tres.

Me gustaba pasar tiempo con Yoongi, éramos amigos aunque él dijera que no. Cuando teníamos tiempo libre pasábamos el rato en su lugar, en el jardín, y desde el día de la pelea que nadie lo había vuelto a molestar, ni siquiera Namjoon o Hoseok.

Yoongi seguía siendo distante con los demás, aunque conmigo no, no trataba de alejarme cada vez que me acercaba a él. Me había contado cosas sobre su vida antes de que tuviera que pasar días en la calle y yo también, le había hablado de mis padres y como me llevaba con mi hermanita. También habíamos hablado de lo que queríamos ser de grandes, él dijo que quería ser un jugador de básquet pero que también le gustaba la música, aunque nunca hubiese tocado un instrumento antes. Yo le dije que quería ser modelo o actriz y se burló de mí diciendo que era muy fea para eso, no me hizo sentir mal porque sabía que sólo lo decía por molestarme.

También se nos hizo costumbre, todos los jueves y viernes por la noche, escabullirnos a medianoche hasta la cocina para comer dulces porque descubrimos que las cocineras escondían muchos paquetes de galletas, paletas, gomitas, entre otras cosas, en un compartimiento. Pasábamos el rato en la oscuridad de la cocina disfrutando de los dulces y luego cada quien se iba a su cuarto.


Los dos estábamos contra un árbol alejados de todos, leyendo cómics. El Orfanato tenía una biblioteca, yo había leído algunas historias y un día buscando algo que leer porque estaba aburrida, conseguí varios cómics viejos y los guardé porque pensé que a Yoongi podría interesarle. Así que pasábamos nuestros ratos libres también leyendo.

–Max –ambos alzamos la cabeza debido al llamado de Hani, le dio una mirada a Yoongi y luego a mi, a ella le daba miedo mi amigo y siempre me preguntaba por qué me gustaba pasar tiempo con él– la directora Kwang quiere verte, me mandó a buscarte.

Volteé hacia Yoongi, él se encogió de hombros y centró su atención en el cómic en su mano.

–Ya vuelvo. –Le dije, y me levanté siguiendo a Hani que ya había comenzado a caminar de regreso.

Me pregunté que querría la directora, no había hecho nada malo y no creía que se hubiese dado cuenta de que Yoongi y yo algunas noches bajábamos a la cocina. No quería dejar solo a mi amigo porque era su cumpleaños número doce, la noche anterior yo había bajado sola a la cocina y tomé un paquete de bocadillos cubiertos de chocolate y también gomitas para compartirlo con él, que por cierto ya nos lo habíamos comido mientras leíamos. Yoongi me sonrió cuando le mostré lo que había tomado de la cocina sólo por ser su cumpleaños, también me dio las gracias.

Hani tomó otro camino cuando entramos al edificio, así que yo seguí hasta la oficina de la Directora, me sentía un poco nerviosa por lo que podría decirme. Llegué delante de la puerta y toqué dos veces, al segundo se abrió dejandome ver a la mujer de grandes lentes circulares, me sonrió, lo cual me resultó extraño.

–Pasa, linda. –Se hizo a un lado y cuando entré, noté que habían otras personas en su oficina. Una mujer y un hombre, junto a dos niños, eran como de la edad de Yoongi aunque uno era más alto que el otro. Los mayores tenían una gran sonrisa mientras me veían.

–Hola, Massielle. –Saludó la mujer, que estaba detrás de aquellos niños, fruncí el ceño. Me pregunté el como sabía mi nombre.

Entonces recordé cuando una familia fue a buscarme en el Orfanato en el cual estuve anteriormente.

–Hola... –Pronuncié, de vuelta y haciendo una reverencia, ya que la directora me dio una mirada casi asesina para que no fuera una maleducada.

–Linda, ellos son los Jeon –dijo, mientras se sentaba detrás de su escritorio, volví a ver a aquella pareja y a los niños, quienes no dejaban de mirarme– están interesados en ti, quieren que formes parte de su familia.

