𝙲𝚑𝚊𝚙𝚝𝚎𝚛 𝚏𝚒𝚟𝚎
Después de todo lo que había sucedido con los Hermanos Demoníacos, la tensión era palpable. El equipo 7 había logrado sobrevivir, pero todos sabían que lo que se acercaba no sería fácil. El examen Chunin estaba por comenzar, y aunque algunos parecían relajados, todos sentían que algo mucho más grande nos esperaba.
La primera prueba fue la escrita. Aunque la mayoría de los participantes se veían concentrados, el aire estaba cargado de una ansiedad que no se podía ignorar. Sakura miraba a su alrededor, observando con atención a sus compañeros y al resto de los participantes. Entre todos, no pudo evitar fijarse en Naruto. Aunque siempre parecía estar en su propio mundo, esa vez había algo diferente en él. Intentó hacer trampa, como de costumbre, pero Sakura sintió que esta vez estaba más comprometido que nunca. No solo quería aprobar; quería demostrar algo mucho más grande que él mismo.
El examen avanzaba y la presión aumentaba. Los equipos rivales eran fuertes, eso era innegable. Las manos de Sakura temblaban ligeramente, pero trataba de mantenerse tranquila. Después de todo, ella era la que debía liderar cuando las cosas se complicaran. Era su responsabilidad mantener unido al equipo, y no podía permitirse mostrar dudas. Aun así, algo en su pecho le decía que lo peor estaba por llegar.
Kakashi les había advertido. “La siguiente fase no será como cualquier otra misión”, había dicho. “El Bosque de la Muerte no es un lugar para subestimarlo”. Las palabras del sensei seguían resonando en su mente, pero la incertidumbre la consumía. ¿Sería capaz de enfrentar lo que venía? ¿Sería capaz de proteger a los demás?
Las miradas de los otros equipos incomodaban a Sakura. Algunas llenas de confianza, otras demasiado calculadoras. No sabía qué esperar, solo que lo oscuro se acercaba. ¿Quiénes serían los rivales? ¿Qué tan fuertes eran? En ese momento, solo podía sentir la incertidumbre, un vacío que la hacía preguntarse qué iba a pasar.
Su mente regresó a la misión donde se encontraron con Zabuza y Haku. Recordaba la batalla con Zabuza, el "Demonio de la Niebla", su espada y su presencia intimidante. A pesar de que Kakashi había logrado derrotarlo, no podía quitarse la sensación de que algo aún los perseguía. Y especialmente, no podía dejar de pensar en Haku. En su sacrificio, su lealtad hacia Zabuza, y el dolor detrás de sus acciones. Algo en su historia la había marcado profundamente. Haku había sido alguien atrapado entre el deber y el deseo de ser amado. Su sacrificio les había enseñado que ser un shinobi no era tan sencillo como parecía. Había tanto dolor detrás de su lealtad, y a pesar de su muerte, su historia aún resonaba en Sakura.
Sentía un escalofrío. La batalla no solo era física; era moral, emocional. Todo lo que había aprendido hasta ahora podría ser cuestionado en cualquier momento. Y esa idea la aterraba.
Su corazón latía con fuerza. Sentía que algo iba a cambiar, que lo que venía no iba a ser lo que esperaba. Todo lo que había vivido, todo lo que había aprendido, estaba a punto de ser puesto a prueba de una forma que no imaginaba. Y no sabía si sería suficiente.
“¿Seré capaz de protegerlos?”, se preguntaba, una y otra vez. Dudaba de sus habilidades, de su capacidad para ser útil. Pero no podía rendirse. Aunque la presión la aplastaba, sabía que tenía que seguir adelante. No sabía qué les deparaba el futuro, pero estaba decidida a enfrentar lo que fuera, para protegerlos a ellos: a Naruto, a Sasuke… a su equipo.
El examen Chunin no era solo una prueba de habilidades. Era algo mucho más grande. Y aunque el miedo la acechaba, no podía rendirse.
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La atmósfera en el Bosque de la Muerte era densa y cargada de una tensión palpable. Los árboles altos y retorcidos formaban un dosel que apenas permitía que la luz del sol penetrara, sumiendo el lugar en una penumbra inquietante. El aire estaba impregnado de humedad y el sonido de hojas crujientes bajo los pies de los participantes resonaba en el silencio.
Sakura, Sasuke y Naruto se encontraban en la entrada, observando el vasto terreno que se extendía ante ellos. Cada uno con pensamientos diferentes, pero con un objetivo común: superar la segunda fase del examen Chūnin.
—Recuerden —dijo Sakura, rompiendo el silencio—, necesitamos obtener ambos pergaminos y llegar a la torre en el centro del bosque antes de que se acabe el tiempo.
Naruto asintió con entusiasmo, aunque su rostro mostraba una ligera preocupación. Sasuke, como siempre, mantenía una expresión seria, pero sus ojos reflejaban la misma determinación que los de sus compañeros.
—No será fácil —comentó Sasuke, mirando al frente—. Otros equipos también estarán buscando los pergaminos. No podemos confiarnos.
Sakura asintió, comprendiendo la gravedad de la situación. Sabía que este examen pondría a prueba no solo sus habilidades como ninjas, sino también su capacidad para trabajar en equipo y sobrevivir en condiciones extremas.
El sonido de los árboles moviéndose por el viento les recordó que no estaban solos. A medida que avanzaban, la presencia de otros equipos se hacía más evidente. Un equipo rival pasó a su lado, observándolos con desconfianza, y Sakura notó que sus instintos ya comenzaban a afinarse. Algo estaba por suceder.
—Manténganse alerta —dijo Sakura, su tono más serio ahora—. Este lugar está lleno de sorpresas.
Con una última mirada al horizonte, el equipo se adentró en el bosque, conscientes de que cada paso los acercaba más a lo desconocido. Sin embargo, no había vuelta atrás. Su misión era clara, y el Bosque de la Muerte era solo el primer obstáculo que debían superar para alcanzar su objetivo.
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