¿Quiero aún ser un Seme?



Matt deambulaba por la calle sin rumbo fijo. Después de salir del departamento de Tai sin dar mayor explicación de su comportamiento le rondaban en la mente la pregunta de si ¿estaba haciendo lo correcto?

La verdad estaba cansado, más bien harto, por eso leería de jalón todas las reglas y tomaría una decisión.

Regla No. 7:*Los Seme son DIOS y pueden confundir y manipular a sus estúpidos
Ukes todo lo que quieran, porque le aman.

Matt sintió un gran recelo contra esa regla. Tai podía ser algo patoso en ciertas circunstancias, pero por lo demás; el que anteriormente fue su mejor amigo y hoy día se convirtió en su media naranja era; divertido, ingenioso, asertivo a la hora de tomar decisiones, no por nada era el líder, tierno y sumamente confiable. Por lo tanto, de ESTÚPIDO no tenía NADA y sobre lo de manipularlo... ¿por qué querría manipularlo si bien podía ganarse su apoyo incondicional a base de comprensión y cariño? Además de que él también amaba a Taichi y jamás había considerado aprovecharse del sentimiento que Yagami tenía hacia él porque era mutuo.

Con ira justificada tacho la regla siete varias veces. Jamás, por mucho que deseara ser el dominante, la aplicaría.

Regla No. 8: *Los Seme son maduros.

Yamato dijo en voz alta varias veces esta regla.

¿Qué tan maduro se podía ser a su edad? Es decir, disfrutaba mucho las peleas infantiles que tenía con Taichi hasta caer jadeante uno sobre el otro.

Las guerras de almohadas, brincar sobre la cama o simplemente intentar incordiar al otro con tal de llamar su atención, eran en su vida un delicioso condimento del cual no quería ni podía prescindir.

Amaba escucharlo reír a carcajadas y aún más acompañarlo con las suyas, sentir la emoción de realizar alguna travesura y correr a esconderse, seguro de que la mano que sujetaba la suya nunca lo soltaría o lo dejaría solo, que lo apoyaría sin importar el castigo.

—Si para madurar debo renunciar a ser feliz y a demostrar lo mucho que me gusta estar con él entonces, no quiero ser un hombre maduro.

Así que también tacho la regla 8. Matt dio un suspiro, ya casi había regresado a su departamento y no estaba muy seguro de estar haciendo un buen trabajo al calificarse como Seme.

—Diantres. A este paso terminare siendo un Suke... —se lamentó.

Regla No. 9: *A nadie le importa lo que el Uke opine. En especial al Seme y por lo tanto, lo que el Seme dice, queda, es decir, la palabra de un Seme es ley.

Regla No. 10: * El Seme siempre domina, da igual la situación, estado de ánimo o posición, y no se te ocurra cuestionarlo.

Regla No. 11:* El Seme siempre tiene razón, lo que diga es verdad y punto, nunca lo contradigas bajo ningún concepto, es su ley.

Regla No. 12:* El Seme nunca da explicaciones sobre sus actos, los comete por que le da la gana y se acabó, así que anda a preguntarle y veras como te lo responde (no esperes una amigable respuesta)

Regla No. 13: * El Seme no cocina, no limpia, no lava, no consiente, no mima, no sonríe, no pierde la compostura, no grita pero regaña y hace pedacitos si le calientan demasiado. De lo contrario, puede que haga todo además de darle duro al Uke (estos son escasos, pero hay los ahí, sí, hay Seme que lo hacen)

Regla No. 14: * El Seme debe verse sexy en todo momento, con todo lo que lleve y lo que no lleve y si son "objetos de destrucción masiva", pues mejor, además de los propios juguetes que use.

Regla No. 15: *Aunque sea la primera vez que lo hace, un Seme siempre debe hacerlo como si se hubiera tirado tipos toda la vida

Regla No. 16: *Un Seme jamás lo hace desnudo. Siempre se quedará con una polera, pantalón, etc.

Regla No. 17:*Aunque el Seme sea conocido como un tipo rudo, es un caramelito con su Uke, pero generalmente SOLO EN LA CAMA.

Regla No. 18:*Un Seme le da sexo oral a su Uke para excitarlo

Regla No. 19: *Un Seme que se precie de serlo jamás se sentirá mal por violar a su Uke,
ni dudará cuando su Uke le pida que se detenga

Regla No. 20: * El Seme es independiente, lo que quiere decir que, si no te gusta, te aguantas o si no te acostumbras.

Regla No. 21: * El Seme elige la postura, da igual lo que digas o hagas, te dará por culo y claro, por donde estime que es conveniente, para él.

Regla No. 22:* El Seme pude tener cambios repentinos de humor, lo mismo puedes pasarte la noche acurrucadito en su pecho como levantarte de una patada en la guardia baja, aquello el uke lo acepte o no, pasa y punto.

Regla No. 23:* El Seme es celoso, por lo que el Uke no pude tener un comportamiento demasiado afectivo con ningún hombre que no sea él, pero si el Seme está con alguien a joderse toca o si no prepárate para una dura sesión de sadomasoquismo.

Recuerden algo, "EL DOLOR ES PLACER" no importa como lo deseen pensar, es la verdad que hay en cada uno de nosotros.

—El SEME... El seme... —siseo con rencor Yamato al comprender lo que en realidad significaba ser UN SEME.

Matt hizo una bola de papel con la hoja y la lanzo al primer cesto de basura que encontró cerca con odio y asco. Dio media vuelta y a paso rápido regreso a casa de Tai.

