Capítulo 7 *te voy a enseñar*
Capítulo 7 *te voy a enseñar*
Después de haber charlado la mayor parte de la velada con Grell sobre la situación actual, decidimos que debíamos fortalecer las alianzas y mandar tropas de investigación, para que ellas pudieran darnos un reporte de la situación.
Grell nos dejó a Sebastian y a mi asolas en la habitación. Sebastian parecía meditar las palabras de Grell.
- ¿Crees que es necesario enviar las tropas de investigación?- Sebastian me miró fijamente
- Más que enviar las tropas de de investigación, debemos pensar en cómo va a ser tu vestido de bodas – creo que me estoy perdiendo de alguna parte importante de la historia - ¿Consideras que mi traje debe ser negro o blanco?
- Sebastian creo que me estoy perdiendo de algo importante – Sebastian sonrió y se acercó a mi rostro
- Claro, te estás perdiendo de los preparativos de nuestra boda – una sonrisa inocente se asomó en sus labios
- ¡¿Qué?!- pasaron dos horas y Sebastian y yo nos quedamos en esa habitación, completamente solos y hablando de cosas triviales, hasta que nos hartamos y decidimos ir a la casa.
Nos encaminamos hasta la salida, pero para mi desgracia, se nos atravesó Monique en el camino.
- ¿Vas a seguir enojado conmigo Sebastian? – le preguntó a Sebastian mientras me ignoraba completamente
- Me iré adelantando – me despedí y salí del salón de baile.
Me quité la máscara y me estiré. Este tipo de eventos son una mierda.
Me dispuse a caminar, no era como si quedase muy lejos de aquí.
Lo que había sucedido con Sebastian en aquella habitación perduraba en mi mente. Cada sensación, cada caricia, era como si ya lo hubiéramos hecho antes. Aparte de eso, el sueño que tuve sobre él y yo, no sé si es un recuerdo o simplemente un sueño. Era demasiado vívido para ser un sueño, pero demasiado irreal para serlo.
- ¡Esto es una mierda! – grité, revolcando mi cabello. Maldito Sebastian, confundiéndome como si ¡idiota! – como te odio
- Oh, estás mintiendo- sentí como alguien tomaba mi cintura y me pegaba a su cuerpo – en estos momentos puedes decir lo que quieras, pero si repetimos lo que pasó en esa habitación unas cuantas veces más, estoy más que seguro que tu cuerpo me hará entender los verdaderos sentimientos hacia mi – Sebastian acercó sus labios a los míos y levemente los rozó. Me separé de golpe.
- ¡M-m-m-m-m-maldita sea Sebastian, me asustaste! - el simplemente sonrió y entrelazó nuestros dedos.
- No te vayas de mi lado de esa forma______- su mirada estaba fija al frente – no quiero pasar de nuevo por eso
- ¿de qué estás hablando? – negó y sonrió.
- Al parecer va a haber un cambio en la actividad de esta semana, el director va a mandar una carta con la explicación. – asentí y nos dispusimos a caminar hacia la casa.
Al llegar, efectivamente había dos cartas en el buzón, una para cada uno. Sebastian agarró la de él y me entregó la mía. Entramos a la casa, nos colocamos el pijama y bajamos a la cocina a tomar té.
Comencé a leer "Princesa Dunell, el fin de esta carta es explicarle los cambios que se aplicarán en la actividad de esta semana. Como usted misma ha pedido aumentar sus horas de clase de magia, y por fortuna su compañero es uno de los mejores de esa clase, hemos decidido que su relación en la actividad cambie, es decir, el heredero al trono Michaelis dejará el papel de mayordomo para tomar el de tutor de magia, espero que esto le sea de ayuda"
Miré a Sebastian, el cual tenía una sonrisa amplia en sus labios. Bajé mi mirada a sus manos y vi la carta entre ellas.
