diecinueve. iii


Llegamos pronto al hospital, nos bajaron a ambos. Tae no había vuelto a recuperar el conocimiento y eso me tenía muy preocupada.

Ya en Urgencias estaban los enfermeros y un doctor preparados para recibir a Tae, corrí detrás de la camilla que era llevada por los paramédicos y algunos de los enfermeros con el doctor dando instrucciones, pero no pude avanzar más porque dos mujeres me detuvieron. Una con una bata blanca que de inmediato me indicó que se trataba de una doctora y la otra era una enfermera.

–¡Es mi hermano!... ¡No puedo dejarlo solo! –Exclamé desesperada, en medio del pasillo donde estaban otras personas, tratando de que se quitaran de mi camino. A Tae se lo habían llevado por unas puertas dobles y desconocía hacia donde.

–Señorita, también debemos revisarla, está herida –la joven enfermera me tomaba por un brazo con cuidado– Su hermano está en buenas manos. Por favor colabore.

–Tendremos que inyectarle un sedante si no se calma. –Dijo, la doctora.

–¡No! –me resultaba peor estar dormida y no saber nada de Tae– Yo... yo me voy calmar. –Respiré profundo.

–Tenga la seguridad de que en este hospital haremos todo por él. –Aseguró la doctora, y quise confiar en sus palabras. Necesitaba aferrarme a ellas con todas mis fuerzas–. Ahora, acompáñenos.

Permití que me guiaran hacia otro pasillo cercano, sentía las miradas de las personas que estaban ahí que probablemente estaban pasando por una situación parecida a la mía, mirarme con pena.

Tenía mucho miedo, sentía un dolor profundo de sólo imaginar la posibilidad de no ver más a Tae. 

Me hicieron una radiografía para determinar la lesión que tenía en la muñeca, la cual como resultado no indicó que tuviese alguna fractura o fisura. Resultó ser un esguince de segundo grado. Me inyectaron un analgésico para el dolor, que también me recetaron y me colocaron una férula para mantener inmovilizada la mano. Debía usarla por algunos días y seguir un tratamiento que incluía hacer terapia para que la lesión se curara lo más pronto posible. La herida en mi frente no fue grave, la sangre podía ser muy escandalosa a veces, sólo fue necesario un parche. Tenía algunos moretones, además del que ya tenía, pero sólo eran golpes externos, también me recetaron una pomada para ellos.

Después de todo eso permitieron que fuera hasta la sala de espera para obtener noticias de Tae o por el contrario esperar por ellas. Mantenía la mano contra mi pecho, el dolor había disminuido considerablemente gracias al analgésico que estaba haciendo efecto poco a poco.

Saqué mi celular del bolsillo trasero de mis jeans.  Cuando se me cayó, a lo largo de la pantalla se le hizo una raya, nada grave, seguía siendo funcional. Intenté encenderlo para llamar a mis padres, aunque suponía que Jungkook ya lo debía haber hecho, pero me di cuenta que ya no tenía batería.

Cuando iba acercándome a la sala vi a Jungkook sentado en una de las sillas metálicas. Estaba muy inquieto, movía su pierna de forma repetitiva mientras tenía sus codos apoyados en sus piernas y mordía su pulgar, mientras observaba todo a su alrededor. Justo giró su cabeza en mi dirección, abrió sus ojos en grande cuando me notó y vi el alivio cruzar sus facciones. Se levantó de inmediato viniendo en mi encuentro y yo caminé más rápido, hasta que estuve rodeada entre sus brazos que me sostuvieron con cuidado de no lastimarme.

Dejé salir un sollozo desde lo más profundo de mi garganta, enterrando mi cara contra su pecho.

Me separé un poco para mirarlo, sus ojos estaban ligeramente rojizos y llenos de preocupación. Me limpió las lágrimas, aunque fue inútil porque éstas volvían a deslizarse por mis mejillas.

–¿Ya s-sabes algo de Tae?

