Conocerte es un Placer
Me aprieta la mano y la sujeta por lo que parece ser una eternidad. Siento un calor feroz recorrer mi cuerpo y me sube el color del cuello a la cara cuando me percato que es la primera vez que toco su piel.
"Cappuccino's?" La entrometida barista interrumpe y mira de uno al otro antes de poner los cafés en la mesa. Un corazón blanco adorna la espuma sobre el café; será una señal? Riendo entre mi sacudo la cabeza y sumerjo la galleta de avena y pasas en su centro.
-So, cuéntame. Como es que me conoces de nuevo?
-Eras mi vecino del frente... Aveces caminábamos juntos al colegio.
-¿Caminábamos juntos?- Parpadeo confundido.
-Bueno,- sentí un calentón en la cara y sabía que probablemente estaba roja como un tomate; -tomábamos el mismo rumbo. Aveces éramos dos o tres en el grupo. No hablábamos, ni éramos amigos...
Parecía sorprendido, -¿Nunca hablamos?- Sonrió, -parece que era más tonto de lo que pensé.
Se rió mostrando sus dientes derechos y noté que había corregido aquella entrañable torcedura que tenían sus dientes frontales en el colegio. Pasó la mano sobre sus cabellos rizados y la definición de su bícep derecho me hizo apretar las rodillas juntas y mi estómago dió una voltereta.
-¿Por qué?
-Porque estaba tan concentrado en mí que no preste atención a una muchacha tan guapa como tú.- Sus ojos se clavaron en mi rostro y se me quedaron mirando por varios segundos antes de tomar el café en sus manos y llevárselo a la boca. Un poco de espuma cubrió su labio superior y con la punta de la lengua, lentamente la pasó sobre los labios.
Mi corazón comenzó a latir fuertemente en mi pecho y quedé sin aire observando la deseada lengua hasta que vuelve a sonreír pícaramente, porque se dió cuenta lo que estaba mirando y probablemente, sabe lo que pienso. Mi pecho se eleva levemente y siento un deseo incontrolable de besarlo. Envés, escondo la mirada, y mi cara con la taza de café.
-¿Estás saliendo con alguien Marina?- Su voz suave y profunda me acaricia.
Moviendo la cabeza de lado a lado le dejo saber que no. -¿Tú?
-Rompí con mi novia hace seis meses porque me mudaba para acá... Mi papá sufrió un ataque de apoplejía y mamá me pidió que viniera para ayudar por un tiempo. Como me gradué de terapistas físico me fue fácil regresar y encontrar trabajo aquí.
-Sí, supe lo que le pasó a tu papá. Lo siento mucho. ¿Cómo está?
Se incógnito de hombros; -por suerte mejor. Gracias. Ahora debe seguir las instrucciones de su doctora.- Sonrío tristemente e intentó cambiar el tema; -y tú, en qué trabajas?
-Soy maestra de bailes internacionales. Salsa, samba, flamenco... En fin de todo un poco.
-¿Sí?- Levantó una ceja intrigado y disimuladamente sus ojos me recorren el cuerpo hasta la punta de los pies.
Una vez más agradezco me hice la pedicura... Su suave voz interrumpió mi pensamiento.
-¿Y todavía vives aquí o viniste a visitar a tus padres?
-Compré la casa de mis padres. Ellos se fueron a la Florida, allí andan retirados.- Sonreí.
Sus ojos brillaron fugazmente y se enderezó en su silla; -interesante...- Hesitó por un minuto. -¿Tienes algo que hacer esta tarde?
-Nada. Soy toda tuya.- Contesté un poco muy rápido.
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