Capitulo I
—Hi flores venient directe ab inferno.
Sunt usque in aeternum, immortales sunt.
C. Scott -Jess.
"Gotas de sangre escurriendo de unos afilados colmillos, persecuciones de caza vampiros y religiosos intentando asesinarme"
Desperté de golpe, poniendo una mano en mi pecho mientras sentía que mi corazón no dejaba de latir al mil por hora.
"Quizá me hizo demasiado daño haber visto aquella sangrienta película de vampiros" pensé, al mismo tiempo que levantaba la cabeza hacia el techo y me preparaba para ir a la universidad.
En realidad no es que los vampiros me den miedo o algo por el estilo, es más, soy una gran fanática de ellos tanto, que luche por tener el papel principal en la obra de teatro que presentaremos los estudiantes de artes teatrales y por fin era treintaiuno de octubre, nada como noche de brujas para presentar la obra, así que emocionada, olvidándome por completo de la pesadilla que había tenido, me vestí con ropa deportiva y metí a la maleta el mejor conjunto gótico de mi guardarropa, eligiendo
un vestido negro de encaje en las mangas, medias de maya, botas hasta la pantorrilla y por supuesto todo lo necesario para hacerme un maquillaje al estilo vampírico, baje a desayunar un par de cupcakes de mermelada de zarzamora con un vaso de leche de fresas, le recé a la santa patrona de París a quien le había confiado mi devoción y finalmente estaba lista para ir a dar lo mejor de mí en el escenario.
— Linette ¿lista para la presentación de hoy? — pregunto mi mejor amiga Scarlett, una vez que nos encontramos en el teatro.
— Por supuesto que lo estoy, he tratado de meterme en el papel de una chica vampiro desde que me eligieron como la protagonista y he elegido el mejor conjunto para lucir esta noche.
— Vaya, sí que debes estar demasiado emocionada por la obra.
Asentí a modo de respuesta y me dirigí al escenario para hacer el último ensayo general, dije mis líneas a la perfección y mi canto no estaba del todo mal, siendo otoño incluso sacrifiqué aquellas salidas nocturnas con el resto de chicos góticos para que no contrajera alguna enfermedad respiratoria, termino la escena final y me senté al borde del escenario junto a mis demás compañeros mientras me refrescaba un poco, pero antes de que pudiera darle otro sorbo a mi botella de agua alguien me tapó los ojos.
— ¿Adivina quién soy? — Preguntó aquella sexy voz que yo bien conocía.
—Oh vamos Aramis sé muy bien que eres tú —respondí mientras él quitaba sus manos y se sentaba a mi lado.
— Te ves hermosa Linette —ronroneo mientras tomaba una de mis manos y la besaba.
—Aramis, ¿es enserio?, aún estoy en ropa deportiva y la práctica acaba de terminar, en verdad tú siempre te das aires de mosquetero con ese nombre tuyo.
— Bueno no es mi culpa que a mis padres les haya encantado tanto la obra de Alejandro Dumas como para ponernos a mí y a mis hermanos tales nombres —respondió él con un puchero.
— Bueno más bien tú serias un mosquetero de la obscuridad teniendo en cuenta que eres tan gótico como yo.
— No por nada soy tu apuesto caballero en la obra querida y ya que estamos en esto piensas ir al lugar del que se ha estado hablando en las redes sociales, foros e incluso en la revista gótica que publican los estudiantes de literatura.
Entonces recordé aquel evento del que hablaba la revista "Et in tenebris gothici" y el cual también había sido enviado a mi correo luego de que perdiera mi teléfono celular una noche en la que desgraciadamente hubo un terrible atentado en París, había balaceras por todos lados, incendios y lo más aterrador fue cuándo un par de hombres con capucha negra me acorralaron en una parte obscura del metro, intente luchar, pero ellos me tiraron al piso y entonces me marcaron con algo caliente, por supuesto luego de soportar aquel horrible dolor quedé inconsciente y cuándo desperté y llegué como pude a mi casa me miré al espejo y en mi hombro quedó marcado la figura de un murciélago y abajo unas letras en latín: "Elegit ad tenebras", sin embargo aunque sabía el significado de la frase no me preocupe mucho, pues pensé que quizá significaba que había sido elegida aquella noche para que me marcaran con eso o algo así, por supuesto desde ese día sabía que la marca no iba desaparecer por nada y aunque mis padres me iban a regañar pensando que sería un tipo de tatuaje, admito que no se veía del todo mal y en cuanto al correo que había recibido aquel día decía algo así: "Un evento que ningún gótico se debe perder, la promesa de la vida eterna está aquí, entrada libre, ¿Serás capaz de dejar todo atrás y volverte uno de los nuestros? Y abajo tenía la dirección más extraña que había visto en mi vida, pues te citaba exactamente en las catacumbas, un lugar demasiado extraño para una reunión de góticos pero a la vez era demasiado atractivo déjenme decirles, pues innumerables veces pensé en la posibilidad de hacer ahí algo más que un recorrido turístico.
