Capítulo 2
Llegar fue sumamente sencillo, al fin y al cabo él conocía aquel sitio más que a sí mismo. No era su hogar, mas encontraba allí lo más cercano y sentía a su vez que se lo arrebataban.
Fue, como otras tantas oportunidades, ante el llamado de ayuda de unos de sus conocidos de la casa y que eran el eje de la problemática.
Se trataban de KyungSoo y JunMyeon, hermanastros hace un par de años y el último nombrado era el sujeto a tratar y su principal preocupación, además de miles de otras sensaciones que no eran expresadas, pero si vividas con intensidad, sumando una notoria frustración, algo que ya se palpaba con facilidad en el ambiente.
No encontró a ningún padre al llegar y no le sorprendió. La familia Kim era pudiente y los mayores prácticamente vivían para su trabajo y diversos viajes, claramente de negocios.
Al momento de encontrarse con KyungSoo no le dijo demasiado, la atención estaba enfocada en otro sitio, exactamente en la puerta del cuarto del mayor de ambos, estando allí el restante hermanastro, todo mientras el contemplaba la madera que les separaba y el agua que se escaba por debajo, como si una gran piscina estuviera surgiendo en el lugar.
"¿Está inundando el interior del cuarto?"
Era la primera vez que ocurría, todo estaba cambiando.
–En verdad ya no entiendo.
Y sí, era una situación complicada, además que solo ellos dos sabían con mayor profundidad del asunto, ya que era más que obvio que lo que vivía JunMyeon iba más allá de la realidad y estaba conectado con sus poderes o por lo menos no existía otra respuesta.
JongIn debía controlar su frustración latente y sin decir nada se teletransportó al interior del cuarto, percibiendo en un segundo todo el ambiente perteneciente al dueño del lugar.
Observó la cama y desde su posición contempló plenamente el agua que cubría por unos centímetros el suelo, centrándose después en la montaña formada en el primer objeto y que correspondía a un humano, uno que podría reconocer hasta desde otro planeta.
Acortó mucho más la distancia al utilizar otra vez sus poderes y apareció de intruso en el lecho. No tardó mucho en aventurarse entre las sabanas y encontrar el cuerpo adverso y estiró uno de los brazos, consiguiendo así envolverle parte del torso con el mismo. Se permitía esa unión y mucho más, ambos eran tan cercanos uno del otro que no importaba. Sin embargo parecía que ahora a JunMyeon le daba igual todo, estaba tan concentrado en su mundo de los sueños que no pisaba la realidad, esa que antes compartían y les unía.
Le estaba cambiando por eso y por él.
Le cambiaba por otro y no lo comprendía, ¿qué encontraba allí que le ataba tanto y que no recibía a su lado? Podría recibir miles de explicaciones de su parte y seguiría sin entender, aunque en ese caso el contrario de suerte le hablaba al respecto.
¿Tanto recelo? ¿O pensaba que siquiera merecía saberlo? No solo él, sino también el chico que era su familia.
La idea de que ocultata el hecho por egoísmo estaba acompañado por lo que ahora les envolvía y JunMyeon únicamente se encontraba entre las paredes de sus deseos personales.
Eran guardianes y debían empezar a darse cuenta de ello y sí, ahora estaban ante algo que parecía difícil de resolver.
Pero nada es imposible.
Podía sentir su respiración y con ello su enojo se esfumaba, sobre todo cuando sintió la mano de su acompañante sobre la propia y las caricias que le recordaban a varios momentos similares, cuando todo seguía bien y ahora sólo quedaban los nostálgicos recuerdos del ayer.
–JongIn.
Ese llamado era igual de acogedor, esos detalles no desaparecían aún y le daban un ápice de esperanza, aunque aquello sonara hasta descabellado.
–¿Qué se siente volver por milésima vez, ah?
–Como si un camión me hubiera pasado por encima.
Pudo haber reído con lo dicho, pero no ocurrió, algo que no cambió nada y menos al momento en que pudieron verse de frente a frente.
–JongIn.
Cuando repetía su nombre así no sabía qué esperar o en realidad sí, algo que resultaba fastidioso.
–¿Qué ocurre?
El tono utilizado por el mayor le recordaba a esa petición, la que aumentaba progresivamente, casi llegando a borrar parte de la dicha de minutos atrás. Todo se arruinaba así.
Él no quería, a pesar de que también fuera parte de su deber. Estaba en sus manos encontrarlos, uno por uno y lo tenía más que claro o eso era lo que creía antes de esos sentimientos tan contradictorios.
–Me ayudarás a sacarlo de allí, ¿no? Todo parece que se esfuma... no quiero que se borre junto a lo demás.
Y allí estaba el problema, lo que creaba la destrucción y desorden al alrededor de ellos. De ambos, de todo.
JunMyeon era el único en las profundidades de ese mundo repleto de sueños, algo que ya sospechaba que se trataba de una de las "otras dimensiones" creadas luego de lo ocurrido con el Árbol de la Vida y sí, solamente el futuro médico llegó a encontrarlo.
LuHan apenas ahora empezaba recobrar sus poderes y tenía vagas imagenes de aquel, aunque ya conocían un nombre (o mejor dicho apodo): Lay.
Lay estaba en un espacio contrario al de ellos y que era reflejado de cierta forma en el cerebro de JunMyeon, exactamente cuando éste dormía y el plano de los sueños era la única vía de contacto, además de no contar ciertas sospechas que se sentían en el aire.
Ante lo último era cuando los malos presentimientos en JongIn aumentaban y era el único egoísta allí, algo que detestaba, por lo que se dictaba a sí mismo cumplir.
