Desconcertados.
Salieron de la consulta juntos y apenas le dirigieron la palabra a Diana. Justo entonces llegó Rosa.
-¿Cómo ha ido? ¿Te los han sacado?-
-Si Rosa, me los han sacado, ya está todo curado, sólo tendré que tener cuidado unos días y desinfectar la herida, cuando el punto de sutura cicatrice ya no habrá ningún problema.
-Me alegro, ¿Cuándo tienes que volver?
-Si no hay ningún problema no tengo que volver más.
Salieron del hospital sobre las seis de la tarde y decidieron irse cada uno a su casa. Rosa Condujo hasta la casa de Diana, y después dejó a Lina y Karlos en casa de ella para irse a su casa después.
Diana llamó a Cris para ver si estaba libre, pero ésta trabajaba hasta las ocho.
-Hola, Cris, cuando salgas de trabajar puedo ir a recogerte y nos tomamos algo.
-Genial Di, tengo que contarte una cosa.
-Está bien, pero no me asustes, ¿de qué va el tema?-
-No es sobre nosotras, estoy muy bien contigo, nos estamos conociendo, pero tengo un problema serio, me quedo sin trabajo. Hablamos luego.
Diana se quedó preocupada pero más tranquila al saber que su relación no corría peligro. Se había enamorado de ella el día que había ido a la cristalería donde trabajaba. Seguro que podía encontrar otro trabajo enseguida. Pensando se dio cuenta de que no sabía los estudios que tenía Cris, ni nada sobre su vida. No habían hablado de temas personales, pero es que llevaban saliendo sólo unos días.
Por su parte Lina y Karlos subieron al piso sin hablar, los dos estaban muy confundidos por lo que habían sentido esa tarde. Karlos había descubierto que Lina tenía una figura envidiable, y se había sentido atraído por ella, y Lina aún tenía en mente la sensación de sentirse admirada por Karlos, y lo recordaba de esa misma mañana en su casa, cuando salió del baño sólo con sus pantalones, y secándose el pelo con la toalla.
Era temprano para dormir, y tarde para trabajar.
-Karlos ¿Porqué no vas a tu casa y te traes ropa para cambiarte mañana?
-No puedo dejarte sola, ¿Me acompañas?
-Bufff! Me da pereza salir de casa ahora...
-Por favor, así mañana podemos ir a trabajar desde aquí y no tenemos que pasar por mi casa, se nos hará tarde.
Lina lo pensó un momento, pero tuvo que admitir que sería lo más lógico acompañarle, ¿Qué podía pasar?. Ella estaba convencida de que en su casa no le iba a pasar nada pero Karlos estaba haciendo su trabajo, por muy incordiante que fuera.
-Está bien, vamos rápido, a ver si antes de las siete estamos de vuelta, quiero ver una película tranquila en el sofá.
-¡Qué aburrida eres! A mi se me ocurren cosas mejores que hacer...
-Y a mi, pero contigo no Karlos,-
-Eres muy desagradable conmigo.-Dijo Karlos en tono ofendido, para molestar a Lina.
-Pues aún puedo serlo más...
Salieron los dos de casa y nuevamente se subieron al coche de ella. Karlos le dijo de conducir él, pero Lina no quiso acceder, quería conducir ella a pesar que le doliera todavía un poco el brazo.
-Eres la mujer más testaruda que he conocido.
-Pues debes conocer a pocas...
Tras coger algo de ropa y cosas de aseo como desodorante , pasta de dientes, cepillo y la máquina de afeitar, volvieron a casa de Lina.
Llegaron un poco antes de las siete y se sentaron a ver una película en el sillón.
-¿Qué opinas del caso?.¿Crees que ha matado a los dos la misma persona?.
-No lo sé Lina, pero cada vez se está complicando más, y cada vez es más peligroso.
-Yo creo que ambas muertes han sido provocados por la misma persona, y ha querido que creamos que Alberto Moral era el culpable, creo que lo estamos acorralando y no sabe cómo librarse de nosotros.
-Pues si eso es cierto, es un tipo peligroso, ha matado dos veces y no le va a importar matar otra vez o las que sean necesarias.
Acabaron la película y pidieron una pizza para cenar, después Lina se retiró a dormir y Karlos se preparó para pasar otra noche en el sofá.
Karlos se despertó el primero al día siguiente, era viernes y esperaba poder tener el fin de semana libre, estaba harto de dormir en el sofá de Lina. Se duchó y se cambió de ropa, preparó un desayuno con lo que encontró en la despensa y se sentó a esperar que despertase ella. No iba a cometer el mismo error al despertarla por la mañana, no quería enfrentarse a la fiera.
Sobre las 7 y media le sonó el despertador a ella, se levantó medio sonámbula y se metió en la ducha sin dar los buenos días. Lina había dormido terriblemente mal, le había costado horrores quitarse de la cabeza que tenía a Karlos en su sofá, y le venía a la mente el recuerdo de él saliendo del baño con sólo unos pantalones. Le dolía la cabeza. Se duchó y se vistió en 30 minutos, cuando salió del baño no quiso ni tomarse un café.
