Para mi piratilla.

Cuando mi barco vire a popa, y no sepa a dónde ira.

Cuando el cielo avecine tormenta, y no puedas llegar a tu hogar.

Cuando el viento te sorprenda, haciéndote mirar hacia el mar.

Allí arriba, las estrellas, de mi mano te guiarán.

Cuando en una noche sin Luna, pierdas tu identidad.

Cuando la oscuridad y la bruma, aumenten tu pesar.

Cuando el frío te sostenga, sin dejarte respirar.

Allí arriba, las estrellas, de mi mano te guiarán.

Cuando el canto más lúgubre, sea de la soledad.

Cuando tu barco se encalle, y pierdas tu libertad.

Cuando el silencio te halle, llorando sin piedad.

Allá arriba, las estrellas, de mi mano te guiarán.

Cuando el cielo se marchite, y creas perdida tu verdad.

Cuando el pecho te grite, alaridos de culpabilidad.

Cuando tu reloj palpite, manecillas hacia atrás.

Deja que te resucite, recordándote una vez más:

Nada dura tanto como las estrellas.

Nada tiene su inmensidad.

No hay oscuridad

que pueda durar

si levantas tu mirada

y te dejas abrazar.

Porque, en luces de esperanza,

no hay nada que pueda matar.