dieciséis. i
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Kodaline - Brother.
Detrás de mi Facultad había una pequeña plaza con asientos y algunos árboles alrededor, donde los estudiantes pasaban el rato entre clases, ya sea para estudiar, descansar del día tan ajetreado o reunirse con amigos. Yo me encontraba sentada en uno de los asientos, acababa de salir de mi última clase. Tuve dos horas fuertes de Derecho Civil y necesitaba darle oxígeno a mi cerebro. Escuchaba música a un volúmen bajo y revisaba mis redes sociales, específicamente instagram dando like a toda publicación que me aparecía. De pronto me encontré con una foto que publicó el amigo de Jin, al parecer de la noche anterior, habían salido aunque él no mencionó nada al respecto cuando hablamos. En la foto salían varias personas, no pasé por alto que Jin estaba junto a una chica, no estaban en ninguna pose comprometedora simplemente sonriendo como el resto. Sólo pude notar que también era asiática, el lugar donde estaban no tenía mucha iluminación así que no se le definían bien los rasgos, pero aún así me pareció conocida.
Una presencia se situó delante de mi, distrayendome de mi intento de recordar de dónde conocía a la chica y que me causaba algo de intriga. Desvié la atención de la pantalla de mi celular hacia unas botas negras algo extravagantes, pero que conocía bien y alcé la vista hasta llegar a su rostro con un cubrebocas negro, como toda su ropa. Tenía el cabello atado en una cola dejando algunos mechones por fuera.
Era como si la muerte hubiese venido a buscarme y la verdad no me opondría en estos momentos.
Okey, mal chiste.
Escuché algunos murmullos a mi alrededor y ya sentía la atención de las chicas que estaban cerca puesta en nosotros, babeando por mi hermano.
–¿Ya terminaste con todas tus clases? –Jungkook bajó el cubrebocas. Creí escuchar un suspiro detrás de mi y un "con esos golpes sigue siendo guapo", pero ambos ignoramos aquello.
Las marcas de sus golpes aún eran muy visibles y me sentí mal de inmediato al verlas, él lo notó porque me sonrió leve, como queriendo decirme que estaba bien. Supe por Taehyung que, él y Jimin, en efecto, fueron a enfrentar a Yoongi y se formó una pelea.
Quise ir a verlos apenas me enteré pero sabía que no sería bien recibida, así que Tae me mantuvo al tanto. Creí que había sido dos contra uno y me preocupé de igual manera por el estado de Yoongi, de hecho no pude aguantar las ganas de saber cómo se encontraba, lo llamé y por supuesto no obtuve respuesta alguna, pero Tae me aclaró que no había sido así, sino que Jungkook y Yugyeom pelearon también porque el segundo quiso apartar a Jimin de Yoongi.
Era absurdo que hayan hecho eso porque no es que él me hubiese obligado a algo, yo era consciente de lo que estaba haciendo, pero sabía también que Jimin le había advertido –o amenazado– a Yoongi que no se me acercara y bueno, hizo mucho más que eso.
–Si, ya me iba a casa. –Respondí, algo incómoda. Recordé sus palabras, él me había dicho que no creía que pudiera haber sido capaz de engañar a Jin y suponía que no me veía con los mismos ojos, no era la Massielle que ellos conocían.
Desde el sábado que no lo había visto, ni a Jimin, cuando salieron molestos de mi apartamento y ya estábamos a jueves. Los edificios donde veían clases quedaban alejados del mío, así que no podríamos cruzarnos a menos que ellos vinieran hasta acá o yo fuera hasta allá. Con el único con quién había hablado como de costumbre era Tae. Por suerte nuestros padres estaban muy ocupados por lo que no habíamos ido a reunirnos todos a casa, sería muy incómodo. Además ¿cómo explicarían los golpes? Sería un gran problema.
–Jimin y yo queremos hablar contigo, él está esperando en el estacionamiento. Pensábamos ir a tu apartamento.
