía con cierto toque de halago y algo incómodo por tener que toparselas en un momento así.

—— ¡¿tienes pareja?!

—— ¡quisiera ser tu novia!

—— ¡sería un sueño hecho realidad!

—— lamento herir sus sentimientos, pero mi querido amigo no está disponible. —— Seiya rodeó los hombros de Shun al escuchar las exclamaciones de las mujeres. Varias suspiraron desilusionadas por sus palabras.

—— ¿ya tienes a alguien, Andromeda?

—— ¡Asshh! ¡¿Quién fue la afortunada en robarse tu corazón?!

—— ¿o acaso este chico es tu novio? —— ambos chicos se pusieron rojos por la pregunta. —— espera, ¿Tú no eres el caballero de Pegaso?

—— ¡Haaa! ¡Si. Es él!

Ahora no sólo Shun sudaba de los nervios, pues Seiya se le había sumado en aquel momento bochornoso. Porque nuevamente empezaron a llover los comentarios.

—— ¡Ayyy! ¡Que lindos!

—— ¡siempre creí ver una gran química en ustedes!

—— ¡noooooo! ¡A mi me gustaba más pero Andromeda con Cisne!

Ahora no sólo fueron Shun y Seiya, sino que Eri ahora estaba prestando más atención a las palabras de aquella niña castaña. El ceño de la rubia se había fruncido, observando de reojo la reacción que el peliverde daría. Atenta a cualquier mínimo gesto.

—— ¿y por qué a Cisne?

—— ¿Qué acaso no viste las insinuaciones que le hacía fuera de la arena? —— preguntó una con sonrisa gatuna. —— ¡Se notaba la tensión en ellos!

—— oye, es cierto... ¡Espera, ¿Cómo sabes eso?!

—— puede que sea una acosadora, pero al menos debo de hacer bien mi trabajo. —— sonrió la chica, orgullosa por sus actos. —— se notaba la desesperación de Cisne por entablar una conversación con él.

Para ese entonces, la expresión de Eri se había endurecido, cosa que notaron los caballeros. Y ni que decir de Shun, que al igual que Eri, había prestado atención a las palabras de la chica, él no se había percatado de todo aquello.

—— ¡Hhaaa! ¡Jajaja! ¡Que gran imaginación tienen, chicas! —— Seiya trató de aligerar el ambiente y, de paso, intentar deshacerse de las admiradoras de Shun. —— ¿Qué les parece si vamos a-

—— ¡perdón! ¡Es cierto, tú eres novio de Andromeda! —— interrumpió apenada la chica. Y de nuevo, los colores volvieron a subirse en ambos.

—— debes de estar molesto porque emparejamos a tu novio con otro.

—— ¡¡NO!! ¡No es eso! —— habían exclamado ambos con las manos en alto, por desgracia, habían olvidado algo sumamente importante.

—— ¿esa es mi bolsa? —— Shun mordió su labio, maldiciendo internamente por su descuido, y Seiya gruñendo por lo bajo al haber sido descubiertos. —— ¿Qué hacen con mi bolsa?

La voz de Eri se había tornado molesta, decepcionada y alterada. —— ¿Q-q-qué? ¿Esta no es tu bolsa? —— Seiya fingió no saber nada, tartamudeando.

—— no mientas. —— Eri ahora se miraba más molesta. —— esa es mi bolsa, es su diseño... ¡Y mi nombre está bordado ahí! —— señaló.

Tanto los empleados, clientela, admiradoras y Seiya, intentaron observar lo dicho por la rubia. Y era cierto. Justo Shun lo sostenía mostrando la parte delantera, en donde se podía observar el nombre bordado de la rubia de Eri.

—— que decepción. —— Su voz llamó la atención de todos nuevamente. Eri tenía los ojos rojos. —— ¿por qué hacen eso? ¿Intentan robarme acaso?

—— ¡No! —— fue la respuesta rápida de Pegaso. —— ¿Qué te pasa? ¿Por qué dices eso?

