diecisiete. i

CL - 5 STAR









Terminé de aplicar el labial color violeta en mis labios, era lo único llamativo de mi maquillaje. Me miré en el espejo, el vestido negro se ceñía muy bien a mi cuerpo, era sencillo, de manga larga y que me llegaba a mitad de los muslos. Había decidido llevar mi cabello atado en una cola de caballo, dejando mi flequillo suelto.

–¿Jin vendrá a buscarte? –Preguntó, la pelirosa que estaba acostada en mi cama.

Rina había venido a visitarme y contarme sobre su reconciliación con Jimin, él se estaba esforzando mucho para ser un buen chico para ella, eso me alegraba. Aunque no podía negar que envidiaba el hecho de que ellos podían estar con la persona que querían.

–No, enviará un chófer porque él está con sus padres. Mis padres irán aparte, así que los veré a todos allá.

–¿Qué tal si es una cena para organizar la boda?

Terminé de ponerme uno de los pendientes y me senté junto a ella en la cama.

–No lo creo. Jin y yo hablamos de que haríamos lo posible por atrasarlo y... obviamente ya no nos vamos a casar.

–Si, bueno... Siempre puedes decir que te acostaste con otro.

–Rina... –Suspiré cansada.

No le había contado que me había quedado con Yoongi en su apartamento y menos que casi lo hacíamos en el salón de tatuajes, prefería guardármelo para no tener que escuchar sus sermones.

–¿Cuando se lo dirás?

–Planeaba hacerlo hoy luego de que descansara del viaje, supongo que tendré que esperar un poco más.

Terminé de arreglarme, tomé un pequeño bolso negro donde guardé mi celular y me coloqué los zapatos que consistían en unos botines negros de gamuza con tacón.

Rina me acompañó hasta que uno de los chóferes de la familia Kim vino a buscarme en una elegante camioneta negra. Mis padres tenían cierta posición económica, pero ellos eran más sencillos a diferencia de Jin y su familia. No es que él presumiera de su dinero, simplemente había sido criado de otra manera, distinta a la mía, aunque eso no lo hacía creerse mejor y por eso nos llevamos bien desde un principio. Podría decirse que yo estaba acostumbrada a convivir con su entorno lleno de lujos, pero aún así, al final del día, disfrutaba más de sólo estar en mi sencillo apartamento, vistiendo ropas holgadas y comiendo tteokbokki mientras veía alguna serie.

En el camino me sentía incómoda, sentía como una punzada en el estómago. Si bien le dije a Rina que no creía que la cena se debiera a la boda, la realidad es que era una probabilidad. Algo me decía que Jin no fue del todo sincero conmigo cuando hablamos y desde que llegó no nos habíamos visto, el pasó todo este tiempo durmiendo y luego con sus padres. Así que en el restaurante sería la primera vez que nos veríamos desde que llegó.

Sólo esperaba que esta fuera una simple y sencilla cena como él dijo y que mis dudas sólo se quedaran en eso.







Llegué al Luxury Flavors y le agradecí al chófer por traerme y por acompañarme hasta la entrada del recinto. Era uno de los mejores restaurantes de Gangnam, Jin y yo habíamos tenido nuestra primera cita aquí y luego seguimos viniendo, la comida era exquisita por lo que la reservación había que hacerla con antelación de meses, aunque esto no era problema para Jin o sus padres. El dueño era amigo de la familia.

El anfitrión me guió hasta la zona Vip donde estaban mis padres, mis suegros y Jin, sólo ellos se encontraban allí, éste se levantó de su silla para saludarme con un beso y un abrazo que correspondí con algo de incomodidad que esperaba no se hubiese notado.

–Estás muy hermosa. –Me halagó.

–Gracias, tú te ves muy bien. –Le devolví el cumplido.

La verdad es que a mí me gustaba mucho el estilo de Jin, si peinaba su cabello dejando su frente expuesta a la vez que usaba trajes, como ahora, me parecía que le sentaba muy bien...

...Pero me gustaban más las chaquetas de cuero, sobretodo si debajo de éstas habían tatuajes.