–No –su semblante decayó un poco–, sólo me dijeron que tenemos que esperar a que salga el médico a dar noticias –suspiró–. Me asusté mucho cuando recibí la llamada y te escuché llorar –sus ojos pasearon por todo mi rostro, fijándose en el parche que tenía en la frente hasta llegar a mi mano con la férula– ¿Qué le pasó a tu mano?

–Un esguince... –respondí con voz quebrada, sentía los ojos irritados de tanto llorar. Inhalé y exhalé profundamente–... esto no importa. Vi a Tae muy mal, Jungkook.

Él volvió a abrazarme.
–TaeTae estará bien –me acariciaba la espalda y nos mecía a ambos– Él saldrá de esta, es fuerte. –Jungkook quería sonar seguro pero se notaba que, al igual que yo, lo asustado que estaba.

Después de que pude calmarme nos sentamos en las sillas a esperar que viniera algún enfermero o el doctor a darnos noticias.

–¿Y Jimin, dónde está?

Estaba molesta a la vez que decepcionada, porque esto había pasado por las peleas. Porque de seguro había vuelto a hacerlo, pero también estaba muy preocupada por él aún así.

–Ya viene. Igual que papá y mamá, ellos estaban visitando a los Yu cuando los llamé, entraron en pánico y creo que el señor Yu iba a manejar la camioneta hasta acá porque papá estaba muy nervioso, ni hablar de mamá. –Podía imaginar lo preocupados que estarían– Cuéntame lo que pasó.

Miré mi mano y volví a rememorar la escena tan horrible que viví. Si le contaba a Jungkook tenía que explicarle el por qué Tae y yo estábamos en la calle a estas horas, es decir, tendría que decirle lo de Jin, pero no pensaba entrar en detalles ahora.

–Bueno, luego de que salí de donde Jin hablé con Tae y...

–¿Cómo estuvo eso? –Cuestionó con interés.

Alcé los hombros. –No muy bien, pero luego te contaré mejor.

Por suerte, sólo asintió para dejarme continuar.

–A Tae y a mi se nos ocurrió ir por unos helados, no usamos mi auto porque nos pareció mejor caminar. Todo bien hasta ahí, pero cuando íbamos de regreso a casa cortamos camino por un callejón y al salir vimos a unos hombres junto a un auto, estaban sospechosos y uno de ellos nos detuvo, entonces comenzó a preguntarnos si conocíamos a Jimin. Nosotros mentimos, por supuesto y... –me temblaron los labios al intentar pronunciar lo siguiente– E-Ese tipo golpeó a Tae y luego los otros que estaban con él nos metieron al callejón de nuevo, a mi uno me sujetó para que no me moviera ni gritara. Se trataba de un mensaje para Jimin y el que, al parecer, era el líder del grupo amenazó con que él tenía que aceptar una pelea. Creo que Tae sabía de eso porque dijo algo como que Jimin ya había ganado, no... no lo sé. La cosa es que por eso el tipo lo apuñaló... –pestañeé para apartar las lágrimas que se acumularon en mis ojos– Fue horrible... a mi sólo me tiraron a un lado y luego se fueron. Yo estaba muy asustada, no sabía que hacer y Tae estaba desangrándose frente a mi –me pasé el dorso de la mano por la cara y sorbí por la nariz–. Cuando intenté llamar a emergencias, llegaron dos chicos que nos ayudaron y uno de ellos fue quien los llamó.

Miré a Jungkook que parecía muy concentrado en escucharme, tenía el entrecejo fruncido, quizás estaba imaginándose todo.

–¿Jimin volvió a pelear, verdad? –Quise saber, porque si Tae lo sabía, él también, y a mí me habían dejado afuera, de nuevo. Aunque eso no era lo importante ahora.

–No es lo que crees. –Respondió, y yo lo miré sin entender.

–Familiares de Kim Taehyung.

Ambos nos levantamos de un salto al escuchar eso, dejando nuestra conversación en segundo plano, y nos acercamos rápidamente al hombre mayor con bata blanca que sostenía un pisapapeles en las manos.

–Nosotros somos sus hermanos. –Dijo Jungkook.

–¿Cómo está él, doctor? –Pregunté. El hombre nos miró a ambos, estaba muy serio así que no sabía si nos daría una mala noticia e inevitablemente contuve la respiración.

