5. ¿De quienes habla Tessa?
Llevo aproximadamente quince minutos despierto, pero no me he movido, ni he pensado siquiera en abrir los ojos, pues Gun está a mi lado y todo parece ser un sueño, siento que si los abro será como despertar de uno de aquellos tantos que tuve mientras estuvimos separados. Él simplemente desaparecerá y yo, nuevamente me encontraré sumido en el dolor.
No logro comprender porque tengo esta sensación de pesimismo, de temor, dentro del corazón. No dejo de pensar que él me dejará nuevamente. Tengo tanto miedo y aunque mil veces lo he pensado —el simplemente pedir perdón y volver a empezar— no logro hacerlo ahora que nos hemos vuelto a encontrar, porque, aunque duela aceptarlo, no es para nada simple, al contrario. Todavía hay algo que no encaja, Gun está muy misterioso, distante. Él nunca fue así. Aunque lo de esta mañana no fue nada distante. Que saltara a mis brazos y me besara de esa manera, fue como cuando vivíamos juntos y él buscaba cualquier oportunidad o pretexto para saltar sobre mí y llenarme de besos.
Justo ahora, sus dedos están recorriendo mi pecho y siento como se me pone la piel de gallina, los pequeños vellos se han erizado y sentir su nariz en mi cuello, olisqueando mi aroma, ha enviado una señal de alerta a mi parte baja. Si él continúa haciendo eso, no lo soportaré más y seré yo quien le salte encima esta vez y lo devoraré toda la noche. Le haré el amor hasta que no pueda levantarse.
Siempre fui un tonto que temía dar demostraciones de amor cuando estábamos rodeados de otras personas, sin embargo, cuando las puertas de nuestro hogar se cerraban —y siempre, siempre después de una ronda de sexo pasional—, Gun y yo nos abrazábamos cobijados bajo las mantas y planeábamos nuestro futuro juntos: soñábamos con tener hijos, construiría una casa para él, en la cual podría tener un enorme salón que llenaría con obras de arte de todos los países que visitaríamos, porque así lo prometimos.
La abuela de Gun siempre nos aconsejó viajar mucho. Conocer distintos lugares antes de sentar cabeza y tener hijos. Nosotros le prometimos hacer todo eso después de graduarnos. Yo sería arquitecto y Gun estudiaría arte. Lamento tanto que haya abandonado los estudios, no sé si aquí haya podido retomarlos, no se muchas cosas de él, porque obviamente en dos años suceden muchas cosas. Ahora, ni siquiera sé si él ha conocido a alguien más. Sé que me ama como yo a él, pero dos años es mucho tiempo y no podría reclamarle ni echar en cara nada si él me dice que tiene a alguien más. Sé que dolería como mierda, pero tendría que aceptarlo porque fue mi culpa el habernos separado.
Quiero que juntos cumplamos nuestros sueños, que las cosas vuelvan a ser como fueron en algún momento del pasado, pero mejor, porque ahora no le temo a nada, lo único que quiero es recuperar su amor, recuperar el tiempo perdido y ser feliz con él, mi primer y único amor de verdad.
» En realidad yo nunca renunciaría a mi Gun, a pesar de haber cometido mil errores y de haberme equivocado como un estúpido, sé que podemos superarlo todo. Aún es tiempo para que nuestro amor vuelva a florecer.
—¿Off? —Escucho su hermosa voz, pero pretendo estar dormido todavía.
Gun acaricia mi pezón con la yema de su dedo, suave y delicadamente, mientras sopla cerca de mi oreja con un hilo de aire que me hace estremecer, ya se ha dado cuenta que estoy despierto.
—Mmm —digo moviéndome un poco, solo un poquito, para evitar que él sepa que me hizo temblar.
Gun sonríe y mordisquea el lóbulo de mi oreja, propiciando que jadee mientras lo aprieto más fuerte del hombro, ahí donde mi mano ha descansado desde el momento en que nos quedamos dormidos.
—¿Hasta cuándo pensabas fingir que dormías Off?
—Hasta que te compadecieras de este pobre hombre y de sus labios, fundiéndolos con los tuyos en un beso apasionado. —digo y él sonríe.
—Bien podrías haber abierto la boca y pedirme que lo hiciera mientras tus ojos me miraban. ¿Acaso no hubiera sido eso más fácil?