Di una reverencia hacia los mayores en la mesa y Jin arrimó la silla para que yo pudiera sentarme junto a él, del otro lado tenía a mamá que me regaló una gran sonrisa y me abrazó por el costado, mi padre me besó el dorso de la mano halagándome también. Los padres de Jin me saludaron muy cortésmente como siempre.

A los pocos segundos llegó un mesero con la entrada y luego ordenamos el plato principal. La cena transcurrió con normalidad entre charlas y Jin contando como fue su viaje, yo hablaba de vez en cuando. La verdad es que me sentía muy incómoda, prefería estar en mi casa.

Jin a mi lado se aclaró la garganta cuando su padre terminó de hablar de cómo iba a invertir en la industria del entretenimiento y no sé que cosas más a las cuales no le estaba prestando atención. Todos lo miramos, y él centró sus ojos en mi específicamente, luego arrimó su silla hacia atrás para acto seguido colocar una rodilla en el piso con todo su cuerpo en mi dirección. Los latidos de mi corazón se volvieron desenfrenados pero del puro miedo, eso sólo significaba una cosa.

Lo confirmé cuando alzó en su mano una cajita de terciopelo negro que mostraba un anillo con un diamante muy brillante y que se veía excesivamente costoso.

No, maldita sea, no. Esto era una pesadilla.

Mi cuerpo entero se paralizó y no supe que hacer o que decir, mi cara debía ser todo un poema; muy horrible en este caso.

–Massielle –Jin llamó mi atención, ya que mis ojos sólo se mantenían en el objeto brillante frente a mi, subí la vista hasta su rostro que mostraba una pequeña sonrisa–, llevamos saliendo un año y pocos meses los cuales han sido los mejores para mí, por eso quisiera dar el siguiente paso y pedirte que seas mi esposa. ¿Aceptas casarte conmigo, cariño?

No podía creer que Jin me estuviese haciendo esto.

Quería huir, salir corriendo muy lejos de aquí donde nadie pudiese encontrarme, pero mis piernas no me respondían.

Claramente sus palabras eran totalmente falsas así como su expresión que destilaba "amor" hacia a mi. Es que obvio se trataba de esto, por eso habían reservado el Vip sólo para nosotros. Debí devolverme en cuanto entré, pero es que una parte de mi no aceptaba que algo así sucediera justo ahora y lo más seguro es que algo había pasado para que él cambiará de opinión con respecto al asunto de la boda. Su padre tenía que estar detrás de todo esto.

Todo se ralentizó a mi alrededor, podía escuchar las palpitaciones de mi corazón en mis oídos y deseé que un agujero enorme se formara debajo de mi silla y me tragara.

>>Ella no lo puede creer, cariño.

Volteé a ver a mis padres que observaban la escena conmovidos. Mi madre que había dicho aquello, tenía los ojos cristalizados y mi padre le acariciaba los hombros, probablemente ellos ya sabían de esto. Los padres de Jin se mostraban orgullosos por la "valiente" hazaña de su hijo y yo quise tirarles mi copa de vino encima.

–Max...

Volteé a ver a Jin de nuevo, quien esperaba una respuesta de mi parte.

Las cosas que llegaron a decirme mis padres a lo largo de mi relación con Jin vinieron a mi mente al mismo tiempo que era consciente de que todos tenían sus ojos en mi. ¿Qué debía hacer?

No quería decepcionar a mis padres, pero tampoco quería casarme con alguien por quién no sentía nada más que afecto.

"Jin es un buen prospecto de esposo, cariño. Él te va a tratar como mereces."

"Quiero verte casada con un buen hombre."

"Nos haría muy feliz verte casada con alguien como Jin en un futuro. Es bueno para ti."

–Si acepto casarme contigo. –Mi voz salió muy apenas, aún así él escuchó por lo que extendió su mano para que yo colocara la mía sobre ella.

Mi mano temblaba de la cantidad de emociones, nada buenas, por las que estaba atravesando. Deslizó el anillo en mi dedo, el cual quedaba a la perfección, pero se sintió como si un peso enorme se instalara en este.

Jin hizo que me pusiera de pie para quedar de frente, me pedía disculpas con la mirada y yo sólo podía observarlo fijamente exigiéndole una maldita explicación. Él optó por envolverme en un abrazo que ni correspondí.