-Vamos a la oficina, no perdamos tiempo.
-Enseguida, a ver si terminamos con el caso y me puedo tomar el fin de semana libre.- Le dijo Karlos.
Llegaron a la oficina media hora más tarde sin que Lina hubiera hablado más de dos palabras seguidas. Allí les esperaban Rosa y Diana, que venía acompañada de otra mujer.
-Buenos días, Lina te presento a Cris, tengo que proponeros algo.
-Primero quiero desayunar, ahora vengo.
Lina fue a la empresa que tenía máquinas de vending, y se compró varias barritas de chocolate y un café, bajó a su oficina y se dispuso a escuchar a Diana.
-Lina, Rosa, os quiero proponer una cosa, ayer Cris se quedó sin trabajo, estuvimos hablando anoche y me ha contado que ha estudiado técnico superior en laboratorio de análisis y control de calidad, estaba en la cristalería porque no había encontrado trabajo de su especialidad.
-¿En qué consiste tu trabajo Cris?- Le preguntó Lina.
-Me dedico a analizar todo tipo de muestras, para averiguar su composición y procedencia etc.
-Es interesante...- añadió Rosa.
-He pensado que nos podría venir bien contar con ella en la agencia, podría analizar las muestras que le traigamos como ADN de la saliva, y restos de sangre, nos ayudaría con los casos complicados.
-La verdad es que estaría bien que pudiéramos contar con alguien así, pero no sé cómo podríamos pagarle.
-Creo que si resolvemos este caso, la publicidad que nos generará hará que los clientes sean más numerosos, podríamos intentar aprovechar para ampliar la agencia.
-Podemos intentarlo, Cris, si estás dispuesta, nosotras repartimos beneficios entre las tres, si trabajas con nosotras lo repartiremos entre las cuatro, pero los beneficios varían de un mes a otro.
-Está bien, creo que me voy a arriesgar con vosotras.-
Decidieron incorporar a Cris en el equipo, y se pusieron a trabajar en el caso Cabañas enseguida.
-Di, ¿Viste si Ternero era Zurdo?
-Lo estuve mirando, y me fijé en los movimientos al comer, y al entrar a los sitios, pero me pareció que era diestro.
-Entonces los dos sospechosos que tenemos son diestros, hay alguien más involucrado que desconocemos su identidad.-Dijo Rosa.
-Karlos ¿crees que hoy habrán terminado las pruebas de balística ?
-Es de suponer que si, Diana.
-Entonces ¿podrías averiguar si el arma utilizada con Alberto Moral es la misma que la usada con Mario Cabañas?
-Haré una llamada enseguida, ahora vuelvo.
Karlos salió del despacho y se quedaron esperando que volviera. Mientras tanto fueron a repasar los datos que tenían.
Cuando volvió al cabo de unos minutos Karlos, las tres lo miraban expectantes.
-Es la misma arma.
-Tenemos que buscar al zurdo. -Dijo Lina- Él es la clave de todo.
-Pero tanto Ternero como Santiago Fernandez están involucrados en el crimen, eso seguro.
-De acuerdo contigo Rosa.
-Si estos dos trabajan para alguien en algún momento se tendrán que poner en contacto, así que creo que para encontrar al que disparó hay que seguirlos a ellos.
-Entonces tenemos que organizarnos Karlos y yo seguiremos a Ternero, Rosa y Diana vosotras seguid a Santiago Fernandez.
Se pusieron en marcha, los cuatro se disfrazaron con peluca y ropa diferentes, se dirigieron hacia la empresa Cabañas y allí esperaron.
Al ser viernes, las empresas grandes solían cerrar por la tarde las oficinas, de manera que si se daban prisa podrían seguirlos cuando salieran del trabajo.
-Hoy no comemos...- Comentó Karlos
-No te quejes, igual podemos pedir algo de comer más tarde, lo importante es que no se nos escapen.
-Esta tarde ya la tenemos ocupada, menos mal que mañana es sábado-
-Karlos, mañana y pasado también trabajaremos, si tú no quieres trabajar allá tú, nosotras no tendremos descanso hasta que los atrapemos.
Estaban en el coche de Lina, vigilando la salida de la empresa y la de la puerta del aparcamiento. Se acercaba la hora de cierre, empezó a salir el personal, pero en contra de lo esperado no lograron ver a Ternero.
-Voy a llamar a recepción para preguntar por él, quizás no vino a trabajar.
Lina llamó a recepción y le respondieron que estaba trabajando todavía.
-Quizás deberíamos entrar .- Sugirió Karlos.
-Es muy arriesgado, no podremos pasar desapercibidos, la mayor parte del personal ya se ha marchado.
- Quizás si nos colamos en la empresa por el aparcamiento no nos verá nadie y podemos escondernos.
-Voy a llamar a Diana, a ver si ha salido ya Santiago.
-Diana, soy Lina, ¿Ha salido Santiago?
-No, todavía no lo hemos visto, estamos pensando en entrar, pero hay poca gente trabajando y no creo que podamos.
-Le he dicho lo mismo a Karlos, pero igual podemos entrar por el aparcamiento, y desde allí bajar al -1 sin que nadie nos vea.