–Taehyung está estable, logramos detener la hemorragia. –Jungkook y yo dejamos salir el aire en nuestros pulmones al mismo tiempo– Tuvo mucha suerte de que el objeto punzante no perforara ningún órgano, las heridas no son tan profundas pero de igual manera requirieron sutura.

–¿Podemos verlo?

–Si –hizo un ademán para que lo siguiéramos, comenzamos a caminar por un largo pasillo con diferentes puertas a los lados– ahora mismo está consciente, pero un poco débil por la perdida de sangre y adormilado por la anestesia. Lo mantendremos en observación por un rato y luego será trasladado a una habitación hasta mañana en que le daré el alta si no hay ningún problema.

Llegamos al área de Observación que estaba dividida por cubículos con cortinas que separaban unos de otros. Lo seguimos hasta uno que estaba en el medio, que estaba identificado con el número siete, y corrió la cortina. Ahí se encontraba Tae en la cama, aún pálido con una bata azul, su vista que estaba puesta en el techo bajó hasta encontrarse con nosotros y noté como sus ojos brillaron un poco, sonriendo débilmente.

–Trátenlo con cuidado, chicos. –Nos advirtió el doctor, luego de que pasáramos al cubículo.

–Gracias, Doc.

–Gracias.

Jungkook y yo le agradecimos e hicimos una reverencia, el hombre nos regaló una breve sonrisa y se fue, no sin antes correr la cortina para darnos privacidad.

Me acerqué a la cama, abracé a Tae como pude y éste me palmeó la espalda.

–Tuve mucho miedo por ti. –Me enderecé, pasando mi mano por los mechones de su cabello.

–¿Creíste que te ibas a ir tan fácil sin reponerme mis botes de banana milk? –Jungkook le dió un golpe, no tan fuerte, en la pierna.

–El doctor dijo que lo tratáramos con cuidado. –Le reñí. Pero él, al igual que Tae, rieron. Tontos.

Aunque en una situación así era un privilegio ser capaces de reír.

Sabía que Jungkook a pesar de la broma estaba muy aliviado, como yo, de verlo consciente. Lo conocía lo suficiente como para saber que su cabeza estaba llena de pensamientos acerca de como sería su vida en caso de que su hermano, su compañero, la persona con quién más pasaba el tiempo, ya no estuviese.

–¿Cómo te sientes? –Me senté en la silla a su lado. Tomando su mano izquierda que tenía una vía puesta por dónde pasaba un líquido transparente.

–Como si... me... hubiesen apuñalado dos veces. –Respondió con lentitud y su tono de voz era un poco ronco, aún así tenía una pequeña sonrisa burlona. Negué con la cabeza ante su actitud bromista. –No siento nada por ahora, pero sé que luego me va a doler como la mierda... ¿Tú cómo estás? –Sus ojos recorrieron todo mis rostro y la férula en mi mano con la preocupación latente en sus facciones, justo como Jungkook.

–Bien, ahora que sé que tú lo estás.

–Ya no estás histérica. –Dijo, volviendo a sonreír.

Recordé como a pesar de estar tirado en el suelo, con dos heridas abiertas, él trataba de tranquilizarme. Más que temer por su vida, temía por mi y sabía que tanto Jimin como Jungkook hubiesen hecho lo mismo que él.

–No fue nada lindo verte así.

–Pero sigo aquí, así que todo bien.

–Esto pasó por Jimin. –Dije en voz baja.

–No te molestes con él –alternó su mirada entre Jungkook y yo, entonces confirmé que había algo que yo no sabía– ¿Y papá y mamá?... Hay que idear una excusa para...

–¡Niños!

Los tres vimos como mamá entraba al cubículo seguida de papá, ella tenía lágrimas en sus ojos y papá estaba casi igual que ella. Los dos nos hicieron un montón de preguntas en menos de cinco segundos, podía imaginar el miedo que tenían de sólo imaginar perdernos.

