Capítulo III: La segunda estrella a la derecha
Después de llegar a Neverland, dejar nuestro equipaje, ponernos ropa más cómoda y servirnos el refrigerio con que nos reciben; salimos contentos a los jardines en dirección al parque diversiones.
Es un anochecer claro y fresco y noto que Mike está de lo más emocionado, cual si fuera de verdad un niño.
-¡Vamos, tenemos todo el parque para nosotros!- exclama -Hoy yo seré Peter Pan y tú serás mi Wendy, ¡Te reto a una carrera al tobogán!- me propone señalándolo a lo lejos.
-Pero yo quiero la noria- especifico ya que tengo opción a voto, sabiendo que no va a negarse a complacerme.
-De acuerdo- dice esbozando una ligera mueca, más sé que no me la va a dejar tan fácil -Pero a que yo llego primero... y si gano me concedes un deseo- recalca entonces subiéndose el cuello de la camisa y mordiéndose el labio inferior en uno de esos ademanes provocativos que realiza según él sin querer y que vuelve loco a su público femenino. Con lo que encantada no puedo negarme a participar.
-¿Qué me crees, Campanita?- refuto no obstante, intuyendo que de alguna u otra forma buscará ganar –Pues el que va a concedérmelo vas a ser tú- con todo le aclaro no dispuesta a dejarme vencer.
Camina por lo tanto de vuelta hacia mí sin dejarme de mirarme con ese peculiar desgano que aplica en algunos de sus videos antes de ponerse a bailar, aparentemente para colocarse a mi lado en posición de salida, y juro que tengo que contener las ganas de sonreír como boba.
-Bien, en sus marcas, listos...- comienza a decir e intento concentrarme, mas no da la orden de largada más que cuando empieza primero a correr -¡Fuera!-
-¡Hey, tramposo!- grito saliendo de inmediato detrás suyo colina abajo, pensando por unos segundos en lo indignante que aquello me hubiese resultado de niña, pero que a estas alturas lo encuentro irrelevante siendo lo único interesante el compartir ese momento con él.
Su habilidad para correr como felino le lleva a alcanzar la meta sin complicarse y su salida con ventaja inclusive le da tiempo para realizar algunos pasos de baile festejando su victoria que presencio mientras le alcanzo. No por nada, siempre he pensado que de no dedicarse a la música bien podría haber tenido éxito en el atletismo.
-Te tardaste- me dice fingiendo un halo angelical en medio de su travesura, llevándose las manos a la espalda mientras se divierte sacándomelo en cara en cuanto llego y después se refriega el puño en el pecho con orgullo.
-Ni lo digas- le advierto algo agitada –Recuérdame que luego te mate- bromeo dirigiéndole una mirada cargada de coraje, aunque francamente en mi interior estoy contenta. Contenta de verlo feliz, de verle ser él y de que ambos realicemos simples actividades como esa, capaces de divertirnos de manera sana y que por el estrés de la vida no podemos poner en práctica siempre.
-¿Sabías que te ves más hermosa cuando te enojas?- me elogia y veo que en su mirada se esconde una chispa de fuego, lo que me pone a pensar así cuál será su deseo. Mi penitencia. Sin embargo, no tengo mucho tiempo para cavilar en ello porque sus empleados acuden entonces con rapidez donde nos encontramos y nos abren las puertas del juego mecánico para que podamos ingresar.
Es impresionante hasta para mí que también me muevo en el mundo de la fama y opulencia gracias a mi trabajo, lo bien que le tratan sus colaboradores. Sin duda alguna una muestra de lo buen jefe que es, siendo un líder con corazón. Analizo.
Una vez dentro, cuando empieza a funcionar el juego, puedo maravillarme una vez más observando la magia que envuelve a todo aquel lugar, toda su propiedad, volviendo a sentir una ilusión tal, comparada sólo a la que me invadía de pequeña dentro de las jugueterías, escuchando la tierna música de Disney de fondo.
Noto que él me observa aunque yo en ese momento lo evito y percibe ese aluvión de ternura que me alcanza, por lo que se acerca despacio a mi oído
-Esto es sólo parte del mundo que merecemos Brooke, el que nos fue arrebatado- me susurra y me veo reflejada en él, en su caso, habiendo sido en el mío forzada a convertirme en objeto sexual todavía siendo niña. Motivo que me hace esconder mi rostro en su hombro como un refugio para aplacar mis ganas de llorar.