Tenía que cumplir su papel por el chico que manejaba el agua, por los demás guardianes y hasta por él mismo.
–Lo sacaremos de allí, no lo dudes.
Aunque dependiera amachacar su ego e inseguridades por ello.
–¿Seguro...? –detuvo cualquier otra continuación y por fin se dignó a sentarse en la cama, observando así los alrededores y principalmente el suelo, aquel que estaba cubierto por la capa de agua–. ¿En verdad hice todo eso? –obtuvo una afirmación de parte del moreno, dió un simple movimiento de su cabeza ante la respuesta y le miró, expresando con su rostro una clara preocupación–. Siquiera puedo controlarme... no pensé que generaría algo así.
–No tenemos aún desarrollados nuestros poderes, podría haber sido peor.
–¿Cómo haber inundado toda la casa?
–¿Ves? Si lo ves así, un cuarto solo no es tan grave, agradece que solamente se mojaron un par de cosas.
–Debería de ser más ordenado...
La conversación entre ambos se transformó en algo normal y apartado del tema principal, una costumbre ya entre ellos y que extrañamente podrían mejorar. Era como una forma de esquivar los problemas principales y sobre todo, esa muralla que pareciera que a momentos formaban. Sabían cosas que los demás a su alrededor no conocían y eso estaba bien.
Allí, entre esas paredes que le rodeaban, se encontraba un amor no correspondido o mejor dicho, "no te corresponderé, no sé qué pasa o pasará en mi vida".
¿Quién estaba en la primer posición? El menor que observaba a su amigo con ojos llenos de pena, aunque la misma deseaba disimularla.
Veía día tras día como dejaba cosas desechas y todo por salvar a alguien que siquiera conocía en la realidas, ¿eso estaba bien? Luego recordaba que Lay también era parte de ellos y que lo necesitaban, era tan importante como cada uno de uno de los guardianes y eso le daba un valor especial.
En todos esos casos el amor no importaba, cualquier sentimiento era dejado en último lugar y era en ese momento de reflexión cuando desapareció, encontrándose una vez más con otro de los hermanastros.
–¿Ya te vas?
–Tengo cosas que hacer... y cuida de él, ya despertó. Solamente queda arreglar lo del cuarto.
–¿Siquiera te quedarás a ayudar?
–Hey, te dije que tengo que irme. Además, tú también podrías haber ayudado antes, no necesitas de una llave para mover la puerta, solamente un par de dedos.
Obtuvo una sonrisa con eso, a veces las respuestas de KyungSoo eran así de espontaneas y raras.
–Ve, ya me encargaré del dios del agua por ti.
–Hasta luego.
Esa despedida duraría varios días o por lo menos hasta que nuevamente fuera llamado, algo que estaba empezando a ser cada vez más pesado. ¿Qué pasaría la próxima vez? ¿Una inundación mayor? No era una niñera ni nada semejante, no era el que cuidaba a los guardianes, sino su llave. No tenía aún tanto poder y no podía manejar todo, menos con el descontrol que se creaba.
El viento que impactaba ahora contra su rostro intentaba de calmarle, observando desde la cima de unos de los edificios el magnífico Seúl. Desde esa posición podría contemplar varios puntos importantes y muchas ideas revotaron en su mente, ¿qué se sentiría vivir como un simple humano más? Él lo hacía, pero en el fondo no era lo mismo, ellos no tenían que involucrarse en las diversas situaciones en que estaba envuelto. Maleantes, gente de cada tipo y clase sociales, sin contar sus propios compañeros.
Cuando se acordaba de todo aquello volvía a sentirse perdido.
A algunos guardianes siquiera los pudo encontrar aún y tal situación le provocó cierto sabor amargo, el que se basaba en el hecho de verse como un inútil. ¿Por qué no era más fuerte? Tenía un gran poder, lo admitía, mas eso no resultaba viable en ciertos momentos de la actualidad y más cuando tenía que atravesar muchos obstáculos.
–Tsk.
De nuevo las quejas se amontonaban en su interior y sí, de esa manera no llegaría a nada, algo que le repetía LuHan muchas veces. A veces eran polos opuestos y (aunque no lo parezca) eso les hacía más sencillo notar ciertos contrastes entre ellos, como lo acelerado que él era y su vez su lado pesimista cuando las cosas no salían como las deseaba. Sin embargo JongIn era perseverante y hacía las cosas, cueste lo que cueste.
–Pero si no tengo cuidado quedaré atrapado en un punto extraño... o mejor dicho un espacio como en el que estaba LuHan.
Esa posibilidad era algo que debía de evitar a toda costa, sin importar lo viable o no que pudiese ser. Tenía que mejorar sus habilidades o buscar la manera en que el asunto pudiera ser solucionado. Quizá existiera otro camino y simplemente no podía verlo.
Y la lluvia de pensamientos fue detenida por un sonido, ese que indicaba que había recibido un mensaje en el móvil, se trataba de LuHan:
"Encontramos a uno nuevo.
Se llama BaekHyun y las cosas indican que controla la luz.
Ven pronto."
¿BaekHyun? ¿Luz? Algo parecía brillar en ello e intentó de recordar algo relacionado con tal nombre.
LuHan y él eran los únicos que mantenían información sobre los guardianes, hasta cosas que siquiera vada uno de elllo estaban al tanto, algo que era mejor que siguiera así por ahora y el poder que poseía el nuevo le hizo rescatar de sus recuerdos algo muy relevante.
–Fantástico.
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