Diarios de un Shinobi

Todo rastro de Konoha quedó en el olvido. Ahora en el lugar donde antes, mucho antes, había una aldea pintoresca solo se encontraban las ruinas y cenizas de cientos, sino que miles, de personas que vivían ahí. Los pocos sobrevivientes de aquella aldea tomaron acción y se reunieron para comandar el grupo e ir a otro lugar, un lugar apartado de las naciones ninjas. Hinata era la actual heredera del clan Hyuga, pero al ser desposada por Kozuki Sai paso de ser Hyuga a Kozuki. Sai era el nuevo señor feudal de la tierra del fuego, o lo que quedaba de ella, los pocos habitantes que habían sobrevivido de Konoha y los alrededores eran cercas de cien, también quedaron pocos Shinobi's calificados, entre ellos Sakura y la escolta que protegía a su esposa...

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—Se que les pido mucho, no debería ser así.. pero les ruego que acepten mi propuesta.. –dijo hincado enfrente de todos sus habitantes. Ellos escucharon atentamente lo que el joven decía– ..Alejemonos de las naciones ninjas y zarpemos al mar..

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Aquel día, entre confusiones y sorpresas, el actual líder Kozuki Sai junto con sus habitantes decidieron retirarse de las naciones y orillarse a buscar nuevas tierras en el mar. Como tres de las naciones habían caído era cuestión de tiempo para que las dos restantes entraran en guerra, una guerra que acabaría con ambas, o quizás no?. Sakura aún tenía en mente derrotar a las dos cabezas que quedaban, tenía que terminar su misión para que el mundo volviera a lo que antes fue.

Así que fue ahí, en medio de todos los habitantes, cuando se hincó enfrente de su nuevo lider y juró lealtad eterna a el con la condición de que la dejara terminar con su misión. Sai la obligó a voltearse y descubrirse la espalda, colocó un poco de tinta especial sobre un pincel que siempre cargaba y luego marco su piel lechosa con el símbolo de su clan. Ahora Sakura estaba marcada con el símbolo del clan Kozuki, de ahora en adelante le sería fiel a su clan por el resto de su vida. Sai aprobó su misión y le ordenó que, en cualquier tiempo, sea pasado o futuro siempre daría su mano por alguien de su clan, algo de lo cual no entendió mucho pero aún así acepto.

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El mundo cada vez se ponía peor, la tierra era gris y no habían árboles, solo los restos de lo que antes fueron gigantes sabios. Sakura camino por la vereda de un acantilado, todo a lo lejos se miraba extraño, suspiro fuerte y levantó sus manos juntas en la posición de tigre, luego dijo "Kai". El genjutsu había sido roto y el lugar fue descubierto, una pequeña cabaña se veía a lo lejos, Sakura camino pacientemente hasta detenerse enfrente de la puerta de la cabaña, tocó tres veces y espero que alguien le abriera, segundos después la puerta se abrió...

—Sakura.. –delante de sus ojos se encontraba Kisame con un mandil blanco, este sonrió con su sonrisa llena de dientes afilados. Sakura imitó su acción y sin ser invitada entro a la cabaña, después de todo Kisame ya entendía su forma de comportarse– ..¿Cómo te ha ido?, Escuché que la nación del fuego fue derrotada..

—Bien.. –se sentó en un pequeño futón que estaba en el suelo de la sala de estar– ..lastimosamente Konoha fue destruida con la gran mayoría de las aldeas cercanas..

—Sonreí al detectar tu chakra cercas.. –se sentó cercas de la pelirrosa– ..me alegra que estés viva pequeña.. –dijo feliz para después despeinar su cabellera, luego puso una expresión seria– ..¿Qué planes tienes?...

—Destruir las cabezas que faltan.. –tomó un pequeño peluche de oso del suelo y lo miro con curiosidad– ..traeré la paz al mundo..

—Bien.. está vez no podré ayudarte.. –Sakura suspiro abatida, la única mejor opción que tenía se fue al caño, iba a preguntar el porque pero fue interrumpida por una dulce voz–

—Papi.. –una menor de cinco años se veía por la esquina del final de las escaleras– ..¿Quién es ella?..

Hoshigaki Kasumi, hija de Kisame, última descendiente del estilo de un espadachín de la niebla, o al menos hasta que crezca y sepa tomar una espada. Su tez azul pálida destacaba por mucho al igual que esas tres marcas en sus mejillas, sus ojos eran grandes y de una tonalidad azul zafiro, iba vestida con un pequeño vestido azul obscuro y en sus manos traía una espada de madera. Sakura sonrió y entendió por qué Kisame se negaba a ir, después de todo esa niña era lo único que le quedaba, su esposa había muerto meses antes y ahora que Konoha había sido destruida no podía poner a su disposición un lugar seguro donde dejar a su pequeño retoño...

—Es tu madrina Sakura.. –la pelirrosa abrió los ojos sorprendida, se espero todo menos eso. Kisame sonrió para sus adentros–

—Sakura-onesama??.. –dijo feliz para después salir corriendo hacia ellos y abrazar a la pelirrosa con fuerza. Sakura río– ..papá cuenta muchas cosas sobre usted..

—Apuesto que dice cosas sorprendentes de mi, cómo aquella vez en que lo saque de un aprieto.. –Kisame mostró sus dientes cuando soltó una gran y gruesa risa. Sakura la colocó sobre su regazo y pellizco sus mejillas, la pequeña niña río– ..¿Cual es tu nombre, preciosa?.. –aunque ya lo sabía quería que ella lo dijera con sus propias palabras–

—Kasumi, tiene seis letras, tres de ellas son vocales y significa niebla...

—Valla, eres muy lista preciosa.. Ahora se porque papá se comporta tan protector contigo...

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Espero que les haya gustado. ♥

Alfin volví

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