24. Nuestra primera cita

Dos días han transcurrido, desde aquel momento en que Gun y yo fuimos testigos del efusivo reencuentro entre nuestros hermanos.

Decidimos hablar con ellos por separado y al final de la noche, tomamos la decisión de no involucrarnos. Tendrían que resolver el revoltijo de emociones que se cargaban en el corazón, por ellos mismos, después de todo ya no son unos niños. Pero eso no quiere decir que no nos preocupe la situación, al contrario, Joss vuelve hoy de su viaje e inevitablemente habrá una confrontación.

Es por ese motivo justamente que, hoy, mi hermoso novio, mi amado hijo y yo, decidimos pasar el día fuera de casa, para dar espacio a los chicos y puedan resolver sus asuntos y de paso también pasar un tiempo los tres a solas.

Sé que es casi imposible, pero de verdad espero que las cosas resulten bien para ellos, aunque es inevitable que quede más de un corazón roto...

—Jeans con rasgado... listo —le oigo decir, mientras va marcando una de esas extrañas listas que siempre anda haciendo— camiseta blanca... listo, converse del mismo color... listo; una chaqueta... listo y, por último, gorrito azul... listo.

Gun elige, así, el outfit que usará Chimon —en realidad los tres— para nuestra primera cita, sí, es la primera vez que saldremos juntos como una pequeña familia. Él quiere que todo sea perfecto, así que desde ayer lleva eligiendo la ropa que usaremos, porque ¡diablos! los tres iremos combinados —no me molesta— en realidad me parece de lo más adorable y además ¿quién soy yo para llevarle la contraria a mi hermoso novio? Hacer feliz a Gun, es ser feliz yo mismo y ver la enorme sonrisa en sus labios mientras prepara a nuestro hijo para nuestro primer paseo, realmente me llena de felicidad. Ahora mismo, me siento el hombre más afortunado del mundo.

—Parece un hermoso muñequito —me dice sonriendo, mientras termina de colocarle las converse rojas que eligió para la ocasión—. ¿No crees que es el niño más bello del mundo?

—Lo es mi amor, al igual que tú cuando sonríes y te emocionas de esta manera.

Gun toma en sus brazos a Chimon y se acerca hasta el espejo junto al ropero. Extiende la mano, pidiendo que me una a ellos...

—Míranos Off, estamos juntos, los tres, somos una pequeña familia.

Sonrío, al tiempo que lo abrazo por la espalda y me inclino apoyando mi mentón en su hombro.

—Lo somos, ustedes son mi hogar Gunnie.

Gun me mira de lado y Chimon sonríe colocando una mano en mi mejilla.

—Papá, amo. —dice mi hijo y sus palabras vuelven cálido mi corazón.

Veo los ojos de Gun llenarse de lágrimas y aunque sé que son de alegría, no pretendo dejar que hoy derrame una sola.

—También te amo Chimon y a papi, con todo mi corazón. —Deposito un beso en su cabecita y beso también la frente de Gun—. ¿Nos vamos mis hermosos? —Pregunto y Gun asiente.

Caminando ya hacia la puerta, él se gira por un instante y gesticula un "Te amo Off" y me guiña un ojo.

¿Qué si soy feliz?... sí, realmente soy muy feliz.

—Abrocho el cinturón de la carriola y estará listo. ¿Preparado para el paseo Chimon?

Le dice Gun a nuestro hijo y sonríe hermosamente, está tan emocionado. Decidimos caminar, estamos muy cerca del centro de la ciudad, pero hay muchos parques y lugares tranquilos para pasar un agradable momento en familia.

Empujo la carriola siguiendo mis pasos —no muy rápido— y nos disponemos a salir de la casa. Tessa nos abre la puerta y se coloca a un lado.

—Que se diviertan mucho mis niños. —Dice ella con dulzura en sus palabras—. Me encargaré de recibir los camiones de la mudanza.

—Muchas gracias Tessa, adiós.

Caminamos un momento por la acera, yo empujando la carriola y Gun colgando de mi brazo. Él va tarareando una canción, mientras Chimon balbucea palabras que no logro entender.

Mild dijo que el bebé pronto empezara a hablar más fluido y me he dado cuenta que así es, hace poco más de una semana lo noté, intenta con todas sus fuerzas hacerlo y eso me llena de emoción, porque sé que mi hijo superará cualquier limitación, que se haya podido suponer que tendría. Sé que, estando juntos, los tres, todo mejorará.