–Oh... está bien. –Dije, sin muchas ganas. Esos dos juntos enojados lograban intimidarme un poco si no estaba Taehyung presente. Las cosas podrían descontrolarse y él era como el equilibrio entre nosotros.
Me levanté del banco recogiendo mis cosas, él agarró mi bolso llevándolo en su hombro, entonces me relajé un poco porque era una señal de que no estaba tan molesto conmigo, además que en el camino paramos por unos batidos en un quiosco cercano a mi Facultad, él me compró uno de mora azul sin yo pedirlo. Cuando alguno se ponía muy complaciente conmigo luego de una pelea, eso quería decir que en realidad querían arreglar las cosas.
Nos cruzamos con Naeun, casi llegando al estacionamiento. Ella pasó de mi directamente saludando a Jungkook con mucho interés y éste lo hizo de la misma manera. Noté esa mirada coqueta en él, a veces podía ser un poco tímido cuando comenzaba a hablar con una chica, hasta que agarraba la suficiente confianza como para utilizar sus encantos y luego meterle la lengua hasta la garganta y posteriormente llevarla a la cama, por lo que probablemente ya había cruzado más que un saludo con ella.
–¿Te estás enrollando con ella? –Pregunté en cuanto la chica se alejó.
–No, pero es agradable. Quizás podamos pasarla bien juntos. –Se encogió de hombros.
Negué con la cabeza, pero no dije nada. No estaba en posición de opinar.
Naeun era muy conocida en mi Facultad y en el Campus, era una chica que asistía a todas las fiestas de las fraternidades, también tenía un número alto de seguidores en sus redes sociales, así como de numerosa era la lista de chicos con quien se ha enrollado. Ella se jactaba de que podía tener a quien le diera la gana en su cama y no lo dudaba, pues tenía una belleza envidiable. Digo, cada quien hacía lo que le diera la gana con su cuerpo, pero no me gustaría que mi hermano llegara a involucrarse con ella –aún si tuviese claro que no era un santo– porque básicamente era igual a él. ¿Qué tal si Jungkook le hacía caso, se enamoraba y luego ella no lo tomaba en serio? Él ya había estado enamorado antes, esa persona jugó con sus sentimientos y a raíz de eso se había convertido en una clase de fuckboy cuando entró a la universidad. Quizás estaba exagerando y haciéndome una película, sólo que me preocupaba porque las cosas podían cambiar en cualquier momento y no quería verlo sufrir de nuevo.
Al final de cuentas entendía el por qué de su enojo con todo el asunto de Yoongi, porque yo también era muy protectora con ellos.
Jimin estaba solo junto a su moto que estaba a un lado de mi auto. Él y Rina habían discutido porque ella sabía lo que había pasado con Yoongi y aún así no se lo dijo, ese fue el argumento de mi hermano cuando discutieron. Mi amiga me defendió, pero no me gustaba el hecho de que no se hablaran por mi culpa.
Creí que no me saludaría, aunque sólo me dio una "sonrisa" de labios cerrados. Sus golpes aún seguían notables también.
Jungkook me entregó el bolso al momento de subirme a mi auto y luego él se subió al suyo. Los dos esperaron a que yo arrancara para seguirme como si me escoltaran.
En el trayecto decidí llamar a Tae, dejé el manos libres mientras conducía.
–Hola, Minny-bu. ¿Qué pasa? –Respondió, al tercer tono pero noté su voz rara.
–¿En dónde estás? ¿Estabas durmiendo a esta hora?
–Estoy en los dormitorios.
–¿Qué haces ahí? –solté una exhalación cayendo en cuenta–... Mejor ni me lo digas. –Escuché su risa, era obvio que estaba con alguna chica ya que muchos estudiantes se quedaban en las residencias de la universidad.
–¿Necesitas algo?
–Bueno... voy camino a casa, Jungkook y Jimin quieren hablar conmigo –suspiré– sería de ayuda si estuvieras tu también.
–Ustedes tres son los que tienen que arreglarse.