–Te amo, cariño. –Dijo para que nuestros padres nos escucharan.

Nunca me había dicho eso, ninguno de los dos habíamos pronunciado esas palabras en todo este tiempo juntos.

–Te... amo. –Hice mi mejor intento de sonar sincera aunque por dentro todo era un caos.

Era una sensación tan terrible decir algo como eso a la persona incorrecta, a la persona por la cual mi corazón no se aceleraba con sólo verlo o escuchar su voz.

Nos separamos y él dejó un rápido beso corto en mis labios. Nuestros padres enseguida nos felicitaron y sentí mis ojos humedecerse, pero era del coraje porque me sentía como una muñeca a la que cualquiera podía manejar a su antojo, aunque ellos lo interpretarían como si mis lágrimas fueran de pura felicidad. Pensé en Yoongi y sólo quise llorar aún más.

Me sentía traicionada y estaba odiando a Jin por esto.

Lo peor fue que nuestros padres decidieron irse porque querían dejar que los "futuros esposos" tuvieran un momento de privacidad. Allí se hizo más evidente el hecho de que todos sabían lo que sucedería menos yo.

–¿Por qué lo hiciste? –Inquirí, con los dientes apretados en cuanto quedamos solos. Ni siquiera lo veía y me estaba controlando para no comenzar a gritar como una histérica.

–Lo siento, sé que hablamos de no comprometernos ahora pero... –soltó un suspiro pesado– Cariño, ambos podemos sacar beneficios de esto y al fin no nos presionaran tanto, podemos alargar la fecha de la boda y...

En ese momento lo miré y noté que tragó saliva nervioso. Obviamente temía de mi reacción, aún así me parecía tan falso, él sólo estaba velando por sus intereses.

–¿Beneficios? –bufé– Lo hiciste pensando en ti y no en mi. –Acusé. –¿Qué pasó con lo de convencer a tu padre de que no insistiera con lo del matrimonio? ¿Él te dijo que lo hicieras?

No respondió, se notaba la duda al no querer decirme la verdad y yo al ver que él no quería darme ninguna explicación dejé la servilleta sobre la mesa y me puse de pie, agarrando mi bolso. No quería estar más aquí, no quería tenerlo cerca.

–¿A dónde vas? –Él también se levantó de la silla.

–A casa, no quiero estar aquí. –Pasé a su lado en dirección a la puerta corrediza que separaba el Vip del resto del restaurante, pero sentí su mano en mi muñeca ocasionando que me girara hacia él, aunque enseguida me solté.

–Puedo llevarte, así podemos hablar mejor.

–Y no quiero seguir viéndote. –Añadí.

Él no insistió más y sólo dió un asentimiento de cabeza, mismo gesto que tomé como señal para salir de allí.

Estuve a punto de soltarle lo que había pasado entre Yoongi y yo, pero me callé porque no quería lidiar con esa situación ahora y menos en un lugar público.

Mis hermanos cuando se enteraran que me había comprometido iban a pegar el grito al cielo ya que sabían la verdad, y de sólo pensarlo me causaba un gran dolor de cabeza. Por suerte mis padres dijeron que yo era la que debía darles la noticia así que evidentemente no sería hoy.










Ya afuera del local me negué al ofrecimiento del valet parking de pedirme un taxi y simplemente avancé por la calle, hasta cruzar en una esquina tan rápido como pude para evitar que Jin alcanzara a verme cuando saliera en su auto. Entonces se me ocurrió algo y saqué mi celular antes de que pudiese arrepentirme, sólo me estaba dejando llevar mis impulsos, por la rabia, por lo que realmente quería.


¿Podemos vernos?

Es urgente.

7;50 pm

Esperaba que me respondiera ya que lo usual era que ignorara mis llamadas o mis mensajes.

Me alegré un poco cuando mi celular se iluminó con su respuesta, sólo había pasado un minuto.

M.Y

¿En dónde estás?

7;51 pm

Cerca de Luxury Flavors.

7;51 pm

Envíame la ubicación.

7;51 pm

Hice lo que me dijo y esperé su respuesta.

Voy en camino.

