Nuestro tiempo de paz

──Que mala perdedora.──Reía mientras veía como Fatma guardaba las fichas con odio.

──Hizo trampa y lo sabe.──Fatma seguía apelando a que yo había hecho trampa, aunque era todo lo contrario.

──Repítelo hasta que te lo creas.──Bromee al verla tan enojada.──¿Hablaste con Mihrimah?

──Sigue enojada conmigo.──Fatma dejo el ajedrez en la repisa.──Y no es para menos, fui yo quien hizo que se fracturada la pierna.

──No creo que Mihrimah este enojada, creo más bien que ahora necesita estar sola.

──¿Estas muy segura de eso?, No quisiera que mi hermana me odiase.

──Ella nunca te odiaría y lo sabes.

Bese la cabeza de Fatma, desde que ella había estado bajo mi custodia, sabia perfectamente que eso le brindaba paz.

Luego de esto, salí de su habitación y camine hasta la mía, realmente agradecía ya haber acabado con todas las reuniones del consejo, durante estos  últimos largos años, me había dedicado a cumplir mi palabra, todos en el imperio eran felices y vivían con tranquilidad.

Los jenízaros estaban de acuerdo con mi gobierno, ya que en estos años habíamos tenido muchas campañas, conquistando así partes de Europa, teníamos a Grecia, Rusia e Italia.

Me dedique a extender nuestro territorio y evidentemente no teníamos buenas relaciones con Rusia, tampoco con china que últimamente se había declarado nuestro enemigo publico.

Unos brazos que rodeaban mi torso me sacaron de mis pensamientos.

──¿Qué tal la partida con Fatma?──Pregunto la rusa.

──Sigue negando que pierde.──Correspondí su abrazo con una sonrisa.──¿Cómo estas? ¿Te sientes bien?

──Lo estoy.──Aseguro sonriendo.──El medico me dijo que no era nada grave.

──Recuerda que la Hurrem real murió a los 56.──Dije preocupada.

──Tengo 45.

──...¿Y?

──No llego a esa edad todavía.──Hurrem me beso suavemente la mejilla.──No te preocupes querida, yo viviré más que la Roxelana original.

──Eso espero, que miedo llegar a vivir lo mismo que la Mahidevran original y enterrar a toda mi familia.

──Eso no pasara, a diferencia de la Mahidevran original, tu morirás en la gloria y riqueza, rodeada de todos los que te amamos y los que tu amas.

Sonreí y junto con ella me senté en el sofá, amaba realmente cuando estábamos así, las dos solas y cuando había paz.


──El trono será nuestro hermanos.──Raziye acaricio con cariño las cabezas de sus dos hermanos.──Nosotros vengaremos la muerte de nuestros padres.

──Lo haremos.──Afirmo Mahmud.──Antes de hacer algo, primero lo primero, ¿Quién de nosotros asumirá el estado?

──Eso es verdad, no podemos jugárnosla sin saber quien estará en el trono.

──Yo digo que Mahmud, el tiene más experiencia.──Raziye miro a su hermano mayor.──Kasim, querido mío, tu seguirás preparándote y si algo le pasa a Mahmud, serás el siguiente.

──Pero primero lo primero.──Mahmud miro a sus hermanos menores.──Primero tenemos que deshacernos de Mehmed, Murad, Bayaceto y Selim.

──Eso déjalo por mi cuenta.──Raziye sonrió.──No será muy difícil deshacerme de ellos.

──Bien.──Kasim tomo su abrigo.──Vámonos Mahmud, no queremos que la bruja empiece a sospechar.

──Esperen.──Raziye detuvo a sus hermanos, les dio un fuerte abrazo antes de dejarlos marchar.──Busquen una debilidad de Mahidevran.

──Bueno, tiene una con la que podríamos destruirla.

──¿Así?, ¿Cuál es?

──La Haseki, eso es conocimiento de todo el mundo.

Raziye asintió y dejo partir a sus hermanos, quizás Hurrem seria una pieza muy importante para lograr entronar a sus hermanos.

"Esto será mucho más interesante de lo que pensé.", Raziye con una leve sonrisa mientras miraba la última pertenencia que tenía de su madre, un precioso collar de perlas con oro.

──¿Una princesa?──Pregunto Ilhan al Sehzade.

──Si, el reino de escocia la envió para fortalecer nuestros lazos.

──¿Piensa casarse con ella?

──¿Que? No, por supuesto que no.──Mehmed sonrió.──Tu mas que nadie sabes que mi corazón le pertenece a Emine.

──¿La concubina que ni bien lo vio le pego con una bandeja de plata?

──Y desde ahí mi corazón le pertenece.──Dijo Mehmed con una sonrisa tonta, típica de los enamorados.

──Sin duda será una historia muy interesante para las sultanas Rafat y Hande.

──¿Y tu?

──¿Yo que?

──Nunca me has presentado a alguien, a menos que...

──¿Que?

──Que seas igual a mis madres, ¿Te gustan los chicos?

──¡Por Allah, alteza!──Ilhan se horrorizo.──Me gustan las mujeres, muchas gracias.

──Lo creeré si me presentas a alguien.

──No he encontrado la indicada.──Ilhan le extendió la espada.──Pero cuando la encuentre, te la presentare.

──Más te vale.

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