Ellos habían arreglado las cosas, eran mejores amigos así que no podían pasar mucho tiempo sin hablarse, mucho menos Tae y Jungkook que vivían juntos. Intuía que el primero había insistido mucho en que me buscaran, obviamente no le gustaba ver a sus hermanos peleados.
–Si sucede una masacre quedará en tu conciencia.
–No seas exagerada. Ellos son unos pobres borregos en busca del perdón.
–Claro.–rodé los ojos aún si no pudiese verme– Mamá te matará si esto se sale de control.
–Mmm... Correré el riesgo.
Me di por vencida.
Después de colgar con Tae y quedar en que luego lo llamaría para contarle en que había resultado todo, me encontré caminando hasta la entrada del edificio, ya que los chicos habían aparcado afuera.
Cuando nos disponíamos a ir hasta el ascensor nos topamos con un chico alto y de sonrisa agradable.
–Hola, vecina. –Sonrió. Jaehyun era un chico muy atractivo que vivía en el piso de abajo. De vez en cuando hablábamos, era muy dulce.
Él hizo una reverencia hacia los chicos aunque no sé si estos le correspondieron, ya que venían detrás de mi. A ellos no les agradaba, lo cual no era ninguna sorpresa, sólo porque una vez lo encontraron en mi apartamento y creyeron que estaba intentando "pasarse de listo conmigo", cuando en realidad estábamos teniendo una cena agradable luego que coincidiéramos en la entrada una noche y decidiéramos hacernos compañía. Simple y sana compañía.
–Hola, Jae. –Saludé, devolviéndole el gesto.
Nos incursionamos en una breve charla sobre nuestro día hasta llegar a los elevadores.
–Estás muy linda, Max, como siempre. –Dijo, éste, al haber llegado frente a ambas puertas metálicas, en el pequeño panel superior mostraba el descenso de uno al lobby. El otro elevador estaría fuera de servicio por toda la semana.
–Gracias.
No podía evitar sentirme halagada cada vez con sus cumplidos. No me cabía duda de que tenía muchas chicas detrás de él, era tan encantador.
Llegó el ascensor y se abrieron las puertas dejando ver a una pareja algo mayor que vivía en el último piso, hicimos una reverencia permitiendo que salieran. Jaehyun nos dejó subir primero y cuando planeaba entrar, Jungkook, le mostró su palma haciendo que se detuviera, mientras presionaba el botón para que se cerraran las puertas.
–No hay espacio para ti, lo siento. –Kook usó un tono falso de disculpa.
–Déjalo subir. –Me quejé, pero era muy tarde ya cuando se cerraban las puertas, sólo pude darle una mirada de disculpa a Jaehyun y él sólo sonrió divertido, haciéndome saber que no pasaba nada. Creo que su intención había sido molestar un poco a los chicos, él sabía cómo eran mis hermanos así que podría decirse que estaba acostumbrado a este tipo de cosas.
–Eso fue muy grosero e inmaduro, Jungkook. –Le reproché. También miré mal a Jimin porque se estaba riendo.
–Siempre te ve de una forma muy... rara. –buscó apoyo en el peliazul– ¿verdad?
Me crucé de brazos, enfurruñada. –Estás exagerando.
–Jungkook tiene razón. –opinó, Jimin. –Lo que pasa es que a ti siempre te gusta ver lo bueno en las personas –su tono normal había cambiado a uno de regaño– Odio que seas tan ingenua, por eso es que se aprovechan de ti.
No necesitaba ser un genio para darme cuenta que ya no sólo se refería a mi vecino.
–Sojun, Yoongi –continuó, cuando preferí guardar silencio–... y no dudaría que Jin también lo haga.
–Cállate de una vez. –me giré hacia él, enojada– ¿Para esto vinieron?
Jungkook se interpuso entre ambos. Sorprendentemente actuando como el mediador entre nosotros, a pesar de que él había iniciado todo.
