Una princesa escocesa y planes de Raziye.
──Escuche que los príncipes ya tienen un haren, ¿eso es cierto?
──Si mi Sultana.──Afirmo una concubina desconocida.
──Perfecto.──Raziye se alegro y camino hasta un cofre que tenía sobre la mesa.──Toma.
──¿Qué es esto Sultana?──Pregunto la mujer confundida al ver el liquido del frasco.
──¿Qué crees que sea?──La hija de Mükerrem se acerco hasta la concubina y comenzó a susurrarle lo que haría.
──Sultana, yo no puedo hacer eso, me mataran.
──Tu no te preocupes por eso, yo te protegeré, si lo haces bien, hare que te vayas del imperio y te daré una cantidad de dinero considerable.
──¿Me lo promete?
──Por supuesto.──Aseguro Raziye, convenciendo totalmente a la mujer.
──Sultanas.──Reverencio la princesa escocesa.
──Princesa.──Extendí mi mano para que la joven diese el saludo correspondiente.──Es un placer tenerla aquí.
──El placer es mío, tiene un imperio muy pacifico.──La princesa sonrió.──Le traje algunos obsequios desde mi reino.
──Se lo agradezco mucho.──Con una sonrisa dirigí mi mirada hacia Mehmed.──Mehmed, hijo mío, ¿Por que no vas a dar una vuelta con la princesa?
Mi Sehzade de oro acepto y salió junto a Adelaida a los jardines, realmente no quería que esos dos se enamoraran ni nada, yo apoyaba fielmente a Emine, es más, esperaba que el día en que Mehmed estuviese en el trono como futuro Sultán, ella ocupase el puesto de Hurrem.
Junto con Hurrem nos retiramos de la habitación donde recibimos a la princesa para ir junto a nuestras hijas.
──Su hogar es hermoso.──Adelaida miraba las flores del jardín.
──Realmente lo es.──Mehmed sonrió.──Pero lo que tiene de hermoso, lo tiene de cruel.
──Es así en todas las monarquías, en todas lo que tienen de hermosos nuestros palacios, lo tienen de crueldad, después de todo, este mundo es de los más fuertes.
Justo cuando Mehmed pensaba contestar, apareció Ilhan en su campo de visión, empujándolo violentamente.
──¿Qué paso ahora?──Pregunto Mehmed manteniendo el equilibrio.
──Me agrada tu hija, ¿La puedo adoptar?
──¿Cuál de las dos?
──Hande.
──Te regalo a Rafat.──Mehmed bromeo.──Y no acepto devoluciones.
──A esa niña solo la quiere su madre.──La sonrisa de Ilhan desapareció cuando vio a la joven princesa, trago en seco nervioso.──Señorita.
Adelaida simplemente asintió con la cabeza y miro con curiosidad al jenízaro, se le hizo gracioso ver como discutían por dos niñas.
En cambio Ilhan estaba que temblaba de miedo, ¿Qué pensaría esa hermosa señorita de él? Se había sentido atraído por la señorita, y la primera impresión era lo que contaba, le daría la impresión de ser un loco que quería alejar a una niña pequeña de sus padres.
──No se asuste por lo que acaba de escuchar.──Mehmed cayo en cuenta de que a su amigo le había gustado la princesa.──Es una broma entre los dos, él realmente quiere mucho a las niñas, tanto como si fueran sus sobrinas, pero nunca adoptaría a una de ellas.──El Sehzade hizo una pausa.──Y tampoco yo regalaría a ninguna de mis hijas, las quiero mucho a las dos por igual.
──¿Por igual?──Ilhan enarco una ceja.──¿Tu te escuchas cuando hablabas?
──Bueno, puede que quiera a Rafat un poquito menos.
──¿Un poquito?
──¡Bueno!, ¡Bastante!──Mehmed se puso colorado, y de pronto sintió un escalofrió al sentir una mirada detrás suyo.
──Por eso amo a mi mamá.──La pequeña sultana rubia miro a su padre.──¡Ilhan!
El jenízaro sonrió y se apresuro a ir donde estaba la niña, como quería a esa Sultana.
Adelaida miro con una especie de mezcla entre diversión y ternura la escena, una escena donde Mehmed se disculpaba con su hija por haber dicho que la quería menos, mientras que Rafat se sujetaba con fuerza del jenízaro diciendo que no perdonaba a su padre, y que iba a acusarlo con su mamá, cosa que hizo que Mehmed palideciera y temblara.
Al final Mehmed se fue junto a Rafat, después de llegar a un acuerdo donde los dos saldrían beneficiados, dejando solos a Adelaida e Ilhan.
──Las quiere mucho.──Adelaida sonrió viendo las espaldas de Mehmed y Rafat.
──¿Disculpe?──Pregunto Ilhan sorprendido.
──Él Príncipe Mehmed ama mucho a sus hijas, aunque podría asegurar que quiere más a Rafat que a Hande.
──No lo creo, si conviviera con ellos pensaría muy distinto.──La risa de Ilhan se hizo presente.──Ellos se la pasan peleando, muy rara vez estan en paz.
──Por eso mismo.──Adelaida miro al jenízaro fijamente a los ojos.──Puede que Mehmed y Rafat pelean todos los días del año y los siete días a la semana, pero bien sabemos que si la pequeña Sultana llegase a estar en peligro, el Sehzade no dudaría en defender a su hija de todo el mundo.
──Usted es muy sabia.
──Me lo han dicho.
Y mientras que Adelaida e Ilhan se encontraban en una especie de atmosfera romántica, la concubina enviada por Raziye había empezado a seguir el plan, quien diría que pronto Topkapi estaría de Luto.
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