-Es peligroso Lina, y esta gente no tiene reparos en matar a quien sea.
-Bajaremos nosotros dos, vosotras quedaros aquí fuera por si saliesen mientras estamos dentro, si es así que cada una siga a uno de los sospechosos.
-Lina, ten cuidado.
- No te preocupes tengo a un poli conmigo.
-No hagas bromas, sabes a lo que me refiero.
-Tranquila, me deslizaré sin que se den cuenta, espero que este tarugo sepa ser una sombra también.
-Te estoy escuchando Lina- Dijo Karlos.
-Lo sé, espero que no metas la pata, nos jugamos la vida.
-Tranquila, seré una sombra.
Colgaron los teléfonos y se pusieron en marcha. Salieron del coche y se acercaron a la puerta del garaje. Aprovechando que salía un coche entraron los dos justo antes de que cerraran la puerta. Debían localizar las escaleras de servicio o en su defecto el ascensor, pero era más seguro utilizar las escaleras.
Recorrieron el párquing donde apenas quedaban diez coches aparcados y en el fondo descubrieron el ascensor y detrás de él las escaleras.
La puerta de las escaleras chirrió al abrirla y esperaron unos segundos para ver si alguien les había escuchado. Al parecer no había nadie por allí y el aparcamiento no tenía vigilancia, así que entraron los dos en la escalera.
Bajaron hasta el piso -1, y se detuvieron detrás de la puerta que daba al centro de trabajo.
-Esto es lo más difícil, espero que la puerta no haga ruido. Si nos ven salimos de aquí cagando leches ¿de acuerdo?
-De acuerdo Lina.
bajó el picaporte de la puerta y abrió unos tres centímetros, lo justo para ver si había alguien por allí que pudiera verles entrar.
Por suerte ni la puerta chirrió ni encontraron a nadie en los alrededores de ella. Las escaleras daban a una zona un poco apartada de la planta. Justo detrás del ascensor. Lina se asomó por un lateral y observó el lugar atentamente para descubrir dónde se encontraban Ternero y Santiago. Karlos se asomó desde el otro lado del ascensor, y también trató de ver si los localizaba, pero en aquella sala sólo vieron a cuatro personas que ya estaban recogiendo para irse, y ni rastro de ninguno de los dos.
Esperaron hasta que aquella gente se fuera, y cuando la zona se quedó vacía salieron de su escondite. Caminaban pegados a la pared, agachados cuando pasaban por el lado de alguna oficina, y sin haberlo hablado antes entre ellos, se dirigían al despacho de Ternero.
Llegaron muy cerca del despacho, antes de pensar que si estaban dentro los podrían ver por el ventanal espejado y ellos no se darían cuenta, quedarían totalmente desprotegidos y a su merced.
Karlos y Lina se miraron en silencio y Lina le señaló el ventanal. Le hizo señas para que se agachara aún más y que se pegara a la pared. Con suerte no los verían gracias a las mesas de trabajo. Se fueron acercando poco a poco.
Se estaban jugando todo en aquellos momentos, incluido su vida.
Se acercaron al ventanal y se agacharon para quedar justo por debajo del cristal, en la zona de pared. Allí les llegó la conversación que se estaba manteniendo dentro.
-...Las pruebas son circunstanciales.
-Creo que no pueden localizarlo, lo escondí bien esta vez, allí no irán.
-Quiero que desaparezcan, hacerlo como queráis, pero esta vez lo arregláis vosotros.- Dijo una voz de mujer.
-Tendremos el resultado que queremos mañana, a partir de ahí al mercado.
Oyeron cómo se movían sillas dentro del despacho y dedujeron que se iban a levantar para irse. Por eso Karlos cogió de la mano a Lina y la arrastró corriendo hasta que se ocultaron de nuevo tras el ascensor. Entraron en las escaleras , Lina seguía a Karlos sin protestar, en silencio.
Cuando llegaron al párquing se ocultaron tras los coches y llegaron a la salida sin que les viesen. Salieron por la salida peatonal y cuando iban a ocultarse en la esquina se abrió la puerta de los coches.
Por un acto reflejo, y para que no pudiesen verlos desde los coches, Lina se abalanzó sobre Karlos y abrazándolo lo besó en los labios.
Cualquiera que los viera pensaría que eran una pareja enamorada.
Karlos, en un primer momento sorprendido, respondió al beso y también la abrazó.
Perdieron el mundo de vista por varios minutos, no pudieron guardar los números de las matrículas porque aquel beso espontáneo, pasó de ser una manera de que no les descubrieran a ser un verdadero placer que inundó sus sentidos y despertó un deseo escondido que ambos querían ignorar.
Desde el otro lado de la calle, escondidas, Rosa y Diana les observaban en silencio, se quedaron tan sorprendidas que tampoco se fijaron en las matrículas de los coches.
Cuando terminaron el beso, se miraron a los ojos y descubrieron el mismo deseo en los ojos del otro. Las pupilas dilatadas por el deseo y los labios temblorosos por el contacto.
-Vamos Karlos, tenemos que hablar con Rosa y Diana de lo que hemos escuchado.
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