–Basta, Jimin –se dirigió a él, quien ahora miraba el piso del elevador mostrándose enojado también– recuerda lo que hablamos.
Me recosté del vidrio, pestañeé rápidamente cuando sentí mis ojos aguarse por la rabia. No podía creer que estuviese echándome lo de Sojun en cara y me enojaba que hablara como si supiera todo lo que pasaba entre Yoongi y yo.
¿Y así querían hablar conmigo? Esta charla saldría mal si él seguía con esa actitud.
Segundos después las puertas se abrieron en mi piso, yo salí primero a paso rápido, llegando a mi puerta e ingresando el código mientras apretaba los dientes. No quería llorar.
Entré a mi apartamento, quitándome los zapatos. Dejé la puerta abierta, pero al parecer ellos se habían quedado en el pasillo hablando, quizás Jungkook reprochándole a Jimin lo que me había dicho. Caminé hasta mi cuarto y cerré la puerta.
Ellos podían irse o quedarse, hacer lo que quisieran porque yo no quería hablarles y no saldría de aquí.
Recogí algunas prendas de ropa que había dejado tirada en la cama esta mañana porque no me decidía qué usar y llegaba tarde a clases, así que dejé todo como estaba.
Despejé mi cama, recogí un montón de papeles y guías que tenía sobre mi escritorio, organizándolos.
Habían pasado alrededor de veinte minutos, yo estaba acostada en mi cama y ya me había cambiado de ropa. Llegué a escuchar el sonido de la puerta y las voces de mis hermanos, pero aún así no quise salir.
Un golpecito en la puerta hizo que dirigiera mi vista a ella, pero no me moví. Dos segundos después se abrió lentamente, Jungkook asomó su cabeza y luego entró completamente, cerrando detrás de él. Desvié la mirada hacia la pared, esperando a que dijera lo que sea que tuviera para decir.
–Jimin y yo pedimos comida, supuse que no habías almorzado y pedí tteokbokki para ti. –vi de soslayo cómo se acercaba a mi cama– ¿puedes salir?
Suspiré, pensando bien lo que iba a decir.
–Si Jimin va a seguir con esa actitud, es mejor que se vaya.
–No, él se comportará. Yo tampoco quiero pelear, Minny.
Jungkook me observaba insistente.
–A la próxima no seas tan idiota con Jae. Él me cae bien y nunca ha sido irrespetuoso conmigo.
–Trataré de no ser grosero, aún así lo mantendré vigilado.
Eso era un avance, debía conformarme.
Asentí, entonces me levanté de la cama junto con Jungkook y lo seguí para salir de mi habitación.
Jimin estaba acomodando los platos sobre la mesa pequeña que había frente al sillón. Yo tenía un pequeño comedor que no usaba porque solía comer en la cocina y cuando venían los chicos o Rina era más cómodo comer sentados en el suelo o en el sillón.
El peliazul alzó la vista cuando se percató de nosotros, sus ojos me observaron con algo de pena aún así lo ignoré y caminé hasta sentarme en el piso frente a la mesa, en total silencio. Noté que habían otros envases con comida, dos vasos con té helado y otro transparente con tapa, se trataba de un jugo de fresa que obviamente era para mí. Ellos se sentaron del otro lado, agarré unos palillos y tomé un poco de arroz que segundos antes Jungkook había dejado frente a mi.
Por los siguientes minutos sólo nos centramos en la comida, al menos yo. Ni siquiera los miraba. Tomé una alita de pollo del plato frente a Jimin, él odiaba que tomaran de su comida sin permiso y aún más si eran alitas, simplemente observó mi acción sin decir nada y yo le devolví una mirada desafiante. Quizá era algo estúpido de mi parte, pero tenía que desquitarme de alguna manera.
Pasaron otros breves minutos hasta que escuché como Jimin se aclaró la garganta entonces volví a centrar mi atención en él, se limpió la boca con una servilleta. Sus ojos expresaban arrepentimiento, tenía esa mirada de cachorro que ponía cuando éramos pequeños y mamá lo regañaba por alguna travesura. Hay cosas que no cambian. Aún así me mantuve seria, pero ya no me sentía tan enojada como hace un rato.