- Esto cada vez se pone más y más interesante – tragué saliva y asentí – pero no te preocupes, solo será en nuestro caso y tendremos que aparentar ser mayordomo y amo ante los demás- miré a Sebastian sumamente confundida – y las lecciones inician... ahora – plantó un beso en mis labios y subió a la segunda planta –prepararé todo para la clase, toma los libros que consideres necesarios para la lección de hoy.
Asentí y Sebastian subió las escaleras.
No sé qué pensar al respecto. En cierta forma agradezco el hecho de que el director haya tomado en cuenta mi petición, pero ¿por qué ahora?
Agarré los libros de magia básica, subí a la segunda planta y en la segunda puerta a la derecha estaba el estudio. No sé que me impacta más, el hecho de que Sebastian haya remodelado prácticamente todo el estudio o que esté semi-desnudo en toda la mitad del cuarto.
- Mi método de enseñanza va a ser un poco diferente al que estás acostumbrada, princesa – pude ver que había un objeto largo y delgado en su mano.
- ¿e-e-e-e-e-eso es? – Sebastian
- Una fusta, estás en lo correcto – tragué saliva – por cada error que cometas... te voy a castigar. Así como hay un castigo hay un premio, para ambos – se acercó a mí y agarró mi barbilla
- ¿para ambos?
- Enseñar es muy complicado, merezco mi recompensa – acercó sus labios y su lengua recorrió mi labio inferior. - ¿estás lista?
Después de una larga madrugada estudiando, nos dispusimos a ir a la cama.
- Lamento si fui muy duro, ________ - negué
- Entiendo que mi nivel mágico no es muy bueno, y es necesario incrementarlo de una u otra forma, si quiero salvar a mi reino – Sebastian me miró con una sonrisa ligera en sus labios y retiró un mechón e mi frente – y voy a protegerlo a como dé lugar, no estoy dispuesta a darlo todo para cumplir con mi objetivo, Sebastian. No me importa que tan estricto debas ser o cuantas noches no deba dormir, si eso me impulsará a cumplir mi meta, lo haré- Sebastian me pegó aún más a él y me dio un beso en la frente.
- Serás la reina y esposa perfecta, para mí claro – y así nos dormimos, para tener que levantarnos en tres horas.
Abrí los ojos con sumo cuidado, sentía mis parpados pesados y me era imposible mantener mis ojos completamente abiertos.
- Buenos días, Princesa – gruñí – que adorable gruñido ha gesticulado hoy
- No me digas princesa, Sebastian –me senté en el borde de la cama, debía bañarme y cambiarme por algo decente
- Oh, como usted desee, My lady – y ese fue el final de _______ Dunell
- ¡D-d-d-deja de decir cosas tan vergonzosas! – Sebastian simplemente sonrió como siempre suele hacerlo
- Me temo que esas cosas vergonzosas, son las únicas que me permiten ver esa expresión tan adorable que hace, My lady – se acercó y tomó mi rostro entre sus manos – no permita que nadie más, a excepción de su servidor... tenga el honor de ver tan hermosa expresión en su rostro- podía sentir el martillar acelerado de mi corazón en mis oídos, podría jurar que mi rostro estaba completamente rojo, pero el timbre de la puerta sonó fuertemente.
Sebastian gruñó y bajó a ver quién era. Aproveché, entré al baño, tomé una ligera ducha, hice pis y me dispuse a vestirme.
- Un mensajero de Undertaker vino para traernos una invitación a desayunar con el heredero al trono del reino Montblanc – suspiré
- Aunque me niegue, va a ser imposible que reciba esa negativa con agrado ¿verdad?- Sebastian asintió con vehemencia.
- Permítame recordarle que el es una persona realmente obstinada - suspiré
- Entonces, vamos
Al llegar al piso señalado en la carta, tomamos la decisión de subir por la escaleras, el ascensor no parecía confiable y no pensaba arriesgar la vida de Sebastian y mucho menos la mía por un para de pisos.
- ¿Ya casi llegamos? – Sebastian negó
- Si quieres te cargo – sonrió con ese tipo de sonrisa mal intencionada típica de el.
