序文
Un día de invierno, se encontraba un chico caminando por las casi vacías calles de Tokyo. Iba de regreso a casa luego de salir de la universidad a la que asistía. Al querer llegar a su casa rápidamente, cruzó el paso peatonal para cruzar la calle sin notar que venía un automóvil a toda velocidad. Lo último que vio fue como la oscuridad lo consumía.
Pov. Aiko Satō.
— ¿Dónde estoy? — pregunté confundido sin esperar respuesta alguna.
— Vaya. Al parecer ya has despertado — una voz algo familiar se escucho detrás de mí asustandome, rápidamente volteó a verla.
— R-rikudō sennin — susurré sorprendido — ¿Pero qué putas?
— Te preguntarás el por qué estás aquí ¿No?
— Yo... — a mi mente llega el recuerdo de lo que me sucedió — Yo morí ¿Cierto?
— Si, lo hiciste.
— Mierda — ¿Comó es posible que tenga tan mala suerte? Lloro internamente.
La próxima semana había una convención de anime, LPM. Adiós figuras del capitán Levi.
Al parecer hierva mala, si muere.
— Te propongo algo.
Al escucharlo levanto la mirada interesado haciendo una seña para que prosiga.
— Te daré una nueva oportunidad de vivir pero no será en tu cuerpo original, si no que en otro.
— ¿En cuál? — pregunté intrigado.
— En el de Naruto Uzumaki — al terminar de decir el nombre, abre un portal mostrando al rubio todo golpeado en el suelo de algún callejón oscuro.
— ¿No me digas que él-
— Si. Lamentablemente los aldeanos lograron lo que querían.
No podía apartar la mirada de la imagen. Apreté mis puños enojado y furioso. ¿Cómo mierda puede haber gente tan mala y podrida para hacerle eso a un niño que no tiene culpa?
— Yo acepto — Uy, sonó a boda.
Voy a demostrarles lo que Naruto Uzumaki puede hacer. Ahora todos van a ser mis perras, a lo Mikey. Ya lo he decidido.
— Bien. Pero antes, te voy a conceder tres deseos. Escoge sabiamente.
Me tomé mi momento para pensar seriamente y respondí:
— Primero que nada, quiero dinero infinito. No quiero tener que pedírselo al tercer Hokage, que flojera.
— Entiendo — dijo riendo un poco.
— Segundo, quiero ser doncel.
Me miró algo raro y pregunto : — ¿Por qué?
— Tengo una meta — respondí decidido.
Mis hijos con Kakashi y Obito no van a nacer del espíritu santo, duh.
— Entiendo ¿Y el último?
— El último aún no lo quiero usar.
— Bien, puedes guardarlo hasta que desees algo. Te deseo suerte, adiós.
Una luz blanca cubre mi cuerpo y todo se vuelve oscuro.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top