Chimon disfruta del paseo, sus manitas aplauden sin ningún motivo, la poca gente que circula por el lugar, lo mira enternecida y yo me siento orgulloso de mostrarles a mi bella familia.

» Llegamos a un enorme parque, con muchas entradas, los frondosos y verdes árboles dan sombra y también nos regalan una muy ligera brisa. El área en su totalidad está llena de verde y flores multicolor.

Caminamos un poco y nos detenemos a descansar. Gun saca una manta, la tiende en el césped y se deja caer sobre ella.

—Este lugar es perfecto —me dice.

Tiene los ojos cerrados y la cabeza tirada hacia atrás, está apoyado sobre sus codos y respirando profundo mientras la sonrisa en sus labios se va dibujando, los rayos del sol se filtran entre las hojas de los árboles y hacen brillar su rostro con reflejos dorados. Es una imagen tan bella del hombre que amo. Se ve tan relajado, tan libre... tan feliz, no dudo en tomar una fotografía y él ni siquiera lo ha notado.

Saco a Chimon de la carriola y tomo su vasito de agua, me siento junto a Gun y ofrezco el vasito a mi hijo, luego de sentarlo junto a mí, él toma cada asa del mismo y se lo lleva directo a la boca, esta sediento.

—Despacio bebé —le digo y escucho la voz de Gun...

—No le digas Bebé. Usa su nombre mi amor, ya sabes que es por su bien.

—Lo sé, lo comprendo, pero es tan difícil Gunnie. Aun no me acostumbro.

—Entiendo mi amor, pero-

—Está bien Gunnie, no te aflijas, sé que lograremos hacer que Chimon supere todas aquellas secuelas, que se presume pueden haber quedado. Sacaremos adelante a nuestro hijo.

—Míralo Off, está intentando hacer una travesura...

—¡Chimon no! —me descuidé un segundo y él intentaba vaciar el contenido de su vaso, agitándolo enérgicamente.

—Menos mal que es a succión —dice Gun riéndose a carcajadas...

—Rayos Gun, me alegra mucho que te diviertas a costa mía.

Nos miramos por un instante, Chimon aplaude riendo y los tres terminamos haciéndolo armoniosamente.

Chimon aún no camina, su desarrollo psicomotor se ha visto comprometido. El medico nos dijo que tendríamos que observarlo constantemente, no presionarlo, pero si ayudarlo a que haga todas las actividades propias de su edad. Así que ese fue uno de los motivos por el cual estamos justamente aquí. Hoy intentaremos hacer, al aire libre, que Chimon camine sin sostenerse de nada.

—Papá amo.

—Y papá ama a Chimon.

—¿Papi?

—También amo a tu papi Chimon. Ahora, intentaremos caminar un poco ¿te parece? ¿Ayudarás a papá?

—Iii

—Si —corrijo— sss-iii ¿puedes decirlo?

—iii

—Está bien precioso, muy bien, seguiremos intentando.

Gun se aleja unos pasos, mientras sostengo a Chimon de sus manitos, previamente he tenido que dar masajes en sus piernas para ayudarlo a relajar y hemos caminado junto a él, sosteniéndolo cada uno de una mano. Pero es momento de que Chimon intente hacerlo solo.

Siento mariposas en el estómago debido a la emoción, esta sería la primera cosa que haría como padre, nuestra primera actividad padre-hijo para recordar. Y por supuesto que Gun se encarga de tomar muchas fotos del proceso.

—¿Estás listo Chimon?

Gun está nervioso, lo observo, se muerde el labio inferior y los dedos en sus manos abiertas están bailando. Sus ojos bien abiertos pero inundados por lágrimas que estoy seguro en cualquier momento terminaran rodando por sus rosadas mejillas.

—iii papá... ito.

—Bien aquí vamos... ¿llegarás hasta papi está bien?

—ii

Mi hijo está dispuesto, es tan inteligente, entiende todo lo que yo le digo, es sorprendente como en tan pocos días él ha podido superar muchas cosas...Y aquí vamos.

El pañal que aun usa, hace ver su trasero gordito, va enfundado en el jean que Gun le puso, pero no es ajustado, es un material especial, por lo cual Chimon tiene toda libertad de movimiento.

Me agacho para darle un abrazo y transmitirle confianza, él me besa, antes de que yo lo haga y me mira directo a los ojos, como diciendo "papá, confía en mí, yo puedo hacerlo". Y confío, sé que mi hijo lo hará. Estoy completamente convencido de eso.