–Estarán bien. –Les dijo Jungkook, al ver cómo mamá seguía preguntándole a Tae una y otra vez como estaba, luego hacia lo mismo conmigo.

–Cariño, ¿te duele mucho? –Preguntó papá por segunda vez, acariciando mi brazo.

–Por el momento no tanto. –Volví a decir.

–¿Cómo fue que pasó esto? –Cuestionó mamá, consternada. Se sentó en la cama a un lado de Tae y comenzó a acariciar su cabello.

–Bueno... –Tae y yo cruzamos miradas. ¿Qué demonios diríamos?

Antes de poder decir algo más, un Jimin muy asustado apareció yendo directamente hacia Tae sin reparar en nosotros, preguntándole si estaba bien. Estaba muy agitado, su rostro estaba rojo y tenía el cabello desordenado como si se hubiese pasado las manos un montón de veces por éste, pero cuando Tae le respondió que no había sido nada grave, se relajó un poco. Luego se giró hacia mi y pude ver la culpa expresa en sus ojos.

–Estamos bien. –Le dije, aunque mi tono fue serio.

Él se apartó, y saludó a nuestros padres y a Jungkook.

–Entonces, ¿qué fue lo que pasó? –Preguntó, papá. –La policía está en camino.

Era obvio que le habían dado aviso a la policía y en un caso así era necesario que tomaran las declaraciones de las víctimas de inmediato, pero no diríamos la verdad porque no íbamos a involucrar a Jimin. De todas maneras seguramente la policía no se involucraría en algo que tuviese que ver con Triptych.

–Un tipo quiso asaltarnos. –Solté lo primero que se me vino a la mente.

–Un hombre se nos acercó cuando regresábamos de comer helados –explicó Tae, en un tono bajo y con mucha calma–, creo que estaba drogado, nos pidió nuestros teléfonos pero Minny se negó y yo me interpuse porque no iba a dejar que le hiciera algo... Todo se salió de control porque comenzamos a forcejear, ella quiso a ayudarme entonces el tipo sacó una navaja... y bueno, ya ven, ambos terminamos así. Luego se fue corriendo, creo que... que se asustó.

Me sorprendía la capacidad que tenía de Tae que aún estando convaleciente, inventara algo así. No me importó que hubiese dicho que yo quise "negarme" al supuesto robo porque en realidad todos sabían que yo podría ser muy impredecible en una situación así. 

–Fue mi culpa. –Sentí la mirada de Jimin en mi al decir eso.

–No, no fue tu culpa –pronunció, papá, molesto–. No puedo creer que pasen estas cosas.

Los cuatro cruzamos miradas, Tae y yo habíamos hecho lo posible por ocultar lo que había pasado, bueno, más él, que yo.

Jimin disimuladamente me hizo una seña, quería hablar conmigo afuera. Obviamente quería saber lo que había pasado realmente.

–Eh... Jimin y yo iremos por algo de beber. ¿Quieren algo?

–Yo quiero un latte, si le agregan crema arriba mejor. –Dijo, Jungkook, ganándose una mirada recriminatoria de mamá. –¿Qué?

–¿Por qué no vas tú? –le reprochó y luego se volvió hacia mi– Cariño, no puedes moverte tanto.

–Mamá, no te preocupes –le sonreí–, estoy bien, puedo caminar.

Ella asintió finalmente, yo rodeé la cama para abrazarla. Papá se sentó en la silla que ocupaba yo y comenzó a hablarle a Tae que parecía que cualquier momento se dormiría, por lo menos ya estaban más tranquilos al ver que la situación no había pasado a más. Jimin y yo salimos del cubículo, ahora me fijaba que los otros estaban mayormente vacíos, caminamos en silencio hasta salir del área de Observación llegando de nuevo a la sala de espera.

Yo reduje mi andar al visualizar a mi derecha a Yoongi, recostado en una pared. Esperen... ¿Él y Jimin habían venido juntos? Suponía que tenía que ver con el hecho de que Jimin haya vuelto a Triptych, porque no me venía a la mente otra manera de que supiera lo que había pasado.

–Era obvio que iba a entrar... –Escuché que dijo Jimin a mi lado, él también lo había visto.