—— ¿y todavía tienes el descaro de preguntar, Seiya? ¡Están sosteniendo mi bolsa! Eso demuestra que intentan robarme.

—— ¿para que queríamos robarte? El dinero nunca ha sido un problema para nosotros, si intentas preguntar.

—— ¡¿pero entonces que significa esto?! —— Su grito había causado un pequeño susto en todos. Eri se estaba alterando. —— no importa si tienen un apellido lleno de poder... Perdónenme, pero tendré que llamar a la policía-

—— llamala, y al final la que saldrá con cadenas en las manos serás tú. —— las frías palabras habían causado un escalofrío en todos, y más en Eri. Ella nunca había visto a Shun enojado.

—— ¿Qué intentas decir? ¿Acaso van a incriminarme?

—— Si. —— fue su respuesta.

Los ojos de Shun no tenían ningún brillo, sólo veía a la chica frente a él con repugnancia. En cambio, los ojos de Eri reflejaban su desconcierto por la actitud que había adoptado el chico más dulce y sensible que había conocido, pero ya no era él.

—— no puedo creerlo... ¿Te das cuenta de lo que dices, Shun? ¿Qué crimen me inventaran para que se salgan con las suyas?

—— el de robo. —— Seiya había interrumpido las palabras de la chica. —— de una gran suma de dinero, en realidad. Pertenecientes al caballero de Cisne.

Las bocas de los presentes se abrieron con sorpresa, varios murmullos se fueron creando al rededor, con preguntas sobre si aquello fuera cierto.

Por un momento, Seiya y Shun habían visto una chispa de miedo en los ojos de la pobre Eri.

—— ¡eso es ridículo! —— exclamó ofendida. —— ¡¿como te atreves?!

—— ¡tu acto defensor confirma todo!

—— ¡pero es cierto! ¡¿De dónde sacas eso?!

La situación se estaba tornando difícil, Shun se limitaba a observar la escena. Eri y Seiya habían comenzado a discutir, con la rubia intentando golpear al castaño para que se retracte de sus palabras. La gente se había juntado, atentos, por si Seiya se atreviera a levantarle la mano a la señorita, actuarían para separarlos.

Las admiradoras de Shun no sabían de qué lado estar. Estaban confundidas y por dentro no querían aceptar las palabras de Eri, pero las acciones decían cual seria la verdad, pues el dichoso bolso se encontraba en las manos de Andromeda.

Shun suspiró, intentando tranquilizarse par actuar e intentar calmar a los dos rivales.

—— ¡¿qué está pasando aquí?!

Sin embargo, sus acciones se habían sido interrumpida por aquella gruesa voz.

—— ¿Hyoga...?

No se habían percatado, pero Hyoga había regresado al Centro por algunas cosas, y eso no le había evitado pasar frente a aquella tienda, en donde visualizó a una gran cantidad de personas rodear algo, tal vez, interesante. Los murmullos habían captado su curiosidad, mas no esperaba ver que su mejor amigo y su novia discutían de forma violenta en el interior del lugar, se acercó con rapidez al ver que Eri había golpeado a Seiya. Puede que sea su novia, pero Hyoga nunca iba a permitir que cualquiera lastimara a sus amigos.

El rostro de su novia se desfiguró al verlo allí, en cambio, Seiya sonrió a lo grande, no desaprovecharia esa oportunidad para decirle que Eri le había robado. Una oportunidad así sería dentro de unos cuantos años más.

——Hyoga! Amigo, que bueno que apareces. —— Seiya extendió sus brazos de forma sarcástica. —— tengo algo que decirte. Es sobre tu novia, ell-

—— ¡Hyoga! Shun y Seiya se han robado mi bolsa. —— desesperada Eri había dicho lo primero que se le vino a la mente. —— sólo estoy intentando recuperarlo.

Toda la gente jadeó con sorpresa.

—— ¡¿Qué?! Shun, ¿eso es cierto!? —— su voz sonó demasiado demandante, ignorando por completo que estaban rodeados de personas. Shun no contesto, Cisne bajó la mirada y ahí vio el bolso en las manos de su ex-pareja. —— que decepción.