Por supuesto el correo fue inmediatamente enviado a la papelera, pero nunca creí que aquello causara tanto revuelo como para aparecer en la revista de la escuela y que fuera lo único de lo que hablaban los góticos en todos lados, esparciendo todo tipo de rumores, muchos decían que se trataba de una fiesta con temática de vampiros, otros decían que se trataba de un nuevo club gótico, también, que se trataba de una reunión para hacer rituales obscuros y lo más descabellado que leí fue un comentario anónimo en el blog de Aramis, el cuál decía que se trataba de un evento en donde todos los góticos podían ser convertidos en vampiros de verdad.
Alce la vista al techo y suspire un poco harta de la insistencia de Aramis para que fuera con él a las catacumbas aquella noche luego de la obra, pues toda la semana me había estado insistiendo en que no pasaría nada malo y que él creía la teoría de que se trataba de un nuevo club y que tenía curiosidad en saber cómo era.
— No y no, Aramis ya te lo he dicho muchas veces en esta semana, no pienso ir a otro lado además de mi casa esta noche, no ahora que tengo esta marca en mi hombro y me asusta pensar que por el camino pueda pasar algo peor.
— No pasará nada te lo prometo, no dejaré que ningún otro hombre encapuchado te haga daño.
— Lo voy a pensar — respondí mientras me levantaba y caminaba rumbo a las regaderas para darme una ducha y luego prepararme para la obra.
Al anochecer todo ya estaba listo para la presentación, el teatro estaba lleno, todos los actores estábamos vestidos y maquillados, listos para rompernos una pierna en el escenario, por supuesto metafóricamente hablando.
Aramis no dejaba de decirme lo linda que estaba y a su vez le regresaba el cumplido diciéndole que el igualmente lucía muy apuesto, algo que no era una mentira, pues su largo cabello rubio se encontraba atado en una pequeña coleta con un listón morado, se había dejado un pequeño rastro de su barba y sus verdes ojos esmeralda eran mejores que cualquier tipo de lentillas y está demás decir que el traje de caballero vampiro le quedaba a la perfección.
Todas mis demás compañeras tenían envidia de que un chico tan hermoso como él me hiciera cumplidos, si lo hubiera querido sería su pareja más allá del escenario, pues él me aseguro de que su oferta de convertirse en mi novio seguía abierta y que el día que me decidiera dejaría a su novio Louis para estar conmigo, pues él se declaraba abiertamente bisexual.
— Es una lástima que no hayas querido practicar el beso final en ninguno de nuestros ensayos, espero que no te pongas demasiado nerviosa mademoiselle —Exclamó Aramis mientras besaba por segunda vez en el día mi mano.
Recorrí un poco el telón y pude ver a Louis sentado en primera fila, realmente me sentía bastante mal por él cuándo Aramis coqueteaba conmigo, el dulce y tímido Louis era el uke de la relación y además era al menos dos años menor que nosotros, pues aún iba en preparatoria, él realmente estaba enamorado de Aramis, pero no podía decir lo mismo de él, quien constantemente coqueteaba conmigo y sabía manipular muy bien al inocente de su novio para que lo obedeciera en todo y cumpliera sus caprichos, cuándo no estaba conmigo se convertía en una persona demasiado diferente.
Pase saliva y me comencé a poner un poco nerviosa, sabía que Louis no le iba a reclamar nada a Aramis pues tenía muy claro que su relación iba a terminar en el momento en que yo le diera un sí a su novio, pero eso no iba a pasar, porque en ningún momento me atrevería a romper la felicidad masoquista del pobre Louis.