–Déjanos presentarnos correctamente –habló el hombre– mi nombre es Junhyun, es un gusto conocerte Massielle.

–Mi nombre es Hyorin –la mujer de cabello rubio y corto por los hombros, me recordaba a mamá y eso me hizo sonreír– es un placer conocerte, cariño –tomó por los hombros a sus hijo– preséntense, chicos.

–Soy Jungkook. –Dijo el más alto. Tenía los ojos grandes y su flequillo casi le tapaba uno. Noté que tenía una bandita en su mejilla.

–Soy Park Jimin. –El otro alzó la mano, tenía puesta una gorra hacia atrás, sonrió haciendo que sus ojos casi desaparecieran y sus mejillas se vieran más rellenitas. Entendí que él era adoptado puesto que tenía otro apellido.

Yo simplemente asentía ante sus presentaciones y es que no sabía que decir, nunca esperé que una familia me buscara ahora. Aunque ellos no se veían como con los que conviví hace un tiempo, podía sentir que eran buenas personas pero aún así no sabía si quería formar parte de su familia, era algo muy nuevo para mí.

–Cariño, entiendo que estés confundida y tengas muchas preguntas pero desde hace unos meses que sabemos de ti y quisimos venir a conocerte en persona. Vimos tu foto y captaste nuestra atención enseguida. –Dijo, la señora Jeon. Ella tenía los ojos brillantes como si quisiera llorar y no entendí el por qué.

–Bien, ¿que tal si los chicos salen un momento mientras nosotros conversamos? –la directora habló cuando el señor Jeon parecía querer decir algo– Massielle puedes ir con ellos al jardín.

Yo asentí, y aquella pareja me sonrió de nuevo antes de que pudiera salir de la oficina junto con Jungkook y Jimin, caminamos en silencio, ellos mirando todo a su alrededor. Los demás nos veían de forma extraña y curiosa, sólo podía significar una cosa y todos los que vivíamos aquí lo sabíamos.

–Este lugar es muy grande, pero da algo de miedo. –Mencionó, Jungkook, cuando estuvimos afuera. Me acerqué a uno de los bancos, sentándome y ellos lo hicieron a mi lado.

–Luego te acostumbras. –Dije, en voz baja. Me sentía un poco cohibida ante ellos.

–Massielle –miré a Jimin– tu nombre es raro, te llamaremos Minny, es más lindo. ¿Cierto, Jungkook?

–Me hablaste como si fuera un perro. –Fruncí el ceño, con algo de molestia.

Ambos se miraron, y luego Jungkook procedió a darle un golpe en la nuca a Jimin quien soltó un quejido y lo miró mal, reí disimuladamente.

–Tienes que tratarla bien. –Le regañó.

–Lo siento –se disculpó el más bajo de los dos–... aunque igual te llamaré Minny. –Agregó.

–Llámenme Max, todos lo hacen. –Menos Yoongi. Me acordé de él y eché un vistazo alrededor pero no estaba, así que supuse seguiría en el fondo del jardín.

–¿Max? –ahora habló Jungkook con su expresión denotando extrañeza– ¿no es nombre de chico? –me encogí de hombros– Minny es más lindo y para una chica.

–Como quieras –me fijé de nuevo en la bandita que tenía en la mejilla– ¿qué te pasó ahí? –Señalé.

–Estaba viendo una película y el tonto de Jimin comenzó a molestarme cambiando los canales de la televisión, entonces escondió el control porque él quería ver otra cosa y terminamos peleando, así que salí herido. –Bufó, y le dio un empujón a Jimin quien volvió a quejarse.

–Papá dijo que iba a comprar otro televisor, al final valió la pena. –Jimin se encogió de hombros.

Comenzaban a caerme bien, eran graciosos.

–Ahora que vamos a tener una hermana, creo que uno de los dos va a pelear por ver la tele –continuó y le dio un codazo a Jungkook– Te digo desde ya que no me gustan las películas de princesas. –Me apuntó con su dedo.

