17. Simplemente importa el amor

—Corre.

Gun me agarra de la muñeca y tira de mí hacia la salida, mientras todas las personas se quedan mirándonos, algunas riendo e incluso tomando fotos de nosotros y otras sorprendidas por la escena, pero poco me importa ahora, lo que quizá en un tiempo pasado me llegó a molestar.

Gun hizo dos coronas de flores con un ramo que nos obsequiaron unos turistas, al vernos pasear por el enorme jardín tomados de la mano y besándonos de rato en rato, y simuló una boda, en la que él —antes que nada— se ponía de rodillas ante mí y me decía que deseaba pasar el resto de su vida, amándome y haciéndome feliz. Hizo que me agachara entonces, y en vez de un anillo en mi dedo, puso la corona de flores y tendió su mano con la otra, entregándomela para colocársela a él. Se colgó de mi cuello, como siempre suele hacer, y me besó, me besó en los labios sin importar que no estuviéramos solos, sin importar más que el hecho de que estábamos juntos y disfrutando de nuestro amor y de nuestra boda, finalmente estábamos casados...

Comenzamos a correr calle arriba sin mirar hacia atrás o soltarnos las manos hasta que llegamos a la calle en la que Gun había aparcado el auto cuando llegamos. Gun me extiende la llave y me dice:

—¿Quieres intentarlo? —niego rotundamente con la cabeza.

—No quiero ir preso Gunnie, necesitaría tener la licencia internacional y no me dio tiempo de hacer nada. Lo único que quería al recibir tus cartas era inmediatamente estar junto a ti.

—Te amo —me dice, colgándose de mi cuello y dejando un tierno beso en mis labios.

Gun sonríe lindamente y me guiña un ojo, antes de subir en el lado del conductor.

—También te amo —le digo mientras cierro la puerta por él.

Gun no deja de sonreír, y yo, siento que en mi corazón no cabe un gramo más de felicidad, me siento tan completo ahora, soy tan feliz. No puedo imaginar mi vida sin él.

«Querido Gun, porque te fui queriendo de a poquito, despacio, con calma y precaución, hasta que decidí arriesgarme y quererte como solo yo sé hacerlo, intenso con alma y corazón, con todo mi ser. Te pido por favor. No me niegues tu perdón...»

Me pierdo en mis pensamientos por unos minutos, mientras recuerdo el momento en que le escribí una carta a Gun, aquella en la que recordaba que habíamos planeado tener una vida feliz, juntos, que tendríamos hijos. Era mayo, cuando la escribí, la carta número cuatro. Aquella carta que fue de añoranza, porque no lo tenía y quería más que nada en ese momento tenerlo junto a mí, porque cada vez estaban más claros los sentimientos en mi corazón. Los iba aceptando, más y más y cada día su presencia me faltaba para poder respirar.

El auto se detiene un poco antes de la casa y eso me sorprende.

—No me puedo creer que hayas aceptado con agrado lo que hice. —Murmuró Gun de pronto, antes de dejar caer una lágrima por su mejilla y eso me deja sin respiración—. Creo que he perdido la cabeza. —continúa y suelta una carcajada que me asusta—. Me estoy riendo como un auténtico lunático. —termina.

Mi corazón va a mil por hora y me cuesta respirar y Gun está riendo, después de llorar, creo que realmente enloqueció. Pero me mira y su mirada se encuentra con la mía. Su ataque de risa se esfumó así de rápido como llegó. Gun deja de reír y una sutil y bonita sonrisa dibujada en sus labios es lo único que queda. Y yo, por primera vez en mucho tiempo siento que estoy vivo, ya no soy un simple espectador soy participe de la historia de amor que hace tanto tiempo empezó.

—¿Te he dicho que eres hermoso y que te amo? —le digo perdiéndome en lo profundo de su mirada.

—Unas mil veces en lo que va del día y todavía no me he acostumbrado. —Me dice con una sonrisa tímida—. ¡Tú eres hermoso Off! el más bello de todos los hombres y yo te amo mucho más.

Me acerco un poco más a él y acuno su rostro en mis manos. Nos besamos, intensamente lo hacemos, con necesidad de pertenecer el uno al otro, incluso sabiendo que es solo un momento.

El día en el parque fue maravilloso, tomamos muchas fotografías de ambos, de él, de mí. Y por supuesto de nuestro momento después de darnos el sí. Pero ahora, necesitamos volver a casa. Hay alguien que nos espera, alguien que es la pequeña parte que hace falta para completar la inmensa dicha que sentimos en ese momento... Chimon, mi hijo, nuestro hijo.

Y en medio de tanta felicidad, los dos no sabían, que aun conocerían demasiados sentimientos variados e intensos, que estaban por llegar. Pero en ese momento ya nada era igual, se habían reencontrado, el amor que creyeron perdido, había vuelto, resurgiendo en sus corazones con fuego abrasador. Dejándoles saber que cuando dos personas están destinadas a estar juntas, no importa el tiempo, ni las personas, las segundas –o terceras, o cuartas– oportunidades. Simplemente importa el amor.

Haber terminado su relación, no los hizo olvidarse, la frustración del momento, la tristeza y el dolor, los llevó a cometer errores y su historia de amor por un tiempo se quedó archivada, pero pudo resurgir, justo ahora, en el momento preciso que las condiciones son más propicias y saben que tienen una vida entera por delante.

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top