7; 52 pm

Me sentí más tranquila así que me dispuse a esperar mientras veía como las personas caminaban por la calle. Lo cierto es que ya no podía arrepentirme, él ya venía y yo quería verlo, era la única persona con quién quería estar ahora. Mi celular volvió a sonar con otro mensaje de Yoongi.

¿Todo bien?

7;53 pm.

Una simple pregunta, pero que me hacía saber que estaba preocupado por mi porque probablemente no se esperaba ningún mensaje de mi parte con tanta urgencia y aún más sabiendo que estaría con Jin. Estaba casi segura de que dudó en responder al ver que era yo quien le escribía, y fue un alivio el que decidiera no dejarme sola.

Nada está bien.

7;53 pm.

Llego en 15.

7;54 pm

No respondí y sólo me mantuve pensando en que demonios iba a hacer con el maldito compromiso, algo me impedía quitarme el estúpido anillo ahora y no sabía que. Me sentía demasiado frustrada, enojada y triste.

Creo que no pasaron ni los quince minutos completos, cuando el auto negro de Yoongi se estacionó a unos cuantos metros de donde estaba yo, así que comencé a caminar hacia él. Abrí la puerta y me subí al asiento de copiloto, de inmediato me inundó el característico aroma de su perfume. Dejé mi bolso sobre mis piernas y traté de tapar mi mano izquierda donde tenía el anillo, aunque tenía otros allí y podía pasar desapercibido.

Claro, un jodido diamante de quién sabe cuantos millones iba a pasar desapercibido. Sólo esperaba que él no lo notara.

Me acomodé para verlo, y el platinado ya tenía su total atención puesta en mi.

–Gracias por venir.

–¿Tanto te disgustó la langosta? –Cuestionó de forma burlona, sabía que lo hacía para hacerme sentir más relajada.

–Odio la langosta. –Pronuncié con amargura, sólo por el hecho de que recordé que a Jin le encantaba.

–¿Qué sucedió? –Su tono cambió a uno más serio.

–No quiero hablar de eso... Sólo quería estar contigo. –Solté con sinceridad.

Él me observó en silencio para luego asentir, no iba a insistir si yo no quería hablar y lo agradecí porque se me dificultaría contarle todo, entonces procedió a salir del hombrillo avanzando calle abajo.

En el camino, que por cierto no sabía a dónde nos dirigíamos pero cualquier lugar para mí estaba bien, ambos no hablamos. El único sonido que nos acompañaba era la música desde el teléfono de Yoongi conectado al equipo del auto, mi celular había sonado varias veces con llamadas y mensajes de Jin, hasta que me cansé de cancelar las llamadas y lo apagué. No sin antes escribirle que me dejara en paz, por sus mensajes preguntando que si había llegado bien a casa y otro donde decía que no debí irme así; que le den. Realmente me daba igual si llegaba a llamar a mis padres, por el momento no quería pensar en ellos.

Obviamente Yoongi notó esto y aún así no comentó nada al respecto.

Me percaté que tomábamos una carretera inclinada, la cual conocía, y que llevaba al mirador en dónde habíamos estado un tiempo antes, luego de que él llegara junto con Nam cuando un tipo me estaba acosando a las afueras de la casa de Peniel. Yo había quedado fascinada con el lugar, con la paz que se respiraba y con la vista increíble.

Esa fue la primera vez que él y yo habíamos hablado de nuestras vidas y no pude evitar recordar lo mal que me sentí al enterarme de las cosas tan horribles por las que había pasado. Diría que aquella noche marcó un momento especial en mi vida, fue casi como el inicio de todo con Yoongi ahora de adultos.

Él estacionó el auto en el mismo sitio descampado, creo que las personas no solían frecuentar este lugar porque a estas horas no había nadie más. Ambos nos bajamos, yo dejé mis cosas sobre el asiento y cerré la puerta. Ya era de noche, el clima estaba muy agradable, las farolas que habían se encontraban encendidas brindando una iluminación muy tenue a la vez que acogedora.

La vista de la ciudad definitivamente era mágica.

Vi como Yoongi caminó hacia donde estaban unas latas de cerveza que se encontraban esparcidas por el suelo, junto a un tronco de madera que podía servir de asiento, yo ni siquiera las había notado. Él las colocó sobre aquella superficie, luego caminó de nuevo hasta el auto y abrió la puerta del conductor, metió su cuerpo a medias como si buscara algo.

