𝟬𝟱 ⌗🔍 Síntomas raros


──¿Te encuentras mejor? ── cuestiona JungKook observando a su tierno esposo de rodillas con la cabeza hundida en el inodoro.

Como había dicho TaeHyung el se despertaría más temprano para hacer el desayuno de ambos, sin embargo mientras condimentaba las pechugas de pollo para los sandwiches el aroma de la dichosa carne cruda le revolvió el estómago y corrió al baño a devolver la deliciosa pizza que habían cenado la noche anterior.

Era la primera vez que le pasaba algo como eso, nunca había tenido problemas con las texturas o los aromas de las carnes crudas.

Le sorprendía demasiado como estaba vomitando por un simple pollo.

JungKook acaricia su espalda suavemente y cierra los ojos con fuerza cuando escucha como su esposo vuelve a vomitar.

TaeHyung siente su garganta arder y cuando su estómago se vacía por completo se levanta del suelo bajando la cadena del agua.

Su marido se levanta a la par y lo mira curioso ──¿Mejor? ── pregunta sin dejar de acariciar su espalda.

El rubio no dice nada solo asiente con lentitud y se acerca al lavamanos para enjuagar su boca, y cepillar sus dientes nuevamente.

JungKook jamás se aparta de él, se mantuvo detrás acariciando la espalda de su esposo tratando de aliviarlo un poco.

Cuando la cosas se encontraron mejor ambos fueron a la cocina para terminar el desayuno juntos, JungKook se encargo de terminar de condimentar y cocinar las pechugas de pollo mientras TaeHyung preparaba una salsa y lavaba los vegetales.

Para nadie era un secreto que Kim TaeHyung y Jeon JungKook estaban juntos, al rededor de ellos se formaba una bonita aura de amor cuando estaban cerca del otro.

──Conseguí tu regalo de navidad... ── menciona JungKook en un susurro desinteresado mientras voltea el pollo ──Pero no te voy a decir qué es...

TaeHyung gira la cabeza hacia su costado y lo mira ofendido ──No me puedes hacer esto, Jeon. ── se queja.

El azabache suelta una risa y lo mira divertido ──Lo siento, mi corazón, no pude evitarlo, estoy emocionado y sé que te va a encantar.

El doncel abre la boca en un jadeo asombrado y se siente traicionado por su esposo, quiere quejarse y gritarle que le diga pero sabe que entre ambos se habían prometido no decir nada sobre los regalos que se darían para que fueran una sorpresa.

──Estás jugando sucio, amor. ── responde el rubio señalandolo con la cuchara.

Horas más tardes y luego de desayunar entre mimos ambos se encuentran en sus respectivos trabajos.

Para fortuna de TaeHyung los muñecos de jengibre decorados se vendían bastante bien y muchas personas hacían pedidos personalizados.

Al igual que los cafés con temática navideña de JiMin tenían bastante fama.

Tanta era la demanda de las delicias que preparaba la pastelería de TaeHyung que incluso afuera del local hacían fila para entrar y probar los dulces.

El local estaba siempre lleno y le encanta.

Sin embargo el rubio tuvo que parar varías veces la creación de sus galletas porque las arcadas al tocar la mezcla golpeaban en su garganta.

Desde que abrió la pastelería esa mañana había ido cuatro veces al baño, sí, JiMin las había contado.

No sabía porque su amigo entraba tantas veces pero sabía que algo andaba mal con él.

En la quinta vez que TaeHyung sale del baño JiMin lo intercepta en la entrada mirándolo con el ceño fruncido.

──¿Qué pasa? ── pregunta el rubio curioso.

──Eso te debería preguntar yo a ti ¿Qué tanto haces en el baño? ── interroga.

TaeHyung simplemente deja caer sus hombros e intenta caminar ──No me siento bien del estómago, he estado vomitando demasiado. ── responde restandole importancia ──Tal vez algo me cayó mal.

El castaño lo mira enarcando una ceja, no muy convencido. ──¿Seguro?

──Sí.


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