Capítulo V: Magnetismo

Me levanto pasadas las diez al día siguiente y me avergüenzo de inmediato de no ser tan madrugadora como mi anfitrión. Debido a eso no puedo tomar el desayuno con él como esperaba y por ende no lo disfruto como es debido por tener que servírmelo a solas. Aunque reconozco que está delicioso y tan substancioso como comida de hotel de primera clase, habiéndose él preocupado antes de salir de pedir que me atiendan como a una reina, según como con aprecio me cuentan.

Pregunto entonces por su paradero pero lo único que saben los empleados decirme es que salió temprano sin darles detalles de adónde iba ni a qué horas estaría de regreso. Resignada, me dedico por lo tanto a pasear luego por los alrededores.

Camino por los jardines llenos de flores, voy al zoológico que lo abren exclusivamente para mí, converso con los encargados para matar el tiempo, pero éste transcurre y Michael no aparece. Un par de horas después regreso al área cercana a la casona, pero no a los juegos porque a pesar de estar a mi completa disposición me resultan aburridos si no está su dueño, así que opto por dirigirme a su árbol favorito y subo. La primera vez que lo hago sola, y una vez cobijada entre sus ramas me tomo mi tiempo de maravillarme como siempre con la buena vista que se aprecia desde ahí del territorio donde me encuentro. Este sencillo y mágico sitio donde mi Mike, mi alma gemela, halla inspiración y tranquilidad en sus tardes solitarias... Elijo estar allí sólo porque me lo recuerda, más al final encuentro tanta paz que decido quedarme un rato en silencio para pensar en la situación que me aqueja, imaginando posibles resultados en mi vida a futuro que dependerán de las decisiones que tome... (como si haber pasado gran parte de la noche cavilándolo no hubiese sido suficiente) pero de todas formas lo necesito.

Cuando me doy cuenta que ya van a dar las tres y Mike sigue sin aparecer o siquiera tomarse la molestia de avisarme donde está, comienzo a preocuparme de si en uno de sus impulsos y debido a lo de nuestra confusión o quizá (lo más probable) debido a algunos de sus múltiples compromisos, ha sido convocado a algo de repente y ha decidido marcharse de viaje sin mí. Recuerdo de pronto la importancia de su trabajo y su rol en el mundo, donde una simple invitada a su casa no puede interferir... Simplemente es algo que se me pasa por la cabeza y me deja preocupada por lo que prefiero volver al interior de la casa para estar alerta a cualquier mensaje o novedad.

Una media hora después, vagando por la mansión sin tener nada que hacer y comprobando nuevamente por mí misma mientras tanto que no hay allí ninguna de las rarezas que tanto se ocupan de divulgar en los medios, llego hasta el teatro personal de Michael. El cual vacío y únicamente iluminado por la luz que se filtra a través de los tragaluces cerca del tejado, me hace imaginármelo sobre el escenario ejecutando alguna de sus rutinas de baile con la maestría que muestra en cada una de sus presentaciones... Siempre tan presente en mis pensamientos... Entendiendo así que de quedarme allí es probable que la tristeza vuelva a alcanzarme, me dispongo a regresar a la habitación, sólo que no cuento con al girar sobre mis talones encontrármelo cara a cara.

-¡Oh Mike!- digo llevándome una mano al pecho, después de haber tenido un pequeño sobresalto por su súbita aparición y un mini ataque de vergüenza a la vez al notar que debía haber estado parado en la entrada observándome desde hacía minutos.

-¿Te doy miedo?- me pregunta así con una mano apoyada en uno de los bordes del umbral en tanto entretenido me observa reponerme del susto. Yo no puedo evitar echarle un rápido vistazo de pies a cabeza y encuentro para mi embeleso que lleva puesta un chaqueta de pana gris oscura en talla oversize abierta sobre una de sus camisetas blancas, pantalones negros y unos botines deportivos de esos de la marca que promociona y también que tiene su cabello largo a medio recoger, con lo que debo hacer un esfuerzo para recobrar el aliento y que no se me lea en el rostro lo babosa.

Él sin embargo me conoce, por lo que esboza una ligera sonrisa en tanto cruzándose de brazos me escruta con una actitud inquisitiva y curiosa, luciendo todavía más adorable. Tanto que empiezo a creer que la pregunta que me hiciera podría resultar cierta si aplicada a sus métodos de seducción se trata.

-No- pese a todo es mi respuesta contundente -Me puedes provocar un montón de sentimientos pero el miedo no es en definitiva uno de ellos- agrego con sinceridad

-Bien... en ese caso ven conmigo- se muestra de acuerdo y enseguida con confianza me toma de la mano clavando en mí su mirada arabesca para empezar a avanzar hacia el escenario. Da unos cuantos pasos en tanto de espaldas mientras me guía sin dejar de mirarme, logrando que se sienta aún más fuerte y especial la conexión que tenemos.