Suspiré mientras alejaba de mi mente cualquier pensamiento que no tuviera que ver con la obra, el telón se levantó cuándo por el altavoz se anunció la tercera llamada y aparecí en el escenario para representar a una chica normal, a quien el rey de los vampiros había mordido para convertirla en su reina, pero el rey era tan sádico que terminó corrompiendo por completo a la chica, así que su guarda espaldas la sacó del palacio y con su amor sincero logró hacer que volviera a ser la chica de antes y en la escena final el guarda espaldas asesina al rey y entonces...
Aramis en su papel de mi caballero vampiro voltea hacía mí con su ropa ensangrentada, yo camino hacia él, pero los nervios me traicionan y tropiezo al bajar de los escalones de la sala del trono, lo que hace la escena más romántica, pues él me atrapa y me susurra un te amo mi reina, lo cual ni siquiera se encuentra en el libreto, me acerca hacía él y trato de evitar voltear a ver a Louis, cierro los ojos y entonces me besa de una forma tan salvaje y apasionada que cuándo termina me quedo sin aliento y las piernas me tiemblan, no es mi primer beso pero jamás alguien me había besado de aquella forma.
El telón se cierra y se vuelve a abrir cuándo todos nos tomamos de la mano y le damos las gracias al público, el estallido de aplausos no se hace esperar y entonces la directora de la obra felicita a la guionista, una estudiante de literatura de cuarto semestre quien ganó el concurso que lanzó la coordinadora de la carrera de artes teatrales.
Aramis baja del escenario luego de que qué el agradecimiento de la guionista terminara, carga a su novio de una manera cursi y lo comienza a besuquear mientras los chicos del club de periodismo comienzan a tomar nota y fotografías.
En cuanto a mí, camino directamente hacía los vestidores, en verdad me gustaría que Aramis no tratara tan mal a su inocente novio pero por más que trate de convencerlo no cambia y a Louis parece que no le molesta ser tratado así, inclusive se volvió un chico gótico también, todo para conseguir la aprobación de Aramis.
Me quito toda la joyería, las botas y me las cambio por un par de tenis, luego tomo la maleta que contiene mis cosas, me pongo la corona de rosas negras que Scarlett me regaló y decido ir directamente a casa.
Pero cuando voy de salida Louis me alcanza y me pone la capa de Aramis
— Él dijo que hacía mucho frío y que te la diera —exclamó Louis sonriendo.
Estaba a punto de replicar que no la necesitaba pero apareció Aramis e insistió en que me la dejara.
— Entonces ¿Irás a la reunión de góticos? — Pregunté mientras veía como Aramis sacaba un cigarrillo y lo encendía.
—Oh no, tú tienes razón, es una pérdida de tiempo en lugar de eso iré con Louis a un motel o algo así.
—P-pero...—Trató de decir Louis, pero como siempre Aramis lo calló.
Los tres caminamos hacia la estación del metro y al llegar Aramis susurró en mi oído, que alguien nos estaba siguiendo, él tomó mi mano al igual que Louis y los tres corrimos hacía casualmente la línea cuatro del metro, luego me convencieron de ir a la seis, salimos de la estación del metro y subimos a un autobús, realmente no preste nada de atención sobre a donde nos estábamos dirigiendo pero en mi mente pensaba que todo estaba bien mientras no me alcanzaran.
Finalmente bajamos en Avenue du Colonel Henri Rol-Tanguy, 1 y ahí fue cuando me di cuenta de que todo había sido un engaño de parte de Aramis y Louis para que fuera con ellos a la reunión gótica.
Suspiré cansada y agradecí haberme cambiado el calzado por otro más cómodo, pues si no lo hubiera hecho mis pies estarían cansados de tanto correr por las estaciones del metro y la calle.
Miré la entrada de las catacumbas, eran aproximadamente las ocho de la noche y había un montón de chicos góticos reunidos en aquel lugar, Aramis y Louis no soltaron mis manos y casi a la fuerza me hicieron entrar.
Había en el lugar un pequeño escenario, se oían algunos quejidos de dolor, olía a sangre y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuándo voltee y vi que dos hombres fornidos habían bloqueado la entrada.
Pase saliva y me acerque a una chica con el cabello teñido de rojo para preguntarle qué era lo que todos estaban esperando.
— Estamos esperando al líder del régimen vampiro Osiris, o al menos eso escuche.
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