Diarios de un shinobi

La flor que floreció en un campo de guerra.

La vida en aquellos tiempos era difícil, todo el mundo estaba sumido en una guerra que hasta el día de hoy seguía en pie. Todo comenzó por una disputa territorial, pero al pasar de los años aquello se había convertido en algo bizarro que no cesaba, los líderes de naciones no se permitirían perder y dejar que sus civiles y soldados pereciera bajo el mandato de alguna nación rival. Tan obstinados, solo humanos arrogantes y sin moral.

Y entre tanto desastre creado, existían pequeños humanos que estaban con la mente en otros asuntos que no fuera la guerra. Muchos niños habían perdido a sus padres por culpa de la misma, y por ley de los altos mandos, serían incluidos en las filas, entrenados para ser Shinobi's leales a su nación.

Sakura era una de aquellas desafortunadas personillas que perdieron a sus padres a una edad muy temprana, demasiado para poder recordarlos. Tan solo estaba ella ahí, ahí en la cerca del orfanato viendo a los Shinobi's pasar, los odiaba con el alma. Aunque también veía a las lindas niñas, herederas de clanes diferentes, pasar por el lugar o jugar con sus costosos juguetes. Cómo ellas eran herederas no tenían que ir a las líneas de guerra. Cómo las envidiaba.

—Bien niños!! –llamo la nodriza del orfanato. Todos los niños hicieron caso omiso y caminaron hasta estar enfrente de la mujer de mayor edad– ..este día entrenaremos con cuchillas.. los de mayor edad, porfavor vallan a su clase especial con el señor Ibiki..

Tras lo dicho, los jóvenes de siete años para arriba caminaron hacia otra sección del orfanato...

—¡¡Señorita Mari!! –hablo una niñita rechoncha y pecosa. La nodriza volteó a verla–

—Si cariño??

—¿Que es esa clase especial?

—Bueno, es una clase en la cual se mide la resistencia a la sangre, lo hacemos para ver qué tan aptos están para ir a la guerra.. –dijo con una voz dulce, como si aquello no fuera nada. La pobre niña estaba blanca como el papel– ..¡Hay que comenzar mis niños!

Tan rápido como lo dijo, todos los niños se colocaron en pareja y luego comenzaron a atacarse con  cuchillos de madera. La nodriza caminaba a cada lado de las parejas y los evaluaba, hacia cálculos mentales y también los corregía si estaban mal en sus posturas. Para ellos, aquello era tan habitual como bañarse.

Sakura esquivaba con torpeza cada ataque que iba a su dirección, para alguien de su edad era muy común por su poca motricidad, pero cuando la nodriza vio aquella pequeña "falla" (como todos los trabajadores del orfanato le decían) tomo el bastón que siempre traía en sus manos y golpeó con fuerza las piernas de la chiquilla. Sakura callo al suelo negándose a llorar, porque sabía que si lloraba iba a ser peor su castigo...

—Pa-Pasa algo Mari-san.. –dijo temblorosa mordiendo sus labios y abriendo grande sus ojos para que las lágrimas no salieran–

—Muestrame las palmas de tus manos... –la niña aún de rodillas en el suelo mostró sus palmas. Mari-san sonrió por su obediencia– ...recita las reglas de un shinobi..

Sakura trago grueso...

—U-Un shinobi siempre está alerta.. –la nodriza asintió feliz con los ojos cerrados–

—Un shinobi nunca muestra signos de debilidad.. –Sakura tembló, quiso llorar pero se obligó, rogó no llorar–

—Un shinobi siempre.. –titubeo. Mari-san abrió los ojos y tomo con fuerza la barita que traía oculta en las mangas de su ropa– .. siempre será leal a su aldea...

—Un ..Un shinobi nunca.. –se preparo para lo que seguía– ..nunca muestra sus sentimientos...

Tres golpes consecutivos a las palmas de sus manos, tanta fue la fuerza que se empleo en cada golpe que terminó cortando la piel de la pobre niña. Sakura se doblo del dolor, bajo sus palmas y soltó un chillido que hizo que todos los niños se detuvieran...

—Un shinobi nunca muestra sus sentimientos.. –dijo la nodriza caminando alrededor de la pobre chiquilla que aún lloraba en el suelo– ..mostrarlos es algo tan malo, que la simple acción de soltar una lágrima los llevaría a todos a la muerte.. ¿Quieren morir? –pregunto. Todos los niños negaron– ..sigan entrenando niños.. en diez vendré a checar sus prácticas...

La mujer de mayor edad tomo a la pelirrosa de detrás de su camisa y la cargo hasta entrar en el orfanato, luego, sin ninguna delicadeza la dejo caer al suelo...

—Sabes que lo hago para que seas fuerte florecita, una falla como tú morirá tan rápido en el campo de batalla.. –alego dramática caminando de lado a lado enfrente de la niña–

—(Maldita vieja) –aunque no era muy propio de los niños decir groserías, para Sakura ya se le iba haciendo costumbre ya que las hoyo de su amiga castaña–

—Sakura.. sabes porque te colocamos ese nombre?? –la niña negó aún en el suelo con las manos aún chorreando se sangre– ..existía antes un árbol que florecía casa cierto tiempo, pero todo era tan breve que tan rápido como florecía este se marchitaba.. así que, para alguien como tú es mejor tener un lindo nombre, ya que después de todo.. una falla como tú morirá rápidamente.. así al menos te quedarás con algo lindo después de tu muerte...

Así es, por lástima aquella flor tuvo que florecer en un tiempo así, lleno de guerra y destrucción. Sus lindos colores serían opacados por todo a su alrededor, aunque siendo una falla no habría algo mejor. O si?...

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Espero que les haya gustado. Ahora conoceremos que fue de la vida de Sakura en su tiempo y de todos sus amigos..

Neko se despide 👋😗

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