𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚝𝚠𝚘
El sol entraba suavemente por la ventana, despertando a Sakura de un sueño profundo. Por un momento, se quedó inmóvil, procesando lo que estaba sucediendo. Estaba en el cuerpo de una chica llamada Sakura Haruno, en Konoha, y todo se sentía tan real. ¿Era esto un sueño? ¿Una pesadilla? No lo sabía, pero tenía que actuar como ella, aunque su mente aún no terminaba de aceptar esta nueva realidad.
"Hoy empieza todo..." pensó, mirando al techo mientras una mezcla de emoción y confusión la invadía.
Se levantó rápidamente. No podía perder tiempo, así que se vistió en un abrir y cerrar de ojos, se peinó con rapidez y se colocó la bandana de Konoha, algo que había logrado con tanto esfuerzo en su vida pasada.
Cuando estuvo lista, salió de casa y se dirigió hacia la academia. El aire fresco le golpeó la cara mientras caminaba, y algo le decía que debía estar emocionada, como Sakura lo estaría. Pero no podía evitar que una parte de ella dudara. Estaba en el cuerpo de una chica completamente diferente, con un montón de expectativas sobre ella que no eran suyas.
En el camino, algo la hizo detenerse. Una voz familiar y molesta, seguida de un grito.
— ¡Ey, frentesota!
No podía ser otra persona. Ino Yamanaka. Con su tono burlón, siempre dispuesta a fastidiar. La miró, aunque no pudo evitar esbozar una sonrisa, a pesar de lo poco que le gustaba que la llamara de esa forma.
— Hola, Ino —respondió, tranquila, sin la hostilidad que normalmente tenía en su vida anterior.
— ¿Estás bien? Te ves rara —comentó ella, levantando una ceja mientras la observaba de cerca.
— Sí, todo bien —dijo, sin cambiar la expresión. No quería mostrar nada fuera de lo común. No quería que la descubriera, pero era difícil ser tan ruda y agresiva como Sakura.
Tras unos segundos de incomodidad, siguió su camino, apresurándose para llegar a la academia.
Al llegar al salón, la primera persona que vio fue Naruto. Estaba sentado en su pupitre, con esa sonrisa amplia y la actitud que siempre lo caracterizaba. ¿Cómo era posible que nunca lo hubiera notado de esta manera? Antes, su presencia la molestaba, pero ahora… algo en su energía la resultaba más… agradable.
Se acercó a él, aún sin entender qué le pasaba, pero decidió no pensar demasiado. Quería ser como Sakura, pero aun así le respondió con una sonrisa.
— ¡Buenos días, Sakura-chan! —gritó Naruto, saltando de su asiento, como siempre tan entusiasta.
— Buenos días, Naruto —respondió, sonriendo genuinamente. Su tono era más cálido de lo que Sakura solía ser con él, pero no podía evitarlo.
Naruto la miró desconcertado. Sabía que su actitud no era la misma de siempre. No se comportaba con la indiferencia que Sakura solía mostrarle, y eso lo hizo dudar.
Justo cuando iba a responder algo más, escuchó el sonido de pasos. Sasuke. El chico que siempre había sido el centro de su atención. El chico que, aunque siempre mostraba su distancia, había logrado captar algo en ella. Sin embargo, algo había cambiado. No sentía esa necesidad de acercarse a él, al menos no tanto como lo haría Sakura. De alguna forma, no le importaba tanto como antes.
Se sentó al lado de Sasuke, pero no lo miró ni una sola vez, algo que sorprendió a él. Ni una mirada, ni una sonrisa, nada. Solo se quedó allí, mirando al frente, como si no fuera importante.
Ino, desde el otro lado del salón, no tardó en notar su comportamiento. Sus ojos se abrieron de par en par al ver que no había ningún intento de provocación por su parte hacia Sasuke, como siempre lo hacía.
— ¿Qué te pasa, Sakura? —exclamó, casi sin creerlo—. ¡Eso no es normal! ¿Por qué te comportas así con Sasuke?
Simplemente se encogió de hombros, sin saber qué responder. Su actitud era un reflejo de lo que sentía ahora, aunque no lo entendiera del todo.
El ambiente en la clase se llenó de murmullos. Las chicas observaban de reojo mientras Naruto se acercaba más a ella, sonriendo como si hubiera ganado un premio.
— ¡Espero que estemos en el mismo equipo, Sakura! —exclamó, su entusiasmo invadiendo el aula.
Su respuesta fue natural. No le importaba tanto el equipo, pero se sentía tranquila con la idea de estar con Naruto. Había algo en él que la calmaba, algo que Sakura nunca había apreciado de esa manera.
— ¡Sí! —respondió con una sonrisa. Sin embargo, algo extraño le hizo seguir hablando—. Aunque… ¿no te parece raro que nos toque juntos, Naruto?
Naruto se quedó en silencio, sorprendido por su tono menos hostil. No entendía cómo era posible que la Sakura que conocía ahora actuara de esta forma, sin esa rabia en sus ojos. No podía dejar de mirarla.
En ese momento, Sasuke, que hasta ahora había permanecido en silencio, se acercó y observó la escena con indiferencia.
— ¿Qué pasa con ella? —murmuró, más para sí mismo que para ellos, pero lo escuchó claramente.
La miró de reojo, sin darle importancia. Su atención ahora estaba en otro lugar, en alguien que de alguna manera se había vuelto más importante para ella de lo que había imaginado.
La clase continuó con Iruka-sensei haciendo su discurso habitual sobre la importancia de ser un ninja. Pero su mente seguía ocupada, procesando todo lo que estaba sucediendo. Estaba en el cuerpo de Sakura Haruno, pero ahora su perspectiva sobre todo estaba cambiando.
Publicado: 11/10/2020
Editado: 2/12/2024
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