–¿Qué haces? –Él salió del auto, dejando la puerta abierta, justo en el momento que formulé la pregunta. Alzó su arma y caminó hacia mi, le quitó el seguro y me la tendió. Yo observé incrédula la pistola y luego a él. –Que...

–Dispararás a las latas. –Respondió y tomó mi mano para depositar el arma allí como lo había hecho en su apartamento. –Te sentirás más liberada. –Finalizó, con su usual tono serio.

–N-No tengo idea de como hacerlo –pronuncié nerviosa e intenté quitar la mano que seguía apresada entre la suya y el arma– Yoongi esto es una locura.

–Inténtalo. Yo te enseñaré. –Lo miré con duda hasta que finalmente asentí, no estando muy segura de esta idea pero confiaría en él.

Nos acercamos hasta donde había puesto las latas, pero quedando a unos pocos metros de distancia, entonces, acomodó el arma en mis manos de forma correcta. Mi respiración se aceleró un poco cuando él se situó detrás de mi, muy cerca, sentía el peso del arma en mi mano la cual temblaba un poco.

–Tranquila.

¡¿Cómo se supone que lo esté si está tan cerca y tengo una pistola en la mano?!

Mi piel se erizó cuando posó una de sus manos en mi cintura y con la otra hizo que extendiera ambos brazos frente a mi, a la altura de mi pecho, apuntando a dónde estaban las latas colocadas con un espacio entre ellas.

–Tienes que concentrarte –habló, su aliento cálido chocando con mi oído hizo que mi estómago se encogiera–, mantén tus ojos en el objetivo. –Tragué saliva, mientras hacía lo que me pedía, enfocando mi vista en una de las latas, la primera en la fila de izquierda a derecha. –Cuando estés lista, jala del gatillo. –Llevó su mano a mi cintura así como la otra y la mantuvo allí.

Conté mentalmente hasta tres y disparé.

Sentí la vibración de la bala al salir correr por mis manos hasta mis brazos, me sobresalté un poco porque claramente no estaba acostumbrada a esa sensación ni al ruido que hacía un arma al ser disparada. Yoongi seguía con sus manos en mi cintura como un apoyo para mí.

–Atinaste. –Dijo, con un tono que me pareció hasta orgulloso y yo también me sentí así, la lata había salido expulsada hacia atrás. –Continúa.

Hice lo mismo cinco veces más, fallando dos tiros solamente. Creo que mi puntería no era tan mala.











Yoongi se situó frente a mi luego de guardar el arma en el auto de nuevo.

–Gracias por traerme aquí.

Me sentía más tranquila y era la paz que me transmitía este sitio, además de su compañía. Este mirador ya podría decirse que era un lugar no proclamado como nuestro, aunque me sentí un poco tonta ante ese pensamiento.

–¿Cómo te sientes?

–Mejor –era verdad, como él dijo me sentía más liberada, nunca creí que haría algo así en mi vida– ¿Le disparas a cosas cuando te sientes enojado? –Cuestioné, en un tono casi burlesco.

–Si, a veces, o a personas. –Lo miré a la cara y él tenía una sonrisa burlona en sus labios. –Es broma.

Negué con la cabeza mientras sonreía, yo estaba recostada de la puerta del copiloto con los brazos cruzados y él de frente en la misma posición.

–¿Estabas haciendo algo importante antes?

–No, sólo pasaba el rato en DP.

–¿Eso es...?

–El salón de tatuajes.

–No creí que tuviese un nombre, pensé que sólo lo conocían por tu nombre o tu apodo.

–Muchos lo conocen por mi apodo.

–¿Y que significa DP?

–Es secreto.

Lo miré inquisitiva, aunque él no iba a decirme de todas maneras, lo conocía lo suficiente y me daba cuenta que a este punto me faltaban muchas cosas por conocer en lo que respecta a Yoongi.

