🎄🎄🎄

Despertó. Sus ojos dolían, y que no decir de su cuerpo parecía que un carro le hubiese arrollado. Su parte baja ardía y dolía como no tenía idea.

Al ser su visión más clara, logró visualizar que se encontraba en su habitación y más específico en su cama. Sentía su cuerpo ligero. Saltó de su cama y se percató de que no traía ropa. Agarró la sábana con la que se tapaba y la enrolló en su cuerpo. Cogió unas prendas y se metió al baño. Extrañamente algo bajaba entre sus piernas, con mucho miedo se metió a la regadera y se duchó.

Después de unos minutos, se vistió y salió de su habitación. No recordaba que había ocurrido anoche, pero el dolor de su cintura y caderas le mataba. Bajó a la cocina y cogió unas pastillas para aliviar el dolor. Pero, algo le llamó la atención. En la mesa, había una pequeña nota y una bandeja.

Cogió la nota y decía.

“¡Buenos días mi copito de nieve!
Anoche fue la mejor velada de mi vida, realmente esperaba estar contigo de esa forma. Te he preparado el desayuno para que no hagas tanto esfuerzo físico y descanses. Yo volveré en la noche, solo necesitó hacer unas últimas tomas en los lugares donde me llevaste.

Sonic, te amo más que a mi vida, eres a quien he estado buscando por mucho tiempo. Pase lo que pase, mi corazón es tuyo.

PSD: hoy es navidad amor... Te debo algo especial...”

Sus mejillas se tiñeron de color rojo. Shadow le había escrito aquello tan dulce y preparado el desayuno. Era una sorpresa inigualable. Sonrió enternecido y besó la nota.

—Al fin, mi corazón está completo —dijo Sonic mientras veía a través de la ventana y la nieve caía.

~El verdadero amor solo llega una vez en la vida, muchos lo tienen en frente, pero no lo ven.~

Era de noche, todas las familias estaban en sus hogares, disfrutaban de la compañía de sus seres amados y amistades.

—Sonic ven, ayúdame con las galletas —decía una eriza color púrpura. La señora estaba amasando y poniendo los moldes para hacer las galletas.

—Ya voy mamá... —respondió mientras se acomodaba su gorrito de santa.

La eriza ponía la masa de diferentes formas en una bandeja. Levantó la mirada y vio a su hijo, con un traje muy lindo.

—Sonic, te ves bien —confesó riéndose—. ¿Es para alguien especial? —preguntó curiosa.

Él se sonrojó. Para quién más podía ser eso, sino para su amado fotógrafo.

—¡Obvio que sí! —dijo rojo de la pena—. Y hoy quiero que lo conozcas.

—Está bien, espero que le guste —mencionó sin imaginar quien podría ser.

Sonic sonrió enamorado, obviamente tendría que gustarle. Cogió unos moldes y empezó a cortar la masa sobrante.

... Mientras en otro lugar...

En un hotel, en una de las habitaciones se escuchaba una discusión.

—¡¿Cómo quieres abandonar tu carrera?! —gritaba un erizo verde mientras veía a su amigo relajado.

Shadow estaba de espaldas.

—Ya lo escuchaste —sentencio serio—, he encontrado lo que me hace feliz y no pienso abandonarlo otra vez —recriminó tomando una carpeta negra y poniendo unas fotos en ella—. Pero mandaré mi obra como la última que haré en mi vida.

Scourge estaba atónito y no asimilaba bien lo que ocurría.

—Shadow, ¿Vas a dejar todo por Sonic? —cuestionó ya sabiendo la respuesta.

Shadow se volteó para encararle.

—Es obvia mi respuesta.

Scourge suspiró.

—No puedes, sabes cuánto trabajo te costó llegar hasta donde estas y lo tiras todo por ¿Amor? —aún no podía creerlo.

Shadow rodó los ojos, no era solo por amor, sino libertad.

—No Scourge, fueron mis padres quienes quisieron que siguiera su ejemplo, pero ahora que puedo elegir, yo quiero estar con mi amor el resto de mi vida —se sonrojó un poco al decir lo último—. Es por eso que odio la navidad... ellos siempre decidían mi futuro, pero ya no más. Hoy elijo lo que quiero y es a Sonic.

Scourge quedó en silencio.

—Amigo, sabes que tienes mi apoyo, pero piensa lo que haces —pidió— vas a necesitar trabajar...