Esa simple palabra creó un revoltijo en el estómago de Shun. Los ojos de Hyoga reflejaba su molestia hacia él, pero no se iba a dejar humillar de esa forma.

Una nueva exclamacion de sorpresa salió de los labios de los expectadores, al igual que Seiya, Hyoga y Eri. Sin siquiera formular otra oración, Shun había arrojado la bolsa a la cara del Cines.

Un gran silencio se creó en el lugar, esperando quien se atrevería a habla o siquiera detenerlos.

El bolso terminó por caer al suelo, pero los ojos de Hyoga estaban plantados en la fría expresión que Shun le lanzaba. Nunca lo había visto reaccionar de ese modo.

—— para la próxima... Elige a una persona menos descarada. —— Fue la respuesta de Shun. Andromeda pasó a su lado, sin voltear a verlo, para dirigirse a la puerta de entrada. —— por cierto, revisa bien tu cartera, puede que te falte el dinero que ganaste escribiendo tus libros.

Y salió, siendo seguido por Seiya, más antes de irse, Pegaso posó su mano en el hombro de su amigo Cisne antes de salir de la tienda.

Aun atontado, Hyoga no sabía qué hacer, pero su instinto lo hizo voltear a ver la bolsa en el suelo, para luego soltar todo el aire que tenía retenido al verlo bien.

La bolsa estaba abierta, y por consecuencias al caer, todo el dinero había salido de éste y se exparcia por el suelo, lo curioso que parecía una flecha, la cual señalaba a su novia en el suelo.

No supo qué decir más, e intentó ignorar los susurros e hipótesis que todos a su alrededor habían creado.

Ya fuera del Centro, Seiya había intentado calmar a su amigo. Shun había soltado una que otra lágrima por lo que había hecho.

—— tranquilo. —— pero Shun se negó a estarlo. Él nunca había actuado así, y eso le había causado miedo.

Seiya sabía lo mal que se encontraba, él igual lo estaba, habían sido varios sentimientos.

Fueron pasando los minutos mientras caminaban, el sol estaba casi por ocultarse, fue entonces que el foco en Seiya se encendió. —— ¡es cierto, Shun! ¡Debemos de ir por los resultados!

Eso lo distrajo un poco, al menos. Ambos tomaron la ruta para ir al Consultorio. El doctor no se encontraba, pero no fue un problema.

Tiempo después habían llegado a la Mansión con los documentos en mano. Los menores estaban en la habitación del peliverde, ansiosos por saber el contenido de los papeles.

—— ¿listo? —— aunque Seiya era el más inquieto. —— por fin sabremos que es lo que te pasa. ¿Estas preparado?

Una negativa fue su respuesta, sacándole una ligera risa por su puchero. Shun no necesitó de permiso o algo. Empezó a descubrir los documentos, leyendo de forma lenta las letras que contenían; a cada leída sus ojos se iban abriendo con incredulidad y confusión.

—— ¿qué pasa, amigo? ¿algo malo?

Shun tartamudeaba al hablar, procesando aquello que para él, era imposible. Estuvo releyendo una y otra vez los papeles, buscando algo que le dijera que era una broma. — n-no no lo sé... Lo leí y dice q-que... que...

—— no te asustes, hermanito. Respira y confía. —— pero Shun no intentaba calmarse. —— anda, campeón, ¿qué es lo que tienes?

—— Seiya. —— Shun volteó a verlo. —— dice que e-estoy... Estoy... En cinta...?

—— ¿Qué? —— Seiya sacudió su cabeza, aún intentando sonreír. —— no te escuche bien.

La respiración de Shun quedó suspendida, observando de forma más serena a su amigo. —— dice que estoy esperando un bebé.

La sonrisa de Seiya trató de quedarse aun en su rostro, mas en su ojo derecho se fue creando un "tic" por su respuesta. —— je... Je... Je... ¡¿QUÉ?!

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