Dejando eso de lado, era claro que él y sus amigos utilizaban el poder que tenían para tener el descaro de no ocultar el local, aún así se identificaban en las calles por un código, que en este caso era "Agust", tenía entendido que era algo muy común y muy urbano tener alguna palabra de seguridad, por así decirlo, para poder identificar a las personas que trabajaban realmente en la clandestinidad. Sólo podía saberse si conocías la zona en donde se encontraban o tenías un conocido de un conocido que se hizo un tatuaje. Básicamente los tatuadores se hacían populares gracias a personas que corrían la voz y así pasaban desapercibidos por las autoridades para no tener que verse con la Ley, que si me preguntaban me parecía muy absurdo que en la actualidad existieran sanciones hacia personas que practicaban este tipo de arte. Los que trabajaban con Yoongi tenían privilegios.

Y ya que tocábamos dicho tema... No pude evitar pensar en la chica que estuvo con él ayer.

–Ayer cuando me fui, ¿hiciste algo con esa chica?

La respuesta podría dolerme, pero necesitaba saberlo.

–No hicimos nada, en primera porque me la iba a follar con rabia y no quería pagar mis frustraciones con ella.  Así que tuve que hacerme una paja después. –Percibí algo de reclamo en su tono.

Yo miré hacia un lado con vergüenza por su manera de decirlo. Yoongi era tan... Yoongi.

Al mismo tiempo me agradó que no haya sucedido nada entre ellos, y bueno, nadie merecía ser tratado como un objeto.

–Es una mierda quedarse con las ganas ¿sabes?

–No fuiste el único. –Recalqué.

Cuando llegué a casa aún tenía la sensación en mi cuerpo de sus besos y su toque, no pude evitar masturbarme en la ducha. Aunque después quedé aún más frustrada que cuando salí del "DP", pero esto no se lo diría directamente.

–Debería desquitarme... –se acercó más a mí, haciendo que yo alzara un poco la cabeza para poder mirarlo a los ojos–... O simplemente hacer que me des lo que quiero.

–¿Qué quieres?

–De ti, muchas cosas.

Sentí que no sólo se refería a algo sexual. Tragué saliva y traté de no despegar mi mirada de la suya, pero por un momento lo hice al fijarme en sus labios.

–Y... ¿Cómo harías eso? –Volví la atención a sus ojos.

Me dio una sonrisa maliciosa y se acercó tanto a mi, que sólo unos pocos centímetros nos separaban de tocar nuestros labios.

¿Qué clase de jueguito coqueto era este? No lo sabía, pero me gustaba.

–Definitivamente verte disparar mi arma fue muy excitante –cambió el tema– ¿Quieres saber lo que me vuelve loco de ti?

Lo que quería era que me besara de una vez, sabía que sólo estaba provocándome a ver si yo caía primero, pero al mismo tiempo quería escuchar lo que tenía para decir. Yoongi al ser una persona tan cerrada con respecto a mostrar sentimientos, el hecho de que quisiera decirme ese tipo de cosas era importante para mí porque así podía darme una idea de lo que pasaba por su mente cuando estábamos juntos.

–Si. –Respondí, sintiendo un cosquilleo en mi estómago.

–Para empezar, tu inteligencia, lo buena y comprensiva que eres... –Muchos hombres no solían resaltar ese tipo de cualidades en las mujeres, solían darle más importancia al físico primero y ya está, en realidad las personas en general hacían eso, por lo que mi corazón y todo mi sistema nervioso sufrió una sacudida; aunque lo primero podría ponerse en duda justo ahora. Él recorrió con uno de sus dedos mi mejilla, pasando por la línea de mi mentón para culminar en mi labio inferior, pero lo apartó de inmediato y yo casi me quejé en voz alta. Apoyó la mano contra el auto a un lado de mi cabeza para continuar: –Además de tu cuerpo, es lo dulce y al mismo tiempo lo sexy que puedes ser sin siquiera intentarlo, y si le añadimos ese lado retador tuyo... –hizo un movimiento con la cabeza echándola hacia un lado que se me antojó de lo más atractivo– En serio, Ellie, podría follarte todos los días, a cada hora y nunca me cansaría de estar entre tus piernas. –Esto último lo pronunció con una voz más profunda y sentí un leve estremecimiento allí abajo.