Michael es travieso pero se contiene conmigo tratándome como una delicada flor por el respeto y afecto que me tiene. Por ejemplo sé de buena fuente de sus andanzas informales con Lisa Marie, la hija de Elvis Presley (aun cuando está casada) y de algún tipo de obsesión que ella tiene con él. Algo sobre lo que no le he comentado nada, no considerándome con derecho a hacerlo, así alguna vez de su propia boca me haya confesado que no se trata de nada importante. Un detalle que me hace pensar que si me respeta es porque quizá yo también logro ejercer sobre él parte de mi hechizo, además de ser un indicativo que me confirma que le soy importante, tan igual como lo es para mí.

Por todo ello sonrío.

Mike es todo música y al ver mi sonrisa entre la tenue oscuridad sonríe también con su manera encantadora. Disfruta de mi compañía así como yo disfruto estar con él, y como muestra de lo bien que se siente comienza a hacer beatboxing. Es algo que le sale natural porque lleva el ritmo en la sangre, como si tuviese adentro algún mecanismo musical, una batería o algo así. Es tan increíble y especial que logra que en menos de un minuto todas mis dudas y tribulaciones se me olviden para cambiarlas por pura felicidad. Esa que sólo me invade por completo en definitiva cuando me encuentro a su lado. Al notarlo entonces, empieza a cantar:

"Do you remember (¿Recuerdas...)

When we fell in love? (cuando nos enamoramos?)

We were young and innocence then...(Éramos jóvenes e inocentes entonces)

Do you remember (¿Tú recuerdas...)

How it all began?)(como todo empezó?)

It just seemed like heaven, so why did it end?"

(Parecía el cielo, ¿entonces por qué terminó?)

-¿Vas a dar un mini espectáculo para mí?- emocionada tengo que preguntar

-Siempre los doy para ti- guiñándome el ojo me responde

Le sigo el hilo encantada, consciente de lo privilegiada que soy al poder disfrutar en primera fila de sus ocurrencias. Corrección, de las ocurrencias del cantante más genial del mundo. Tomo asiento así ni bien llegamos a la parte delantera, en tanto el prosigue con la energía de un muchacho subiendo de un par de zancadas rumbo al escenario.

"Do you remember (¿Recuerdas...)

back in the spring? (I bet you remember)

(Volviendo a esa primavera?- Apuesto a que recuerdas)

Every morning birds would sing

(Cada mañana los pájaros cantarían)

Do you remember (¿Recuerdas...)

Those special times? (esos tiempos especiales?)

They'll just go on and on (Estos siguen y siguen)

In the back of my mind..."

(en lo profundo de mi mente...)

Mike baila para mí y le aliento. Desde mi sitial brinco, silbo y aplaudo como si fuese una chica colegiala viendo en vivo a su ídolo. Muerta de risa de la emoción. Mis ojos embelesados siguen la fuerza de su interpretación y cada uno de sus pasos, sus giros... tan prolijos, tan ensayados como solo el mejor mago del entretenimiento puede ejecutarlos.

"Do you remember the time (¿Recuerdas el tiempo...)

When we fell in love? (cuando nos enamoramos?)

Do you remember the time (¿Recuerdas ese tiempo?)

When we first met, girl? (Cuando nos conocimos por primera vez, niña)

Do you remember the time (oh, I) (¿Recuerdas ese tiempo?- ¡Oh, yo sí!)

When we fell in love? (...Cuando nos enamoramos)

Do you remember the time (¿Lo recuerdas?)

(Remember, my baby)..." (Recuérdalo, mi nena)

De repente sin embargo, deteniéndose en medio de las tablas, adopta mayor seriedad. Se para muy recto y quieto mirando al suelo mientras respira profundo y al cabo de unos segundos comienza a entonar otra canción y melodía que no le conozco, enfocándose ahora sólo en mí.

"...She always takes it with a heart of stone

(Ella siempre lo toma con un corazón de piedra)

'Cause all she does is throw it back to me

(porque todo lo que hace es rechazar mis sentimientos)

I've spend a lifetime

(He gastado toda una vida)

Looking for someone

(buscando a ese alguien)

Don't try to understand me

(No trates de entenderme)

Just simply do the

(Simplemente haz...)

Things I say..."

(las cosas que te diga...)

-¿Es parte de tu nueva canción? ¿La que estás por estrenar?- algo shockeada por la letra que recae sobre mí de forma tan directa (tan igual que la anterior... Aunque nunca he estado del todo segura de que "Remember the time" la haya escrito para mí) necesito saber, y para ello me levanto y camino a unírmele en el escenario, dispuesta a que me encare bien si desea hacerlo. Él se muestra complacido porque continúa con su repertorio. Sólo que aprovecha también para invitarme a bailar.

-En exclusiva para ti, mi musa- contesta formulando entonces una de esas reverencias antiguas que proferían en los siglos pasados los caballeros al solicitar la mano de la dama previo a conducirla a la pista de baile, y fascinada, como sintiéndome dentro de un juego, acepto.

