Intento de asesinato.
Ya en la oficina, Lina les contó sus avances en la investigación y la cagada de Karlos al espantar a un sospechoso por bocazas. Las tres estuvieron hablando durante un rato de Karlos como si él no hubiera estado allí. Esto a Karlos le sentaba como una patada en los hígados, estaba acostumbrado a llevar la voz cantante en la comisaría, y ahora estaba siendo ninguneado por tres mujeres. Pero ellas ni siquiera le tenían en cuenta para el trabajo.
-Vamos a ver Rosa, ¿ Cómo te ha ido a ti con Sandra? ¿ Tenemos el contrato con ella?- Preguntó Diana.
-Evidentemente, ¿Lo dudábais?.
-En ningún momento.- Contestó Lina, mirando directa a Karlos que era quien había dicho que no lo conseguiría.
-Yo he conseguido que me dejen las grabaciones de las cámaras de seguridad, pero hay un lapso de tiempo que está borrado, puedo intentar recuperarlo pero tardaré.
-Lo que tenemos por ahora es una serie de sospechosos pero nada claro. Bernardo Hinojosa no tiene pelos en la lengua cuando habla de problemas con la crema reductora, casi como si se alegrase. Tenemos a Alberto Moral que de momento parece muy interesado en la fórmula y sabe quién la tiene y dónde conseguirla.
Respecto a Santiago Fernández, gracias a aquí nuestro "colaborador" que ha colaborado en que se esfumara en nuestras narices, no he podido hablar con él, habrá que buscar otro modo. Quizás podríamos seguirlo unos días y después vemos si es sospechoso o podemos ignorarlo.
- He tratado de ayudar, pero no ha salido bien, al menos sabemos que actua sospechosamente.-dijo Karlos, para disculparse.
-La próxima vez manténte al margen y deja a Lina actuar. - Interrumpió Diana a Karlos, y éste molesto le respondió.
- Soy un profesional como vosotras, mis métodos son diferentes pero también son efectivos.
-Ya lo he visto esta mañana...- se mofó Lina.
Las tres se pusieron a reir y Karlos no tuvo más remedio que admitir que se había precipitado.
Lina estaba ya harta de tener que aguantar a Karlos continuamente a su alrededor. Pero no tenía modo de deshacerse de él. Era irritante y pretencioso, arrogante y un perfecto inútil con sus métodos de trabajo. Ellas eran sutiles trabajando, y apenas nadie conseguía darse cuenta de que estaban investigándoles. Eso ayudaba en la investigación y conseguían avanzar deprisa.
Al tener que llevar a Karlos para la protección de Lina, sus métodos debían adaptarse, lo cual no era fácil pues llevaban tres años trabajando juntas.
"Encima es tan atractivo que llama la atención de todas las mujeres" pensó Lina en esos momentos. Suerte que ella era inmune a sus encantos pues había visto también sus "desencantos". Bueno eso creía ella.
Estudiaron sus opciones y decidieron que Rosa seguiría a Santiago Fernández y Diana se concentraría en recuperar las grabaciones, respecto a Lina no sabían que hacer, con Karlos pegado a su espalda, lo que solía hacer para pasar desapercibida no le servía de nada.
Todavía estaban estudiando sus opciones cuando sonó el teléfono.
-Dígame ¿ Con quién hablo?- cogió el teléfono Rosa, que estaba sentada a su lado.
-.............-
-De acuerdo- Contestó Rosa a una pregunta de su interlocutor. Todos estaban pendientes de ella, No sabían de quién se trataba, pero tanto Diana como Lina confiaban en ella.
A Karlos por el contrario le molestaba sobremanera no tener ni idea de quién se trataba.
-.............-
- Esta noche en su despacho sobre las ocho .
-.....................-
-Sí, apunto la dirección, Calle Fontana número 17 tercer piso. De acuerdo allí estaremos no se preocupe.
Cuando Rosa colgó seis pares de ojos estaban fijos en ella, con una sonrisa dijo:
-Ya tengo trabajo para Lina y Karlos, esta noche vais a ver a Kora Cabañas, quiere hablar con nosotras sobre su padre y estará en su oficina. Intenta conseguir el máximo de información, yo no pude hablar con ella.