No me aguanté más. Lo tomé por los bordes de su chaqueta para eliminar el escaso espacio entre nosotros y al fin poder sentir la suavidad de sus labios. Sus manos me sujetaron por la cintura hasta deslizarse  a mi trasero el cual acarició con toda la calma del mundo y luego apretó, sacándome un gemido en medio del beso. Parecía tener algún tipo de fijación con éste y lo cierto es que no me molestaba para nada, me encendía que me tocara de esa manera.

Mientras nuestras bocas se exploraban la una a la otra, sentí su mano alzar un lado de mi vestido y recorrer ahora mi muslo justo por debajo de éste. Fue subiendo hasta tocar mi intimidad por sobre las bragas, mordí su labio inferior cuando sentí como sus dedos recorrían por encima una y otra vez aún sin apartar la tela de algodón, sus toqueteos ocasionaron que comenzara a humedecerme. Apartó un poco la tela y uno de sus dedos se metió entre mis pliegues, pero fue apenas un segundo en que también rozó mi clítoris porque volvió a acomodar mis bragas y siguió con las caricias superficialmente. Ya me quedaba claro que le encantaba torturarme, aún así podría correrme con que sólo siguiera tocándome de esa manera.

Yo también quería tocarlo a él. Bajé una de mis manos hasta su miembro, mientras lo sujetaba con la otra por el cuello, llevaba unos joggins por lo que se sentía aún más lo duro que estaba y por supuesto se hacía más fácil llegar a éste. Él abandonó mi boca, dejando un patrón de besos desde mi mejilla hasta mi cuello que alcé para darle mejor acceso, había pasado sus caricias a mis nalgas amasandolas con dedicación ya que tocaba directamente mi piel.

Metí mi mano derecha entre la liga de su pantalón, pasando la barrera de sus bóxers para por fin entrar en contacto directo con su miembro duro y palpitante. Acaricié todo su falo de arriba a abajo esparciendo el líquido pre seminal que había expulsado y que me ayudaba a tener una mejor movilidad, sus manos apretaron aún más mi trasero, soltando algunos gruñidos profundos en el proceso y succionó la piel sensible de mi cuello, suspiré perdida en el placer. Podría decirse que ya estaba hecha un gran río entre mis piernas con el simple hecho de sentir y escuchar como él disfrutaba de esto al igual que yo.

Con mi dedo pulgar acaricié su glande que se encontraba muy hinchado y volví a hacer fricción en toda su extensión aumentando un poco la velocidad sin ser muy brusca. Su cuerpo tembló, emitiendo un gemido bajo y gutural desde lo profundo de su ser.

Él no pretendía correrse ahora, por lo que tomó mi muñeca para que me detuviera y sacó mi mano de su pantalón.

–Necesito sentirte. –Musité, en medio de un jadeo. Él al escucharme se separó un poco, sus ojos brillaron con deseo por mi tono suplicante. –Por favor... –No me importaba parecer una jodida loca desesperada, porque lo quería dentro de mi y que me hiciera sentir como sólo él sabía, no quería quedarme con las ganas de nuevo.

Aún así no pude verlo a los ojos y me concentré en sus labios que resaltaban, y todo el área alrededor de éstos también, porque estaban manchados con mi labial violeta consecuencia del beso desenfrenado de antes.

Se veía lindo... y caliente.

–Nadie nos va a interrumpir ahora. –Sus dedos tomaron mi mandíbula y me besó con ímpetu, separándose segundos después dejándome con ganas de alargarlo aún más. Nunca me cansaría de besar sus labios.

Vi como registraba uno de los bolsillos internos de su chaqueta, así sacando un paquetito plateado.

–¿Tenías tus planes con otra? –Inquirí, al ver el pequeño sobre entre sus dedos, haciendo alusión a lo que dijo la primera vez que estuvimos juntos.

–No.

–¿Entonces, presentías que esto iba a pasar cuando te envié el mensaje?

–En realidad soy precavido siempre –besó mis labios cortamente y continuó: –... Cuando estuvimos juntos fue la primera vez que lo hice sin condón, simplemente quería sentirte sin él, y sé que tú no eres tan descuidada como para no utilizar algún tipo de-...

–Si sabías que iba a pasar. –Lo corté, aunque algo dentro de mi se removió al saber que quiso experimentar aquella sensación sólo conmigo, al fin y al cabo ambos éramos conscientes del riesgo que corríamos y no importó.