El semblante de Yoongi se ensombreció al fijarse en mi estado, su vista se centró por varios segundos en mi mano herida y en mi rostro, luego en el resto de mi cuerpo. Era obvio que yo no estaba en las mejores condiciones, mi ropa estaba sucia y con manchas muy notables de sangre, mi rostro debía reflejar lo mucho que había llorado además del cansancio emocional y físico que cargaba. Yo intenté sonreír un poco para darle a entender que estaba bien, pero no funcionó, su expresión se mantuvo igual que una piedra.

Jimin me giró para quedar de espaldas a él, lo cual agradecí porque no iba a ser capaz de concentrarme. Aunque de igual manera no podía pasar por alto del todo el que estuviese aquí, a pocos metros de nosotros.

–¿Desde cuándo son amigos? –Inquirí.

–No lo somos, pero cuando recibí la llamada de Jungkook estaba en Triptych y yo... casi me vuelvo loco. Él y Namjoon insistieron en que no podía manejar la moto estando tan nervioso, por lo que Nam se ofreció a traerme y Yoongi nos siguió. Supongo que también quería asegurarse de que tú estuvieses bien. –Tenía una mezcla de emociones, porque si bien apreciaba el hecho de que él hubiese venido sin importarle lo que pudiesen decir mis hermanos, sobretodo Jimin, también me preocupaba lo que ocasionaría. –Debes estar molesta conmigo y creyendo que retomé las peleas.

–¿No es así?

Negó, parecía muy frustrado y enojado. –Cuéntame lo que pasó.

Yo procedí a contarle a detalle lo mismo que a Jungkook, exceptuando el hecho de que había ido a terminar el compromiso con Jin antes de verme con Tae. A él no le pareció sorprenderle todo lo que le dije aunque si noté el enojo aumentar en su ser.

–¿En serio me vas a decir que no volviste a las peleas? –Me crucé de brazos.

–¿Recuerdas cuando Rina y tú me siguieron? –asentí– El tipo a quién vencí esa vez quiere una revancha. Es de Japón, regresó y me contactó para decírmelo. Yo no acepté la pelea porque prometí que no volvería a hacerlo, la cosa es que estuvo insistiendo por todo el día de ayer, por eso fui a Triptych para hablar con Namjoon y dejar claro que no lo haría... –chasqueó la lengua y suspiró pesadamente–... No creí que ese hijo de puta me investigara y que terminaría por enviar a alguien para que lastimara a alguien de mi familia sólo para ser parte de su capricho.

–¿Por qué no me lo dijeron? –Cuestioné, por el hecho de que él se lo había dicho a Tae y a Jungkook.

–Porque tú estabas con todo el asunto de Jin y no quería agregar otro problema, sabía que te lo ibas a tomar mal.

–¿Y qué va a pasar ahora?

–Aceptaré la revancha.

–¿Estás loco? –Me contuve para no alzar la voz. No podía creer que acababa de decir eso.

–Minny, me las tiene que pagar por lo que te hicieron, por lo que le hicieron a Tae –pronunció con rabia contenida y pude verlo en sus ojos que estaba dispuesto a hacerle pagar a ese tipo lo que había hecho– Dentro del mundo de las peleas clandestinas hay códigos y reglas –explicó– Si yo gano de nuevo, él se tiene que ir. De hecho no podría regresar debido a lo que su gente hizo.

–¿Y qué tal si él no respeta los supuestos códigos? ¿Y si algo sale mal? Es un riesgo. –Las palabras salían de mi boca de forma precipitada, temía por lo que pudiera ocurrir.

–Todo estará bien. Confía en mí. –Expresó, con firmeza.

–No lo sé... –dejé salir un suspiro, sentía la angustia pulsar en mi pecho– ¿Y Rina? ¿Ella lo sabe?

–No –hizo una mueca–, no hables con ella hasta mañana, por favor. Yo ahora tengo que volver a Triptych y llamar a un encuentro con Kato para arreglar todo sobre la pelea... Trataré de controlarme y no partirle la cara de una vez.