–Quiero disculparme por como te hablé aquella noche y hace un rato en el elevador –comenzó a hablar pausadamente y yo dejé los palillos a un lado, estando atenta a lo que decía– Me dejo llevar por el enojo y digo cosas que no debería, realmente no quería hacerte sentir aún peor... Yo sé cuánto sufriste por culpa de Sojun y debimos... debí ser más comprensivo y apoyarte más. De verdad discúlpame, Minny, por la forma en la que te grité... y los insultos.
–Yo también lo siento, Minny –miré ahora en Jungkook que había tomado la palabra– Debimos quedarnos porque sabemos lo que el regreso de Sojun causó en ti y preferimos darle importancia a otras cosas y no a como te sentías. De verdad discúlpanos.
Alterné mi vista entre ambos, lucían arrepentidos, nerviosos y a la expectativa por los que yo les diría. Sus disculpas habían sido sinceras y la verdad es que lo que yo menos quería era estar más tiempo sin hablarnos, aún si me dolieron sus reacciones y sus palabras, pero los amaba con mi vida y el amor fraternal pesaba más que el orgullo. Nuestros padres nos habían enseñado a siempre tratar de arreglar nuestros problemas, que si teníamos alguna diferencia nos sentáramos a hablar y expusieramos nuestros pensamientos y si era necesaria una disculpa no había que dudar en pedirla.
–Está bien, chicos –suspiré pesadamente– Lo entiendo, acepto sus disculpas y yo también lo siento por decepcionarlos.
–No, Minny, no es así –el pelinegro movió la cabeza en negación y Jimin imitó su acción, dejando que hablara– Nosotros no somos nadie para juzgarte a pesar de que así lo hicimos y de nuevo discúlpanos, sólo queremos entender lo que pasa y por eso quisimos venir.
En ese momento el ambiente tenso se disipó y yo quería sincerarme con ellos de una vez por todas.
–Chicos... yo no amo a Jin.
Ambos se miraron y luego a mi, Jimin asintió como si de pronto hubiese caído en cuenta de algo.
–Siempre me pareció curiosa la manera en que ustedes no parecían como esas típicas parejas enamoradas, pero creí que se debía a mi evidente rechazo hacia él.
–Nuestro rechazo –corrigió, Jungkook– ¿Y por qué están juntos?
–En un principio de verdad me gustó, luego me di cuenta que lo que sentía no iba a más, pero él es un buen hombre, es diferente a Sojun y siempre me ha tratado bien... Supongo que con el tiempo caímos en la costumbre. Para ambos es así.
–Minny, no está bien que estén juntos si no sienten nada más que simple afecto.
–Si vas a mantener una relación debe ser con alguien a quien ames. –Continuó, Jimin. –Ustedes no son sinceros y puede traer problemas.
Bueno, ya estaba en uno.
–Lo sé, evidentemente vamos a terminar, ya saben... por lo que pasó.
–¿Amas a Yoongi? –Inquirió, directamente.
La idea era ser sincera así que asentí levemente.
–Créanme que tengo muy claro que no podemos estar juntos.
–Vaya, pero no parece que lo tengas tan claro. –Mencionó con un tonito un tanto irónico.
Jungkook lo codeó, pero sus palabras no me molestaron. Entendía que el hecho de que se hayan disculpado no quería decir que ya les pareciera bien o les hiciera gracia lo que sucedió, para su instinto protector seguía siendo difícil todo este asunto.
