Hola a todos ☺️ aquí yo con esta cosita que hice para un concurso sobre la Ship y bueno aquí estamos, es una historia corta de tres capítulos. Les advierto que esté primer capítulo contiene Lemon e.e

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Se habían conocido en un Mundial, nunca pensaron llegar a enamorarse...

Las cosas tienden a salir de distinta manera, o más bien, el destino fluye a veces de una forma que es inexplicable de decir, junto también con la manera de tomar decisiones.

"Estoy enamorado de ti".

"Se que es una idea loca, pero, quiero intentarlo".

"Yo también te amo".

Trás casi un año de relación, ambos habían decidido a vivir juntos. Guillermo Ochoa era amable, tranquilo y tenía una manera de ser que encajaba con Lionel Messi, quién a veces tenía una manera un poco explosiva de reaccionar.

"¿Que miras, bobo? ¿Eh? ¿Eh? ¿Me quieres quitar a mi novio, bobo?" Se escuchó la voz del Argentino con un toque de molestia y celos, inflando el pecho queriendo seguir el bardo.

"Leo ya basta". Entre una ligera risa, Memo calmo a su amado mientras lo jalaba del brazo.

A veces Leo parecía un tierno y temperamental perrito chihuahua al que no le gusta que lo miren mal. Pero eso, no iba a decírselo directamente, y se entiende la razón.

Comenzaron a tratarse mientras se conocían, tenían cosas en común y como era de esperarse... Habían caído ante los encantos del otro.

Viviendo juntos, comenzaron su vida sexual, de cierta manera a medias dados sus deberes y ocupaciones.

Pero en esas noches de pasión, se demostraban cuanto era que se amaban.

— Memo...

— Lo hago despacio...

Ambos se encontraban en la habitación que compartían, sobre la cama estando en cuatro, Messi se quejó ligeramente, pues el Guardameta tras la lubricación había comenzado a penetrarlo.

No era exactamente su primera vez, por lo que ya se había acostumbrado al tamaño de su amado, pese a ello si le había dolido un poco, tal vez lo normal...

Primeramente los movimientos fueron suaves para acostumbrar a su novio, poco a poco Memo fue guiando en un vaivén de movimientos que hicieron que Lionel empezará a soltar suspiros... Sujetando sus caderas, Guillermo comenzó a moverse poco a poco con mayor intensidad.

Un gemido sonoro salió de la boca del argentino quien arqueó la espalda y enseguida se agachó, de ese modo las estocadas tocaron su punto más sensible haciéndole perder la cordura... e incluso no tener noción de donde estaba.

— Más fuerte...

Un gemido más y ante la petición, Guillermo fue marcando el ritmo sobre el cuerpo de su novio, no era exactamente estrecho pero la presión en su virilidad hacía que también por cada movimiento, sintiera más y más el placer que el cuerpo de Leo le proporcionaba.

Un golpeteo más y salió de su cuerpo para queja de Lionel quién se giro levemente y lo jalo tirándolo a la cama, ahora era Memo el que estaba abajo y de un demandante y salvaje beso no pudo decir nada, su lengua rozo con la de su novio buscando el dominio mientras Leo se sentaba sobre su vientre, con las piernas separadas y acariciando la virilidad todavía erecta y palpitante de deseo, el Argentino sujetó está para penetrarse nuevamente.

Los movimientos volvieron a tomar fuerza, el deseo y el placer reinaban en la habitación. Memo sujetó el trasero de su novio medianamente sentado y Leo sin más comenzó a moverse, comenzando a dar unos sentones que volvían loco de placer al de los rizos.

— Leo, espe-...— Memo intento pensar correctamente en vano.

Los jadeos se intensificaron y dado a qué tampoco podía hacer nada, libremente las manos del Portero acariciaban el cuerpo de su novio, pellizcando los pezones suavemente, bajando hasta su entrepierna sujetando la virilidad de Lionel, el placer era tal que no podían con el.

Hasta que este estalló en un fuerte orgasmo, siendo Lionel quién se corrió primeramente... El semen del argentino alcanzo a manchar las manos de Guillermo y su vientre también. Minutos después el Mexicano acabo corriendose en el tibio interior de su amado, el semen chorreo entre sus piernas dado los todavía sentones que le estaba proporcionando demasiado placer.

Recuperando la respiración, Lionel acabo exhausto, terminando entre los brazos de Memo quién igual de cansado, lo recibió con uno y mil besos más.

Tras acostarse sin dejar los cariñitos de lado, siguieron hablando un poco, aún pese al cansancio, les gustaba escuchar su voz antes de dormir.

— Amor...

— ¿Qué?

— Quiero un bebé.— Memo lo dijo con total calma.

Haciendo que pese a su dolor de cadera, Lionel se enderezara para verlo.

— ¿Un... qué?

— Un bebé...

La sonrisa de Guillermo le hizo sonreír levemente, pero no dijo nada, se inclinó a darle un beso mientras su novio lo rodeaba con los brazos,  acariciando la espalda del Argentino.

Un bebé...

Bueno, eso era algo que no habían previsto pero con el tiempo de relación, quizás ya se veía venir.