Capitulo XI

Aber er trug auch, er trug, dein Baum der Ekstase.

Sind sie nicht seine ruhigen Fruchte: der Krug,,

reif end gestrei/t, und die gereiftere Vase?

(Sonetos a Orfeo XVIII)

Linette

A la mañana siguiente, aproximadamente a las once en punto pude por fin levantarme, me di una rápida ducha y me puse ropa cómoda para visitar el hospital de dhampirs del que Víctor me había hablado, y de paso tratar los asuntos de la alianza, así que después de arreglarme baje al comedor donde Aramis y Louis ya se encontraban desayunando, pero había una gran distancia y un ambiente de tensión entre ambos, Aramis bebía un poco de café mientras leía el periódico local sin despegar la vista de él y Louis se masajeaba con alguien y no paraba de reír mientras degustaba un bollo francés, por supuesto luego de haber bebido el vampisol ninguno de los dos necesitaba tomar sangre y podían comer comida normal por lo menos durante un mes hasta que el efecto se pasara.

— Vaya pero que callados están ambos —comenté mientras sacaba del refrigerador la poca sangre de conejo que aún quedaba y ninguno de los dos me hizo caso alguno, serví la sangre en una copa y me senté justo al lado de Louis quien me miro y dijo con un suspiro.

— Ha Luca es tan divertido y romántico desde esta mañana no hemos parado de enviarnos mensajes sí vas a ir a donde Víctor ¿puedo ir también? — me preguntó bastante animado.

—P-pues sí, pensaba ir a hablar hoy con Víctor ¿quieres ir a ver a Luca? —cuestioné mientras observaba como Aramis arrugaba su periódico y dejaba bruscamente su taza de café en la mesa, no decía nada pero sus acciones indicaban que evidentemente estaba celoso porque aquel general de sangre prestigiosa había llamado la atención de Louis.

— Sí, claro ve con ese vampiro sangre especial, no creas que me importa, seguramente sus hermosos ojos color carmín y su cabello castaño claro son lo más hermosos que hayas visto —musitó Aramis entre dientes mientras se levantaba del comedor y se iba a encerrar a su habitación.

Louis se encogió de hombros y me sorprendió mucho que no fuera tras Aramis y le dijera que es el único a quien ama, sinceramente estaba demasiado sorprendida por el cambio repentino de actitud que había tomado desde que fue convertido en vampiro.

Luego de desayunar Louis y yo subimos al auto que habíamos rentado mientras viviéramos en Viena y con ayuda del GPS logramos llegar al domicilio, estacioné el auto justo enfrente del edificio que decía hospital psicológico y al llegar varios dhampirs que paseaban por el pasillo se nos quedaban viendo, llegue a la recepción y pedí una cita para un ultrasonido, pero en el instante en que la recepcionista me pidió mi nombre apareció Víctor junto a un dhampir de aspecto joven con bata blanca.

— Oh Linette me alegra que nos hayamos encontrado aquí, te presento al doctor Michael él es el encargado de mantener en perfectas condiciones la salud de los dhampirs.

—Mucho gusto doctor, quedo a su cuidado —exclamé con una sonrisa

— Ahora vamos, no te preocupes por hacer una cita, yo mismo mande a que la registraran esta mañana porque sabía que vendrías — explicó Víctor emocionado.

— Seguramente debes estar emocionada por poder ver por primera vez a tu bebé —comentó el doctor.

— Oh si por supuesto — respondí sonriendo.

Me despedí de Louis, diciéndole que después de pasar al doctor iríamos a la residencia de Víctor y podría ver a Luca, el asintió y se quedó en la sala de espera.

Al llegar al consultorio el doctor me ayudo a subir a una cama, conectó un aparato e hizo que dejara al descubierto mi vientre, paso un poco de gel y Víctor ayudaba al doctor con las notas y los registros.

— ¡Vaya que tenemos aquí! —dijo el doctor sorprendido y Víctor dejo caer la pluma y abrió la boca sorprendido.

— ¿Qué?, ¿pasa algo malo? —pregunté angustiada.

— ¡No, no es eso, es todo lo contrario! En realidad tú...

— ¡Vas a tener gemelos Linette! — interrumpió Víctor al doctor.