–Jimin... No quiero que te pase nada.

Él me abrazó para calmarme, pero en realidad no servía de mucho. No dejaba de imaginar escenarios fatales producto de esa pelea, pero no podía hacer nada para impedirlo.

–Todo saldrá bien... y lo siento, me siento muy culpable por esto. Te prometo que algo así no volverá a suceder.

¿Cómo podía estar tan seguro? ¿Cómo estaba seguro de que algo no iba a salir mal? Quería confiar, pero también tenía mucho miedo.

–Está bien... –No supe que más decirle porque me sentía al borde del colapso, ahora que sabía todo esto.

Tampoco podía decirle que no era su culpa porque ambos sabíamos la realidad. Él sabía las posibles consecuencias de hacer lo que hacía, aún así nunca le daría la espalda.

–Iré a despedirme. –Se separó de mi.

–Creo que papá y mamá sospecharán.

–Ya veré que se me ocurre.

–¿Cuándo será la pelea?

–Supongo que lo más pronto posible, está de más decir que no quiero que te atrevas a acercarte. –Advirtió.

–No lo haré. –Le aseguré. Aunque también sentía la necesidad de ir a comprobar que estaría bien, pero sabía que él no lo permitiría y mucho menos Yoongi. Me sacarían de inmediato.

–Vamos.

–Adelántate, yo... iré al baño.

Jimin me miró fijamente, obviamente sabía que eso no era exactamente lo que pensaba hacer aún así sólo asintió, supongo que no quería discutir en estos momentos.

Cuando estuvo fuera de mi campo de visión yo me giré y comencé a caminar hacia Yoongi, que no se había movido de lugar, pero cuando se dio cuenta de que me acercaba desvió la mirada.

Al llegar frente a él, me relamí los labios que los sentía muy resecos y me aclaré la garganta.

–¿No puedes hacer algo para que Jimin no pelee? –Cuestioné cautelosa.

–Ya tomó una decisión –contestó, metiendo las manos en su sudadera y manteniendo su ojos pegados al suelo–. No te preocupes por él, tiene personas que lo respaldan.

–Puedes mirarme.

Su pecho se infló y dejó salir todo el aire, entonces alzó la cabeza haciendo contacto visual conmigo por un segundo. Sus orbes tan oscuros escrutaron todo mi rostro y noté que tensó la mandíbula, era como si lo que pasó hace unas horas cuando creyó que Jin me había golpeado se repitiera, era muy evidente su enojo.

–Te miro y sólo puedo pensar en salir de aquí y hacer algo que jamás he hecho pero de lo que no me arrepentiría.

–No es necesario.

Él guardó silencio, volviendo su atención al piso.

Me mordí el labio y desvíe la vista hacia mis zapatos, luego hacia él de nuevo.

–¿Tu eres el que va a respaldar a Jimin? –no estaba segura de como sería eso pero quería creer que no dejaría que le hicieran algo malo; él asintió– Gracias... Él no ha actuado de la mejor manera contigo y...

–Jimin tiene razón –me cortó–. Eres su hermana y sólo quiere protegerte.

–¿Qué era lo que tenías que hablar conmigo?

–No es importante ahora.

Hace unas horas parecía estar dispuesto a abrirse, ahora se había encerrado en sí mismo de nuevo y odiaba que hubiese tomado esta actitud. Lo sentía aún más lejos de mi y era así exactamente como debía ser, pero creí que eso podría cambiar. Seguía haciéndome estúpidas ilusiones y esperando cualquier cosa de él cuando se supone no debía esperar ni soñar con un nosotros.

En el fondo sentía que ya no tendríamos ninguna conversación y que ya no me buscaría, quizás por lo que había sucedido.

–Pero...

–Minny.

Jungkook llegó junto a mi, seguramente Jimin lo había enviado a buscarme. Le dio una mirada seria a Yoongi, éste ni se inmutó y lo observó de la misma forma.

–Sólo le estaba preguntando si no había algo que se pudiera hacer para que la pelea no se dé. –Dije, sintiendo la tensión que se había formado entre ambos. No quería que algo pasara en medio del pasillo de la sala de espera.