[...]

Tai escuchó el timbre de la puerta y se preguntó ¿Quién sería? Pero cuando vio a Kari ir a atender supo que la respuesta era: "Tk"

Alcanzó a oír como su hermana invitaba a pasar a alguien, luego ella se asomó a la concina que era en donde Tai se encontraba haciendo bocadillos para ambos.

Kari tomó un sándwich antes de comunicarle que Matt lo estaba buscando y desaparecer por la puerta de su habitación para darles privacidad.

Tai se dirigió a la sala, su novio estaba sentado de espaldas y no podía ver el rostro desconcertado y expectante que tenía en ese momento.

—Matt—llamó suavemente.

El rubio se puso de pie de un salto y giró para tenerlo de frente.

Yamato se quedó ahí, temblando como gelatina, sintiendo sus piernas doblarse y sus manos sudar, exactamente igual a cuando le confeso cuanto le gustaba, que lo necesitaba y que no quería, ni podía seguir fingiendo que lo estimaba como a un amigo porque su afecto iba mucho más allá.

—Yami— Tai se acercó unos pasos, pero sin rodear el sofá, como si el mueble fuera alguna clase de muro de contención que lo protegía del desastre que se aproximaba.

—Tenemos que hablar — declaró Matt

Tai asintió y un nudo en su garganta se formó. Ya había previsto que llegaría la hora en que perdería Matt, pero por ¡Dios! Nunca pensó que sería tan pronto. Interiormente Tai se preguntaba ¿cuál de sus muchos defectos sería el que colmó a Yamato?

Sería acaso su creciente efusividad ahora que eran algo más que amigos. La verdad no lograba controlarse cuando se trataba de él. Lo quería cerca y para siempre.

Quizás su total falta de pudor al decir que ellos eran novios a cuanto conocido se encontraran, como si estuviera anunciando su derecho de propiedad y en cierta medida así era, quería que el mundo entero lo supiera para que de ese modo nadie intentara quitárselo.

Tal vez sus recientemente descubiertas fantasías rosas las cuales quería ver cumplidas, arrastrando a Matt a un sin número de situaciones bochornosas, como el viernes, cuando le dieron ganas de bailar y...

Había soñado tanto con el día en que tendría por pareja a Matt que incluso sus ilusiones llegaron al punto de pensar en el matrimonio. ¡Que no lo sepa! Gritó en su mente completamente avergonzado.

Tai soltó un suspiro resignado. Su sueño había durado muy poco, pero fue feliz de tener a Matt por eso...

—Todo va a estar bien —aseguró Tai, con las mejillas levemente sonrosadas. —No debes preocuparte por nada. Yo... yo entiendo y...

Matt se quedó sin habla, Tai lucía endemoniadamente lindo cuando le daba por dejar ver su lado sensible, lo cual no era muy frecuente. Podía leer perfectamente en sus redondos ojos marrones cada emoción y sus labios se movían dejando entrever de vez en cuando aquella lengua rosa que tenía un sabor a gloria.

—Así que, no importa si sólo continuamos siendo amigos yo...

—Espera... ¡¿Qué?!

—Era eso lo que ibas a pedirme ¿no? Que volviéramos a ser...

—No. No... ¡Eso nunca! — arguyó Ishida brincando el estorboso sofá y corriendo a atrapar entre sus brazos a quien era dueño de su corazón.

¿Qué estaba haciendo? Debido a sus inservibles preocupaciones le había dado una idea equivocada a Tai.

—Ichi, lo único que deseaba preguntarte era... —y los pómulos de Matt se pintaron de carmín.

Matt sonrió y apretó aún más su abrazo, nunca sería un Seme como el que describían esas tontas reglas porque él tenía sangre en las venas y ese líquido vital vibraba de placer al tener a Taichi Yagami.

—Tai yo... no sé... pues... quien de los dos... ¿Quién de los dos va a ser el, el... el seme?

Tai lo miró primero asombrado y, segundo con una emoción de amor indescriptible que estalló en una carcajada ruidosa. Matt estaba confuso, ¿qué tenía su pregunta de graciosa?

—Yami —dijo con ternura Tai al tiempo en que se acomodaba para mirarlo de frente. —Si tanto te preocupa pues... —dibujo una sonrisa tranquila. —Puedes ser tú el domínate...

—¿Enserio?... pensé que...

—Enserio. A mi lo único que me importa es estar contigo.

Matt sintió algo de envidia. Tai quizá era, en ese aspecto, más maduro que él.

—Además —continúo diciendo. —Por algo soy el valiente aquí. Tomare al toro por los cuernos y...

Ahora fue el turno de Matt de reír. ¿Cuál toro? Aunque...

—Y si me demuestras tu valor ahora...

Tai enrojeció hasta las orejas antes de alejarse de Matt y gritar —¡Imposible, esta Kari! ¡Esta Kari!

La puerta de la recamara se abrió, Kari tomó su abrigo y sin decir una sola palabra salió del departamento.

—Creo que el problema acaba de ser solucionado —bromeó Matt con una mirada bastante sugerente.

Tai cambio de rojo vivo a un blanco total.

—Ahora, estabas por demostrarme cuan valiente eres...

—Matt... Matt... Yamato... que tal si jugamos play y el que gane dos de tres...

—¡Oh! ¿A donde quedo todo tu valor y eso de "mientras este contigo"?

Tai tragó dificultosamente, estaba en serios problemas.

Fin.

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