Recuerdo mientras tanto fragmentos del montón de veces en que hemos bailado, el tiempo que ha gastado tratando de enseñarme el "Moonwalk" sin mucho éxito, pues pareciera que yo poseo pies de madera cuando de intentar emular sus movimientos se trata. No obstante, Michael Jackson es un buen maestro, paciente y amable, tanto que siempre bromeo con él diciéndole que bien podía haber sido con éxito parvulario o profesor de escuela, en vista de su buen don con los niños y cuando estos al conocerlo enseguida de una forma automática le quieren debido a que sienten su sana vibra y buen corazón.

Mike tomándome de la mano, me hace girar. Primero como en una vuelta de vals y luego hacia él como en un giro de estilo salsa, pero luego volvemos al pop mientras me retiene en esa posición con mi espalda contra su pecho y continúa cantándome al oído muy bajito, consiguiendo erizarme la piel.

"Love is a feeling (El amor es un sentimiento)

Give it when I want it (Dámelo cuando lo quiera)

'Cause I'm on fire (Porque estoy en llamas)

Quench my desire (Sacia mi deseo)

Give it when I want it (Dámelo cuando lo quiera)

Talk to me woman (Háblame mujer)

Give in to me (Cede ante mí)

Give in to me" (Cede ante mí...)

Michael me abraza sin dejar de movernos y tengo que cerrar los ojos, sintiéndolo tan aferrado a mí, cercano no sólo en cuerpo sino en alma, percibiendo sus manos recorrer mi cintura y mis caderas al tiempo que me hipnotiza con su canto. Porque él es como la misma música (como dije antes) y ésta parece correrle por las venas, transformándosele en electricidad. Una mágica energía que en estos momentos me atrae de forma magnética y me atrapa.

"Don't try to tell me (No trates de explicarme nada)

Because your words (porque tus palabras)

Just aren't enough "(no son suficientes)

"I don't want to (No quiero)

Hear it (oírlo)

Give it to the fire (Entrégate al fuego)

Talk to me woman (Háblame)

Quench my desire (Satisface mi deseo)

Talk to me baby (Dímelo nena)

Give in to me (Ríndete a mí)

Give in to the fire... (Entrégate al deseo)

Give in to me..." (Cede ante mí...)

Mi mano se encuentra con la suya sobre sobre mi vientre y las entrelazamos, y siento entonces uno de sus besos ligeros en mi cuello que sirve de detonante para que yo también encendida me voltee hacia él en busca de su boca.

Ya no necesita pedirme permiso porque esta vez soy yo quien me lanzo a sus brazos traicionándome a mí misma, una gran recompensa para un buen seductor, y él en respuesta me estrecha contra sí como si se le fuera la vida en ello, apresándome sin tardar en un beso demandante. A estas alturas, ya habiendo dejado caer mis inútiles barreras, deseo entregarme a él... allí mismo, donde sea, donde él quiera. Pertenecerle y que también me pertenezca. Más el curioso embrujo se rompe de súbito en cuanto escuchamos la voz de una de las señoras del servicio llamándole para avisarle de algo importante.

-¡Señor Michael, señor Michael, los niños del Hospital Santa Bárbara ya están aquí!-

Michael buscando volverme loca, se aprovecha de que el lugar todavía está medio oscuro y en uno de sus ademanes traviesos me muerde el labio inferior antes de concluir nuestro beso.

-Este asunto queda pendiente señorita- me susurra sonriendo y colocando por último un pequeño beso sobre mi frente -Ven conmigo si gustas o si no espérame aquí que no tardo en volver- me dice además respecto a su actividad por realizar

-Yo... tengo que ir a la habitación por algo, pero enseguida te alcanzo- algo aturdida logro formular

-De acuerdo- él expresa con la mirada todavía encendida mientras le veo alejarse y luego dando un par de palmadas hace que las luces del lugar con sensor de sonido se enciendan, con lo que sintiéndome totalmente abochornada al descubierto, abrazándome a mí misma tengo que disimular.

-Gracias Blanquita-

Le observo entonces con su vitalidad arrolladora saltar de un brinco del escenario e ir a atender la visita, agradeciéndole también a la señora de camino por la información.

Yo la saludo de lejos y ella de forma dulce me sonríe. Un indicativo de que entre sus allegados soy aceptada, y aquello me hace sentir de nuevo bien.

No sé en esos instantes qué hacer. Pensando otra vez con claridad la cabeza comienza a darme vueltas. He estado junto a Michael sólo un día y ya nos hemos comido la boca dos veces, es una señal de alerta de que estamos pasando a segunda base y sin haber definido bien la primera. Michael es adictivo, lo reconozco y aquello es un peligro para mí... para los dos, porque sé que él también sufrirá después cuando inevitablemente debamos separarnos... pero con todo, aún en medio de mi dilema me siento extremadamente feliz y eso también es una buena señal.

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Continuará...

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