–Nuestros padres quieren que te lleve a casa –Jungkook se dirigió a mi ignorando al platinado– Jimin ya se fue.

Por el rabillo del ojo vi como Yoongi se corrió hacia un lado y sin decir nada emprendió su camino hacia la salida.











Papá y mamá se quedaron con Tae e insistieron en que Jungkook debía llevarme a descansar pero a la casa no a mi apartamento, los dos nos quedaríamos ahí. Por la mañana debía llevarle ropa a Tae para cuando le dieran el alta.

Ahora mismo nos encontrábamos en el auto, alejándonos del hospital en dirección a casa.

–¿Crees que todo salga bien?

Él y yo no habíamos cruzado ni una palabra luego del encuentro con Yoongi, yo no tenía nada que decir y no quería dar explicaciones.

–Esos japoneses jugaron a ser gánsters en el lugar equivocado y con las personas equivocadas, ellos no saben que Jay ahora sería como un aliado para Jimin.

–¿Qué tiene que ver él? –Fruncí el ceño.

–Minny esto se volvió más grande de lo que piensas, ya no se trata de una simple pelea. ¿Crees que Yoongi lo dejará pasar? No lo hará, y no será por Jimin o Tae sino por ti... Bueno, lo que le pase a los chicos también te afecta, así que en parte si sería por ellos –explicó–. Jimin me dijo que a Yoongi no le agradó nada saber lo que te hicieron, eso me confirma el hecho de que significas algo importante para él... –no imaginé que Jungkook pudiese analizar o sacar conclusiones acerca de los sentimientos de Yoongi hacia mi, aún así eso no quería decir nada porque su posición no cambiaría– En fin, Jay es su amigo, así que es obvio que se va involucrar, además que sería como una actividad divertida para él y su gente.

"Jimin tiene personas que lo respaldan."

Yo no había caído en cuenta del peso de esas palabras, aún así no imaginé que Jay pudiera meterse, pero en realidad tenía mucho sentido lo que me decía Jungkook y supongo que eso le había dicho Jimin a él.

–O sea que... que los ¿asesinarán?.

Sentí mis vellos erizarse y tragué fuerte, al imaginar algo así.

–No lo sé, quizás sólo les darán su merecido, independientemente de lo que pase en la pelea.

Entonces entendí lo que él había dicho en un principio: "Esos japoneses jugaron a ser gánsters en el lugar equivocado y con las personas equivocadas." Con "personas" en realidad no se refería a Yoongi o Jay, ni siquiera Jimin, sino por Tae y por mi, más por mi al parecer.  

Un sabor amargo se instaló en mi boca.

Entre darles una lección y asesinarlos había una fina línea, pero importante y que cambiaría muchas cosas. Yo no quería que hubiese una matanza, mucho menos por mi, esos tipos eran unos desconocidos para mí y sólo podía sentir rechazo y enojo hacia ellos, pero aún así no podría vivir con sus muertes en mi cabeza y mucho menos con la idea que fue Yoongi quien lo hizo.  Estaba experimentando lo mismo cuando sucedió todo el incidente con Sojun, pero mucho peor porque Jimin estaba de por medio.









Ya acostada en la cama de mi antigua habitación estaba esperando que los medicamentos hicieran efecto, necesitaba dormir. Cuando llegamos a casa, cada quien se dio una ducha, me quité toda la suciedad y el olor a hospital. Jungkook ya estaba en el quinto sueño a mi lado, no quería dormir sola.

Desconecté el cargador de mi celular y lo encendí. Ignoré los mensajes que tenía y fui directamente al chat de Yoongi, comencé a teclear sin importarme la hora.



MYG

No hagas nada de lo que puedas arrepentirte.

Por favor.

Si es por mi, no lo hagas.

3; 28 am

Esperé a ver si lo leía y si lo hizo un par de minutos después, pero no me respondió.











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Ahí va el Yoongs dispuesto a matar a todos porque tocaron a Ellie ;) jsjgshg

¿Qué tal el cap?

Espero les haya gustado, gracias por leer 💜

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