Sonrió de lado. –Lo esperaba.

Y en el fondo yo también.

Volvimos a besarnos hasta que el bajó un poco más su pantalón en la parte delantera, también sus bóxers dejando su pene libre para rápidamente enfundarlo en el látex con destreza y antes de alzarme subió sin nada de delicadeza mi vestido hasta la altura de mi vientre, dejando mis bragas totalmente expuestas. Me tomó por los muslos pegando mi espalda contra el auto, sería algo incómodo, pero no me importaba así como el hecho de que alguien pudiese vernos, estaba demasiado desesperada y excitada como para darle importancia a eso. Enredé mis brazos en su cuello y rodeé su cintura con mis piernas, sintiendo su dureza directamente contra mi intimidad cubierta y en un sólo movimiento de sus dedos corrió la tela a un lado, tomó su miembro para alinear la punta contra mi entrada. Hicimos contacto visual, dejó un beso corto en mis labios y empezó a hundirse en mi con lentitud, mi respiración haciéndose más pesada al sentirlo.

Soltó un jadeo contra mi cuello, mientras se abría paso de a poco dentro de mi. Gemí alto, jalando de sus mechones traseros cuando entró por completo.

–Espera... –Siseé por lo bajo.

Debía acostumbrarme a ser estirada por él porque todo lo estábamos haciendo muy rápido, además Yoongi era grande y necesitaba adaptarme a su tamaño, aún así la sensación era bastante placentera. Me deleité por un instante al ver su ceño fruncido y sus ojos entrecerrados, mientras mordía su labio inferior por la sensación de mis paredes calientes amoldándose a su miembro. Dejé pequeños besitos por su mejilla, acariciando su piel suave con mis dedos.

Él entendió que requería darme algunos segundos aunque estuviera desesperado por moverse. Su boca entonces buscó la mía fundiéndonos en un beso lento, acompañado de succiones y mordidas hambrientas. Haló mi labio inferior con sus dientes en el momento en que salió un poco de mi y volvió a enterrarse muy profundamente para así darle comienzo a las embestidas.

Iba lento en un principio, hasta que comenzó a acelerar el movimiento de sus caderas de a poco.

–¡Ah!... Se siente tan bien. Te sientes tan bien, Yoongi... –Suspiré, extasiada. Mi interior lo recibía gustoso.

El sonido húmedo de los besos, nuestros jadeos combinados con gemidos hacían eco y al mismo tiempo opacaban el zumbido lejano de algunos insectos en medio de la noche. La adrenalina de hacerlo al aire libre sumado al placer, era una mezcla fogosa de pura excitación en mi organismo.

–Ellie... –Gimió en mi oído, lo cual siempre se sentía como el coro de los ángeles para mí, me apreté a su alrededor ocasionando que soltara un gemido ronco llevando su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados. Pude ver el sudor bajar por sus sienes debido a la calentura y quizás también por el esfuerzo que estaba haciendo para mantenerme alzada. –Joder...

Sus estocadas eran certeras, me tenía sujeta por los muslos fuertemente y cuando comenzó a golpear con más insistencia aquél punto que me llevaría a la liberación plena, mi cabeza se echó hacia atrás. Abrí los ojos encontrándome con la luna iluminando en lo más alto, quien estaba siendo testigo de lo que sucedía entre Yoongi y yo.

Sus labios junto con su lengua atacaron mi cuello nuevamente y sonreí porque me sentía libre. Él era el único que me hacía sentir de esa manera.


















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¿Qué opinan de que Max haya aceptado casarse? ¿Qué creen que hará? ¿Por qué creen que Jin decidió pedirle matrimonio? No duden en compartir sus teorías;)

¿Cómo estamos luego de este momento románticamente sucio? ^^ Aunque creo que fue más sucio que romántico xd Un rapidín jsjsj
Leí por ahí en los comentarios que así han nombrado a estos momentos entre Max y Yoongi, así como a algunos pensamientos que ha tenido él.

Me inspiré un poco en el vídeo de CL con el bello de Ian, la canción va bien con esta primera parte del cap (Yo ando esperando que esos dos confirmen la relación xd)

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