—Ya no, he tomado mi decisión, está noche le confesaré a Sonic nuestro pasado y le pediré matrimonio —se acercó a este y le entregó la carpeta negra— por favor no me detengas.

Scourge se rindió, revisó el trabajo, pero faltaba una foto.

—¿Y la última?

Shadow le sonrió.

—La tomaré hoy, esa foto adornará todas mis navidades —confesó con la cámara en su mano.

—Está bien Shadow, yo entregaré tu trabajo —puso su mano en el hombro de su amigo—. Espero que seas feliz amigo...

—Gracias Scourge, estoy seguro de que entenderás de lo que te hablo cuando encuentras al amor de tu vida —le sonrió.

—Ahora vete antes de que me arrepienta —le pide empujándolo.

Esa fue la última vez que Shadow vio a su asistente.

[…]

La madre de Sonic se había marchado a su hogar mientras, Sonic acomodaba los detalles para la fiesta que habría en la noche.

—Hoy mamá sabrá la verdad —decía Sonic viendo el medallón que había encontrado hacía unos días atrás.

Lentamente todos sus invitados comenzaron a llegar y se escuchaban risas y alegría en el lugar. Sonic sonreía, amaba más que nada esas fechas. Pero esperaba a su invitado estrella. Shadow.

—Sonic —le llamaron desde la puerta.

El erizo volteó y se encontró con una grata sorpresa.

—¡Mamá! —dijo yendo a recibir a su progenitora—. Me alegra que hayas vuelto, justo a tiempo.

La madre del erizo lo vio con ternura, entró a la casa y se percató del ambiente.

—Sonic que bonita fiesta has organizado...

—Gracias mamá, aprendí de la mejor.

Su madre se ríe ante el cumplido. Sonic ayudó a su madre a sentarse mientras seguía atendiendo a sus invitados y esperaba con ansias a su amado.

[...]

Shadow caminaba para la casa de Sonic. Entre sus manos llevaba una maleta. Pensaba en lo que debía hacer esa noche, era lo mejor, pues Sonic merecía saber la verdad. Además ya no tenía nada más que perder. A menos que Sonic se negara a creerle...

Sus pasos le condujeron hasta la entrada de la muy adornada casa de su querido erizo azul. Estaba frente a la puerta, sus manos temblaban, tocó aquella madera con su puño. A su encuentro salió quien le quitaba el aliento. Sonic.

—¡Shads! —festejó el erizo y se abalanzó a abrazarlo.

—Copito —le atrapó y dio una vuelta con su amado.

—Te esperaba Shads, por un momento pensé que no vendrías —Sonic estaba tan feliz de verlo.

—Jamás te volvería a abandonar —le contestó con una doble intención.

Le colocó en el suelo.

—¿Y cómo te sientes? —preguntó de nuevo el veteado.

Admiraba el pequeño traje que su amado usaba.

—Completo contigo a mi lado —respondió Sonic sonrojado.

El veteado no entendió mucho a que se refería, y cuando le preguntaría sobre qué quería decir, una voz les interrumpió.

—¡Sonic ven! —gritaban dentro de la casa.

Sonic respondió y luego volvió a Shadow.

—Por cierto quiero que conozcas a alguien —le tomó de la muñeca y le invitó a entrar.

Shadow se dejó guiar. Aunque por dentro había demasiada gente, les fue fácil desplazarse hasta llegar cerca del árbol. Y el erizo veteado tembló al ver a la madre de su amado.

—Mamá, te quiero presentar a Shadow —vio a su amado—, Shadow ella es mi madre —les presentó.

Ambos se vieron incrédulos mientras sentían como todos los recuerdos volvían a sus mentes.

—Un gusto, señora... —Shadow intentó pasar desapercibido su malestar y llevó su mano delante de ella.

La madre de Sonic abrió los ojos atónitos, ese chico, era aquel que se había marchado. No queriendo hacerle pasar un mal rato a su hijo correspondió y apretó la mano del chico.

Tensión, era lo que sentían ambos y Sonic lo notó.

—Mamá Shadow es un famoso fotógrafo —habló Sonic tratando de quitar la atmósfera de incomodidad.

Su madre solo asintió.

—Él es mi... —Sonic fue interrumpido.

—Novio —pronunció Shadow seguro.

Sonic se sonrojó ferozmente y bajó la mirada.

—¿Qué? —la mamá de Sonic se alarmó al escuchar esa confesión.

Sonic se asustó, pero la mano de Shadow sobre la suya lo hizo desviar la mirada.

