001
Recuerdos de aquella noche, recuerdos de aquél incidente, aquellos pedazos de cristal... que marcaron su vida en un antes y un después.
Realmente nunca se consideró bueno en las relaciones y sus vínculos, imaginar crear uno era complicado, mantenerlo, aún le era más lejano.
Recuerdos que no le abandonaran, recuerdos de aquella parte que sólo quería encajar...
Por eso le cuesta creer que él estuvo ahí desde el comienzo, que realmente le importaba, que quería su amistad y quizás, algo más.
Aquel cristal le recuerda el error del pasado.
—¿A qué es nostálgico? —aquella voz femenina podría reconocerla en cualquier lado, Kim So Jung.
—¿A qué te refieres? —indago aún con ambas manos en sus bolsillos viendo aquellos pedazos de cristal rotos y esparcidos a un costado de la vía pública.
—Imagina, los estragos que generó aquel choque —sonrio— tiene pinta de haber sido desastroso.
La forma en la que sonreía al decirlo lograría causar pavor en cualquiera que la viera, pero no en él. Ya venia hace algunas semanas intentado entablar más que un dialogo.
—¿Fuiste un farsante?
—No...
—¿Seguro?
—Tal vez, no lo sé... todo lo que intenté ser, simplemente no se acento en mi.
—La muerte es un acto teatral diario... somos la juventud, deja atrás ese dolor.
—¿Es tan fácil para ti? —levanto la vista lleno de confusión— ¿Desecharlo y ya?
—A diferencia de ti, prefiero ser el cazador antes que la presa. —sonrio, y él azabache bajó su mirada, dirigiéndola hacia sus pies.
—Quizas no somos tan diferentes... -susurro- Si te contara quién era realmente, ¿me darías la espalda?, ¿te asustarias?
Muy dentro suyo, realmente demasiado dentro, su verdadero ser se encontraba escudándose, desapareciendo poco a poco pero a paso firme.
—Se lo que pasó hace dos años.
—Ahora lo entiendo —rio con un nudo en su garganta— Soy un monstruo, ¿no?
Negó— No, claro que no. También yo hice un juramento de sangre con mí propia muñeca, —su vista se dirigió hacia su mano derecha, en su muñeca unas pequeñas cicatrices se lograban ver— no pienso romperlo.
—Bien... —dispuesto a marchar volteó sobre sus talones— ya no puedo más... -susurro para si mismo.
—Lo siento, no quieres hablarlo, lo entiendo. Pero puedo mantenerte a salvo.
—No es cierto —negó aún con su mirada en el suelo— nadie puede mantenerme a salvo... nadie más que yo mismo.
—¿Y lo harás?
—Estoy en camino...
»¿Cuándo me podré amar?«
En verdad que al mundo le sobran personas rotas y le hace tanta falta, unas cuantas que sepan unir.
Todo mundo trata de realizar algo grande, sin darse cuenta de que la vida se compone de cosas pequeñas.
(.....)
22:28 PM ⌚
Anhelo filmar bien esta película, cada día... un poco mejor que el anterior.
Quiero acariciarme a mi mismo, con mayor cariño... con mayor amor... pero aveces, realmente es... dificil.
Puedo llegar a odiarme a mi mismo, con tanta facilidad. Siendo honesto, muy a menudo lo hago y sólo quiero quedarme con la familiar oscuridad.
Irónico...
Volteó para ver nuevamente su alrededor.
Personas sonríen constantemente, pero, ¿y yo?
Desvió su mirada hacia su mano izquierda.
A mi, una simple cerveza me hace sonreír. Me conformo con tan poco...
Siento aquel miedo arrastrarse hacia arriba, posicionandose en mi pecho y tomar mi mano. Supongo esta bien, después de todo, todo el mundo esta en parejas. Aunque... seria bueno si tuviera tan solo, un amigo a mí lado también.
Le dió un sorbo a su lata de cerveza.
Recuerdos vagan por la mente de aquél joven, su único y mejor amigo fue herido tan gravemente por su culpa, por su cobardía.
Quedando solo él, como siempre.
Ver tantas caras sonrientes, tantas personas que al caminar juegan riendo entre ellos.
Es algo exasperante, melancólico...
—El mundo es sólo otro nombre para la desesperación.
Sonrió levemente al verla de pie a lado de su mesa, con su vista hacia aquellas personas.
—Si, y mi altura es sólo otro diámetro para la tierra —volvio a darle otro trago a su botella de soju.
Toda la alegría y ansiedad están muy dentro... se repite día con día, el amor y el odio hacia mi mismo.
—¿Puedo sentarme? —pregunto aún con sus manos en los bolsillos.
—¿Nuestra PB tomando alcohol? —cuestionó con burla, ella sonrió para sacar sus manos de los bolsillos, mover la silla dispuesta a ocuparla y sentarse.
Él la miró nuevamente atento, algo incrédulo.
Ella, la chica más bonita y simpática del curso. Siempre sonriente y aveces gritando por los pasillos con su mejor amiga Eunbi.
—Dos botellas más por favor —pidió a la ajumma para voltear a verlo con una sonrisa— ¿qué? las niñas también podemos tomar.
Sin decir más, Namjoon levantó su vaso frente a ella.
Realmente podía sorprenderle cada vez que la veía, ella era distinta, diferente.
—Kamsamida~ —le dedicó su tipica sonrisa a la ajumma una vez trajo las botellas con un nuevo vaso para ella. Tomó una de ellas y sacudió la misma para servir perfectamente como toda una profesional.