–Son bonitas, no las veo desde hace mucho porque aquí los niños más grandes siempre ven lo que quieren en el salón.

–Que mal, hay que sacarte pronto de aquí. –Dijo, Jungkook y su hermano asintió estando de acuerdo.

En eso los Jeon salieron al jardín junto con la directora, se nos acercaron y los dos chicos se pusieron de pie.

–Hay que irnos. –Avisó, el señor Jeon.

–¿Massielle se va a ir con nosotros? –Preguntó, Jungkook. Yo me mantuve quieta en mi lugar, jugando con mis manos.

–Aún no –la señora Jeon le acarició el cabello, noté que era muy cariñosa– hay que hacer ciertas cosas antes, por mientras vendremos a verla –me miró– ¿Te parece, linda? Vendremos a visitarte y podemos salir a pasear también.

–!Si! Sería genial –Jimin saltó emocionado, se giró hacia mi– Podemos ir a comer helado, ir al parque, hacer muchas cosas divertidas, Minny.

–¿Minny? –Su padre preguntó de forma curiosa.

–Así la vamos a llamar.

Ellos rieron, luego la señora Jeon se acercó a mi y se inclinó un poco.

–¿Puedo abrazarte?

Ella me recordaba muchísimo a mi madre, así que asentí de forma tímida, ella sonrió y me rodeó con sus brazos. Cuando se separó tenía lágrimas en sus ojos, me acarició el cabello y volvió junto con los demás.

–Es ella, cariño. –Escuché que le dijo a su esposo.

Todos se despidieron de mi y prometieron volver en unos días más y cuando vi que habían entrado de nuevo al edificio, enseguida eché a correr hacia el fondo del jardín, por suerte Yoongi seguía bajo el árbol casi en la misma posición que antes, con el cómic en sus manos, pero me dio su atención en cuanto me senté frente a él.

–Creo que me van a adoptar. –Dije, sus cejas se alzaron– vino una familia a verme, tienen dos hijos. Uno es adoptado.

–¿Se ven buenas personas?

–Creo que lo son, dijeron que vendrían a visitarme.

–Bueno, al menos podrás salir de aquí. –Volvió su atención a la página que estaba leyendo.

Me recosté a su lado pensando en aquella familia, no me habían llevado de una vez como lo hicieron las otras personas con las que estuve, quizás ellos no hicieron las cosas correctamente conmigo y por eso no trataron de buscarme cuando me escapé.

Pasaron semanas y había salido algunas veces con la familia Jeon, para que los conociera mejor. Me enteré que a Jimin lo habían adoptado cuando era un bebé porque sus padres no podían tenerlo, y él desde pequeño supo que era adoptado.

Eran muy buenos conmigo aunque en un principio yo tenía algo de miedo de que no fueran como se veían, pero me compraron ropa y hasta me celebraron mi cumpleaños número once. Aunque ese día tuve doble celebración porque cuando estuve de nuevo en el Orfanato, Yoongi me esperaba con galletas y jugo de fresa para compartir. Hicieron mi día muy especial, a pesar de no tener a mi familia conmigo.

Ellos viajaban desde Seúl sólo para verme, me trataban como su hija, y se dirigían a mi de esa manera, yo los llamaba por su apellido; no tenían problema con eso, dijeron que tenía que acostumbrarme. Con Jungkook y Jimin me llevaba muy bien, me hacían reír con sus peleas tontas, en una de sus visitas al Orfanato les había presentado a Yoongi, aunque él no cruzó muchas palabras con los que serían mis hermanos. Cuando salía con ellos trataba de guardarle cosas a mi amigo, como comida y dulces ya que eran algo que normalmente no podíamos comer.