En cuclillas, lo giro, haciendo que me dé la espalda, lo tomo por la cintura presionando un poco hacia abajo, como asegurándome que tenga los pies bien fijos en el césped, separo mis brazos haciendo una barrera de contención alrededor suyo y le susurro... "adelante campeón" ... Chimon levanta el pie y avanza al frente, sus pequeños brazos abiertos —él está alerta— como si supiera que, si se tambalea o está a punto de caer, puede usar sus manos para contenerse. Un paso firme, un suave vaivén, sus manos abiertas, pero no se sujeta. Mi respiración es muy fuerte, temo que demasiado ¿acaso puedo perturbar su equilibrio? Quisiera no respirar, hasta que él logre hacerlo... Un paso más, y veo a Gun. No dice nada, mira con expectativa... Segundo paso, sus manos caen un poco, estoy aguantando la respiración, pero ahora mismo puedo escuchar los latidos de mi corazón. "papá amo" dice mi hijo y una inevitable inundación nubla mi visión. Traicioneras lágrimas, no me permiten ver con claridad... Chimon sale de la barrera que formé con mis brazos y camina tambaleándose, directo a los brazos de Gun, quien está llorando ya sin contenerse... Chimon llega frente a él y Gun lo levanta en sus brazos.

—¡Lo hiciste Chimon, Pudiste hacerlo!

Lo llena de besos por todos lados y mi hijo se desbarata en sonrisas, doy unas zancadas y los rodeo a ambos con mis brazos, apretando tanto como es posible que aguanten.

—Los amo inmensamente.

Nos sumimos en una burbuja de amor, estamos juntos, estamos riendo, estamos llorando, somos felices, qué más puedo desear tener... esto es todo lo que mi corazón necesita, Gun y mi hijo, lo son todo para mí.

Sé que he tomado la mejor decisión y no voy a arrepentirme jamás, no puedo estar lejos de ellos. Empezaré de cero en una nueva ciudad, un nuevo país, pero no me asusta en lo absoluto hacerlo. Porque esto, es lo que más deseo. Mi hogar, son ellos.

—Es mi turno de sostenerlo —dice Gun de pronto—. Vamos Chimon, es tiempo de buscar a papá.

Se aleja un poco con Chimon y lo pone en el césped, Chimon me mira y una sonrisa hermosa, tan parecida a la de Gun, se forma en sus labios.

—Bien, estoy listo —digo abriendo los brazos, esperando el momento que mi hijo llegue hasta mí y poder abrazarlo.

Y lo veo, la imagen más tierna, más hermosa que puedo imaginar, Chimon sonriendo con sus dientes conejos que aún no terminan de crecer, sonriendo chinito caminando firme hacia mí, tratando de alcanzarme mientras de sus labios se escapa la palabra que yo tanto amo escuchar... "Papá" ... Levanto la mirada un segundo y veo a Gun llevarse las manos a la altura de la boca mirando enternecido y emocionado, y sí, es la imagen más dulce, mis dos amores en el mismo encuadre... la fotografía perfecta.

Abrazo a mi hijo, me permito caer de espaldas en el gras con él en mis brazos y lo suspendo un poco en el aire, sujetándolo de las axilas "te amo Chimon", le digo y sé que él entiende cuando me lanza un beso volado. No me canso de repetirlo, lo amo. Vuelvo a apretarlo contra mi pecho y no contengo más mis lágrimas, amo este momento.

—Mis hermosos príncipes, es hora de comer. —Gun se une a nosotros.

—Recién te comiste dos sándwiches Gunnie.

—Ufff, lo sé. Creo que indiscutiblemente engordaré. —Gun hace un puchero adorable—. Pero comer es tan rico...

Nos echamos a reír y cuando por fin el silencio ha vuelto, escucho el rugir del estómago de Gun, así que tomo a mis chicos y nos encaminamos hasta uno de los restaurantes que hay dentro del parque, antes de que el dinosaurio que tiene Gun en el estómago quiera salir.

» Decidimos ordenar el almuerzo y vaya que me sorprendió ver todo lo que Gun pidió, no pensé que fuera a poder comer ni la mitad de lo que le pusieron en frente, pero lo hizo.