Mike me abraza y acaricia mi cabello haciéndome saber que estaré bien, que me encuentro segura a su lado, que va a protegerme contra todo y contra todos, como siempre se preocupa de demostrármelo.
De tal forma cuando me siento repuesta, queriendo retribuirle algo de ese inmenso amor que me brinda, abordo yo misma el tema que antes de subir dejáramos pendiente.
-Entonces, ¿cuál va a ser tu deseo?... El que te debo- le pregunto preparada para todo y además dispuesta. Él esboza primero por lo tanto una suave sonrisa y luego contemplándome parece enfrentarse a una lucha interna por decidirlo entre varias opciones. Puedo leerlo en sus ojos... hasta que al final clava estos sobre mi boca y dice:
-Bésame-
La verdad es que complace acatar su orden. Me complace un mundo.
-Cierra los ojos por favor- le pido de tal modo, dejando escapar un suspiro después de haber contenido la respiración durante algunos segundos de los nervios, en espera de su resolución. No pudiendo evitar ser malpensada en lo normal. Con todo, le adoro con mi vida y quiero que lo sepa.
Michael enseguida como niño bueno hace lo que digo y me encargo así de proceder a cubrirle el rostro de pequeños besos. Primero en su nariz, luego su mejilla izquierda, su mentón, su mejilla derecha, su frente (la cual el mismo baja para facilitarme el asunto) y al final terminamos riéndonos por milésima vez ese día como dos bobos.
Es un momento muy tierno, lo reconozco y en algún punto tengo que bajar la mirada, no queriendo que termine. Deseando quedarme allí dentro con él para siempre.
Michael es un solitario y yo en el fondo soy igual a él. Necesita desesperadamente a alguien en quien confiar en medio de un mar de gente que sólo se interesa por su fortuna y a mí me conoce casi desde niña... por ello no me asombra que acto seguido tomándome la mano, aproveche ese tiempo a solas para retomar el tema sobre lo que sucedió entre nosotros el día de la grabación.
-Sabes, no he podido volver a dormir bien desde nuestro beso...- me confiesa en tanto volvemos a llegar en la rueda a lo más alto, y donde sus asistente la detienen un rato con la finalidad de que como un mirador podamos contemplar los territorios aledaños y a lo lejos la ciudad, cuyas luces ya se pueden apreciar encendidas... y también quizá para complacencia de Michael, con su segunda, para darnos mayor privacidad, concluyo.
-Ese día fue especial y más ese momento...- él continúa -...Dime que lo sentiste también Brooke- me ruega con su vocecita soñadora, que me hace imaginar a veces a los "Castratis" y en el cómo habrían sido. Aquellos tenores antiguos a los que mediante una severa y cruel técnica corporal se les procuraba disminuir la testosterona para que siempre conservaran su voz angelical de niños. Algo que les daba un halo de misterio y una atracción que rayaba en lo mágico, quizá parecida a la que puede causar él.
Aquel tópico que estudiamos en Historia del Arte, se me pasa por la mente pero enseguida lo desecho prestándole mayor atención, pues aunque a Mike lo tienen como al eterno Peter Pan gracias a los medios, yo tengo la suerte de haber sido testigo en bastantes ocasiones de su lado seductor y coqueto y hasta he sido una feliz víctima, con lo que puedo opinar que es un hombre maravilloso, un caballero a carta cabal y como artista está demás decir, un genio.
Es intoxicante, deslumbrante. Alguien que sabe cómo extender su hechizo si desea atraparte, si te abre por un ratito las ventanas a su alma, y una vez que logras ver en su mundo interior no deseas apartarte jamás.
Le miro entonces fijamente y noto la ilusión en sus grandes ojos cafés esperando por una respuesta. Asiento. Pues con todas mis dudas y contradicciones, no quiero mentirle, siendo él también la persona en quien más confío. En respuesta, le veo de inmediato esbozar su sonrisa tan maravillosa, la más bella que he visto en un hombre, y abalanzándose sobre mí en un impulso de alegría me toma el rostro entre las manos y vuelve a besarme. Su risa de triunfo unos segundos después me llega al alma.
Él ríe de corazón, sin dejar que tanta calumnia a causa de la envidia y maldad a su alrededor acaben con su bondad y su sentido del humor... y reparar en ello me conmueve, haciéndome llorar.