Michael giró un poco la pantalla del ultrasonido y me comenzó a explicar lo que había en la pantalla.

— Mira Linette aquí se puede ver claramente que los dos fetos ya tienen un desarrollo de dos meses y medio, cada uno está en su propia placenta, sus latidos son normales y parece que no hay ningún problema, aun así no como no sabemos de qué están hechas las píldoras no las tomes más, Luca ha hecho donaciones regulares de sangre para emergencias y te puedo dar un par de bolsas de ella, en realidad no se necesita mucha para conseguir el efecto anti sol, por lo que Víctor me contó sobre ti asumo que Horus también es un vampiro, por lo que tendrás que tomar sangre con regularidad por que sí la dejas definitivamente va a ser fatal para ti y los gemelos, por lo que también te daré sangre sintética y de animal que hay en el almacén y si requieres más no dudes en volver, es la primera vez que experimento un evento como este, ninguna dhampir ha tenido gemelos y excepto por Víctor y su hermana melliza no ha habido en la historia vampiras que hayan dado a luz gemelos —explicó el doctor.

Luego de recibir una caja con un montón de sangre camuflada como leche de fresas y jugo de tomate, guardé unas cuantas en mi bolso y la caja la puse en la cajuela, Louis subió del lado del conductor y yo del copiloto para ir a la residencia de Víctor, saqué la foto del ultrasonido y aunque no se veían como tal dos bebés, yo sabía que esas manchas blancas eran mis preciosos gemelos, sonreí y comencé a llorar de felicidad, Louis me paso la caja de pañuelos, pues como los demás ya estaban acostumbrados a mis repentinos lloriqueos y cambios de humor, pero mi llanto esta vez era de felicidad y por un momento me pregunté si Horus cambiaría su actitud conmigo si se enteraba de que sería padre, por un momento me imagine mi vida como madre y esposa, realmente en ese instante quería volver a los brazos de Horus y contarle la buena noticia, pero cuándo finalmente llegamos a la residencia de Víctor deje ir mis fantasías y al bajar del auto tomé su mano.

Víctor se sonrojo un poco y estaba a punto de abrir la puerta, cuándo en su lugar Luca salió de la casa corriendo directamente hacía Louis.

— ¡Lo sabía, sabía que me elegirías! —gritó Luca sonriendo y abrazó apasionadamente a Louis quien se paró de puntitas para besar la frente de Luca.

Víctor y yo nos miramos el uno al otro confundidos y luego él me invito a pasar a la casa, ambos nos sentamos en uno de los sofás dobles de la sala, mientras que Luca se llevaba a Louis de la mano rumbo a su habitación y sentí una punzada en el pecho al pensar en Aramis, realmente Louis lo había cambiado por Luca, de repente me dio hambre de nuevo así que saqué una de las bolsas de sangre y Víctor me paso un popote, le di unos cuantos sorbitos, el silencio reinaba y pensé que era hora de hablar sobre la alianza pero él hablo primero.

— Sabes Linette, desde ayer no he podido dejar de pensar en ti, te pareces demasiado a mi Aelin, con tu presencia parece que ella aún siguiera aquí así que quisiera preguntarte algo que espero no te ofenda.

Yo asentí, dejando mi bebida en la mesa, y lo mire a los ojos para recibir su pregunta.

— ¿T-tú...de verdad amas a Horus?

Ante semejante pregunta trague saliva y me hice la misma pregunta en la cabeza ¿Yo lo amaba?

— No lo sé —respondí con sinceridad, — cuándo estaba con él estaba segura de que lo nuestro era amor, pensé que su forma de tratarme simplemente lo hacía porque me amaba, pero este último mes realmente me sigo preguntando si en verdad puedo darle todo lo que él quiera, hacer su voluntad y decir que igualmente lo amo.

— ¿Entonces quieres decir que quieres seguir huyendo y ocultarle que estas embarazada de él? Negué con la cabeza, se me hizo un nudo en la garganta y comencé a llorar mientras Víctor me sostenía en sus brazos y susurraba.

— Dulce y hermosa Linette no tienes que preocuparte más por esas cosas, siento como si Aelin hubiera hecho que te conociera para que ambos cambiáramos nuestras vidas, te juro que si te quedas a mi lado jamás te trataré mal y criare a esos gemelos como míos solamente tienes que decir una sola palabra.