-Genial Rosa. Tú- dijo Lina dirigiéndose a Karlos,- procura mantenerte callado y déjame trabajar a mi.
Karlos la miró ofendido pero levantó las manos a modo de rendición y le aseguró que no interferiría.
-Como quieras, no diré nada.
Eran las siete de la tarde y Lina se fué a su despacho para cambiarse para ir a la entrevista, se puso un traje pantalón negro con una camisa blanca, muy profesional, sobrio y cómodo. Los zapatos negros con tacón bajo completaban la indumentaria. Debía aparentar confianza y seguridad para poder sacar la máxima información.
Cuando salió de su despacho Karlos la miró sorprendido, la ropa le quedaba como un guante, estilizaba su figura porque el talle de la chaqueta se ajustaba a su cuerpo. Interiormente apreció la elegancia y la elección acertada de su ropa.
-Karlos, ¿ vamos a tu casa a que te cambies de ropa?.
Aquello lo pilló desprevenido, pero se repuso y contestó
-Por supuesto, Vamos.
Fueron en el coche de Lina, Karlos le indicó el camino y llegaron en diez minutos. Tenía exactamente veinte minutos para cambiarse de ropa y salir de casa para llegar a la hora acordada a la oficina de Kora Cabañas. Pero no tenía ni idea de qué ropa debía ponerse. Tampoco quería preguntarle a Lina porque lo utilizaría para meterse con él y dejarlo en evidencia delante de Rosa y Diana. Iba a subir solo pero en el último momento decidió pedirle a Lina que lo acompañara, se le acababa de ocurrir la manera de conseguir que Lina escogiera la ropa sin que se hiciera muy evidente que él no tenía ni idea de lo que debía ponerse.
-¿Subes? Te invito a una copa mientras me cambio.
Lina lo miró con suspicacia, pero pensó que en veinte minutos les daría tiempo a tomarse una sola copa y nada más.
-Está bien, voy contigo.
Subieron al piso de Karlos , entraron y Lina se iba a sentar en un sofá de la sala cuando Karlos le dijo:
-¿Lina me haces el favor de coger la ropa de mi armario mientras te preparo algo de beber?.
Entonces ella cayó en la cuenta, y entendió que no tenía idea de lo que debía ponerse, le pareció una maniobra bastante infantil, pero con una sonrisa en la cara se fué hasta su habitación y abrió el armario.
La habitación era bastante amplia, más grande que la suya propia, un poco desordenada, con ropa en una silla y un libro en la mesilla de noche. El armario era grande pero la ropa era escasa y prácticamente igual. Miró y decidió entre todas aquellas prendas un tejano negro, ajustado y una camisa también negra que le quedarían bien y además le darían un aspecto atractivo y atraería la atención de la hija de Mario Cabañas, de ese modo quedaría ella en segundo plano y realizaría las preguntas de manera que las respondiese de forma automática, que era la mejor manera de saber la verdad.
Le dejó las prendas en la cama y salió a la sala donde Karlos ya le había preparado una bebida.
-Te he dejado un pantalón y una camisa encima de la cama.
Lina se fijó en la cara de alivio que puso Karlos cuando le habló y él se marchó a la habitación a cambiarse.
Salió al cabo de cinco minutos, y a Lina se le cortó la respiración al ver cómo le quedaba la ropa. Impresionante, los pantalones ajustados y la camisa le hacían tremendamente atractivo a ojos de Lina.
Se bebió de un trago lo que le había preparado y salieron los dos otra vez hacia el coche.
-¿Quieres que vayamos en mi moto?, hay mucho tráfico y no tenemos mucho tiempo.
-No tengo casco Karlos.
-Te puedo prestar uno.
Lina estudió la situación como hacía siempre y decidió acceder a ir en su moto. Eso la obligaría a volver con él a su casa para recoger su coche después de la reunión.
-Está bien, tenemos poco tiempo y será más rápido si vamos en la moto.
Karlos le alargó un casco negro de un armario y sacó otro para él.
-¿Dónde tienes la moto?
-En el parquing, está aquí mismo, si quieres metemos tu coche dentro y así está más protegido.