—¿Sonic me dejas hablar con tu madre? —pidió Shadow levantando el rostro de su amado.

Sonic no entendía. Asintió y los dejó solos un momento.

—Al final, era inevitable que estuviesen juntos —se lamentó la madre—, no es así Shadow. Te alejé de él y lo volviste a encontrar —recriminó.

Shadow suspiró.

—Es verdad, pero yo lo amo —la vio retador—, desde siempre le he amado.

La madre negó.

—No es amor, no puede ser esa clase de amor —musitó incrédula.

—¿Por qué se niega a creerlo? Sonic es feliz a mi lado, acaso no es eso lo que los padres desean para sus hijos —le pregunta.

La mujer bajó la mirada. En parte tenía razón, pero tenía miedo de que su hijo fuera visto como alguien raro.

—No puedo negarle la felicidad, pero tampoco quiero verle sufrir —lo vio fijamente— no quiero más dolor.

—Conmigo no sufrirá, yo lo amo y lo defenderé cuantas veces sea necesario de eso puede estar más que segura.

La señora se rindió, ya no le quedaban fuerzas.

—No me agrada verte, pero si mi hijo es feliz, ya no me entrometeré con ustedes —sentenció dándose por vencida.

—Gracias por aceptarlo —Shadow sonrió.

La mujer solo rodó los ojos y volvió a negar.

[...]

El reloj marcaba las diez y media. Los invitados poco a poco empezaron a irse de casa de Sonic. Primero se fueron los amigos, los conocidos y por último la madre del erizo.

Quedaron únicamente en la casa, su adorado azabache y él.

—Fue divertido —mencionó Sonic con una sonrisa.

—Hace mucho que no sentía alegría...

Sonic estaba sentado cerca del árbol, comía un trozo de pastel. Shadow suspiro y se incorporó mientras buscaba algo en su maleta.

—Shads...

El susodicho cogió su cámara

—¿Podría tomar una foto?

—Claro... —respondió con duda y extrañeza.

Shadow le apuntó y saco la foto.

—Listo —dijo revisando—, la primera toma y salió genial.

Sonic se asustó.

—¿Shads, por qué me tomaste esa foto? —le pregunta con vergüenza.

—Aún faltaba una, la del mes de diciembre y pensé —le vio melancólico—. ¿Por qué no poner a quién más he amado en mi vida en ese álbum?

Esas palabras causaron confusión en el otro.

—¿Has amado? —pregunta Sonic—. No entiendo qué me estás diciendo...

El veteado guarda la cámara. Dentro de él existía el miedo de perder a Sonic por lo que le confesaría a continuación. Dándose ánimos y teniendo en mente que eso era lo mejor, volteó para enfrentarle.

—Copito... Tengo que confesarte algo.

Por el tono de voz que usaba, esto preocupó al cerúleo.

—Me estás asustando... —confesó nervioso. Su corazón latía muy fuerte y el oxígeno le faltaba.

Shadow tomó la mano de su amado y le invitó a sentarse junto con él cerca de la chimenea. Permanecieron callados por unos minutos, el veteado sostenía la mano de su amado y jugaba con esta.

Sonic le miraba más preocupado. Acaso, tendría que irse y le dejarías, no podrían estar juntos, pero Shadow estaba comprometido y él solo era una aventura.

—Shadow... —musitó entrelazando su mano con la de él.

Soltó un suspiro y se preparó.

—Sonic, antes de todo, ten en mente que te amo y pase lo que pase solo tú estarás en mi corazón.

—¿Shadow, qué pasa? —dijo sentándose más a su lado.

—¿Has sentido qué me conoces de algún lugar? —le preguntó directamente.

Sonic entrecerró los ojos.

—¿A qué viene eso? —cuestionó.

—Responde... —pidió entre susurros.

Sonic se encogió de hombros.

—Si, lo he sentido. Pero no entiendo.

Shadow metió su mano dentro de la camisa y sacó un pendiente con forma de corazón.

—Y si te digo que, tú y yo ya nos habíamos conocido —movió un poco su mano entrelazada con la del otro.

—Pero es imposible —dudó al decir eso— es decir yo te recordaría con claridad...

Shadow abrió el pequeño corazón y le mostró a Sonic la foto que había dentro.

—¿Ese soy yo? —se preguntó viéndose de niño junto con un erizo que se parecía mucho a Shadow.

—Me lo diste antes de navidad, yo quería otra cosa, pero luego tú sacaste este pequeño corazón y me lo entregaste. Tú y yo, éramos vecinos y los mejores amigos —vio a las llamas.