–¿Cómo fue que sucedió? –habló el pelinegro– Es decir, no me refiero a... eso, no quiero saber los detalles... –se estremeció e hizo una mueca, pasando la lengua por la parte interna de su mejilla– Joder, no sabes lo incómodo que es saber que tu hermanita ande haciendo... cosas... por ahí –suspiró exageradamente, poniendo su dedo índice y pulgar contra su tabique, parecía costarle bastante siquiera pensar que yo tuviera una vida sexual, ellos simplemente ignoraban esa realidad. Me llevé una mano a la boca riéndome disimuladamente, fue inevitable. Jimin no se quedaba atrás, había fijado sus ojos en la mesa con evidente incomodidad. Jungkook reformuló la pregunta: –¿Cómo fue que te diste cuenta que estabas enamorada?
Hablar de esto me costaba mucho, era como poner sal y vinagre sobre una herida abierta y presentía que terminaría llorando.
–Quizás lo he estado todos estos años –expresé, con desgana– es decir, desde que lo conocí y ahora es que he podido identificar mis sentimientos. Caí en cuenta de ello el día que Rina y yo seguimos a Jimin a Triptych, tuve una pelea con una chica que al parecer era algo de Yoongi y...
–Oh, si... –me interrumpió– eso lo sé, aunque nunca lo hablamos. Por cierto nosotros somos los que te seguimos, no tú a nosotros.
–Lo sé, pero este tonto –señalé a Jimin–, andaba actuando extraño.
–¡Yah! Fue peligroso, Minny. –Se quejó éste.
–Pues necesitaba saber sobre la doble vida de mi hermano. –Entorné los ojos hacia él.
–No lo digas así, me haces sentir como un gigoló.
–No estabas muy lejos, sólo que te pusieron la correa. –Jungkook se llevó un bocado de vegetales cosidos a la boca luego de soltar aquello. Jimin lo golpeó en el hombro.
–Como sea, el punto es que Yoongi me trajo a casa y... bueno, nos besamos. En ese momento fue en que caí en cuenta que había algo más, porque las otras veces en que nos vimos me sentía rara con él y me obligué a pensar que no era nada, que simplemente era que lo había extrañado, pero no dejaba de pensar en eso y –miré hacia Jimin– a pesar de que me dijiste que me alejara no pude contenerme cuando volvimos a coincidir el día... en que pasó lo que pasó –peiné mi cabello, sintiendo algo de incomodidad– Fue el mismo día que Jin viajó. –Finalicé, desviando la vista a mis manos.
Si ellos tuvieron algún tipo de pensamiento acerca de mi descarada manera de actuar se lo guardaron. Se quedaron en silencio procesando todo.
Entonces Jimin habló:
–¿Y... se cuidaron?
–Jimin... –Jungkook giró su cabeza hacia él, mirándolo como queriendo decir "no seas entrometido".
–¿Me darás la charla? –Me burlé, tratando de esquivar el asunto porque si decía la verdad, me matarían y todo esta reconciliación se iría a la basura.
Hace un par de días fui al chequeo con mi ginecóloga porque ya me tocaba y le comenté, al mismo tiempo le mentí, diciéndole que había terminado con mi novio y que estuve con otra persona sin protección, obviamente no quería que me viera como una vil infiel. Ella sugirió por si tenía dudas que podía hacerme pruebas para detectar ETS, porque los síntomas podrían pasar desaparecidos por algún tiempo.
Aún si esa noche Yoongi cargaba con condones porque tenía sus planes, nada garantizaba que fuera precavido siempre y preguntarle directamente no fue una opción, además no siempre se contraía una enfermedad por tener relaciones, tenía eso en la mente y necesitaba estar tranquila porque de suposiciones no se vive. Ella me revisó como de costumbre y luego emitió una orden para que me hicieran los diferentes tipos de análisis, incluyendo el de VIH, sólo por descartar. Lo ideal era hacerse este tipo de chequeos una vez al año y yo no lo había hecho antes, así que me pareció la mejor idea, los resultados estuvieron el mismo día, muy rápido. Salió todo bien. Le comenté a Rina todo esto y ella insistió en que me hiciera la prueba de embarazo también, a pesar de que la doctora me había dicho que era muy poco probable que quedara en estado, ya que, yo era precisa al ir a aplicarme la inyección y eso hacía que fuera muy efectiva, más que las pastillas, pero también es cierto que ningún anticonceptivo es totalmente efectivo. Ya habían pasado diez días o un poco más desde que estuve con Yoongi, así que me hice la prueba de sangre y salió negativa. Mi método anticonceptivo había hecho su trabajo y le agradecí mentalmente a mi doctora por recomendarlo.