Me explicó que era un solo plato servido en tres partes. Cocido madrileño, era una combinación de carnes, verduras, menestra y un caldo con fideos. El solo verlo a mí me provocó arcadas, pero Gun estaba maravillado, no sé cuántos distintos tipos de carne tenia ahí y se las comió todas, realmente creo que si tiene un dinosaurio en el estómago.

No tenía mucho apetito, así que solo comí una tortilla de patatas, acompañada por un batido de frutas y para Chimon pedí un puré con carne asada, que deshilaché en un plato aparte.

Chimon, por primera vez empezó a comer solo y lo hizo muy bien, mi hijo estaba concentrado, tomando la cuchara especial —que Gun había llevado en el bolso junto a los demás implementos— logrando llevarse casi en su totalidad todo el contenido a su boquita.

Gun hacía sonidos de placer, aun cuando ya había terminado su comida, realmente disfrutó comiéndola...

—¿Qué haremos ahora? —Pregunté— pensando que Gun pediría regresar a casa, sin embargo, mi precioso novio, me pidió volver al lugar donde habíamos estado horas antes. Aun no era tiempo de volver a casa.

Despacio, saqué el contenedor de pañitos húmedos de Chimon y limpié las comisuras de su boca. Él estaba concentrado, tratando de poner un trocito de carne en su cuchara, pero al no conseguirlo, tomó la carne con su mano y la metió rápidamente en su boca. Luego me miró y sonrió travieso. Es realmente adorable.

Salimos del restaurante y tras poner a Chimon en la carriola, avanzamos nuevamente hasta el lugar en el que habíamos estado antes. Chimon se estaba quedando dormido, así que después de tender la manta en el gras y sacarlo de la carriola, me acosté con él para descansar un momento.

—¿Vienes Gunnie?

—No mi amor, aprovecharé para dibujar algo, el paisaje es hermoso ¿no crees?

—Sí, lo es —un bostezo se me escapó y Gunnie sonrió.

Chimon buscó mi pecho, así que lo subí sobre mi torso, su respiración se fue volviendo más suave y pronto me di cuenta de que había caído en un profundo sueño.

No sé en qué momento sucedió, pero también me quedé dormido.

Abro lentamente los ojos y me encuentro con dos pares enormes de ojos que me miran...

—Bienvenido de vuelta, bello durmiente.

Gun y Chimon están acostados sobre su estómago, junto a mí, mirándome detenidamente.

—Oh, Gunnie ¿Cuánto dormí?

—Alrededor de una hora, estabas agotado.

—Vaya, lo siento.

—Ehh no te preocupes mi amor, Chimon acaba de despertar, durmió igual que tú. Y yo aproveché en hacer algunos dibujos —me dice encogiéndose de hombros.

—¿me muestras?

—No. Lo haré cuando esté terminado.

—Creo que es tiempo de volver.

—Tienes razón, aunque sé que acordamos no intervenir en los asuntos de Tay y New, estoy inquieto. Siento que debemos estar cerca.

—También lo creo Gunnie. ¿Entonces nos vamos?

—Vamos.

» Veo a Chimon y a Gun caminando junto a mí y comprendo que mi vida, está cambiando, tan rápido, tan de repente y estoy feliz de como ha sucedido todo, no me arrepiento y sé que nunca lo haré, ahora sí puedo decir realmente que estamos pasando a un siguiente nivel... uno que si se siente correcto. No como lo que intenté decir a Gun en una de mis últimas cartas, la de setiembre...

«Gun. No es la despedida lo que duele, lo que duele son los recuerdos que deja esa persona en nuestro corazón y que nos hace pensar que no volveremos a ser igual de felices...»

La despedida si duele, duele como mierda decir adiós y los recuerdos que te quedan, matan poco a poco tus ganas de vivir, porque sientes que nada de lo que venga después podrá hacerte igualmente feliz, así que ¿Por qué decir adiós? ¿Por qué vivir de recuerdos? si es tan hermoso tener alguien especial en tu vida, que te llene el corazón con su sola presencia y que con su sonrisa ilumine todos tus días...

Nuestro primer día en familia terminó, con muchas emociones grabadas en el corazón. Un largo camino por recorrer nos espera a Gun y a mí, pero esta vez, con la mayor confianza, con todo el valor, la esperanza, voluntad y sobre todo un verdadero amor, estoy seguro lograremos recorrerlo hasta el final... juntos, como siempre debió ser. Porque nunca dejaré que mi vida se convierta en solo recuerdos y promesas, porque ahora sé que al pensar eso, yo, estaba equivocado. 

𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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