- Solo faltan dos pisos ¿cierto? – el asintió - ¿podrías por favor cargarme? – Sebastian sonrió, me tomó en brazos y me tocó el trasero - ¡O-o-oye!
- Perdone usted, My lady – enrojecí un poco más. Simplemente se lo atribuiré al ejercicio
Dos pisos más tarde, llegamos al condenado piso de Undertaker. El mayordomo nos abrió la puerta y con una gentil bienvenida, nos hizo pasar a la sala.
Cinco minutos más tarde, volvió el mayordomo.
- El príncipe la está esperando en el estudio – asentí – solo a ella – me volví y vi a Sebastian seguirme
- No te preocupes, estaré bien – Sebastian relajó su gesto y plantó un beso en mi mano derecha
Seguí al mayordomo hasta el estudio, me abrió la puerta y lo primero que vi fue a Undertaker semi desnudo.
- ¡Oh por todos los dioses! – y me tapé los ojos
- ¡Princesa! Que gusto tenerla aquí – sonrió inocentemente, como si no fuera consciente de su estado actual – me pondré algo para poder hablar como es debido – asentí - por favor, siéntese – asentí e hice caso, me senté en la silla que había frente al escritorio – ansiaba tenerla aquí para la hora del desayuno – tragué saliva – hay unos puntos que quiero tratar con usted acerca de la alianza ¿Me está escuchando? – asentí – No se sienta incomoda, no es como si fuera la primera vez que me ve semi desnudo – palidecí
- ¡¿A qué se refiere?! – sin quererlo, retiré mis manos de mis ojos y vi a Undertaker de espaldas, escogiendo alguna camisa
- Recuerde que somos reinos vecinos, nuestros padres se conocían y por ende nosotros igual. Jugábamos en el barro cerca del sendero y nos bañábamos juntos
- Lamento admitirlo, pero no recuerdo absolutamente nada de eso – dije cruzándome de brazos
- Y yo lo lamento mucho más de lo que usted lo hace – después de esa charla fuera de lugar, comenzamos con el verdadero tema de mi interés.
Gracias a los resultados de múltiples investigaciones, logramos descartar el uso de magia ilegal.
- En realidad el porcentaje de magia utilizada no es muy alto como para considerársele un peligro – dijo Undertaker mostrándome unas estadísticas – lo que si debo recalcar, y lo que es sumamente preocupante es la forma en cómo obtuvieron el poder – hizo una breve pausa – se requiere una cantidad de poder mágico para crear una barrera anti mágica, lo cual claramente descarta el uso de magia en el incremento excesivo de la magia en aquellos rebeldes en fin-los exámenes de laboratorio lanzaron el uso de una droga potente - soltó un suspiro lleno de frustración – los síntomas adversos de la droga son mortales – cerró el dispositivo y alzó la mirada – si esta droga llega a ser ingerida por más personas... hay muy poica probabilidad de evitar una guerra sangrienta – me desplomé en mi asiento
- ¿Han descubierto algún antídoto para dicha droga? – negó
- Estamos haciendo una clase de censo para saber cuántas personas han ingerido la droga, y cuantas han muerto por los efectos secundarios – asentí
- Debemos informar a los actuales gobernantes de los tres reinos superiores – Undertaker asintió
- Ya le enviaré un correo a Sutcliff con toda la información necesaria y le pediré apoyo en cuanto a investigar quienes están de nuestro lado y quienes no – asentí
- Debo hacer unas cuantas llamadas entonces, debo ponerme en contacto con mi madre y comentarle todo acerca de la situación tan delicada por la que estamos pasando y revisar la lista de aliados que tenemos – Undertaker asintió con solemnidad
- Si no actuamos a tiempo... la guerra podría estallar en menos de un año – solté un suspiro
- Tantas cosas por hacer y tan poco tiempo- me dispuse a salir del estudio
- Me saludas a tu madre, princesa...- Y salí de allí
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