— ¡Siii! —grité entre sollozos, levante el rostro y entonces lo bese, luego de eso Víctor descubrió mi cuello y lo comenzó a besuquear justo donde tenía el lirio de Horus y ante mis pequeños gemidos de placer, de la nada aparecieron Aramis y Horus en la sala.

Víctor se separó rápidamente de mí y pude ver el evidente enojo en el rostro de Horus y Aramis gritó.

— ¡Estúpido Louis baja en este instante!

Luca y Louis al escuchar los gritos de Aramis bajaron corriendo tomados de la mano, Aramis los separó y pudo observar las marcas de besos en el cuello de Louis justo en la marca de la rosa.

— ¿Cómo llegaste aquí? — pregunté asustada al ver a Horus pues la puerta no se había abierto para nada.

Aramis señaló la rosa en el cuello de su novio a quien había tomado del brazo mientras le mostraba los colmillos a Luca, justo como un animal reclamando su presa y Horus explicó.

— En efecto mi amada reina, las marcas en su cuello son como indicadores de propiedad y ya que este maldito dhampir te estaba besando justo en ese lugar al igual que aquel dhampir a Louis tanto yo como Aramis pudimos aparecer para reclamar lo que es nuestro, Aramis jaló a Louis sacándolo de la casa y Luca corrió a su habitación dejándonos solos a los tres

Horus suspiró, amarró su cabello en una coleta y jalo mi brazo izquierdo para acercarme a él, descubrió las mangas de mi vestido y clavo con fuerza sus colmillos, lo que me provocó un agudo dolor y luego sentí como la sangre de mi cuerpo fluía mientras él la succionaba.

Víctor lo empujo y yo caí de golpe sobre el sofá, entonces Horus lo miró y comenzó a decir.

— Oye Linette no puedo creer que de verdad te escapaste de mi lado por un mes entero y ahora descubro que hay un dhampir que al parecer te ama.

— ¡No soy un dhampir! — gritó Víctor. —Soy un vampiro bastante superior a ti, podré ser el líder de los dhampirs, pero te aseguro que soy un vampiro purasangre, un vampiro nacido en una casa de nobles infectados por el virus V5 y a quien durante algún tiempo todos llamaban alteza, así que si osas lastimar a Linette no me contendré.

— Oh Linette, ya que nos encontramos de nuevo pensé en asesinarte pero se oye tan interesante lo que dice este tipo, que ahora quiero asesinarlo y tenerte de nuevo para mí, por cierto, se cuánto adoras los musicales, así que voy a preparar uno especialmente para ti.

Horus sacó una estaca del bolsillo de su saco, sonrió malignamente y subió a la mesa mientras comenzaba a cantar

— Yo no quería ser así, pero miré atreves de tus mentiras, cariño es fácil de decir yo sé que mueres por venir y verme entero para mí — cantó Horus al mismo tiempo que botaba su saco y se desabrochaba la camisa, para luego abalanzarse sobre Víctor.

— No tiembles yo te salvaré, porque yo supe que tú le gustabas, más ese perro buscará herirte y verte marchitar yo no lo dejaré escapar — cantó Víctor al mismo tiempo que lo apartaba con todas sus fuerzas y yo corría a ocultarme en la cocina.

— Ven a mí...me prometiste serme fiel, que me amarías después de la muerte, los juramentos en mi piel él no los va a remover, mi niña no hay que temer —musitó Horus mientras se limpiaba la sangre se la boca y tomaba del cuello a Víctor.

— ¡Estás loco Horus...Horus! suéltalo ya —gritaba con horror.

— ¿Qué es lo que ves? ¿Por qué dices que estoy loco de atar?, deja de llorar si lo quieres ver mi juego tienes que jugar a-ma-me —susurró Horus en mi oído mientras con su mano izquierda aún tenía del cuello a Víctor.

— Yo soy el dueño de tu corazón, dile que estoy por encima, dile que eres mía, en mi mano el juramento que nos une a los dos — siguió cantando Horus al mismo tiempo que mostraba el anillo de compromiso, el cual yo me había quitado al llegar a Austria.

— Porque yo te pertenezco, dile que me amas y si es que no, este tipo morirá.

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