-¿No te importa?, Es muy nuevo y no quiero que me lo rayen.
Dejaron el coche en la plaza de párquing y salieron en la moto, era una Harley Davidson, el ruido característico de las Harleys le encantaba a Lina, que siempre había querido tener una. Estaba sinceramente impresionada.
Se movieron entre el tráfico con facilidad y llegaron puntuales a la reunión. El edificio estaba en una calle ancha, la fachada era acristalada y en la puerta había un conserje que preguntaba a todos dónde iban y lo apuntaba en un cuaderno.
Dijeron sus nombres y a quién iban a ver, y fueron hacia el ascensor. El conserje se quedó un momento admirando el cuerpo de Lina hasta que ambos desaparecieron dentro del ascensor.
Llamaron al timbre de la puerta y enseguida les hicieron pasar a una sala. Allí encontraron una mesa baja con varias revistas rodeada de sillones bajos blancos, una mesita con una lámpara clásica y varios cuadros abstractos en las paredes blancas también. Ya se iban a sentar cuando una mujer de unos cuarenta años les hizo pasar a otra habitación.
Esta segunda estancia era más grande y tenía una mesa central de aproximadamente tres metros. En uno de sus extremos se encontraba una mujer muy joven, que aparentaba no tener todavía los veinticinco. Un gran ventanal se abría a un lado de la sala, y daba a la calle principal.
-Buenas noches, soy Lina Dante, investigadora privada que trabajaba para su padre, lamento lo que ha pasado, descanse en paz.
-Buenas noches, como saben yo soy Kora, soy su hija, y quería hablar con usted a solas...
Dijo mirando directamente a Karlos.
-No se preocupe, forma parte de mi equipo. -Añadió enseguida Lina. No era cierto pero se asemejaba a la realidad. Trabajaban juntos.
-Está bien, tenía entendido que eran tres mujeres que trabajaban juntas, pero si me dice que él también está con ustedes...
-Si, trabaja conmigo desde hace poco.
-Entonces iré al grano, quiero saber los avances en la investigación sobre la muerte de mi padre y sobre el tema del espionaje industrial. Tengo miedo de que mi padre no estuviera metido en algún asunto poco claro para que quisieran matarle.
-Bien, iré por partes, de momento en el tema de la muerte de su padre no hemos indagado nada hasta que no obtengamos algo de información policial sobre los hechos, a nosotros sólo nos informaron de su muerte pero no tenemos datos concretos, pero lo investigaremos a fondo. Su madre nos ha contratado por su parte para averiguar quién lo mató, así que estamos en ello.
En cuanto a la cuestión del espionaje, tenemos varios sospechosos que estamos investigando, puedo aprovechar para que me cuente todo lo que sabe sobre el lanzamiento del nuevo producto. Quién sabe la composición del producto, quién lo descubrió, cómo van los ensayos clínicos etc... y también si sabe quiénes son los enemigos de su padre.
-Sé que mi padre tenía un socio hace algún tiempo, terminaron mal, después él no se llevaba bien con mi madre, de la que creía que tenía un amante y le estaba engañando. Tampoco soporta a nadie que esté junto a mi.
-Eso nos deja muchos sospechosos, ¿Tiene sospechas de su madre respecto a que pueda haber sido infiel a su padre?
-Lo cierto es que no lo sé, mi padre y yo no nos hablábamos porque no aprueba mi relación con un empleado de la empresa.
-¿Puedo saber quién es esa persona y porqué no la despidió si no quería que saliera con usted?
-Lo cierto es que mi padre tenia una rara forma de pensar, creía que manteniendo a esa persona trabajando para él, podía influenciarle para que me dejara y si no funcionaba podía amenazarle con el despido.
-¿ Cuál es su nombre?Preguntó directamente Lina.
-Pues se llama Santiago Fernández.
Karlos estaba en ese momento bebiendo agua de una botella cuando se atragantó, y empezó a toser desesperadamente para poder respirar.
Lina, estóica miraba fijamente a Kora, analizaba su expresión, para intentar adivinar sus pensamientos.