Hasta que llegó el día en que me iría del Orfanato, un tiempo antes me llevaron con unas personas quienes me hicieron muchas preguntas acerca de como me sentía conviviendo con esa familia y que si quería ser adoptada por ellos, les dije que si porque me había encariñado y también era mi oportunidad de salir de un lugar tan horrible. Aunque me sentía triste porque no quería dejar a Yoongi, era mi amigo y quizás no lo volvería a ver nunca más, también me preocupaba que lo molestaran, sabía que podía defenderse, sólo que eso conllevaría a un castigo. No quería que lo encerraran.

–Lo único que no me gusta del hecho de irme con ellos, es que viven en Seúl. –Le dije.

Yoongi y yo estábamos en el jardín, mi nueva familia me esperaba en la oficina de la directora, me habían dejado despedirme de mi amigo. También me había despedido de Hani.

–No te preocupes nos volveremos a ver.

–¿Estás seguro? De Daegu a Seúl creo que es muy lejos.

–No tanto. –Él no se veía triste como yo, me hablaba con su usual tono de voz relajado, pero sabía que en el fondo si lo estaba.

–Te voy a extrañar mucho. –Lo abracé, mis lágrimas salieron, mojando su camisa.

–Yo igual, Ellie. No llores, nos volveremos a ver algún día.






Nunca me había subido a un avión y sentí un poco de miedo, lo bueno fue que me tocó sentarme junto a Jungkook y Jimin, el primero me prestó su teléfono para escuchar música, así que un rato estuve escuchando algunas canciones y otro rato estuve viendo como Jimin jugaba con su Nintendo, me lo prestó y a pesar de que me explicó lo que debía hacer era muy mala para eso.

La casa de los Jeon-Park era grande y muy bonita, parecida a donde vivía con mi familia biológica, eso me hizo sentir algo triste porque los recordé. Aunque cuando ellos me llevaron a donde sería mi habitación, no pude evitar sentirme emocionada. Estaba decorada muy linda, con los colores que me gustaban: azul turquesa y morado.

–Max, espero que te guste –dijo la señora Jeon– me dijiste cuáles eran tus colores favoritos y la pinté yo misma.

–Nosotros te ayudamos, mamá. –Jungkook se cruzó de brazos.

–Si, tienes que darnos crédito. –Siguió, Jimin.

Reí, viendo todo a mi alrededor. Las paredes tenían mis colores favoritos intercalados, también había detalles en rosado. Algunos diseños de mariposas estaban en ciertos lugares, la cama era grande y el edredón tenía los mismos tonos que las paredes o muy parecidos, había varias cojines con forma de mariposas y corazones. Había un clóset, una peinadora, dos mesitas a cada lado de la cama, debajo de la ventana estaba un mueble acolchonado, que abajo tenía una puerta –suponía que para guardar cosas– un estante con algunos adornos. También había una alfombra debajo de la cama color gris claro.

–Me gusta, está muy bonita. –Sonreí, y ella parecía de alguna forma aliviada por mi respuesta.

–Debes estar cansada, pero hay que cenar y luego podrás descansar. ¿Que quieres comer, cariño? Es un día especial así que pediré a domicilio lo que quieras.

Pizza. –Susurró Jimin, quien estaba junto a mi.

–Me gustaría comer pizza. –Respondí, y él sonrió victorioso.

–Bienvenida a casa, pequeña. –El señor Jeon se dirigió a mi con una gran sonrisa, los cuatro se acercaron a abrazarme.

Luego salieron dejando que me acomodara, caminé y me senté en la cama viendo lo que sería mi habitación, un lugar sólo para mí y no estaría rodeada de otras niñas molestas, tendría otra vez una cama suavecita donde dormir y no tendría que escabullirme en las noches para poder comer mejor.

Me sentí en un hogar después de tanto tiempo, mi vida había cambiado de nuevo, estas personas me querían y estaban haciendo mucho por mi.

Aún así extrañaría a Yoongi, esperaba que una familia buena lo adoptara y también que nos volviéramos a ver algún día como él dijo.













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A Yoongi y Max les tocó separarse... Por ahora^^

Espero les haya gustado, gracias por leer💜

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