Sonic solo miraba atónito la foto. No podía creerlo.

—¿Por qué te fuiste, si eras mi amigo? —preguntó recordando un poco su niñez.

Esto preocupó a Shadow, no sabía como lo tomaría.

—Desde que era niño, yo había desarrollado sentimientos hacía a ti, pero no sabía qué clase de sentimientos eran —se sonrojó—, me gustabas y en un descuido, ambos nos besamos, tu madre se dio cuenta y se armó un problema.

Sonic se sonrojó ferozmente.

—Mamá me dijo que tuve un accidente y que por eso parte de mis recuerdos se habían esfumado y también mencionó que, mi mejor amigo se había marchado —desvío la mirada aun apenado.

—No tengo razones para mentir, solo necesito saber si me crees —siseo sereno y aún temiendo que fuese lo contrario a lo que pensaba.

—Yo no sé que decir, aún no entiendo —mascullo entre dientes Sonic.

—Yo, un año después de irme, compre un regalo para ti y lo envíe. ¿Recibiste mi obsequio? —preguntó de repente.

—No... —recordó aquella vez que encontró una cajita destruida—. ¿Cómo era el regalo?

—Conseguí un corazón idéntico a este y lo envié con una leyenda, una parte de mí, para ti —dijo. Esa leyenda la había escogido precisamente por el amor que sentía por el azulado.

Sonic abrió los ojos incrédulos. Sacó el dije que se encontró y se lo mostró. Soltó la mano de Shadow.

—Este...

Shadow vio el dije, lo tomó y abrió, dentro de este había una foto con él y Sonic antes de navidad.

—Sí, es este —sonrió mientras sostenía ambos dijes.

Sonic comenzó a llorar. Y esto asustó a su amado. Ahora entendía, sabía la razón de su soledad, a pesar de hacer todo lo que le gustase siempre se quedaba con ese vacío imposible de llenar, hasta que llegó, Shadow.

—Hace mucho tiempo, sentía una especie de vacío en mi corazón. Cuando llegaste, ese vacío se llenó y me sentí completo por primera vez. Pensé que estaba loco y por eso me confesé esa noche cuando pensé que me odiarías por besarte —sollozaba mientras limpiaba sus lágrimas.

—Copito —mencionó poniendo su mano en el hombro de este.

—Ahora entiendo, por eso estaba escondido y mamá se negaba a hablar de ti —las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos.

Shadow abrazó a Sonic. Y le estrujó junto a su pecho.

—Tranquilo...

El azul se aferró a él.

—¡No quiero que me dejes de nuevo, no quiero sentirme solo de nuevo! —pidió con la voz entrecortada.

—¿Eso quiere decir que me crees?

Sonic se alejó un poco y le vio.

—Si, Shads —asintió y le sonrió triste—. Y ahora más que nunca quiero estar a tu lado.

El otro sonrió ampliamente. Se acercó a su amado y depositó un beso en los labios.

—Me enamoré de ti antes de navidad —dijo dándole más besos—. Me quedaré contigo para siempre...

—¿Lo dices en serio?

—Claro que si, no quiero perder más el tiempo —Shadow saca una pequeña caja de color azul y al destaparla un hermoso anillo se revela—. ¿Me harías el honor de ser mi esposo?

Sonic se emociona y se lanza a sus brazos.

—¡Si, si quiero casarme contigo!

Shadow saca el anillo y se lo coloca. Ambos se besan mientras sonríen, llenos de felicidad y amor. Shadow se incorporó y cargó entre sus brazos al otro.

—¿Shads? —preguntó sonrojado e imaginando lo que seguía.

—Te amo... —susurró en su orejita.

El sonido de las bombas de media noche les avisaron que ya era navidad, ambos se vieron a los ojos felices, por fin habían vuelto a pasar una navidad juntos y sus sentimientos habían sido correspondidos.

—Feliz navidad, mi copito.

—Feliz navidad, mi Shads.

Ambos se besaron pasionalmente y sus pasos los guiaron a la habitación del azulado y cerraron detrás de ellos la puerta...




























Bueno de todas las historias que anulé, esta me hizo sentirme culpable xD

Así que en secreto la arreglé y volví a compartir con todxs mis lectores
No es por mucho la mejor historia, pero me trae lindos recuerdos de estás épocas.

¡Espero que la hayan disfrutado y feliz navidad!

¡Lxs quiero!

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