-¿Qué pasa mi nena?- él no tarda en percatarse con preocupación y se ocupa enseguida de besar también mis mejillas para tranquilizarme y de absorber mis lágrimas.
Yo por todo sólo me abrazo a su ser porque me encuentro muy sensible y lloro hasta que de momento se me pasa la tristeza de tener presente que si no quiero lastimarlo debo buscar poco a poco la manera de alejarme. Empero, Michael ajeno a las verdaderas razones de mi sentir, saca sus propias conclusiones, las cuales a simple vista parecen obvias.
-Tranquila- dice para consolarme, dejándome que apoye la cabeza en su pecho en tanto me acaricia el cabello –Entiendo que estés aún dolida por lo de la ruptura. Siempre supe que ese tipo no te merecía... Confieso que a veces cuando me enteraba de algún evento donde posiblemente iban a estar juntos, se me cruzaba por la mente aparecerme de pronto allí sin avisar para sacarte, arrebatándote de su lado. Quería gritarle en la cara cuánto te quiero... No tienes idea de toda la rabia que sentía al verte con ese costal de plomo- sin ya poder contenerse me cuenta.
-Ahora lo tengo claro- le digo agradecida en el fondo por su sinceridad y ya más tranquila me enderezo mientras él me toma la mano.
-Ya pasará Brooke, ya lo verás. Con el tiempo te sentirás mejor y volverás a sonreír. Yo me encargaré de eso y voy a cuidarte de la forma en que mereces. Como la bella flor que eres... Si me lo permites claro- con su adorable timidez tan contraria a la pantera en que parece transformarse cuando está en el escenario, se me vuelve a declarar al tiempo que deja caer la mirada -¿Me lo permites Brooke?- insiste y no sé a decir verdad que contestarle
No le cuento que la gota que derramó el vaso para que concluyera mi relación con Dean fueron los celos por su causa. Que mi ahora "ex" también se moría de rabia cada vez que escuchaba mencionar su nombre, porque aquello sería como hablar mal de quien fuera mi compañero durante años a sus espaldas y también le respeto, por lo que considerando que cualquier respuesta puede ser demasiado pronta, me armo de valor para romper la burbuja de intimidad perfecta en la que nos encontramos en las alturas y en donde minutos atrás deseé quedarme a vivir, aplicando uno de mis recursos de actuación para no empeorar las cosas.
-Mike disculpa pero creo que no me siento bien, estoy empezando a marearme- profiero esforzándome por poner cara de enfermiza -¿Podríamos por favor bajar?-
Él aunque me mira unos instantes con suspicacia y sé que no me lo cree del todo (conociendo así mismo mi vasto entrenamiento actoral), no refuta mi petición y enseguida me hace caso. Una demostración más de cuánto me quiere.
-Está bien, haré que detengan del todo esto- resuelve y se comunica sin perder tiempo vía radio con sus asistentes abajo para que activen de nuevo la maquinaria y así podamos descender.
-----------------------------------------------------------------------
Ya en tierra firme, respetando mi privacidad cuando decido adelantarme hacia la casa, Mike no me dice nada, quizá confiando en que llegará nuevamente el momento de aclarar nuestras cosas.
El cargo de conciencia por tenerle en ascuas, sin embargo, hace que me voltee al llegar y antes de ingresar para observarle, dándome cuenta que ha buscado a propósito quedarse atrás y que en ese rato se encuentra entretenido rozando contra los arbustos y los troncos de los árboles y también usando de bastón una vara que ha recogido del suelo en alguna parte del camino, todo en tanto tararea partes de sus canciones, pensativo.
Me permito contemplarle de tal modo a la luz de la luna en toda su magnificencia. Apuesto, carismático, magnético, enigmático, talentoso, capaz de obsesionar a cualquiera... pero más allá de todo eso, un genio incomprendido al que le falta un gran amor... Alguien que esté siempre a su lado para apoyarlo y cuidarlo, como también se lo merece. Por ello más que nunca me doy cuenta de que yo no podría ser a cabalidad esa persona, no estando segura de sí podría cumplir del todo con lo señalado teniendo en cuenta los asuntos de mi propia vida, y aquello hace que otra vez me entristezca.
---------------------------------------------------------
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top