Soledad y compañía
Ace cargaba todas esas bolsas llenas de ropa. Creo que la pelirrosa estaba abusando de su buena forma de ser...
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Horas antes, cuando ambos estaban en ese restaurante, Ace le había preguntado a la pelirrosa si iba a comprar ropa nueva a lo cual ella le había respondido que no conocía el sistema monetario de ese mundo...
—Aaah~ –suspiró desganado– ...no comprendo en que mundo vivías...
—Has comido demasiado!! No te quejes y vamos ha comprar ropa!!
Su chillona voz se podía escuchar a metros de distancia, Ace nuevamente suspiro desganado. Bueno, no es como si tenía otra cosa que hacer, además ya había hablado con su padre y explicado que estaría en una misión para ayudar a la pelirrosa, claro, sin comentarles que ella había venido de otro mundo, aunque eso se le había olvidado.
Ahora, ambos se encontraban en una tienda de ropa para señoritas, Sakura entró ha un probador con bastantes prendas, mientras salía y modelaba alegremente, el azabache decía que si a todas sus prendas, pues ya quería salir de ese lugar. Todo eso era tedioso, esa no el tipo de misión que le gustaría hacer, pero que se le podía hacer?? ella había salvado su vida y la de sus nakamas...
—Yooshh!! –Ace escuchó el grito feliz de la chica. (¡¡Al fin había acabado!!) Esta vez gritó mentalmente el pelinegro, debajo de un montón de ropa– ...ahora hay que ir por unos sujetadores y algunas bragas...
Quién sabe, pero se había sonrojado pensando en la chica con esas prendas, pero rápido terminó con la cabeza pegada al suelo.
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—Esta ropa es genial!! –se expreso feliz con algunos corazones flotando a su alrededor. Ace, a su lado, estaba bajo las bolsas repletas de ropa–
—Crees que podrías ayudarme?... –preguntó, agobiado por tantas bolsas. Sakura negó divertida, moviendo sus caderas de lado a lado–
—Nop-Nop... Ace-san dijo que iba ha ayudarme a regresar a mi mundo... –aquello la tenía divertida, siempre era entretenido agobiar a un hombre a la hora de comprar ropa, ya hace mucho que no lo hacía y volverlo a hacer le traía recuerdos de cuando torturaba ha sus amigos–
Resignado, el pecoso siguió caminando detrás de la pelirrosa, en donde quedó el orgullo de un pirata de Barbablanca?? Pues se fue al caño cuando una pelirrosa lo manipuló para ir de compras.
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Las personas parecían alegres, y eso alegraba ha la propia Sakura, en el lugar en donde vivía, las personas siempre traían una mueca triste pegada en sus rostros o simplemente una estoica. Y para alguien tan colorida como es la chica, era realmente lamentable, desde niña siempre supo lo que tenía que hacer, los modales siempre se le fueron impuestos, al igual que todos esos tediosos entrenamiento de parte de su maestra. Ella era una muy buena mujer que a veces tenía un carácter terrible, Tsunade le había explicado detalladamente su lugar en la mesa de ajedrez y su objetivo final, derrotar a las piezas mayores siendo ella un simple peón, tan fácil pero a la vez tan difícil...
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—Hey Sakura!! –grito el moreno. La chica detuvo su andar y volteó ha verlo– ...te has quedado un rato pensativa, sucede algo??
—Nada... –le había dicho, con ningún rastro de emoción en su rostro. Ace levantó una ceja confundido– ...y espero qué siga así...
—Aun no entiendo de lo que hablas...
Eso fue lo último que había escuchado del chico, Sakura lo ignoro durante todo el camino hacia el barco, lo cual tenía algo preocupado a Ace. Al llegar, lo único que hizo Sakura fue encerrarse en el camarote y quedarse ahí hasta que las estrellas salieron.
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Ace la miraba desde el nido de cuervo intentando descifrar lo que pensaba, en cuanto a ella, pues solamente se paseaba por toda la cubierta mirando desde las orillas como el agua se movía lentamente, viendo a través de ella a la luna...
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—¡¡¡Haaa!!!
Los gritos por la noche eran ya muy comunes en esa embarcación. Sakura chillaba muy fuerte y Ace siempre tenía que ir a calmarla. Unas ojeras algo obscuras surcaban debajo de sus ojos, por las muchas noches en que su sueño se interrumpía. Ace camino a paso torpe al camarote, donde Sakura se encontraba, la vio ahí, revolcándose entre las sábanas con lágrimas bajando de aquellos ojos verde menta, los cuales estaban abiertos. Ella sufría de terrores nocturnos, siempre que le preguntaba el por qué, la pelirrosa no contestaba nada y lo ignoraba hasta la hora de comer...
—Calma Sakuraaaa~ –bostezo acomodándose junto a la pelirrosa, para que sientiera que no estaba sola– ...tranquila...
Y sin saber nada más del mundo, se quedó dormido como todas las noches junto a la chica. Ella cerro sus ojos y se acomodo entre los brazos del moreno. Ambos quedaron dormidos, uno noqueado por el sueño y la otra al sentir que todo era solo un simple sueño. Al menos ya no se encontraba en aquel horrible lugar, donde su mejor amigo terminó con su vida, aquella escena jamás se iría de su cabeza, pero tenía ha alguien junto a ella, que le hacía, por muy poco que fuera, olvidar todo eso por unas cuantas horas. Los terrores nocturnos nunca se irían, al igual que todas esas escenas de su pasado.
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—Ya despertaste?? –preguntó somnoliento el moreno, estirado de lado a lado en la cama. La chica infló infantilmente sus mejillas–
—Me tiraste... –Ace sonrió de lado a lado, mirando como la chica estiraba todos sus músculos y tronaba sus huesos–
—Ya es hora del almuerzo... Vamos a comer...
—Repitelo mejor así; "Sakura hazme comida" pero como un por favor y no como una orden... Vale...
—Odio tu sarcasmo... –admitió, desviando la mirada de la chica. Ella sonrió de lado a lado–
Las mañanas eran siempre iguales; Sakura moviéndose en la pequeña cocina del barco y Ace viéndola desde la mesa. A él no le gustaban mucho los vegetales, y comía como un regimiento, así que ella tenía que hacer bastante carne para el chico y para ella, aunque no comiera mucho le gustaba estar junto al moreno y reírse de como esté se quedaba dormido a mitad de la comida. Tal vez un tipo de narcolepsia?? No sabía, pero era divertido verlo caer al plato.
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Espero que les haya gustado. Neko se despide...
✓✓ Edición completa.
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