—Woah —sonrió admirado al verla, ella estiró sus brazo y sirvió en el vaso contrario para sonreír y chocar el suyo con el de él, ambos tomaron en silencio.
—Si nos cruzamos, ¿sería el destino? —pregunto de la nada, irrumpiendo el agradable silencio.
La mente del contrario empezó a divagar, recordando aquella vez que la cruzó en el rió, ella contemplaba la hermosura de este, pero, él solo la veía a ella, su hermosura opacando cualquier otra cosa.
—Quizas, nos encontramos en nuestra vida pasada. —comentó pensativo para tomar de un solo trago aquel contenido tan amargo.
—Eso es aun más romántico —sonrio por lo bajo, ocasionando levemente que el contrario se apene de lo dicho sin pensar—Tal vez... nos hemos encontrado el uno al otro, incontables veces, ¿no lo crees?
En la oscuridad la gente luce más feliz que en el día, ¿por qué sera? cada persona sabe donde tiene que estar, pero yo caminó sin un propósito real. Sin un rumbo fijo.
Por eso, aunque sea patetico, mesclarse con ellos, es mucho más cómodo.
—¿Sabes? Me gustan demasiado los girasoles —comentó repentinamente ella, tan espontánea— los girasoles buscan la luz del sol.
—Ya lo sabía.
Sonrió— Lo que no sabías, quizás como yo, es que en días nublados se miran unos a otros, buscando la energía del otro. ¿No crees qué es la naturaleza que nos habla y nos enseña?
—¿Nos enseña? -la miró confundido.
Negó con una sonrisa diferente a la anterior— No importa si no sale el sol, nos tenemos unos a otros, a nosotros mismos.
La tormenta existe, ella es grande y logra inundar el alma, aunque no se noté desde afuera.
—Tú sabes perfectamente lo ocurrido, Seok Jin... —asintio— lo dejé solo...
—No sabías lo que ocurriría... -negó.
—No debí dejarlo solo.
—Él huyó... -intentó aflojar el peso de la carga.
—Debi correr detrás de él.
—Namjoon...
—Yo lo deje irse, ¿era un pecado enamorarse de alguien diferente? —su voz se quebró, le dolía recordar— ¿¡Era necesario darle una paliza por esa estupidez!?
Sin poder contenerse dejo caer sus lágrimas, jamás le perdonaría no habérselo dicho directamente, haber confiado en él. Pero se odiaba asi mismo por haber sido un cobarde al enterarse, por no haberle dicho que no le importaba, que lo aceptaba, que él era su amigo, y aunque no le correspondía, nunca lo dejaría. Aun asi, no lo hizo y esa desición la cargará por siempre en su memoria.
Le falló a su único y gran amigo, aquel que incluso lo amó más que cualquier otro, no pudo ayudarlo, llegó tarde...
—Buscare la manera de apagar todos y cada uno de tus miedos, aunque duela... borraré esa tristeza, sanare aquel estigma.
»¿Qué pasa con aquel espejo?« Él simplemente no lograba comprender el porqué ella empezaba a estar ahí, justo detrás suyo, cada día.
»Estas tan concentrado en querer cambiar, en ser otra versión de ti mismo, ¿por qué? Si tú eres todo lo que quiero.« Ella tenía bien en claro lo que quería, a quién quería.
—Tu haces girar mi planeta, Kim Nam Joon —sonrió.
»Llenas mi mundo de luz, este nudo tan irreconocible en mi garganta, el dolor tan opresivo en mi pecho, todo ello desaparecerá cuando logres levantarte. Porque puedes hacerlo, no lo dudo.«
—¿Me acompañarás? —estiro su mano, mostrando una hermosa sonrisa— Prometo que nos iremos de aquí, una vez tomes esta mano, yo te prestaré mis alas, ellas son apruebas de balas.
»Te amaré, aún bajo esta guerra, la propia guerra en que tú, Kim Nam Joon se aferró. Por favor...«
»Dentro de mí, todo parece morirse... marchitando en gamas grises. Si, me convenzo una vez más, que este no es mi lugar.«
—No quiero perderte también, Nam Joon.
»Impulsado por ti, ¿por que no? respirare por ti, ganaré esta batalla, sólo por ti.«
El más alto tomó aquella mano para ver en aquel delicado rostro esa sonrisa encantadora, acompañada de aquellas ligeras lágrimas desbordantes.
Te encontré, aunque no duro como lo planeamos. Si, volé contigo mí gran amigo, pero te dejé caer... creíste en mí, quisiste arriesgarte por mí, pero te fuiste y ahora eres parte del pasado, aunque me duela. Lo siento...
—Él no te destruirá, él no quería que te culpes... —me rodeó en sus brazos, su fragancia llegó hasta mis fosas nasales.
Tenemos diferentes estrellas e incluso, diferente historias... nuestras noches y mañanas son distintos. Nuestros escenarios no son simplemente aburridos.
—Joonie... —ella era bálsamo y vendas para aquella herida, para aquel “monstruo” interno.
Has cambiado todo en segundos, eres quién brinda nuevos comienzos. Si, me aferrare a ti, te amaré a ti, y lucharé por ti.
—¿Dónde has estado tú? —sollozo rodeándola con sus brazos para besar su cabeza entre lágrimas.
Sere feliz ahora, gracias por todo, y lo siento, por haberte convertido en mi monstruo. Mi gran amigo...
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