Sonrío.
—Entonces no hubiera disfrutado de tus caricias clandestinas —le digo y él se sonroja tan lindo, tan tierno, tan mío—. Mi Gunnie, como extrañaba estos momentos junto a ti.
—También yo, Off.
—Te eché mucho de menos. No tienes idea de cuánto, Gun.
—Te he extrañado con todas las fuerzas de mi corazón Off. Cada día, todos los días.
Gun me mira y su mirada es la misma, aquella que vi por primera vez cuando solo era un chiquillo de diecisiete años. Yo acaricio su mejilla, lo acerco un poco más a mí y lo beso. Un beso tierno, que no tiene otro significado más que el que él y yo sabemos: "Te amo para siempre porque tú eres mío y yo soy solo de ti"
Este es el momento en el que realmente nos estamos reencontrando después de dos años separados. No fue el sexo, claro que no, ese fue el encuentro de nuestros cuerpos embargados por la infinita pasión, pero no fue solo sexo, fue hacer el amor. En cambio, ahora, simplemente abrazados y disfrutando la compañía del otro es realmente el momento más importante para nosotros, el mejor momento. Podemos compartir caricias, sentimientos y pensamientos. Puedo saber sin preguntar ¿Qué está bien? ¿Qué está mal? Podemos conversar y conocernos aún más, crear un lazo difícil y hasta imposible de quebrantar.
—Gun —le digo— en alguna de mis cartas te dije que no podía renunciar a ti. Que siempre al llegar la noche nosotros nos perdonábamos cualquier cosa que nos hubiera hecho enojar, porque-
—A pesar de todo nos amábamos. Y me pediste una señal... —el completa la frase que quería decir.
—Sí, deseaba con todo mi corazón una respuesta por parte tuya y saldría corriendo a buscarte sin importar a donde, aunque tuviera que buscarte en el fin del mundo.
—Lo sé Off, créeme que lo sé, yo deseaba lo mismo porque necesitaba decirte que-
Gun no terminó de hablar, porque un toque en la puerta captó toda su atención.
Salió de la cama rápidamente, envolviéndose con una de las sábanas que se encontraba hecha un ovillo en la parte baja y entreabrió la puerta, sin encender las luces.
—Joven Gun, lo lamento por interrumpir, pero él señor llamó y me preguntó si volvería esta noche a casa, él niño no ha dejado de llamarlo.
¿El señor? ¿El niño? ¿De quienes hablaba Tessa?
—Está bien Tessa. Gracias. Tenga lista la cena para el señor Off por favor.
—¿Y usted joven?
—No Tessa, me iré en un momento.
Escucho a los lejos que Gun me habla, pero no puedo responder, ni siquiera entiendo una sola palabra de las que dice, no puedo ni mirarlo.
Salgo de la cama y me acerco a la ventana que se encuentra un poco abierta. Por encima de un frondoso árbol puedo observar las estrellas, es una noche preciosa, el viento sopla suave, la noche perfecta para que los enamorados se hicieran confesiones de amor. Pero Gun y yo, no haremos eso. Sé que esta noche no.
Escucho la puerta cerrarse, inmediatamente una lágrima se me escapa y rueda por mi mejilla izquierda, luego cae hasta tocar el suelo. Mis manos están temblando y de pronto el aire, que hace un momento sentía muy fresco, se ha congelado y se ha clavado como una daga afilada justo en el centro de mi pecho, ahí donde mi corazón ha empezado a latir muy débil. No tengo que voltear para saber que él ya no está en la habitación. Me ha dejado. Gun se ha marchado.
Pero no estoy llorando porque sienta que lo he perdido otra vez. Lloro porque el tiempo fue muy corto y porque sé que, en el fondo, por más que nos amemos, a Gun le tomará un tiempo volver a tenerme confianza. Y yo tengo que ser paciente y demostrarle que soy el Off del que se enamoró, pero sin temores absurdos, y al que ya no le importa para nada el qué dirán.
Soy un nuevo Off, un tanto sensible debido a la soledad en la que me dejó, pero con el mismo amor que desborda el corazón, un amor que solo podré entregarle a él.
Voy a recuperarlo. Voy a hacer que me ame y voy a casarme con él, como siempre lo soñé, pero antes debo saber a qué señor se refería Tessa, tengo que interrogar a la mujer.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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