De pronto Lina se fijó en un punto de la cara de Kora, donde le había parecido ver algo. Observó fijamente la cara de la chica y volvió a ver algo en la sien.
Un punto rojo en la sien de la chica despertó la alarma de Lina y sin previo aviso se tiró encima de ella empujándola por los hombros hasta tirarla al suelo.
No fué lo suficientemente rápida para evitar que un proyectil le diera en el brazo, pero sí lo suficiente para salvar la vida de Kora.
En un primer momento tanto Kora como Karlos miraron a Lina sorprendido él y enfadada ella.
- ¡Al suelo Karlos! vamos vamos, Gimió de dolor cuando notó el ardor de la herida de bala. Se acercó al ventanal arrastrándose y cerró las persianas. Entonces se dieron cuenta, Lina estaba herida y su camisa blanca tenía toda la manga llena de sangre.
_¡Dios mio qué ha sido eso!
-Han intentado atentar contra su vida.- Dijo Lina sujetándose el brazo con la otra mano.
-Voy a ir a ver si descubro quién ha podido ser- Dijo de pronto Karlos,- ¿Estás bien? ¿LLamo a un médico?-
Lina miró a Karlos negando con la cabeza.
-Tranquilo, no vayas ahora, ya habrá desaparecido quien quiera que fuese. Kora, deberías contratar a un equipo de seguridad, te puedo dar algunos contactos que son muy buenos en su trabajo.
-¡Tenemos que llevarla a un médico! -Gritó Kora presa de los nervios,. La visión de la camisa de Lina cada vez más roja, y el pequeño charco que ya se había formado en el suelo la asustaron mucho, y por un momento pensó en lo que le podría haber pasado de no ser por ella.
-Tranquila Kora, no es grave, ahora me voy a urgencias y enseguida estaré bien.-
Karlos miró a Lina, evaluando la situación, habían venido en la moto y dudaba de que fuera capaz de ir en ella hasta el hospital para que le curaran. Temía que se desmayase por el camino con la pérdida de sangre.
-LLamo a una ambulancia para que te lleve al hospital.-
-No hace falta puedo ir en la moto contigo.
-Has perdido mucha sangre y no tendrás fuerzas para sujetarte mientras conduzco.-
-No he perdido tanta sangre como para desmayarme...
-Mira el charco que se ha formado en el suelo.-
-Eso no es nada, he tenido heridas más graves y no me he desmayado.
-No quiero arriesgarme a que te caigas de la moto.
-No me voy a caer de la moto, así que vamos al hospital en la moto,pero antes llama a comisaría y explica el intento de asesinato para que vengan a protegerla de otro ataque.
Kora miraba a uno y otra mientras discutían y le recordó a las discusiones de pareja que tenían ella y su novio.
-Ya llamo a la comisaría, y nos vamos enseguida.
-Kora por favor, no abras a nadie, no levantes las persianas, no es probable que te vuelvan a atacar hoy otra vez, pero hay que extremar las precauciones.- Dijo Lina.
Después llamó a Rosa para ponerla al día con las novedades.
-Rosa, soy Lina.
-Dime, ¿cómo ha ido la reunión con Kora?.-
-Bueno, ha habido una pequeña interrupción y hemos tenido que dejarla para otro día. Han intentado acabar con su vida, suerte que he visto el punto rojo de la mira láser y he podido evitar que le disparasen.-
-Bueno, debe de estar asustada y por eso la habéis retrasado ¿no?
-Bueno, ella está asustada y a mi me han dado en el brazo y voy ahora para el hospital, me lleva karlos.
-¿ Necesitas que vaya contigo o prefieres que vaya a quedarme con Kora?
-Si puedes venir con Kora sería perfecto, nosotros salimos para el hospital ahora mismo. Cuando salga del hospital te llamo de nuevo.
Karlos cogió una toalla del baño y la enrolló en el brazo de Lina para detener la hemorragia, mientras la llevaba al médico, y la sujetó del brazo mientras iban hacia el ascensor.
-¿Cómo se te ha ocurrido tirarte así sobre ella para salvarla? Te podrían haber matado a ti.
-Es posible, pero no podía dejar que la matasen delante de mis narices..¿ no crees?.
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