–Sería una pesadilla para mí si quedaras embarazada de Yoongi.
Yo tampoco es que estaría contenta si eso pasara ahora, en realidad.
–Si nos cuidamos. –Contesté.
–Si estás tan enamorada. ¿Tomarías el riesgo de estar con él? –Cuestionó Jungkook, desviando un poco el tema.
No respondí de inmediato, llevé mis piernas a mi pecho y apoyé mi barbilla contra éstas, abrazándolas. Lo cierto es que habían muchos factores en contra y aún así en el fondo si me arriesgaría, pero Yoongi no lo permitiría.
–Minny, como ya te dije... –Jimin notó que me estaba costando el querer hablar, me había mantenido firme todo este tiempo, pero un nudo se instaló en mi garganta, además él probablemente intuía mi respuesta– sabes todo lo que hace Yoongi, él no es bueno para ti y sé que es difícil alejarte porque estás enamorada, pero tienes que hacer un esfuerzo en olvidarlo, porque no va a cambiar y puede arrastrarte con él, puede perjudicar tu futuro, tus planes de ser una buena abogada, todo. –no había reproche en su tono, sino más bien condescendencia, así con la intención de que yo entendiera su punto– Y también hablo de las drogas que consume, no puedes estar cerca de una persona así. No queremos que te pierdas de nuevo.
Tomé una bocanada de aire, mientras asentía.
–Duele mucho ¿saben? Pero yo sé y estoy consciente que lo mejor es olvidarlo.
Y lloré. Lloré porque no soportaba la presión en mi pecho, esa sensación permanente que me recordaba lo difícil que sería olvidar a alguien que tenía anclado en mi mente y en mi corazón.
Me tapé la cara mientras mis lágrimas salían y me ahogaba en sollozos, poco después sentí como ellos se situaban a cada lado de mi y me abrazaron al mismo tiempo. Ambos podían empatizar de maneras distintas conmigo debido a sus experiencias y trataban de consolarme.
–Los quiero. –Les dije, cuando cesó un poco mi llanto y los miré a ambos, quienes lucían tristes por verme llorar así.
Jungkook besó un lado de mi cabeza, acariciando mi cabello con suavidad. –Y nosotros a ti.
Jimin hizo lo mismo.
–Seguimos siendo tus plebeyos.
Solté una risa, mientras tomaba una servilleta para secarme las lágrimas. Ellos volvieron a abrazarme.
Mis hermanos y yo habíamos tenido conversaciones muy profundas anteriormente, pero nunca había hablado de esta forma con ellos respecto a mi vida amorosa o de mis sentimientos hacia alguien. No era muy común que sucediera entre hermanos y hermanas, sabía que para ellos no era fácil o cómodo, pero estaban haciendo un esfuerzo en entenderme y realmente lo apreciaba. Además tenía claro que me advertían por mi bienestar.
A mí poco me importaban lo que dijeran los demás de mi, pero con las personas cercanas era diferente. De alguna manera yo quería mantenerlos felices y por toda esta situación era muy difícil para mí porque sabía que estar con Yoongi no estaría bien, pero al mismo tiempo quería hacerle caso a mis sentimientos y que no me importara nada.
Me sentía contra la espada y la pared.
Entre el corazón y la conciencia.
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#MomentosVMinKookXMinny :') Ya había dicho que me encanta escribir sobre ellos? Porque lo amoooo!
Les gustó?
Me gustó mucho este capítulo, o sea en general, porque estará dividido en tres partes^^🔥
Gracias por leer💜
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